Este jueves hubo una reunión de tres horas entre el presidente del Gobierno y el nuevo líder del PP. Después de este encuentro, ¿la relación del Gobierno con el PP de Feijóo es mejor, igual o peor que con el PP de Casado?
Es un primer paso y, por tanto, es positivo que se haya celebrado. Fue cordial, amable, una reunión en la que se intercambiaron puntos de vista, pero esas buenas palabras necesitan de otro avance y que se conviertan en hechos, pactos y medidas que puedan mejorar la situación de nuestra democracia, de la ciudadanía, de las empresas y autónomos. Agradecemos el tono, la cordialidad…
... que ya es una novedad, ¿no?
Se inicia una etapa con el PP que tiene que estar presidida por la recuperación de unos acuerdos básicos para la calidad de nuestra democracia. El presidente del Gobierno llegó a esa reunión con un documento, que fue el que se trabajó. Tenía cuatro grandes bloques. El primero era el cumplimiento de la Constitución y regeneración democrática. ¡Nada revolucionario! Ese consenso básico incluye no sólo renovar el CGPJ y el Tribunal Constitucional sino que el PP vuelva al Pacto Antitransfuguismo. ¿Cómo es posible que un partido que ha gobernado y aspira a hacerlo de nuevo no esté en ese pacto cuando el transfuguismo es una manera de corrupción de la democracia?
El segundo gran bloque era el plan de medidas que hemos adoptado contra las consecuencias económicas y sociales de la guerra. En él se ven reflejadas muchas medidas de los grupos parlamentarios, comunidades autónomas y agentes sociales.
El tercer bloque era reafirmar la vigencia del Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Estamos preocupados por el pacto que acaba de firmar el PP con Vox en Castilla y León en el que se empieza a utilizar otra terminología, como “violencia intrafamiliar”, que realmente niega que haya un sustrato machista en la violencia de género.
¿Pactos con Feijóo? De momento estamos sólo en buenas palabras, esperamos que se conviertan en hechos
Y el cuarto bloque incluye otras políticas de Estado como la Ley de Seguridad Nacional o el decreto-ley de Ciberseguridad. En total son 11 medidas para recomponer consensos básicos con el principal partido de la oposición y no sólo, porque habrá otras fuerzas políticas de manera natural. Al final, se trata de mejorar la calidad de nuestra democracia. De momento estamos sólo en las buenas palabras. Esperamos que se conviertan en hechos y que el PP llegue a acuerdos para ser una oposición útil.
Se atribuía una gran influencia a Teodoro García Egea, el anterior secretario general del PP, en las decisiones del partido. ¿Qué le parece el nuevo equipo, con el que usted va a tener que negociar, por ejemplo, la renovación del CGPJ?
La moderación y la altura de Estado no son palabras vacías, el PP tiene que practicarlas no metiendo a la ultraderecha en gobiernos y llegando a acuerdos con el Gobierno
Hay parte del nuevo equipo a la que no conozco, pero sí a la nueva secretaria general, Cuca Gamarra, de la que tengo una opinión personal positiva. Ya hemos hablado y espero que lo sigamos haciendo para llegar a acuerdos. La moderación y la altura de Estado no son palabras vacías. Hay que practicarlas. El PP tiene que practicar la moderación no metiendo a la ultraderecha en gobiernos y la altura de Estado llegando a acuerdos con el Gobierno y cumpliendo la Constitución. Fíjese de lo que estamos hablando: de algo tan básico como cumplir la Constitución.
La actualidad política estará marcada este lunes por la investidura de Alfonso Fernández Mañueco como presidente de Castilla y León. Será la primera vez que Vox entre en un gobierno de esta entidad. ¿Es un antes y un después?
