LAS MANIOBRAS DEL EMÉRITO
Guadalupe Sánchez, la abogada de referencia del ala ultra del PP que lidera la ofensiva judicial del emérito

Miércoles, 29 de junio de 2016. La abogada Guadalupe Sánchez, socia fundadora de Novalex, recibe buenas noticias del Tribunal Supremo. Ha sido una larga batalla judicial. Pero al final, ha conseguido torcer el brazo a Caixabank en uno de los muchos pleitos que se abrieron por el pufo de Trampolín Hills Golf Resort. Es una buena carta de presentación para una letrada que entonces se movía con agilidad en los engorrosos casos de las fallidas promociones inmobiliarias. Y que ahora, una década después, está en boca de todos. Ella es uno de los pilares del equipo jurídico de Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso. Y de la ofensiva legal que, a imagen y semejanza de la anterior, ha iniciado el rey emérito Juan Carlos I.
En el meteórico ascenso al estrellato de esta abogada, que puso en marcha su despacho hace un par de décadas y que dirige entre Madrid y Alicante, han jugado un papel clave las redes sociales –en X cuenta con más de cien mil seguidores– y todo el conglomerado mediático de la derecha. No es extraño verla en Trece TV o en El Toro TV de Julio Ariza, del mismo modo que ha participado como tertuliana en Herrera en Cope, el programa radiofónico que dirige el periodista y amigo íntimo del monarca Carlos Herrera. También ha tenido en los últimos años una columna en el digital Vozpópuli. Ahora, su altavoz se encuentra en The Objective, que sirve como trampolín de algunos de los bulos construidos desde la ultraderecha.
Guadalupe Sánchez dispara contra el Ejecutivo, el "más dañino para las instituciones de nuestra historia democrática", o contra el actual Tribunal Constitucional, al que acusa de ser "un órgano satelital del gobierno cuya principal misión es ejecutar el cambio de régimen". "La supervivencia política de Pedro Sánchez –al que llega a calificar de "tirano"– depende de que la sociedad española normalice la delincuencia y la inseguridad jurídica por parte de la izquierda radical y sus socios independentistas", escribía hace unas semanas. "El sanchismo es la versión patria del peronismo que, a diferencia de otros totalitarismos, no destruye las instituciones, sino que las coloniza y transforma para ponerlas a su servicio, disfrazando de democracia aquello que en realidad es una dictadura", lanzaba en otra.
Sobre el "proceso de degradación institucional y legislativa" emprendido por el anterior Ejecutivo de coalición PSOE-Podemos, que ha situado a la democracia "en uno de sus momentos más críticos desde su alumbramiento", iba precisamente su último libro. Una obra que se encargó de presentar la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. "Sigo la pista a Lupe desde hace algunos años. Y desde siempre me ha llamado la atención porque considero que es una mujer valiente, inteligente y con una capacidad extraordinaria para analizar la realidad política", arrancó la líder del PP de Madrid antes de lanzarse a decir que vivimos en una "degradación institucional sin precedentes".
La baronesa ya había sido, tres años antes, la madrina del primer libro alumbrado por la abogada, quien unos meses antes había participado en una mesa de debate sobre la "cultura de la cancelación" organizada por los conservadores madrileños en el marco de las jornadas Madrid, escuela de libertad. Entonces, lo hizo acompañada de una diputada conservadora de la Asamblea. Pero en esta ocasión, elogiando la obra y a su autora estuvo quien en su día fuera la gran lideresa del ala más ultra dentro del PP: Esperanza Aguirre. "Una de las mejores cosas que me han pasado en los últimos tiempos es haber conocido a Guadalupe, un fenómeno, una jurista extraordinaria", lanzó desde su butaca.
