El plan de seguridad del Gobierno
El Gobierno avanza hacia un Plan de Defensa sin sus socios y con un PP alejado de su posición en Bruselas

El primer gran discurso del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso a propósito del "rearme" europeo —una palabra que el socialista ha pedido cambiar por "seguridad"— ante el escenario de incertidumbre internacional se saldó este miércoles sin novedades concretas sobre cuándo y cómo se ejecutará el compromiso de España de elevar al 2% su presupuesto en defensa. Ni Sánchez pudo aportar información porque, admitió, las negociaciones en Bruselas todavía no están cerradas, ni el resto de partidos, desde el Partido Popular a Podemos, le dieron ninguna certeza sobre si aprobarían ese incremento de llegar a la Cámara Baja. Es más, todo lo contrario.
El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, fue el primero en intervenir tras Sánchez y sostuvo que su partido no apoyará el aumento del gasto en defensa pese a que sí ha firmado con sus aliados del Partido Popular Europeo (PPE) elevarlo a un 3% del PIB, un punto por encima del escenario que plantea Pedro Sánchez y la propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, perteneciente al PPE y que es quien lidera las negociaciones con los líderes de los Estados miembros. Feijóo no se opone a la medida, pero sí a pactarla con Sánchez: "Si pretende que el PP sea su socio auxiliar, olvídese", le espetó desde la tribuna de la Cámara Baja.
Aunque el conservador defendió la necesidad de alcanzar un Pacto de Estado en materia de defensa, remarcó que "el principal escollo" para alcanzarlo es Sánchez y reclamó reunirse él mismo con los máximos dirigentes militares de España. "El escollo es usted, que no tiene una propuesta seria, no tiene presupuesto y no tiene mayoría", afirmó. Feijóo lleva tres años, desde que se puso a los mandos de la sede de la calle Génova, proponiendo al presidente del Gobierno que los dos partidos se pongan de acuerdo sobre una amplia gama de asuntos, pero sistemáticamente los ha desdeñado si quien los propone es Sánchez. Pese a compartir el fondo, el PP incide en el choque frontal contra el Ejecutivo, una estrategia que llevan practicando toda la legislatura.
La posición de Feijóo también contrasta con la que ha trasladado públicamente la fundación que el líder del PP promovió a su llegada a la presidencia del partido, Reformismo 21, y que por cierto apenas tiene actividad. Su director, Pablo Vázquez, defendió en una publicación del 14 de marzo que "el PP y PSOE comparten alineamiento con la causa europea, lo que demuestra que la más firme oposición al Gobierno es compatible con los consensos de Estado básicos". Fuentes del entorno de Feijóo, sin embargo, señalan que no van a "tender la mano" al socialista en este asunto y reclaman que convoque elecciones ya.
Los socios se oponen pero con matices: del choque con Belarra al pragmatismo de Rufián
Pedro Sánchez, a su vez, también constató que los socios de izquierdas del Gobierno mantienen sus dudas y sus críticas a ese incremento y a la propia OTAN, propugnando un modelo de seguridad independiente de EEUU. La intervención más bronca la protagonizó la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, tras acusar a Sánchez de convertirse en un "auténtico señor de la guerra" y de protagonizar "una carrera armamentística que va con destino a ninguna parte". El presidente del Gobierno fue duro en su réplica y le recordó que, cuando ella era ministra, el Ejecutivo elevó el presupuesto del Ministerio de Defensa. "Y ustedes no dijeron nada, eh. ¿Sería porque ustedes estaban en el Gobierno?", lanzó Sánchez, que también recriminó a la diputada de Podemos que entonces no le llamara "señor de la guerra". Aunque la exministra sí se dirigió entonces, de manera velada, al PSOE como un "partido de la guerra", después la dirección de Podemos se desdijo tras la crisis generada en el Gobierno.
