La triada de must navideños en Nueva York pasa por escuchar el All I want for Christmas de Mariah Carey entre calles atestadas de viajeros y locales cargando decenas de bolsas, la visita al enorme árbol del Rockefeller Center y una tarde como público en uno de los partidos de baloncesto de la liga NBA que se disputan en la Gran Manzana en los que nunca faltan rostros como Jack Nicholson, Taylor Swift y Ben Stiller, algunas de las celebrities que incondicionalmente se sientan en primera fila.
Y ha sido esta última imagen la que se ha colado estos días en la tribuna de oradores del Parlamento de Andalucía, en el debate de totalidad del proyecto de Ley del Presupuesto para 2024. En esta sesión plenaria, la última del año, se habló de amnistía y de concesiones a Cataluña, de quita de deuda y de Puigdemont (la centrifugadora del debate nacional manda, claro está), pero también de la campaña de promoción de Andalucía como destino turístico en los partidos de la NBA en la Navidad neoyorquina.
“En Andalucía se está gastando más en promoción que en políticas de vivienda”, espetó Inma Nieto, portavoz de Por Andalucía (la marca regional de Sumar), que sacó a relucir un dato: la empresa pública de Turismo ha gastado 165 millones en publicidad desde que gobierna el PP, más de lo invertido en vivienda.
A su izquierda, José Ignacio García, portavoz de Adelante Andalucía también afeó a Juanma Moreno el contrato publicitario por tres millones de euros más IVA firmado por la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía con el grupo Madison Square Garden, propietario de la plataforma audiovisual MSG Networks.
“En la Andalucía de Moreno Bonilla y del PP, caben los Lakers, los Chicago Bulls, caben los Brooklyn Nets y sobramos los andaluces”. Con esos tres millones, expuso el parlamentario, se pueden construir un centro de salud o contratar a 600 profesionales sanitarios durante un mes.
Y también esta noticia, adelantada por el diario Relevo, protagonizó parte de la intervención de la parlamentaria socialista Isabel Aguilera, que, como portavoz en la Comisión de Turismo, Cultura y Deporte, criticó que el consejero Arturo Bernal tenga abandonadas la mitad de las competencias de su consejería: “Es escandaloso que se haya pagado 38 millones de euros por un anuncio y sólo se haya ejecutado 9 millones en deporte o sólo 11,5 millones para cultura. El consejero tiene abandonado al deporte base y a los creadores de Andalucía”, dijo sobre el costosísimo spot bajo la firma de los creadores de la multinacional Ogilvy.
Bajo el título de Andalusian Crush, el anuncio, que lleva semanas en órbita con éxito en redes y soportes, cuenta con la voz y la imagen final de Peter Dinklage (Tyrion Lannister en Juego de Tronos) como narrador de un relato que apela al flechazo que el viajero siente tan pronto conoce la idiosincrasia andaluza.
¿Qué hay detrás de esta última gran campaña?
Dependiendo de la fuente, se trata de una campaña baratísima para la captación del turista en el mercado norteamericano que, según datos de la Junta, tendrá más de 300 millones de impactos. También hay quien ve la megalomanía de un presidente que disfruta del cheque en blanco que da una mayoría absolutísima que acaba de aprobar el presupuesto para el próximo año sin apenas concesiones a la oposición. De las 1.612 enmiendas presentadas, el Gobierno andaluz sólo ha incorporado 85. 57 de ellas eran del PP, el partido del gobierno.
¿En qué consiste la campaña exactamente? El patrocinio se enmarca dentro de una iniciativa de promoción de Andalucía en equipos de la NBA a través de la Empresa Pública para la Gestión del Turismo y el Deporte de Andalucía, que a su vez lo ha negociado con la empresa Sportfive Iberia SL, cuya empresa matriz es propiedad de un fondo norteamericano y, según fuentes de la Consejería, la única interlocutora para la gestión de los derechos de imagen de estos equipos. “De ahí que el contrato se haya hecho por designación directa y sin publicidad”, apuntan estas fuentes oficiales, que explican también que un 80% del coste se ha pagado con Fondos Feder consignados exclusivamente a la promoción de Andalucía.
En esta acción, el equipo de Turismo lleva trabajando desde octubre, fecha que coincide con los prolegómenos de los Grammy, una gran gala que se celebró en Sevilla el 16 de noviembre y que supuso un desembolso por parte de la Junta de Andalucía, de más de 23 millones de euros y una polémica abierta sobre el retorno real para las ciudades de este tipo de iniciativas.
En este caso, el contrato para la promoción de Andalucía en la NBA obliga a la proyección del anuncio en los partidos oficiales que estos equipos disputen en sus canchas durante la última semana del año. Concretamente, según la nota oficial, durante el partido entre los Chicago Bulls y los Atlanta Hawks del 26 de diciembre, el encuentro entre los Brooklyn Nets y los Milwaukee Bucks del día 27 y el que Los Ángeles Lakers disputará contra los Charlotte Hornets el 28 de diciembre.