La entrada de Vox en el gobierno de Castilla y León es, sin duda, un antes y un después
Es un antes y un después, sin duda. Las derechas en Europa saben lo que significa la ultraderecha. Como lo saben, no llegan a acuerdos con ella. Por ejemplo, no pactan con Le Pen o con la extrema derecha alemana. Sin embargo, en España, lo que está haciendo Feijóo nada más llegar a su período de mandato en el PP es meter a la ultraderecha en un gobierno. No tenemos que normalizar ese comportamiento sino denunciar cada día que la ultraderecha no es un partido normal en la democracia, no es una formación de personas que puedan resultar anticuadas, ridículas o nostálgicas.
Aboga por ilegalizar partidos políticos que no piensan como ellos, quiere cerrar medios de comunicación, pide anular el derecho de huelga, quiere bajar los salarios porque rechazan que se apliquen convenios colectivos en las empresas o que haya derecho de huelga, quiere acabar con el Tribunal Constitucional o con las comunidades autónomas, no reconoce la violencia de género como un problema en nuestra sociedad, no cree en la igualdad entre hombres y mujeres y, por supuesto, derogaría el matrimonio homosexual. No comparte nuestros valores, los valores europeos sino que ataca a la Unión Europea y quiere que España no esté en ella. Es un paso muy grave para el PP que haya un partido de extrema derecha en un Gobierno.
¿Y esto es responsabilidad del nuevo líder del PP?
La primera decisión importante de Feijóo como líder del PP es echarse en brazos de Vox en Castilla y León
Sin ninguna duda. Esto no había pasado hasta ahora y este acuerdo se adopta cuando Feijóo ya es el líder de facto del PP. Ya había sido elegido por todos los líderes territoriales y era el único candidato. La primera decisión importante del señor Feijóo como líder del PP ha sido meter a la ultraderecha en un Gobierno. Por tanto, cuando uno pretende presentarse como una persona moderada y de centro, esas palabras se compadecen muy mal con los hechos y la realidad. Cada día hay que denunciar que la ultraderecha es un peligro para la democracia, para nuestros derechos y para los trabajadores.
Feijóo apenas habla de Vox y asegura que no viene a pactar sino a ganar. ¿Debería deshacer este gobierno? Cuando Mañueco pidió la abstención del PSOE, Sánchez ofreció un cordón sanitario global a la extrema derecha que Casado rechazó. ¿Ha cambiado algo en eso entre el PP de Casado y el de Feijóo?
Efectivamente, se lo propusimos. Les dijimos que la ultraderecha es igual de radical y peligrosa en Castilla y León, Andalucía, Murcia, Madrid o Extremadura. Les propusimos facilitar la gobernabilidad si rompían con la ultraderecha como en todos los partidos liberalconservadores en Europa. El PP decidió, ya con Feijóo como líder del partido, echarse en brazos de Vox. Una derecha europea y moderna tendría que evitar abrazarse y plegarse a las condiciones de la ultraderecha para seguir gobernando en Castilla y León.
Feijóo dice que es compatible el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, vigente y donde está el PP, y las nuevas leyes exigidas por Vox sobre lo que ellos llaman “violencia intrafamiliar”.
El Pacto de Estado es integral, por lo que recoge todas las medidas. Desde el Estado, todas las fuerzas políticas nos hemos puesto de acuerdo en implementarlas. El resto está fuera del Pacto de Estado. Hasta la propia terminología de las leyes que están pactando están fuera. La pregunta es muy sencilla. ¿El PP está en el Pacto de Estado o con Vox pactando contra los derechos de las trabajadoras y de las mujeres?
Dice que no se puede normalizar a Vox. ¿Qué puede hacer el resto de fuerzas políticas para evitar las amenazas que describe a la convivencia de un partido al que votan 3.600.000 personas?
Lo primero es no normalizar su presencia. La semana pasada tuvimos un episodio muy grave en el Congreso cuando un diputado de Vox insultó muy gravemente al presidente del Gobierno y a mí mismo con una comparación odiosa.
¿Qué sintió en ese momento?
