Las reivindicaciones por un trabajo digno se han sucedido este Primero de Mayo por todo el país. Con motivo del Día Internacional del Trabajador, miles de personas se han sumado a las 76 manifestaciones convocadas por los sindicatos para pedir la derogación de las reformas laborales y alzar la voz “contra la pobreza salarial y social”.
La marcha nacional central ha tenido lugar en Madrid. Con el foco puesto en las próximas elecciones generales del 26 de junio y el atractivo del primer uno de mayo de José María Álvarez como nuevo secretario general de UGT, los participantes han aunado fuerzas para pedir que las urnas deparen un Gobierno de cambio que permita derogar las reformas laborales impulsadas por el Partido Popular.
Tanto el líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, como su homólogo en UGT, han resaltado la “obligación” de la izquierda de ponerse “de acuerdo para alcanzar un acuerdo por el cambio” y “llenar las urnas” frente a los que quieren que la convocatoria del 26-J “se convierta en una nueva frustración”. No obstante, estos no han sido los únicos.
El llamamiento global de las diferentes marchas convocadas ha sido el restablecimiento de los derechos laborales y sociales, con pequeñas variaciones en diferentes comunidades autónomas. Aquellas con reivindicaciones sindicales propias como Euskadi, Galicia o Cataluña, han puesto el foco en demandas territoriales, pero sin olvidar las reivindicaciones comunes.
Con el mismo lema que la convocatoria madrileña –“Contra la pobreza salarial y social. Trabajo digno y derechos”–, miles de personas han salido a las calles de Cataluña para, asimismo, “rechazar el enriquecimiento ilícito de una minoría mientras aumenta la pobreza y la desigualdad, expresar la solidaridad con las personas que huyen de las guerras y el hambre”, así como “reclamar un pacto de Estado contra la violencia machista”, entre otras.
Convocada a las 11:30 horas, media hora antes que el resto de comitivas catalanas celebradas en Girona, Lleida, Tarragona y Tortosa, la de Barcelona ha encabezado las protestas de este Primero de Mayo con un llamamiento a la “ofensiva” de los trabajadores.
Con un ambiente más reivindicativo y propuestas cargadas de denuncias sociales, entre las peticiones han destacado la del nuevo secretario general de UGT Cataluña –después de que su predecesor en cargo, José María Álvarez, se trasladase a la secretaría general central–, Camil Ros, quien ha amenazado con un aumento de las movilizaciones a partir de otoño, sin descartar una huelga general, si el Gobierno que salga de las urnas el próximo 26-J no deroga las reformas laborales. Esta propuesta también ha estado respaldada desde Andalucía por la secretaria general de UGT en la región, Carmen Castillo, quien ha destacado en la marcha central de Córdoba que que de no establecerse una acción inmediata contra estas políticas implantadas por el Ejecutivo central, los sindicatos no dudarán en convocar una huelga general como protesta.
La comitiva vasca de los dos principales sindicatos naconales, UGT y CCOO han unido sus fuerzas en la marcha central de Bilbao. En una línea similar a madrid, los máximos responsables de CCOO y UGT en Euskadi, Unai Sordo y Raúl Arza, han pedido a los ciudadanos que acudan a las urnas el próximo 26 de junio como impulsor del cambio. Igualmente, han reclamado una mayor defensa de la industria con el fin de evitar el cierre de multinacionales siderúrgicas en el País Vasco y han mostrado su apoyo a los refugiados dedicándoles carteles a la cabeza de la comitiva como bienvenida.
Por su parte, Euskal Sindikatua (ELA) ha sumado a más de 8.000 personas en los actos organizados por el sindicato en Pamplona y Bilbao. En este último, y bajo el lema “Gehiago balio dugu. Con reformas y convenios estatales más precariedad y pobreza”, los sindicatos han achacado a los convenios estatales la actual crisis por el que pasan sectores tan importantes en Euskadi como el de la industria vasca.
Adolfo Txiki Muñoz, secretario general de ELA, ha reconocido que la coyuntura actual no es sencilla pero se ha mostrado optimista con el futuro. Para ello ha abogado por aunar las fuerzas de los sindicatos para organizarse y establecerse como el “contrapoder frente a gobiernos y patronal”. Del mismo modo, ha criticado al Gobierno Vasco y a la Confederación Empresarial Vasca (Confebask) de compartir “un modelo de sociedad en el que la apuesta estructural es el empleo precario, la desprotección social y el debilitamiento de los sindicatos”.
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La desintegración sindical también ha estado patente en Galicia, donde Vigo ha sido el punto de encuentro central de las marchas. Pese a reunirse por una misma causa, las tres marchas convocadas en la ciudad se han mantenido divididas en todo momento.
La más concurrida ha sido la convocada por la Confederación Intersindical Gallega (CIG), cuyo discruso se ha centrado en denunciar, entre otros, la Ley Mordaza. Así lo ha respaldado su secretario general, Suso Seixo, quien la ha catalogado como “represora y antidemocrática” y ha llamado al a ciudadanía a movilizarse y no parar “hasta alcanzar su anulación definitiva”.
Además de criticar el bloqueo europeo a la llegada de los refugiados, Seixo no ha dudado en remarcar el derecho gallego a decidir sobre su futuro como nación en el marco del Estado y en denunciar el acoso de éste contra el nacionalismo gallego a partir de la “ilegalización de organizaciones políticas y la represión de aquellos símbolos que nos identifican como pueblo”.
Las reivindicaciones por un trabajo digno se han sucedido este Primero de Mayo por todo el país. Con motivo del Día Internacional del Trabajador, miles de personas se han sumado a las 76 manifestaciones convocadas por los sindicatos para pedir la derogación de las reformas laborales y alzar la voz “contra la pobreza salarial y social”.