Galicia vota este domingo, pero esta vez no decide solamente la composición de su Parlamento. El resultado de las elecciones marcará no solo el signo político de la Xunta, la continuidad del PP después de quince años de gobiernos ininterrumpidos de la derecha o su relevo por un ejecutivo de izquierdas comandado por primera vez por una mujer nacionalista. Decidirá, según todos los analistas, el futuro de Alberto Núñez Feijóo. La comunidad que encumbró al sucesor de Manuel Fraga y le sirvió de trampolín para hacerse con el liderazgo nacional del PP podría, paradójicamente, convertirse en su tumba política.
Feijóo vinculó desde el principio su destino a la suerte de la candidatura del PP en las elecciones gallegas. Suya, de común acuerdo con el candidato, Alfonso Rueda, fue la decisión de adelantarlas para hacerlas coincidir con el debate de la ley de amnistía. Suya fue la responsabilidad de elegir a su sucesor, el político pontevedrés que aparece en los carteles del partido. Suya fue también la responsabilidad de revelar que el PP defiende en secreto una salida política al conflicto en Cataluña cuando el discurso oficial del partido, sobre el que descansó toda la estrategia de oposición durante los últimos seis meses, aboga exactamente por lo contrario. Y suya fue, en última instancia, la decisión de hacer descansar la campaña sobre asuntos de política nacional, en vez de apostar por galleguizar el debate, como había hecho el PP, con notable éxito, en todas las elecciones precedentes.
Esa es la razón por la que todo el mundo, incluido su equipo de Génova, sabe que su futuro depende de lo que decida Galicia. Si el PP consigue revalidar la Xunta, no importa si por la mínima (38 escaños) o con la ayuda de algún socio potencial —algunas encuestas predicen que la candidatura populista de derecha Democracia Ourensana puede obtener un escaño—, Feijóo habrá salvado la situación. Pero si fracasa, y la izquierda (BNG, PSdeG-PSOE y tal vez Sumar) alcanzan 38 o más escaños, la mayoría de voces su propio partido y de la derecha mediática le van a señalar como el único responsable de un tropiezo histórico que se sumaría además al fracaso del 23J.
En ese supuesto, todas las miradas se van a dirigir a la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Será ella, como lideresa del sector radical del PP, la encargada de abrir o congelar las hostilidades dentro del partido, empujada o aconsejada, según el caso, por el influyente José María Aznar.
Un calendario complicado
Con todo, que el liderazgo de Feijóo salga muy tocado del resultado electoral en Galicia no significa que la batalla interna por su sucesión vaya a comenzar de inmediato. Sus adversarios internos tienen muy en cuenta el calendario que viene porque hay elecciones europeas en junio y vascas en cualquier momento a lo largo de los próximos meses y no se pueden permitir que una crisis interna eche por tierra las expectativas que se han marcado para desestabilizar el Gobierno de Pedro Sánchez.
Una victoria del PP, en cambio, permitirá a Feijóo conservar el timón, aunque probablemente no impedirá que los errores cometidos durante la campaña, igual que los que se sucedieron en las generales, le pasen factura en el debate interno.
El PSOE de Pedro Sánchez, por su parte, también se juega mucho. No obstante, el hecho de partir de una posición modesta le permite jugar mejor con las expectativas. Los socialistas perdieron el liderazgo de la oposición hace cuatro años y todo indica que no van a conseguir recuperarlo. Pero si sus escaños, sumados a los del BNG, consiguen dar pie a un nuevo bipartito que ponga fin a quince años de gobiernos del PP, habrán logrado abrir una vía de agua por debajo de las líneas de flotación del proyecto político de Feijóo justo cuando el líder de la oposición más estaba apretando para provocar la salida de Sánchez. Y eso, para los socialistas, tendrá el sabor de una victoria aunque, en puridad, no consigan avanzar en peso político en el Parlamento.
Si no lo consiguen, en cambio, y se confirma que el PSOE puede incluso retroceder en número de escaños, las dificultades para desbloquear políticamente la legislatura continuarán en aumento. Ahora mismo tiene 14 diputados, la cifra más baja de su historia, pero las encuestas publicadas hasta el lunes dicen que pueden ser incluso menos. En este supuesto, los socialistas se esforzarán en mantener vivo el argumentario que han utilizado en los últimos días y aprovechar las contradicciones de Feijóo en relación con la amnistía.
Para los socialistas, por tanto, la diferencia esta noche entre el éxito y el fracaso depende de que el PP conserve o no la Xunta y de que ellos consigan recuperar o no terreno en el espacio de la izquierda.
La emergencia del BNG
En medio de los dos emerge un BNG renovado bajo el liderazgo de Ana Pontón que, una vez más, y van tres consecutivas, se ha convertido en la sorpresa de la campaña, con una llamativa tendencia al alza que, en caso de que el PP no tenga mayoría absoluta, le garantiza por primera vez la Presidencia de la Xunta. Sería un escenario histórico: por primera vez, una mujer al frente del Gobierno de Galicia. Y, por primera vez, una mujer nacionalista.
Esta noche el Bloque festejará su resultado si, como parece, consigue incrementar significativamente el apoyo que recibe de los electores gallegos y si alcanza una cifra desconocida de escaños en el Parlamento (ahora mismo tiene 19). Pero la celebración será agridulce si ese avance electoral no es suficiente para, en combinación con otras fuerzas de izquierdas, sacar al PP de la Xunta.
