La primera chispa saltó un 4 de octubre. Hace justo cuatro meses. Entonces, la I Asamblea de Izquierda Unida de Madrid ciudad sacó un nombre a relucir: Ángel Pérez, el portavoz en el Ayuntamiento de Madrid desde 2007. Por aquellos días, acababa de estallar el escándalo de las tarjetas black de Caja Madrid, por el que se descubrió que quien fuera durante años vicepresidente de la entidad, José Antonio Moral Santín, fue de los ejecutivos que más gastó con su visa opaca, 456.522 euros entre 2003 y 2012. Y si salió a relucir el nombre de Pérez fue porque un pequeño grupo, que se quedó en minoría, exigió su dimisión inmediata por haber “defendido reiterado y públicamente” a Moral Santín. Cuatro meses después, Pérez sigue siendo el portavoz en el Consistorio y ya no es un pequeño grupo quien exige su marcha, sino IU federal. Cuatro meses después, aquella chispa prendió y el fuego parece incontrolable. Cuatro meses después, en Izquierda Unida-Comunidad de Madrid (IU-CM) se barrunta la ruptura y en IU, en varias federaciones y en el círculo de Alberto Garzón, ya se mira hacia arriba, hacia Cayo Lara, quien tiene la difícil papeleta de intentar mediar y salir airoso o exponerse a un mayor cuestionamiento interno.
Desde octubre, se han sucedido tres reuniones prácticamente monográficas de la Presidencia Ejecutiva Federal (PEF) –el escalón intermedio de poder, que componen más de 70 miembros–, la última, el pasado viernes, y ocupó parcialmente la convocatoria de un Consejo Político Federal (CPF), el máximo órgano de dirección entre asambleas. A lo que hay que sumar repetidas citas de la cúpula regional, del PCE y de su rama madrileña. Además, se constituyó una comisión de investigación en IU-CM y una comisión de transparencia federal. Pero nada ha servido para mover al portavoz en el Ayuntamiento, Ángel Pérez, y su homólogo en la Asamblea, Gregorio Gordo. Ambos fueron coordinadores madrileños (el primero, entre 1993 y 2000; el segundo, entre 2009 y 2012), y a ambos se les pide que dejen sus cargos públicos por las decisiones que en su época tomaron sobre Caja Madrid y Bankia. Entre otras, aupar y mantener en Caja Madrid a Moral Santín, que dejó su carné de IU cuando el caso Bankia entró en la Audiencia Nacional. Ni siquiera se ha desplazado al diputado autonómico Antero Ruiz, a quien IU-CM responsabilizó por las tarjetas black, pidió su escaño y suspendió de militancia. Pero Ruiz recurrió a la Comisión Regional de Garantías, que le dio la razón, así que tiene todos sus derechos como militante y sigue sentado en la Asamblea como vicepresidente tercero y dentro de su grupo.
Pero ya el problema no se ciñe a Gordo y Pérez, a los que la PEF del 30 de enero decidió abrir expediente por incumplir las resoluciones federales y no irse. Lo que ahora está en riesgo es la propia supervivencia de IU-CM, pese a lo cual la cúpula federal decidió no intervenir.
La tensión va en aumento y cada día que pasa parece no tener vuelta atrás. El sábado pasado, el Comité Federal del PCE decidió suspender de militancia a Gordo y Pérez (este, realmente, no militaba en el partido desde primeros de año al dejar de abonar la cuota de enero) y abrirles expediente de expulsión. Y el lunes, el Partido Comunista de Madrid (PCM) reiteró su exigencia de dimisión y acordó romper con IU-CM. O sea, no acudir a los órganos regionales y no reconocer a la dirección colegiada, la estructura de siete personas que sustituye a Eddy Sánchez, el coordinador que dimitió un día después de la victoria arrolladora, en las primarias, de Tania Sánchez Melero y Mauricio Valiente. El martes, dimitió como concejal en el Ayuntamiento Ángel Lara, una decisión que sorprendió a propios y extraños porque él estaba en el círculo de confianza de Pérez. Todo lo contrario que Jorge García Castaño, afín a Sánchez y Valiente, que el pasado 22 de enero dejó su carné de militante y su acta en el Consistorio para volcarse en la construcción de una lista de unidad popular, a través de Ganemos.