Más allá del choque entre Sánchez y Belarra, el resto de aliados del Ejecutivo también se mostraron críticos con el aumento del presupuesto en defensa, aunque en un tono distinto al de los morados. El que más cercano se mostró a la tesis del Gobierno fue el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que reclamó gastar "no más, sino mejor" y planteó la necesidad de "hacerse cargo del mundo tal y como es", en línea con las declaraciones realizadas en las últimas semanas. En esa línea, y aunque reivindicó el no a la guerra, también abogó por superar "la pancarta": "La izquierda tiene que hablar y legislar sin manías de orden, seguridad y de defensa".
El portavoz del PNV, Aitor Esteban —en su última jornada en el Congreso— le pidió a Sánchez concreción y le animó a buscar una "mayoría amplia" para sacar adelante ese incremento. La de Junts, Miriam Nogueras, defendió el "rearme" en materia de defensa y también "democrática". Más crítica se mostró su homóloga en EH Bildu, Mertxe Aizpurúa, que pidió alejarse "de manera urgente" de la "carrera armamentística" y le reclamó a Sánchez "soluciones diferentes" al plan de 800.000 millones de euros propuesto por la Comisión Europea, que calificó de "error garrafal". En la misma línea se pronunció el único diputado del BNG, Néstor Rego, que exigió a Sánchez "apostar por la paz en contra del rearme de la Unión Europea".
Sánchez se compromete a no "tocar" el gasto social, la línea roja de Díaz
A lo largo de su comparecencia, el socialista insistió en la idea de que no hay "que elegir entre la seguridad y el bienestar de la gente": "Vamos a invertir en seguridad y en bienestar, porque ambas son necesarias y complementarias. Si se hace bien, una mayor inversión en seguridad no merma nuestro modelo social, lo protege", argumentó Sánchez, aludiendo a lo que para los de Yolanda Díaz es una línea roja. Sin embargo, ese compromiso no pareció convencer a la portavoz de Sumar, Verónica Martínez Barbero, que durante su turno de intervención sostuvo que si la UE quiere lograr de verdad una "autonomía estratégica" en el ámbito de la defensa, la primera condición que debe cumplir es abandonar en bloque la OTAN.
Sánchez anuncia un plan nacional de defensa antes del verano y defiende el Ejército europeo
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Martínez aseguró que "el debate sobre la seguridad europea no puede limitarse a cuánto gastamos ni a cómo lo llamamos" e incidió en la idea de que "más gasto no equivale a más seguridad". "No podemos seguir dependiendo de una estructura que, en la práctica, está rota por la alianza Putin-Trump", sino impulsar "una Europa que, en lugar de seguir aferrada a una OTAN en descomposición, construya su propia arquitectura de defensa", afirmó, en la línea del Ejército europeo que Sánchez también defendió este miércoles en el Congreso.
El jefe del Ejecutivo anunció, además, que "antes de verano" lanzará "un gran plan nacional para el desarrollo de la tecnología y la de seguridad y defensa españolas": "Daremos un nuevo salto tecnológico e industrial. El objetivo es que España se beneficie de este estímulo", dijo. "Lo vamos a hacer mirando al Este, porque su seguridad también es la nuestra, pero también mirando al Sur, apostando por la innovación, la creación de nuevas empresas, la formación y la mejora de nuestro capital humano", añadió, sin dar más detalles, pero dejando entrever cuál va a ser la línea por la que Sánchez quiere apostar para aumentar el gasto: la seguridad.
Actualmente, España tiene un gasto en defensa oficial del 1,28% del PIB, según la OTAN, correspondiente a 2023, ya que aún no se ha hecho público el dato del año pasado. Desde el Gobierno quieren se integren en ese cómputo temas como la ciberseguridad, la lucha contra el cambio climático y las catástrofes y el refuerzo crítico de infraestructuras de transportes y energéticas. Además, también plantean otras cuestiones con las que España se podría sumar. como el propio gasto de la Guardia Civil o las funciones de Salvamento Marítimo. Desde el Ejecutivo, son conscientes de que se trata de un debate que no tiene demasiado predicamento en España, especialmente en la izquierda, y trata de hacer equilibrios para cumplir con la UE y con sus socios.