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Una celulosa avalada por la Xunta pone en pie de guerra al corazón de Galicia

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Marcos Pérez Pena (Praza.gal)

A Ulloa, donde Altri proyecta instalar su factoría de tratamiento de celulosa, es una comarca formada por tres ayuntamientos –Monterroso, Palas de Rei y Antas de Ulla– que se sitúa en el corazón de Galicia (de hecho, el centro geográfico del país se localiza exactamente en Antas de Ulla), con algo menos de nueve mil habitantes y con un producto interior bruto que en 2020 se situaba muy cerca de la media gallega. 

Y es que A Ulloa no es en absoluto una comarca atrasada ni empobrecida, sino que cuenta con una economía diversificada, una tasa de paro cercana al 5% de la población activa y una intensa y modernizada actividad en el sector primario, que da trabajo al 22% de sus habitantes, muy por encima de la media gallega (6,3%). De hecho, cuenta con 526 explotaciones ganaderas, con casi 25 mil vacas.

Agua, pastos y otras materias primas son la base de una fértil industria agroalimentaria, con nombres como Alibós, en Monterroso, que procesa, comercializa y exporta castaña recogida en Galicia. También cuentan con prestigio en toda Galicia los huevos de Pazo de Vilane (Antas de Ulla), Granxa Maruxa o las cremas de Muuhlloa, en Monterroso. Otro importante pie de la economía de esta comarca es la creciente actividad turística, en la que el Camiño de Santiago es fundamental (por aquí pasan el Camiño Francés y el Primitivo), al igual que una importante red de casas de turismo rural distribuidas por todos los ayuntamientos.

Aunque mucha gente lo desconozca fuera de A Ulloa, la comarca cuenta también con varias iniciativas industriales con una dimensión muy importante y un gran nivel de innovación. Es el caso de Jim Sports, en Palas de Rei, que fabrica material y equipamiento deportivo, además de infraestructuras deportivas; cuenta con un centenar de trabajadores y tiene presencia en más de 30 países. O de Bioflytech, también en Palas, una empresa que está trabajando en la producción de larvas de mosca para convertirlas en harina y grasa para consumo animal.

Desde que se comenzaron a conocer los detalles concretos del proyecto de Greenfiber, la preocupación comenzó a crecer en la comarca, especialmente en las empresas e iniciativas de sus dos sectores económicos más destacados y con mayor potencial de crecimiento: el sector agroganadero y de transformación industrial de los productos de la tierra y el turismo. ¿En qué medida puede afectar la instalación de una gran factoría contaminante?

Ana Corredoira, más conocida como Ana da Cernada, lleva dos décadas produciendo leche ecológica en su granja familiar de Palas de Rei, que va por su segunda generación. Es, además, portavoz municipal del PSdeG-PSOE en Palas, una posición que le permite hablar como política, como productora y como vecina de un proyecto que puede afectar muy directamente a su actividad. Ana destaca, en conversaciones con Praza.gal, que "la oposición al proyecto de Altri está por encima de posicionamientos políticos. El trabajo que estamos haciendo tiene que ver con nuestro trabajo y con nuestra vida aquí, como productoras y vecinas". Y subraya que "estamos todos y todas afectadas, todos los vecinos y vecinas, los sectores productivos, todas las personas que vivimos y trabajamos en este territorio. Este proyecto no es bueno para nuestras vidas, para nuestros trabajos, no aporta ese valor añadido que nos prometían hace dos años".

Ana da Cernada explica que "fue a comienzos de este mes de marzo cuando conocimos realmente cuál era el alcance y la realidad de este proyecto, un proyecto que hace dos años se planteaba como un proceso innovador, para integrarse en una comunidad y aportar valor. Ahora descubrimos que se trata de un proyecto invasivo, que no tiene en cuenta el territorio al que llega, que lo que pretende es convertirse en una celulosa". Y añade que "en un comienzo se procuraba una iniciativa de valorización de la producción de un determinado ciclo productivo, para cerrar ciclo". Sin embargo, "lo que tenemos delante es una macrocelulosa, no hay innovación desde el punto de vista de la gestión de recursos, hay un uso insostenible de los recursos, sobre todo del agua, y que tiene efectos muy negativos sobre la vida socioeconómica de la comarca y sobre el sector primario, del que yo formo parte".

En términos similares se expresan las mujeres responsables de Muuhlloa, empresa de Monterroso dedicada a la producción de cosmética con un gran peso de la materia prima local (leche, plantas...) que surgió de la unión de Granxa Maruxa y Milhulloa. Califican el proyecto de Altri de "despropósito" y muestran su temor a que por la culpa de la instalación de la celulosa iniciativas como la suya pierdan la certificación de producción ecológica, para la que el contexto ambiental en el que los productos se elaboran es fundamental. "Llevamos 20 años produciendo en ecológico. Si por culpa de Altri perdemos el sello, Granxa Maruxa tendría que cerrar, lo mismo que Milhulloa. Serían muchos puestos de trabajo perdidos. Y como en nuestro caso, hay muchos en la comarca", dicen. "La comarca de A Ulloa es una potencia en la producción ecológica y todo esto está en riesgo", añaden.