Llegar hasta el final
Valiente, por su parte, anunció que su candidatura, la que compartió con la diputada Tania Sánchez, Recuperar Madrid, someterá a votación entre militantes y simpatizantes el acuerdo que Ganemos y Podemos alcanzaron la semana pasada, según el cual se constituirán como partido instrumental. Algo que rechaza de partida la cúpula madrileña, dominada por la vieja guardia (el sector de Pérez y Gordo, más el grupo del ya exsecretario de Organización federal Miguel Reneses). La dirección regional remacha que la convergencia sólo será posible bajo la fórmula de la coalición electoral, la única que permite, a su juicio, mantener las siglas de IU. El marco de entendimiento de Ganemos y Podemos será debatido y votado en los 21 distritos de la capital y los resultados se anunciarán el día 13. La fecha no es casual, porque en el acuerdo anunciado la semana pasada se decía que el plazo máximo para validarlo era el 15 de febrero.
Los críticos consideran posible ganar esa votación, ya que 11 de los 21 coordinadores caen de su lado, según sus cuentas, y en las bases su postura favorable a la confluencia "arrasa". Además, Valiente advirtió de que no admitiría "intromisión" alguna por parte de IU-CM, ya que esta se ha "situado fuera de la política" federal.
¿Cuál es el timing a partir de ahora? Este miércoles, la comisión colegiada dará una rueda de prensa para exponer su versión, a las 11 horas, y por la tarde se reúne el sector de Sánchez y Valiente para tomar una decisión sobre qué pasos dar. El viernes, se reunirá el Consejo Político Regional –previsiblemente, con la ausencia del ala crítica– para ratificar la postura sobre la convergencia en base y aprobar el proceso de confección de las listas. Y el 21 de febrero será el turno del CPF, el último órgano, el que tendrá que adoptar la decisión definitiva sobre la confluencia y sobre el conflicto madrileño. Para el cabeza de lista a la Moncloa, Alberto Garzón, que apoya a los dos candidatos ganadores en las primarias, será la batalla final, tal y como lo conciben en su entorno. Lara, por tanto, podría verse obligado a elegir entre apoyar a la vieja guardia o respaldar a Sánchez y Valiente. Y, en caso extremo, si perdiera la votación, quedaría en una situación muy débil y podría precipitarse su dimisión. Eso colocaría a IU en una situación crítica a tres meses de unas elecciones.
Es muy complicado discernir qué puede pasar en los próximos días, porque son muchos los actores que tienen que hablar. De entrada, los madrileños. La posición de la dirección regional no ofrece muchas dudas. Para empezar, no comparte la iniciativa de Valiente. "Mauricio es un candidato y entiendo que ha dado una opinión personal –aseguraba a este diario la diputada autonómica Libertad Martínez, miembro de la comisión colegiada y dirigente de la confianza de Pérez–. Y no hemos discutido sobre opiniones personales". Para seguir, no concibe otra fórmula de confluencia que la de la coalición electoral. "Ganemos y Podemos van a montar un partido. Pero yo no me siento concernida por lo que haga otro partido". ¿Cabría aceptar el formato partido, a medio camino entre la coalición y la agrupación de electores, la vía por la que apostó inicialmente la formación de Pablo Iglesias? "No. Concurrir como partido supone la disolución de IU. Ni de broma", respondió Martínez.
Lara elude hablar de la 'vía partido'
El grupo de Sánchez y Valiente no ha ahormado su posición. Los hay partidarios de marcharse, emulando los pasos de García Castaño, para ir trabajando en la candidatura de unidad popular, y hay quienes creen que todavía hay recorrido para dar la batalla dentro de IU, intentando aguantar el pulso hasta el CPFdentro , cuya composición (más de 200 miembros) creen más favorable. La opción menos factible, según fuentes de este sector, es plegarse a las directrices de la cúpula regional, "rendirse ante Ángel Pérez". Menos aún después del espaldarazo del PCE y de la Permanente del PCM. Tania Sánchez, no obstante, tiene menos percha si quisiera despegarse de IU, porque no hay un espacio de convergencia autonómico, tipo Ganemos, ya que Podemos sí quiere concurrir con su marca.
