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González y Guerra fracasan en su intento de agitar al PSOE contra la política de pactos de Sánchez

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Pedro Sánchez se prepara para una nueva investidura. El PSOE pone los focos estos días en el intento, que vaticina fallido, de Alberto Núñez Feijóo los días 26 y 27 de septiembre. La negociación paralela de los socialistas está enmarcada dentro de la más absoluta discreción, como ellos mismos repiten, y no se da ni una pista de cómo quieren encauzar las reivindicaciones principales de Carles Puigdemont.

Pero hay un elefante en la habitación: una posible ley de amnistía. Esta es una de las exigencias previas que pone el expresident para sentarse a negociar con Ferraz, ya que sus siete diputados son esenciales para que pueda hacerse con La Moncloa el bloque progresista. Desde el cuartel general del PSOE se ciñen a hablar de que la Constitución será el marco y el diálogo será el método.

Pero una posible amnistía ha provocado el malestar público de algunos de los antiguos referentes del partido. En concreto, Felipe González, Alfonso Guerra y Ramón Jaúregui han mostrado sus críticas a esta vía a lo largo de los últimos días. Levantaron la voz tras las exigencias de Carles Puigdemont (y sin saber todavía qué planes tienen Moncloa y Ferraz), una actitud que contrasta, en cambio, con la que tuvieron durante la campaña del 23J, donde no pusieron tanto énfasis en criticar la amenaza que suponía un Gobierno de coalición conformado por el Partido Popular y Vox.

"Son tres personas, tres opiniones"

A pesar del ascendente que tuvieron durante años, entre la dirección del PSOE y los principales cargos del partido no hay miedo a que esto pudiera suponer una crisis interna dentro de los socialistas de cara a la negociación con Junts y la investidura (como sí sucedió en 2016, con la abstención para facilitar el Gobierno de Mariano Rajoy).

Fuentes de la dirección del PSOE se expresaron en estos términos: “Son tres personas con tres opiniones. Ahora mismo mucha gente está dando la suya, incluidos reconocidos juristas, y en ese marco las encuadramos. El PSOE solo tiene un marco, que es la Constitución, y un método, que es el diálogo. En este momento es Feijóo el que aspira a la investidura, con las cosas no muy claras por lo que le escuchamos”.

En Ferraz, rechazan que se pueda provocar una marejada dentro del partido por la negociación de Junts. “Los resultados de la política del Gobierno y el PSOE respecto a Cataluña son empíricos: una Cataluña en paz, y con el PSC como primera fuerza”, resumen en el cuartel general de los socialistas.

Sin el tirón de antaño

Las palabras de Guerra y González no sorprendieron a la mayoría de socialistas, como subrayan diversas fuentes, ya que están acostumbrados en el partido a que estos dos históricos referentes del PSOE no apoyen al secretario general. Pero también cargos del socialistas advierten de que son respetados pero no tienen el tirón de antaño y que el liderazgo de Sánchez está totalmente consolidado. Incluso muchos dicen que tras el 23J la figura del secretario general ha crecido todavía más porque no se imaginaban que se pudiera ganar casi un millón de votos más respecto a 2019 y que se pudiera conservar La Moncloa ante las pesimistas encuestas.

Las palabras de González fueron en esta línea: “Si el presidente del Gobierno dice que todo se hará en el marco de la Constitución, yo digo, claro, pero a partir de ahí yo digo que en la Constitución no caben ni la amnistía ni la autodeterminación”. Además, señaló que le “costó” votar a Sánchez el pasado 23 de julio. Unas palabras que están siendo contrarrestadas por dirigentes socialistas, como el líder del PSOE de Murcia, Pepe Vélez, que en una entrevista con infoLibre señaló. “Respeto a Felipe González, pero el 23J fue una de las veces que cogí con más fuerza la papeleta del PSOE”.

Cuando arrecian las críticas de González, en el partido siempre se mira con atención al PSOE-A, la federación de la que provienen el expresidente y Guerra, y en la que teóricamente tendrían que tener más tirón. Pero su líder, Juan Espadas, fue explícito en su apoyo a la política territorial de Sánchez y animó a los “veteranos” socialistas a que pidan explicaciones precisamente a Alberto Núñez Feijóo sobre “qué quiere hacer con Cataluña”.

Una actitud contraria a la de Zapatero

Las ideas de González no tienen el tirón de los viejos tiempos dentro del partido y muchos socialistas, en privado, critican sus postulados en los últimos años, especialmente por su distancia con Pedro Sánchez. Y recuerdan varias fuentes que el expresidente no ayudó en la campaña electoral cuando el partido apostó por que gobernase la lista más votada cuando no hubiera otra opción para evitar el bloqueo. Una actitud totalmente contraria a la de José Luis Rodríguez Zapatero, como comentan varias fuentes socialistas, que subrayan que  fue uno de los puntales para resistir durante esas elecciones y sirvió para reactivar al electorado progresista y reivindicar el “orgullo” del partido. 

Estas sensaciones, por ejemplo, las trasladó en una entrevista José Montilla, expresidente de la Generalitat y uno de los referentes respecto a la política catalana. El miércoles, en la Cadena Ser, dijo sobre González: “Es libre de opinar, pero es curioso que lo haga en momentos determinados y no para echar una mano”.

Guerra llama "gánster" a Puigdemont y pide al PSOE que no apruebe la amnistía que "condena la Transición"

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El ala socialista del Gobierno y Ferraz no quieren debatir en público ni abrir una guerra de declaraciones, pero sí han dejado marcado el terreno. La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, se pronunció estos días también sobre González, con el mensaje de que sus políticas “requieren el respeto de toda una generación”, pero ahora está al frente una nueva para que España siga avanzando. No quiso entrar tampoco en la confrontación la titular de Hacienda en funciones y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, quien se limitó a mostrar su “respeto y cariño” por Alfonso Guerra (los dos son del PSOE de Sevilla, la provincia con más afiliados y reconocida como el gran corazón del partido). Y no entró de lleno en las palabras del antaño poderoso vicepresidente, que dijo este jueves que la amnistía a los encausados por el procés es la “condena” de la Transición y que Puigdemont es un “gánster de poca categoría”.

Y, como recuerdan también voces dentro del partido, no toda la vieja guardia se ha posicionado en postulados contrarios a Pedro Sánchez, sino que muchos exministros de Felipe González y de José Luis Rodríguez Zapatero quisieron durante la campaña hacer explícito su apoyo en un manifiesto. Entre los firmantes estaban Enrique Barón, Abel Caballero, Matilde Fernández, José María Maravall, Javier Moscoso, Carlos Solchaga y Manuel Chaves.

Los socialistas, por el momento, apelan a la discreción a la hora de negociar. “Es el método que se ha demostrado infalible”, subrayan en Moncloa, donde dicen que el foco tiene que estar ahora en Núñez Feijóo. Pero también prometen que todos los acuerdos serán “transparentes” y se informará en el momento en el que se alcancen. Además, recuerdan en el partido que se someterá a la militancia el pacto de coalición con Sumar, como está establecido en el propio reglamento de manera vinculante, aunque en base a los estatutos sólo hay que preguntar por una coalición con Sumar y no sobre los apoyos de investidura.

Pedro Sánchez se prepara para una nueva investidura. El PSOE pone los focos estos días en el intento, que vaticina fallido, de Alberto Núñez Feijóo los días 26 y 27 de septiembre. La negociación paralela de los socialistas está enmarcada dentro de la más absoluta discreción, como ellos mismos repiten, y no se da ni una pista de cómo quieren encauzar las reivindicaciones principales de Carles Puigdemont.

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