El resultado final dependerá también del desempeño que consigan otras cuatro formaciones a las que ninguna encuesta garantiza superar el 5% provincial que la ley exige para entrar en el reparto de escaños. La que tiene más posibilidades, siempre según la demoscopia, es Sumar, el partido de Yolanda Díaz. Algunos estudios de intención de voto sostienen que tiene posibilidades por A Coruña, por Pontevedra o incluso por ambas circunscripciones. Otras encuestas, en cambio, sostienen que no lo conseguirán.
Peor es aún la expectativa de Podemos. El partido liderado por Ione Belarra está muy lejos, siempre según los sondeos, de ese 5% que abre la puerta al reparto de asientos en el Parlamento.
Si Sumar, o incluso Podemos, consiguen escaño, nadie duda de que jugarán a favor de una mayoría de izquierdas liderada por el BNG. Pero si no lo logran, muchos mirarán cuántos votos se perdieron en esas candidaturas y si acabaron contribuyendo a una mayoría absoluta de la derecha.
Los riesgos del PP
Lo mismo sucede al otro lado del arco parlamentario. El PP necesita moverse en porcentajes muy altos (por encima del 43%) para tratar de mantener su mayoría absoluta. Y ese objetivo se ve amenazado, en parte, por dos candidaturas de derechas. Primero, la de Vox, que está aparentemente en situación de hacerle perder entre un 1 y un 2% de los votos (un volumen pequeño, pero valiosísimo, de votos que se perderían al no alcanzar el mínimo para entrar al reparto de diputados). Y, en segundo lugar, la de Democracia Ourensana (DO), la formación populista del alcalde de la ciudad de As Burgas, Gonzalo Jácome, que planea condicionar la mayoría del PP a la obtención de cuantiosas inversiones públicas para su provincia. DO sumará a favor del PP si consigue escaño, pero paradójicamente, igual que Vox, puede contribuir a su derrota si se hace con votos de la derecha y no alcanza el mínimo del 5% para optar al reparto de escaños.
Galicia enfrenta tres escenarios posibles. En el primero, el PP se garantiza la continuidad en la Xunta solo o con la ayuda de Democracia Ourensana. En el segundo, BNG y PSOE formarán un gobierno presidido por una nacionalista, quizá con la ayuda de Sumar. En el tercero, todo quedará en el aire pendiente del escrutinio del voto procedente del extranjero, que no comenzará hasta el lunes 26.
Lo que ocurra depende, en definitiva, de lo que decidan 2.693.624 personas con derecho a voto, de las que 79.072 son nuevos electores que han cumplido 18 años desde los últimos comicios, celebrados en julio de 2020, en plena pandemia. De ellas, 476.514 viven en el extranjero, la mayoría en Argentina (166.289), Cuba (45.672) y Brasil (45.391). El escrutinio de estos últimos votos, sin embargo, no comenzará hasta el lunes 26. Serán quienes decidan a quién se asignan los últimos escaños en el caso, más probable en las circunscripciones de Lugo y Ourense, de que la diferencia entre partidos sea muy pequeña.
Aumento de la participación
Los que sí se tendrán en cuenta este domingo son los votos emitidos por correo, casi 59.000 sufragios, lo que supone un 37% más que en los comicios de 2016. Un incremento que anticipa un aumento notable de la participacxión este domingo (el récord en unas autonómicas se registró en 2009, la primera vez que ganó Feijóo).
Cuando cierren los colegios, Radio Televisión Española (RTVE) y la Federación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicos (FORTA) publicarán un sondeo encargado a la empresa GAD3 a partir de 3.200 llamadas realizadas entre los días 1 y 17 de febrero. Será la cifra más esperada en tanto no estén disponibles los primeros datos del escrutinio real.
Ver másEl PP se lanza a por el voto ultra: Ayuso pasa a primera fila en medio de apelaciones expresas al votante de Vox
Las televisiones ofrecerán una cobertura especial de las elecciones con especiales informativos, conexiones en directo y análisis de la jornada electoral. La 1 y el Canal 24 Horas ofrecerán primero un programa conducido por Alejandra Herranz y Marta Carazo que continuará en el Canal 24 Horas cuando el escrutinio de los comicios arroje resultados definitivos. En el plató estarán los analistas Paco Camas y Cristina Monge, columnista de infoLibre. Desde Galicia, Xabier Fortes moderará una tertulia política sobre el resultado electoral.
La cobertura de Antena 3 ampliará su Noticias 2 Fin de Semana con un especial con los resultados y el resumen de la jornada. LaSexta emitirá a partir de las 19.20 horas un especial conducido por Antonio García Ferreras con la participación de los analistas Lluís Orriols, Ángela Vera, Pablo Montesinos, Sandra León, Angélica Rubio, Ignacio Escolar, Manuel Cobo y Antonio Maestre.
Desde las 19.50 horas, la segunda edición de Noticias Cuatro, con Marta Reyero y Roberto Arce, estará pendiente del cierre de colegios y de las primeras estimaciones de los resultados. Tomará el relevo Informativos Telecinco a las 21.00 horas, con David Cantero, Leticia Iglesias y José Ribagorda.
Galicia vota este domingo, pero esta vez no decide solamente la composición de su Parlamento. El resultado de las elecciones marcará no solo el signo político de la Xunta, la continuidad del PP después de quince años de gobiernos ininterrumpidos de la derecha o su relevo por un ejecutivo de izquierdas comandado por primera vez por una mujer nacionalista. Decidirá, según todos los analistas, el futuro de Alberto Núñez Feijóo. La comunidad que encumbró al sucesor de Manuel Fraga y le sirvió de trampolín para hacerse con el liderazgo nacional del PP podría, paradójicamente, convertirse en su tumba política.