En el Congreso sentí sorpresa: ¡no pasaba nada! Y tristeza: se sienten con derecho a insultarnos
Fue una mezcla de sensaciones. La primera fue la sorpresa. Me sorprendió… ¡que no pasaba nada! ¡Todo el mundo en el Congreso ha normalizado a la ultraderecha y sus insultos! Este señor hacía unas comparaciones aberrantes y no pasaba nada. Todo el mundo seguía como si tal cosa. Por eso cuando subí a la tribuna denuncié lo que había pasado, pedí que se retirara del Diario de Sesiones y que se disculpara.
Pero fue una mezcla de sorpresa y también de tristeza por que la ultraderecha se crea con el derecho de insultar impunemente a personas demócratas, a quien no piensa como ellos, al presidente del Gobierno, que ha sido elegido democráticamente por los españoles siendo la candidatura más votada para ser el presidente. Tenemos que decirle a la ultraderecha que no. Que basta ya. Que no se tiene que insultar y que tienen que integrarse en la democracia asumiendo las reglas, no intentar socavar todos los días las instituciones y a los que estamos en una responsabilidad de gobierno.
¿Tiene la sensación de que hasta ese momento que usted vivió hay una especie de escalada y de progresión? Visto lo visto, ¿qué más queda por ver, qué es lo siguiente? ¿Cree que primero se empieza por las palabras y se puede acabar en otro tipo de conductas? ¿Teme que el odio deje de ser solo palabras?
Me preocupa el odio y que la ultraderecha traslade al ánimo de las personas que todo es igual, que las instituciones no valen y que lo mejor es una salida autoritaria
Me gustaría que la espiral no fuera a más. Claro que me preocupa el odio. La ultraderecha se dedica a trabajar con las mentiras para sembrar odio y generar crispación. Esas son sus materias primas para intentar trasladar al ánimo de las personas que todo es igual, que las instituciones no valen para nada y que, por tanto, lo mejor es una salida autoritaria a los problemas. La ultraderecha no soluciona ninguno de los problemas. Al revés, los agrava. Cuando plantea soluciones fáciles a problemas complejos lo que haría sería complicarlos.
Sus recetas están escritas. No quieren que los trabajadores tengan derechos y convenios colectivos. Dicen que la sanidad pública es una lacra y apuestan por que sea privada. ¿Cuánto sufrimiento supondría que no hubiese sanidad pública para atender a las personas con independencia de la renta? Apuestan en sus documentos por que las personas con más capacidad económica paguen menos, de un 47% a un 30%, y las que tienen menos, de un 19% de media a un 20%. Es algo total y absolutamente regresivo. No les gusta escucharlo y parece que son el único partido al que no le gusta que se conozcan sus propuestas. Por eso necesitan la mentira, crispar y sembrar el odio cada día.
No hay ningún estudio demoscópico que diga que el bipartidismo va a volver como lo conocíamos. O el PP gobierna con Vox, o el PSOE lo hace con Unidas Podemos y con apoyo de partidos nacionalistas de izquierdas o no tan de izquierdas. No hay otra opción, salvo que usted me diga que el PSOE está dispuesto a llegar a pactos de gobierno con el PP.
Hay que gestionar la pluralidad de nuestro país. Tenemos el Parlamento más fraccionado de la Historia, con 20 fuerzas políticas en el Congreso. El Gobierno está gestionando ese fraccionamiento, totalmente legítimo y que refleja lo que votaron los españoles, sacando adelante una legislatura complicadísima, con una pandemia, catástrofes naturales o una guerra en Ucrania.