"Va más allá de perder o no la certificación ecológica, que al final no deja de ser una etiqueta comercial que te ayuda a posicionarte en el mercado y a vender mejor tu producto, el problema es que una industria como Altri va a provocar un prejuicio al medio que directamente va a afectar muy negativamente a nuestra producción", apunta Iago, apicultor, responsable de Melífera, que elabora miel en la comarca de A Ulloa. 

Alerta de que el proyecto de Altri "puede acabar con todo lo que llevamos años construyendo". "Llevamos mucho tiempo trabajando para tener un modo de vida alternativo, con iniciativas con las que creamos empleo. Este proyecto perjudica a muchas personas que estábamos trabajando bien, haciendo lo correcto, con una alternativa de vida sensata y responsable". Del mismo modo, Iago advierte de que "por unos cuantos empleos que dicen que van a crear van a acabar con muchos empleos más" pues "todos esos empleos que van a destruir no van a ser compensados de ninguna manera. Van a acabar con muchos proyectos muy asentados en el territorio para crear unos empleos que seguramente no serán ni la mitad de rentables".

Xosé Luis Carrera es el responsable de Arqueixal, que en Albá (Palas de Rei) elabora quesos con denominación de origen Arzúa-Ulloa y certificación ecológica y, además, gestiona cuatro casas de turismo rural. Comenta que "si aquí hay proyectos agroganaderos muy interesantes e innovadores es porque tenemos unas condiciones muy buenas en el territorio de conservación del medio y del paisaje. La comarca de A Ulloa es uno de los lugares donde antes comenzó la agricultura ecológica y donde está más implantada en Galicia". Por eso considera un error la instalación de una "industria contaminante" como Altri y señala que "es increíble que en pleno siglo XXI se quieran instalar proyectos de este tipo que buscar destrozar la naturaleza".

"Este proyecto no está teniendo en cuenta la realidad social, económica y productiva de la comarca en la que pretende implantarse. Estoy harta de escuchar los argumentos de 'vamos a generar empleo, vamos a conseguir que venga talento a la comarca...'. Nos hablan de la captación y de la retención de talento como si no supiéramos lo que es", critica Ana Corredoira, que señala que "en estas comarcas -Ulloa, Arzúa, Terra de Melide y O Deza- tenemos dos activos económicos fundamentales: el turismo y la producción agroganadera, una producción con una singularidad y con una potencialidad tremendas". 

"En estas cuatro comarcas encontramos cerca del 20% de las explotaciones existentes en Galicia, más de 90 mil cabezas de ganado vacuno, generando miles de empleos directos e indirectos", añade y concluye: "nosotros sí practicamos una economía circular. Hay un desarrollo muy importante de la industria transformadora, una denominación de origen como Arzúa-Ulloa, hay un modelo de producción ligado al territorio como la producción ecológica. ¿Qué va a pasar con la producción ecológica? ¿En qué momento se tiene en cuenta esta realidad?". 

Lo mismo opinan las responsables de Muuhlloa, que dicen "nuestro eslogan es que el rural es innovación y vanguardia. Nosotros somos transformadoras de una materia prima inmejorable, que llevamos al consumidor final. Pero de repente llegan aquí y echan una nube negra encima de nosotros". Además, destacan que "en esta comarca hay mucho trabajo, y lo que encuentras cuando caminas por la calle son carteles de 'se necesitan empleados' en muchas empresas. Lo que pasa es que muchas veces la gente no encuentra casas en las que vivir".

"No hay prácticamente paro en la comarca. Todas las empresas están buscando trabajadores", coincide Xosé Luís Carreira, de Arqueixal, que además apunta que en los últimos años "vino a vivir mucha gente a la comarca desde las ciudades, los neorrurales". "En el momento en que se instale una empresa de estas características ese flujo se va a frenar y hasta se van a ir los que llegaron aquí en búsqueda de una forma de vida más natural", dice. "Mucha gente que vino a vivir en los últimos años está pensando en volver", señalan igualmente desde Muuhlloa.

Varias de estas empresas y explotaciones critican además el "trato de favor" que se otorga a una gran factoría de enclave, mientras las pequeñas iniciativas empresarias que desde hace años florecen en la comarca encuentran en muchas ocasiones grandes dificultades para la realización de los trámites burocráticos más básicos o el acceso a servicios imprescindibles para su actividad, desde la potencia eléctrica a las conexiones de internet de alta velocidad. "Iniciativas coma la nuestra muchas veces tenemos grandes dificultades para construir un galpón para guardar las ovejas porque estamos en Red Natura, y en cambio a ellos les dan todas las facilidades", dice Iago, de Melífera. Algo en lo que coinciden desde Muuhlloa: "todas las facilidades para Altri, pero para las empresas y cooperativas que llevamos años haciendo cosas aquí y creando empleo, ninguna. Es una desigualdad increíble.