En el equipo de Cayo Lara, intentan guardar equidistancia, pese a que el coordinador logró el pasado viernes, en la reunión de la PEF, que prevalecieran sus posiciones, más tibias: abrir expediente a Gordo y Pérez (no expulsarlos de forma inmediata) y no intervenir IU-CM. La Presidencia, no obstante, no mencionaba expresamente la fórmula de la coalición electoral en su texto final. Lara, preguntado en rueda de prensa en el Congreso, defendió la suma de siglas –esto es, la coalición–, pero dijo desconocer en qué consistía exactamente el formato de partido instrumental. Y eludió pronunciarse sobre "futuribles".
La dirección federal tiene previsto organizar una reunión específica sobre convergencia antes del CPF del 21 y, entretanto, intentará "tender puentes" entre las partes enfrentadas en IU-CM para intentar encontrar "la mejor solución". ¿Y qué pasa con la vía partido? "Esa tesis dificulta, pero no imposibilita el acuerdo", señaló a infoLibre el nuevo secretario de Organización, Adolfo Barrena. "Es decir, creemos que es osible encontrar una fórmula de confluencia en la que todo el mundo se sienta cómodo. La fórmula partido dificulta, porque IU no está cómoda. Hay que hacer un esfuerzo para que se dé la convergencia y se reflexione para quitar obstáculos".
Lo cierto es que Ganemos y Podemos cerraron ir a los comicios municipales del 24 de mayo bajo el paraguas de partido instrumental y esa decisión, según insistieron ayer desde la plataforma, es inamovible, no tiene vuelta atrás.
Madrid no elige diputación
Distintos dirigentes consultados confirmaron que en IU se está abriendo camino la aceptación de la fórmula partidofórmula partido. Se reconoce que no es el formato preferido, pero también que no es la vía que había puesto Podemos sobre la mesa, de manera que es una suerte de punto intermedio. Además, existe un "argumento convincente", según señalaba un alto cargo de la federación andaluza, la más potente y la que marca el paso: que en Madrid no se elige diputación provincial. En otros puntos, como Sevilla, Málaga o la propia Barcelona, los votos obtenidos por cada marca en cada municipio cuentan a la hora de constituir el Ejecutivo provincial, por lo que, como ha ido advirtiendo IU, interesa que no se desperdicien sufragios. Pero en Madrid eso no ocurre.
"Yo entiendo razonable lo de la coalición –aseveraba un importante candidato autonómico, cercano a las tesis de Garzón–, pero Madrid es un sitio muy particular. Y lo que está en cuestión es si elegimos el bando sano, el de Tania y Mauricio, o el de Pérez y Gordo. Además, la marca ya está muy quemada". "El debate sobre la fórmula es instrumental. A la vieja guardia lo que le molesta es la lista, perder el poder", coincidía un miembro de la ejecutiva de Lara.
El análisis, bastante compartido por federaciones que el pasado viernes apoyaron intervenir IU-CM –Valencia, Murcia, Baleares, Cataluña (EUiA) o Galicia–, todas muy próximas a Garzón, es que el liderazgo de Lara flaquea porque no ha sabido atajar a tiempo una crisis que se lleva alargando cuatro meses y que está perjudicando enormemente la vida de IU. Además, protegió a Reneses como número dos, hasta que su posición fue insostenible, y aunque ahora ha nombrado a un nuevo secretario de Organización, el aragonés Adolfo Barrena, se ha quedado sin cortafuegos. A su vez, José Luis Centella, coordinador de la Presidencia y líder del PCE, ha podido ver cómo está su casa, el PCE, mucho más exigente con la federación madrileña que la propia IU. El viernes pasado, Centella intentó buscar una vía intermedia entre Lara (renuente a tomar el control de IU-CM) y los críticos (partidarios de intervenir), pero ante la cerrazón del coordinador, tiró la toalla y antes de dejarle en evidencia, apoyó su postura.