La estabilidad parlamentaria es digna de elogio. Hemos conseguido sacar adelante en lo que va de legislatura 135 iniciativas legislativas, todas y cada una
La estabilidad parlamentaria es digna de elogio. Hemos conseguido sacar adelante en lo que va de legislatura 135 iniciativas legislativas, todas y cada una, pactando con todas las fuerzas políticas, desde la izquierda al centro, salvo con los que se autoexcluyen, como la ultraderecha. Es una manera de trabajar del Gobierno totalmente habitual. No podemos ni queremos hacerlo de otra manera. En este momento, con la complejidad que estamos viviendo en España y la UE, con las circunstancias geopolíticas que complican las materias primas y la energía, podemos decir que en España tenemos un Gobierno estable con una mayoría parlamentaria que saca adelante todas las iniciativas. Es una buena noticia y es nuestro modelo: que el PSOE lidere el Gobierno y llegue a acuerdos con todas las fuerzas políticas.
¿Cree que España está inmersa ya en una crisis económica?
España no está en inmersa en una crisis económica
No. Tenemos una base económica sólida. La recuperación y el crecimiento que estábamos teniendo eran robustos. Piense que durante el último trimestre de 2021, España fue el que más creció, el que más subió el PIB de la UE.
Eso es un trimestre. Hay otros indicadores anuales que no son tan favorecedores.
Más de un 5% de crecimiento del PIB el año pasado. Por encima de las 800.000 personas ocupadas más en el último año. Veinte millones de ocupados, con la mayor cifra histórica en la Seguridad Social… y en marzo, pese al impacto de la guerra, hemos conseguido crear empleo. Es decir, que hay unas bases sólidas y lo hacemos con disciplina fiscal, llevando bien las cuentas. Hemos reducido más de un punto y medio el déficit con respecto a la previsión. Estamos protegiendo a la ciudadanía y haciendo frente a la crisis. Y tenemos un crecimiento económico robusto al que vamos a acompañar con fondos europeos que se están implementando ya a velocidad de crucero.
Podemos tener confianza en nuestro país. Hemos salido de una crisis y vamos a salir de la provocada por Putin
Por supuesto que tenemos una situación compleja, una inflación muy alta, problemas con los carburantes, la energía o las materias primas. Hay una guerra a las puertas de la Unión Europea que tiene efectos sobre España y toda la Unión, pero podemos tener confianza en nuestro país. Hemos salido de una crisis y vamos a salir de la provocada por Putin.
Desde el Gobierno hay mensajes mixtos: por una parte, confianza en las características fundamentales de la economía y, por otra, preocupación por la inflación y que el Gobierno se hace cargo del malestar. ¿Con qué nos quedamos? ¿Tienen que asumir los españoles que sí o sí la guerra va a tener consecuencias negativas en sus vidas y que puede ir a peor?
Tenemos claro que la situación es compleja. La conocemos perfectamente. Sabemos lo que cuesta a un ciudadano ir a la gasolinera, lo que cuesta calentar una casa o a cualquier empresa pagar la factura de la luz, no le digo nada si es una industria potente o electrointensiva… Precisamente por eso, porque sabemos que la guerra va a tener consecuencias en España y Europa, hemos adoptado un paquete de medidas en un decreto-ley.
Las medidas que hemos puesto en marcha van a funcionar
Es el más ambicioso de Europa, lo mire por donde lo mire. Se movilizan 16.000 millones de euros desde el 1 de abril. Otros países lo anunciaron antes, pero sus medidas entraron en vigor en esa fecha. La duración es de tres meses. El de Italia, por ejemplo, es de un mes. Lo que hacemos es detectar los sectores más afectados y establecer ayudas directas. Para el sector del transporte, agricultura, ganadería, pesca, el sector lácteo… Vemos la situación de las personas con menos recursos económicos y subimos el Ingreso Mínimo Vital un 15% durante tres meses. Topamos la actualización de los alquileres para que a los inquilinos no se les suba conforme a una inflación que está desbocada en este momento y, por supuesto, abordamos problemas transversales para toda la población bajando la gasolina. Somos el país de Europa occidental con el precio más bajo de la gasolina. También conseguimos, gracias a la negociación del presidente del Gobierno en la UE, que España y Portugal tengan un mercado energético propio y que podamos desvincular el precio del gas y la luz y por tanto bajar la factura. Todas esas medidas, muy ambiciosas y muy potentes, van a funcionar. Y, además, es un plan dinámico. En junio analizaremos la situación y volveremos a tomar las decisiones.