¿Cómo está recibiendo los vecinos de A Ulloa la información sobre el proyecto que se ha difundido desde la empresa, que llegó a organizar unos encuentros en varias localidades? Para Ana Corredoira, "la falta de información del comienzo se convierte, una vez publicados los proyectos, en una movilización ciudadana debido a los prejuicios que va a causar en nuestro territorio en materia de salud, de impacto económico, de impacto ambiental...". "¿Qué hace la empresa? Pues decide organizar una serie de jornadas en el territorio para aclarar dudas", continúa. "Y resulta que son simplemente unas charlas divulgativas que lejos de responder a las cuestiones que tiene la ciudadanía lo que hace es poner de manifiesto que la empresa quiere trasladar a la opinión pública algo que no es cierto: que no es una celulosa, que no va a tener impacto ambiental, que va a tener un impacto muy positivo en la economía... El proyecto está publicado y los vecinos lo estamos leyendo y nos estamos informando. Cuando vieron que la cosa se ponía fea, se fueron", dice. "Tuvieron muchos errores de forma. No sé que esperaban encontrar aquí", añade.

"Las reuniones con la gente de Altri fueron muy ofensivas. Compararon su fábrica con una hoguera grande en la que se quema madera y dijeron que iba a volver al ría el agua más limpia de lo que está. Nos trataron como si los habitantes de la comarca no supiésemos ni leer", denuncian las responsables de Muuhlloa, que definen estos encuentros como "una mezcla de Bienvenido Mister Marshall y Amanece que no es poco" y concluyen que “no fueron capaces ni de explicar su propio proyecto”. Así mismo, critican que en esa reunión "prometieron que van a poner 'un cinturón verde' en cuatro kilómetros alrededor de la fábrica. Pero aquí no necesitamos un cinturón verde, si ya tenemos una faja muy verde. Lo que queremos es que no la corten".

Todas las voces entrevistadas subrayan que en el último mes, una vez que los detalles del proyecto fueron conocidos, "cambió mucho la opinión de la gente". "Hace un mes había mucha gente que tenía una opinión favorable, pero a medida que se van conociendo detalles del proyecto, su visión fue cambiando", señala Xosé Luís Carreira, de Arqueixal. "Esta es una zona en la que aunque el voto conservador es mayoritario, parece existir un consenso absoluto en la oposición al proyecto", dice Iago, de Melífera, que cree que "al final, pienses como pienses, las consecuencias de este proyecto son tan perjudiciales: respirar este aire contaminado, y este olor, ver las aguas contaminadas..., que no es posible estar a favor".

Las mujeres de Muuhlloa cuentan que hace unos días fueron a la feria de Monterroso, donde aprovecharon para recoger firmas para presentar alegaciones al proyecto. "No sabíamos lo que nos íbamos a encontrar, pero todo el mundo firmó, preguntándonos '¿cuándo se hace una manifestación?'".

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"La percepción que tiene la gente cambió muchísimo. Y eso es por el éxito de la movilización vecinal. Estamos por el buen camino", destaca Ana Corredoira, que dice que "el esfuerzo de informar, de llevar la información a todas los pueblos y aldeas está dando frutos. Lo importante es que la gente conozca el proyecto tal y como es. La gente no puede quedar simplemente en el titular y en lo que le cuenten, así podrán formarse un criterio propio".

"El discurso del progreso lo conocemos muy bien. Somos nosotros los que estamos generando valor en esta comarca", cierra la conversación Ana da Cernada, que advierte que el proyecto de Altri "va a destruir muchos puestos de trabajo". "¿Nos compensa arriesgarlo todo por una mísera promesa de 200, 500 o mil empleos?", se pregunta. "Va a llevar por delante muchísimo más, porque van a hacer todo lo contrario de lo que prometen. Estamos propiciando que un proyecto invada nuestro territorio para aprovechar nuestros recursos y cuando ya non le compense, marcharán a otro lugar y dejarán un territorio destruido y empobrecido", acaba.

Aquí puedes leer el texto original en gallego.

A Ulloa, donde Altri proyecta instalar su factoría de tratamiento de celulosa, es una comarca formada por tres ayuntamientos –Monterroso, Palas de Rei y Antas de Ulla– que se sitúa en el corazón de Galicia (de hecho, el centro geográfico del país se localiza exactamente en Antas de Ulla), con algo menos de nueve mil habitantes y con un producto interior bruto que en 2020 se situaba muy cerca de la media gallega. 

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