"Nos la jugamos mucho"
"Claro que se eleva la presión sobre Cayo. A él mismo no se le ve a gusto con este tema. No sé si detrás hay incapacidad, miedo, algo que no conocemos...", observaba un dirigente andaluz, que comparaba su actitud con la mano firme del PCE, que ha optado, por la práctica unanimidad, por "no poner paños calientes". "Lo positivo es que consigue nuclear la respuesta en torno al partido".
Lara y sus colaboradores van a tratar por todos los medios de llegar a una solución pactada, y no a un Consejo Político endiablado. Y a ello podría ayudar una federación clave como Andalucía, que tiene como prioridad interponer un "cinturón sanitario" para que el fuego no baje, a menos de dos meses de las autonómicas. Pero algunos ya se ponen en el peor de los escenarios, el abismo de tener que respaldar a Sánchez-Valiente o a la cúpula madrileña. Una difícil decisión que recuerda a la que se tomó en 2012, cuando se apoyó a la escisión vasca, Ezker Anitza, frente a la Ezker Batua de Javier Madrazo. "Es que este es el CPF final. Nos la jugamos mucho porque nos jode mucho lo de Madrid, esto nos afecta a todos", reflexionaba preocupado un dirigente regional.
Lo que se le censura a Lara es que no ha sabido entender el ritmo de los tiempos, que mandan una confluencia sincera y unirse a la ola de cambio, no encastillarse en las siglas. Y menos ahora, cuando las encuestas dan una bajada generalizada de IU.
La división en torno a la posición de Lara se visualizó, de hecho, en la Presidencia del viernes. 28 miembros apoyaron su postura de no expulsar a Gordo y Pérez y 16 la rechazaron, y 26 avalaron su decisión de no intervenir IU-CM, por las 14 que la rechazaron y las 4 que se abstuvieron. Si en el Consejo Lara llegara a perder una votación, una alternativa poco probable ahora mismo, podría caer. Para Barrena, "habrá gente a la que le guste más o menos, pero es el coordinador federal y no está cuestionado".
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"IU va a seguir apoyando a IU-CM"
Tampoco arroja dudas sobre él Libertad Martínez: "Cayo es el coordinador elegido por amplísima mayoría y es el coordinador de todos". La dirigente madrileña no concibe que, llegado el caso, el CPF apoyara a Sánchez y Valiente: "IU va a seguir apoyando a IU-CM. Otra cosa será la gente que, para fortalecer a Podemos, ha decidido hacer daño a IU".
El debate se sitúa ahora, en consecuencia, en el futuro de la propia IU-CM, y menos quizá en Gordo y Pérez. La cúpula madrileña dice que "acatará" la resolución federal "en sus términos", pese a que la PEF ha amonestado que ha incumplido todas las anteriores reiteradamente. El pulso continúa, y se dirimirá en los próximos días.
La primera chispa saltó un 4 de octubre. Hace justo cuatro meses. Entonces, la I Asamblea de Izquierda Unida de Madrid ciudad sacó un nombre a relucir: Ángel Pérez, el portavoz en el Ayuntamiento de Madrid desde 2007. Por aquellos días, acababa de estallar el escándalo de las tarjetas black de Caja Madrid, por el que se descubrió que quien fuera durante años vicepresidente de la entidad, José Antonio Moral Santín, fue de los ejecutivos que más gastó con su visa opaca, 456.522 euros entre 2003 y 2012. Y si salió a relucir el nombre de Pérez fue porque un pequeño grupo, que se quedó en minoría, exigió su dimisión inmediata por haber “defendido reiterado y públicamente” a Moral Santín. Cuatro meses después, Pérez sigue siendo el portavoz en el Consistorio y ya no es un pequeño grupo quien exige su marcha, sino IU federal. Cuatro meses después, aquella chispa prendió y el fuego parece incontrolable. Cuatro meses después, en Izquierda Unida-Comunidad de Madrid (IU-CM) se barrunta la ruptura y en IU, en varias federaciones y en el círculo de Alberto Garzón, ya se mira hacia arriba, hacia Cayo Lara, quien tiene la difícil papeleta de intentar mediar y salir airoso o exponerse a un mayor cuestionamiento interno.