Asimismo está prevista la presencia de la marca Andalucía y de los materiales de la campaña en soportes publicitarios de los pabellones, en el LED perimetral alrededor de la pista, en contenidos a los que se dará difusión en sus canales digitales (los perfiles de redes sociales) y a través de “diversas propuestas dirigidas a los aficionados”.
Se substituirán las clásicas cheerleaders por un intermedio protagonizado por un brevísimo número de flamenco que, adelantamos ya, soliviantará a los puristas del jondo. Además, se llevarán a cabo acciones especiales bajo la denominación Andalusian Theme Nights, con noches temáticas dedicadas al destino que mostrarán el flamenco como un atractivo diferencial de la comunidad junto con actos con leyendas de los clubes y promociones con los seguidores.
Todo esto es lo que está escrito sobre el papel y el grado de cumplimiento final será, según ha adelantado la oposición, motivo de fiscalización y seguimiento.
Y todo este despliegue ¿para qué?
Desde el diseño del nuevo Gobierno de Juanma Moreno tras el 19J, el consejero Arturo Bernal, experto en las políticas de Turismo desde sus tiempos en la Diputación de Málaga, tomó el control de una Consejería mastodóntica en la que ha orillado dos patas, Cultura Deporte, y ha proyectado una prioridad cristalina: atraer al turista norteamericano, un tipo de viajero que, según distintos estudios del sector, pasa más tiempo en el destino y gasta más.
No en vano, el turismo representa un 13% del PIB anual de Andalucía y, según datos que maneja la Junta, el turista norteamericano gasta entre 217 y 220 euros diarios, frente a los 137 aproximadamente que gasta otro viajero, que en los años de furor de las aerolíneas low cost ha colonizado la Costa del Sol pero también capitales de interior como Sevilla o Granada. Sólo hay que darse un paseo por las principales arterias de estas ciudades.
De hecho, a día de hoy Estados Unidos es el cuarto mercado internacional en viajeros para Andalucía y el primero no europeo. Entre los meses de enero y octubre de este año los establecimientos hoteleros de Andalucía recibieron 560.877 viajeros procedentes de este país, aproximadamente 1,3 millones de pernoctaciones, un 30% más que lo registrado en el mismo periodo de 2022.
Con esta campaña, aseguran fuentes del entorno del consejero, se busca avanzar en la negociación con las compañías aéreas de cara a cerrar nuevos vuelos directos entre ciudades estadounidenses y capitales andaluzas. En la actualidad, sólo Málaga tiene un vuelo directo con Nueva York (y aquella opción frente a la de Sevilla abrió de nuevo la clásica disputa entre ambas ciudades).
Concretamente, se trabaja en nuevas conexiones directas entre aeropuertos andaluces con ciudades como Chicago o Miami.
¿Es posible? De hecho, es la principal línea de trabajo del equipo de Turismo desde hace meses. Sólo hay que echar un vistazo al calendario de grandes eventos a los que está dedicando atención y sobre todo dinero público: la Solheim Cup, celebrada en Casares (Málaga) el pasado septiembre, pasa por ser la mayor competición internacional de golf femenino que enfrenta al equipo europeo con el estadounidense; para los Grammys, con los que hay acuerdo de que la marca siga apareciendo en distintos conciertos hasta 2025, la Junta de Andalucía puso la alfombra roja a los popes mundiales de la industria musical; y ahora llega esta campaña en la NBA…
A estas alturas del año, y de la Navidad, nos permitimos una broma emulando el anuncio de Nespresso…“And what else, Juanma?”
Lo próximo, sostienen fuentes de Turismo consultadas por infoLibre, es que la estrategia andaluza del próximo Fitur se consagre al mercado norteamericano, al que se expondrá no sólo los atractivos turísticos de Andalucía sino también sus pros como destino para la industria audiovisual, un área a la que le está dedicando especial atención la Junta.
Una vez conseguido el mercado norteamericano, el foco, avanzan fuentes de Turismo, se pondrá en ciudades específicas de Asia-Pacífico, atractivas por su PIB y su entrada en nuevos mercados en auge.
¿Qué consecuencia tendrá esta captación de un turista cada vez más rico? Los cálculos de la Consejería de Turismo indican que creará un efecto dominó: los turistas con mayor poder adquisitivo expulsarán al turismo de mochila y billete de Ryanair que campa en las terrazas, veladores y calles de muchas ciudades andaluzas sin rascarse demasiado el bolsillo. Que los viajeros ávidos de gastar en galerías comerciales y restaurantes de mesa y mantel empujarán a los márgenes la cultura del low cost.
Para el equipo del consejero de Turismo, Cultura y Deporte, las críticas sobre esta campaña de los partidos de la oposición son “pura demagogia”. “Si la critican porque no saben, es pura ignorancia, y si critican sabiendo lo que habitualmente cuesta este tipo de acciones es puro cinismo. El retorno es infinitamente mayor que lo que ha costado la campaña; entrar a comparar la inversión en estas campañas con las listas de espera de la sanidad es puro populismo”.