Y si hay que prorrogarlas, se hará.
Si es necesario adoptar esas medidas, otras o prolongarlas en el tiempo, desde el Gobierno de España haremos lo que tengamos que hacer.
¿Están dispuestos a considerar medidas adicionales o alternativas?
Ese decreto-ley es muy ambicioso y contiene medidas en las que se pueden ver reflejados la práctica totalidad de los grupos parlamentarios que nos han hecho propuestas. En el Gobierno había cierto consenso a la hora de plantearlas porque antes nos reunimos con los grupos parlamentarios. Cuando lo redactamos, después del acuerdo en la Unión Europea, yo hablé con los portavoces y les expliqué qué medidas propuestas por ellos iban a tener cabida en el decreto. También ocurrió con las comunidades autónomas. Quien no nos hizo ninguna propuesta por escrito fue el PP y Galicia.
El PP tiene una vieja costumbre: cuando está en la oposición siempre pide bajar los impuestos y en el Gobierno siempre decide subirlos
Ahora sí parece que hay propuestas del PP: bajadas de impuestos adicionales. ¿España tiene margen fiscal para hacerlo?
El PP tiene una vieja costumbre en relación con los impuestos. Cuando está en la oposición siempre pide bajarlos y cuando está en el Gobierno siempre decide subirlos. Hay muchos ejemplos. Me viene a la memoria una recogida de firmas para bajar el IVA cuando el PP estaba en la oposición. Tan pronto como llegaron al Gobierno, lo subieron. No sé qué hicieron con las firmas recopiladas. En esta materia, la credibilidad del PP es bastante escasa.
Dicho esto, hay un paquete de bajada de impuestos que afecta a la electricidad que supone entre 10.000 y 12.000 millones de euros para el erario público. Es dinero que no ingresa el Tesoro Público. Hemos tomado otras medidas: eximir de la tasa portuaria al sector pesquero o reducir los peajes de las electrointensivas en un 80%. Es importante que el Estado tenga recursos para adoptar medidas como las ayudas directas a los sectores más comprometidos, como el del transporte, el ganadero o el agrícola.
Pedir bajadas de impuestos y más ayudas es realismo mágico
Es muy fácil en la oposición decir que hay que bajar impuestos y que quieren más ayudas. Eso no deja de ser realismo mágico. El Estado ha de tener recursos para hacer políticas públicas y paliar los efectos de la crisis. También tiene que hacer bajadas de impuestos donde son necesarias y eficaces. Por cierto, ningún Gobierno europeo ha bajado impuestos.
¿Por qué no se plantean utilizar la sobrerrecaudación fiscal por la inflación para bajar impuestos o incrementar las ayudas?
Insisto: ningún Gobierno europeo ha bajado impuestos de manera generalizada, como el IRPF, para paliar los efectos de la crisis. El problema no está ahí sino en el precio de la energía, los carburantes y la luz. Es lo que está provocando la inflación en toda Europa. Es ahí donde la política tiene que actuar. Lo otro, de cara a la galería seguro que queda bien. Pero no es una solución.
¿Y subir impuestos? ¿Subir algunos impuestos o aplicar bajadas con progresividad? ¿Tiene sentido que el comisionista Luis Medina Abascal se beneficie de la bajada del gasóleo tanto como un transportista que trabaja a pérdidas? ¿Tiene sentido que las empresas eléctricas con grandes beneficios no contribuyan un poco más?
Es un debate muy interesante. Con la bajada del precio de las gasolinas hemos priorizado que sea inmediata. Cualquier otro modelo llevaba más tiempo, era complejo y difícil de implementar. Lo que queríamos era que desde el 1 de abril bajase la gasolina de manera inmediata. Y se notó. Llené el depósito la semana pasada y en mi factura tenía 13 euros de descuento.