Ayuso, "futuro del centro-derecha"
La abogada nunca ha escondido su simpatía por la presidenta madrileña. "El futuro del centro-derecha en España pasa por una mujer: Isabel Díaz Ayuso", lanzó horas después de las elecciones generales del 23J. Lo hizo en una suerte de podcast que tiene en The Objective con Esperanza Aguirre. "No seré yo quien te lleve la contraria", respondió entre risas la expresidenta madrileña, lo que obligó al partido a cerrar públicamente filas en torno a su actual líder, Alberto Núñez Feijóo. Un respaldo a la baronesa del que también hizo gala cuando estalló aquella guerra interna en Génova por los negocios del hermano de Ayuso en plena pandemia. "No ha habido una agresión mutua donde cada agresor debe de cargar con una pena. Unos atacaron y la otra simplemente se defendió legítimamente. la guerra interna", escribían.
Ahora, tres años después, Sánchez forma parte del equipo jurídico de Alberto González Amador, actual pareja de Díaz Ayuso y otro de los que hizo negocio en plena pandemia. El empresario está siendo investigado por fraude fiscal y falsedad documental. Y ha conseguido, al mismo tiempo, sentar en el Tribunal Supremo al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por la filtración de un correo en el que su abogado reconocía la comisión de dos delitos contra la Hacienda Pública y buscaba un acuerdo con el Ministerio Público. Un mail sobre el que no pocos se han apoyado para referirse a él como "delincuente confeso", algo a lo que su equipo jurídico ha respondido con un aluvión de demandas a políticos o periodistas.
Todo empezó con la vicepresidenta María Jesús Montero, a la que, tras no llegar a un acuerdo, demandó ante el Tribunal Supremo por intromisión ilegítima en su derecho al honor. Y continuó con la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, y la de Ciencia, Diana Morant. No son, sin embargo, las únicas. El empresario también ha disparado contra el presidente, Pedro Sánchez, o el ministro de Justicia, Félix Bolaños. Y contra Más Madrid y sus máximos exponentes en el Ayuntamiento de la capital y la Asamblea regional, Manuela Bergerot y Rita Maestre, respectivamente. Escritos que también han recibido diferentes cargos del partido o el presentador y algunos tertulianos de La noche en 24 horas. En juego, cientos de miles de euros.
El emérito copia la estrategia del novio de Ayuso y abre una ofensiva judicial por "calumnias"
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Una estrategia que ahora parece adoptar, de la mano de la letrada, el propio rey emérito. En un comunicado emitido este martes, Sánchez anunció que Juan Carlos I reclamaba 50.000 euros al expresidente cántabro Miguel Ángel Revilla por las supuestas declaraciones calumniosas realizadas en medios de comunicación entre mayo de 2022 y enero de 2025 y exigía una rectificación pública. Algo que contrasta con el silencio del emérito en los distintos casos en los que se ha visto envuelto. "Es injusto y mezquino que una persona inviolable demande a un ciudadano de a pie", ha respondido Revilla. Consultada por este diario, la abogada evita aclarar si se están estudiando más acciones similares contra otras personas.
De la victoria contra Montero a la derrota del 'youtuber'
La letrada, a la que también recurrió el cineasta Carlos Vermut cuando el diario El País publicó varios reportajes con acusaciones anónimas contra él por violencia sexual, tiene en su haber algunas victorias relevantes en casos de este tipo. La más importante, la condena a la exministra de Igualdad Irene Montero por llamar "maltratador" a la expareja de María Sevilla, expresidenta de Infancia Libre. Quizá por eso, su amiga Esperanza Aguirre pensó en ella cuando un concejal de Más Madrid escribió lo siguiente en redes: "Una tipa que tiene en la cárcel a vicepresidentes, consejeros y cientos de cargos de confianza, que está demostrado acudió a las urnas dopada económicamente, esta dando lecciones de democracia y Constitución. Poco nos pasa en este país. Y que poco se guillotina".
Pero también tiene alguna derrota en su palmarés. Por ejemplo, cuando el Tribunal Supremo desestimó la demanda del youtuber Un Tío Blanco Hetero, al que Sánchez representaba, contra una activista feminista por varios mensajes en redes sociales en los que se le calificaba como "machista, troll y violento con las mujeres". Los magistrados entendieron que la demandada estaba amparada por la libertad de expresión. "La expresión «violento con las mujeres» utilizada por la demandada [...] no resulta desproporcionada ni desconectada de la materia sobre la que versa el mensaje de la demandada", sentenciaba el Supremo.