Lo cierto es que esta campaña trasciende en la semana en la que se conoce que Andalucía es la última comunidad en PIB per cápita por tercer año consecutivo, en la semana en la que se han reactivado las protestas de las mareas verdes y blancas por la erosión de la Educación y la Sanidad públicas, y en la semana en que el PP andaluz ha decidido, vía enmienda en el Presupuesto diseñado por su consejera de Hacienda, que los ricos andaluces decidan si quieren tributar el impuesto de grandes fortunas en la Administración autonómica o en la estatal, tras el revés del Tribunal Constitucional que tumbó los recursos de Andalucía, Madrid y Galicia.
Esta campaña trasciende también en una semana en que, como tantas anteriores, son decenas los usuarios en redes sociales y también las crónicas de la prensa local que relatan desaparición del acervo identitario de las calles de nuestras ciudades en favor de bares franquiciados, espacios a pie de calle para consignas de equipajes, homogeneización de escaparates, multiplicación de hostels y apartamentos turísticos cuando no la conversión de antiguos edificios de acceso público en hoteles de cinco estrellas. Signos todos de la turistificación que merece reflexión, debate, ordenación y reglas.
Ante estas imágenes, en una comunidad gobernada en sus ocho capitales por alcaldes del PP, lo habitual hasta ahora está siendo evitar mirar a futuro, conformarse en el cortoplacismo. José Luis Sanz, alcalde de Sevilla, una de las ciudades que más soporta la gentrificación del centro, exculpa a los pisos turísticos de la pérdida de población de la ciudad de manera continuada en el censo. A preguntas de Podemos en el pleno municipal, Sanz ha defendido que ”aunque en el casco histórico no cabe un apartamento más, no se les puede criminalizar porque no tienen la culpa de todo; han traído cosas buenas a la ciudad: muchos pertenecen a empresas sevillanas y han traído riqueza y han contribuido al crecimiento económico de la ciudad. Si no fuera por ellos, muchas manzanas y casas antiguas habrían desaparecido”.
En este sentido, la Junta de Andalucía ultima el decreto para la regulación de las viviendas turísticas que da potestad a los ayuntamientos para poder poner coto en función del estudio de sus propia realidad urbanísticas y atendiendo a las zonas saturadas. En la pasada legislatura, Cádiz y Sevilla, con alcaldías de izquierdas (Adelante Andalucía y PSOE, respectivamente) ya avanzaron en esta línea. La legislación fue recurrida por la Junta de Andalucía a través de la Agencia de la Competencia, que se hacía portavoz de esta forma de las quejas de la plataforma de empresarios de apartamentos turísticos.
¿Están las ciudades preparadas para recibir tantos turistas?, ¿se ha estudiado si el retorno, el beneficio y la riqueza que genera el turismo llega luego a todos los barrios?, ¿cuál es el precio que hay que pagar por alquilar o comprar una vivienda en el escenario inflacionista por el turismo?, ¿están los sueldos de los trabajadores locales adaptados al precio de la vivienda generada por esta burbuja?, ¿han entrado los dirigentes, a todos los niveles, en una espiral de captación de viajeros sin freno descuidando por el camino la atención a los residentes y mucho más a la la periferia de sus ciudades?
Algunas de estas cuestiones tienen respuesta, o al menos un análisis a sus dinámicas, en el libro Turismo, desarrollo urbano y crisis en las grandes ciudades andaluzas, una obra publicada por la granadina editorial Comares que coordinan Iban Díaz Parra y María Barrero Rescalvo. El índice ya apunta en una dirección con capítulos titulados Espacios públicos desamparados, ciudades insípidas; ¿Qué hay detrás del host? Agentes de la producción del alquiler turístico y su disputa por la apropiación de la renta en Andalucía; o La Barra de bar más grande del mundo. Baretización en Sevilla y sus conexiones con los procesos de turistificación, gentrificación y gourmetización.
De partida, los autores contrarrestan esa tesis tan extendida por el Gobierno andaluz para defender esta campaña de la NBA y antes la de los Grammys. Es decir, que per se el turismo trae riqueza. Se ha extendido, escriben, “un tipo de ideología turística, un discurso legitimador del modelo basado en el hiperdesarrollo del complejo inmobiliario-financiero-turístico, invisibilizador de sus conflictos, que respalda unas prácticas económicas predatorias y extractivas con el territorio y la sociedad que lo habita bajo el mantra de que el turismo crea riqueza. Hasta el momento, la forma en que esa riqueza se redistribuye entre los andaluces y andaluzas es, como mínimo, deficitaria”.
La triada de must navideños en Nueva York pasa por escuchar el All I want for Christmas de Mariah Carey entre calles atestadas de viajeros y locales cargando decenas de bolsas, la visita al enorme árbol del Rockefeller Center y una tarde como público en uno de los partidos de baloncesto de la liga NBA que se disputan en la Gran Manzana en los que nunca faltan rostros como Jack Nicholson, Taylor Swift y Ben Stiller, algunas de las celebrities que incondicionalmente se sientan en primera fila.