Pero sigue estando bastante alta, mucho más que hace unos meses.
Claro. Pero de un depósito de unos 90 euros, como era mi caso, había un descuento de unos 13. Es bueno que se perciba el esfuerzo que están haciendo el Estado y las gasolineras para lograr un precio razonable. Si lo queríamos hacer de manera inmediata y generalizada, esta era la única medida que podíamos adoptar. Dicho esto, hay un informe de expertos en materia fiscal en el que se analizan los impuestos con mucho rigor. Merece la pena leerlo y analizarlo. En eso está el Gobierno.
Se habla mucho de la diferencia en la salida de la crisis de hace 10 años y la de ahora, de cómo salen las socialdemocracias y los gobiernos conservadores, de la expansión del gasto público que no entiende de color político. ¿Qué define una salida socialdemócrata de este tipo de crisis?
Europa se ha fortalecido, ha ganado prestigio y autoridad con la salida a la pandemia y la guerra, está volviendo a nuestros corazones
Sin duda, Europa se ha fortalecido y ha ganado prestigio y autoridad en la salida de estas crisis, la de la pandemia y la de la guerra de Ucrania, respecto a la de la crisis financiera, cuando se apostó por la austeridad, los recortes y el dolor. La UE está apostando por un modelo socialdemócrata para la salida de las crisis y se ha acogido con total normalidad por parte de gobiernos socialdemócratas y conservadores. Cuando hay una crisis, cuando vienen mal dadas, hay que apoyar lo público para que pueda ayudar a las personas o sectores con más dificultades. En esos momentos, al liberalismo ni está ni se le espera, como entendimos en 2008. Sólo caben políticas públicas y socialdemocracia. Europa está ganando prestigio y volviendo a nuestros corazones con políticas de manera conjunta.
La comisión de los abusos en la Iglesia
¿Cómo valora la contribución hasta ahora de la Iglesia para esclarecer los abusos sexuales? Dijo que la Iglesia colaboraría. ¿Está satisfecho?
Lo que hemos hecho desde el Poder Legislativo es instar al Defensor del Pueblo a constituir una comisión para analizar y estudiar cuáles son los casos para que después envíe al Congreso un informe con recomendaciones que nos digan qué podemos hacer para que no se repitan. Lo que podemos hacer es apoyar a las víctimas y darles un entorno de privacidad y confianza para que las que quieran puedan dar su testimonio.
Hay algunas que no quieren. Por ejemplo, el escritor Alejandro Palomas, que se reunió con Pedro Sánchez, y otros, han creado una plataforma para dejar claro que la ‘comisión Gabilondo’ no les satisface.
Es muy respetable. Lo que tenemos que hacer es poner las condiciones para que todas las personas que quieran acudir a esas comisiones de investigación para esclarecer los hechos puedan hacerlo. A mí me importa mucho la parte de prevención, de que no vuelva a pasar nunca en el futuro y cuáles son las iniciativas legislativas que debemos tomar. El Defensor del Pueblo es la institución más lógica y razonable donde se tiene que desarrollar.
No teme que se quede en agua de borrajas la comisión.
No puede parecer que la Iglesia mira para otro lado en los abusos, tiene que comprometerse
Estoy seguro de que el Defensor del Pueblo va a hacer un gran trabajo y que va a contar con personas de prestigio para que le ayuden. Yo me reuní con el cardenal Omella, el presidente de la Conferencia Episcopal. Le pedí que colaborara con esa comisión por el bien de la Iglesia en primer lugar. No puede parecer que la Iglesia mira para otro lado, tiene que comprometerse.
¿Se comprometió a algo concreto?
Me dijo que lo iba a estudiar y que tenía que ver exactamente cómo se iba a organizar esa comisión. No le ví cerrado, en absoluto. Esto no es nada contra la Iglesia. Lo que tiene que hacer es despejar toda sospecha para que no suceda en el futuro.
Ley de Memoria
¿Habrá Ley de Memoria en esta legislatura? Los socios llamados a apoyarla lo ven imposible.
La memoria es también el presente. Cuando vemos imágenes en Ucrania tenemos que saber que esas imágenes ocurrieron hace muchas décadas en España
Espero que sí y que sea una ley comprometida con las víctimas, siguiendo los estándares europeos, que apueste por la verdad, la Justicia y la reparación, por el deber de no repetición. La memoria es también el presente. Cuando vemos imágenes en Ucrania tenemos que saber que esas imágenes ocurrieron hace muchas décadas en España. También hubo bombardeos indiscriminados sobre población indefensa en España. También hubo muchas personas que tuvieron que salir de su país despavoridas, huyendo de la guerra y del terror. La memoria al final es no sólo solidarizarte con la víctima sino también recordar lo que pasó para que nunca jamás se vuelva a repetir.
Las exhumaciones en el Valle de los Caídos tampoco avanzan. ¿Por qué?
Porque están suspendidas cautelarmente por un juzgado. Desde Patrimonio Nacional, que es el titular del Valle de los Caídos, se ha recurrido esa decisión y, por tanto, el tema está judicializado. La voluntad del Gobierno es que aquellos familiares que lo deseen puedan proceder a las exhumaciones. Es de justicia que el Estado colabore cuando un familiar quiere recuperar los restos de sus seres queridos. Tan pronto como se aclare judicialmente, continuaremos con el proceso.
¿Las crisis, como la de la pandemia y la guerra en Ucrania, hacen prever que se completará la legislatura? Si es así, ¿cómo ve al espacio de Unidas Podemos, sin el que a priori, el PSOE no podría seguir gobernando?
Nuestra voluntad es agotar la legislatura, darle estabilidad y conseguir salir de las dificultades y crisis que hemos tenido, con el país en crecimiento económico, transformación digital, transición ecológica, igualdad, cohesión social y territorial. Nos queda todavía por hacer.
Sería una buena noticia que hubiese un espacio que aglutine a todas las fuerzas a la izquierda de la izquierda del PSOE
El espacio de Unidas Podemos se está reconfigurando. Hay un nuevo liderazgo que está o va a iniciar un proceso de escucha. A mí me parece positivo que haya un espacio que aglutine a todas las fuerzas que están a la izquierda de la izquierda del PSOE. Sería una buena noticia para nuestro país.
Esta semana vemos cómo hay personas que se aprovecharon de la desesperación de algunas administraciones públicas y de falta de controles en los contratos covid. ¿Cree que ha pasado mucho en otras partes, fuera de Madrid?
Estoy absolutamente seguro de que no ha ocurrido mucho. El episodio que hemos conocido es muy preocupante. Las comisiones son absolutamente desorbitadas y desproporcionadas para personas que en lo peor de la pandemia estaban preocupadas por comprarse rolex, lamborghinis, ferraris y yates de lujo. No es en absoluto lo que ocurrió. Muy al contrario, el Gobierno de España y los autonómicos y municipales nos estábamos dejando la piel para proteger a la ciudadanía y conseguir material médico. No intentemos generalizar un episodio muy inmoral, que puede ser delictivo, pero ahí no entro porque eso lo determinarán los tribunales.
El alcalde dice que no tenía nada que ver. ¿Debería asumir responsabilidades o incluso dimitir?
Debemos dejar trabajar a la Fiscalía, a los jueces y cuando conozcamos los hechos con precisión será el momento de hablar de responsabilidades políticas.
Este jueves hubo una reunión de tres horas entre el presidente del Gobierno y el nuevo líder del PP. Después de este encuentro, ¿la relación del Gobierno con el PP de Feijóo es mejor, igual o peor que con el PP de Casado?