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Begoña Gómez cambia de estrategia en un caso con mil frentes abiertos que se van desinflando

Un grupo franquista y una venta millonaria que escamó al obispado: qué hay detrás de las monjas cismáticas

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No está siendo una semana corriente en Belorado. En este pueblo de Burgos que no alcanza los 2.000 habitantes hay una palabra que habita todas las conversaciones: sorpresa. “Nadie se esperaba esto y no sabemos a qué se debe, estamos a la expectativa de ver qué van a hacer”, cuenta a infoLibre el concejal de Repoblación, José Mari García. Se enteró de que las 16 clarisas del pueblo habían roto con la Iglesia católica al volver de un viaje y pensó que no podía ser cierto. “Espero que esto tenga solución, cuando se den cuenta del escenario al que están abocadas; no sé si son conscientes de la situación en la que se están poniendo. Si están siguiendo a una persona que es un obispo falso, pierden lo que tienen”, considera el político que, como tantos en el pueblo conoce a las hermanas y ha comprado sus famosos dulces de chocolate en el obrador de su monasterio. También era común, hasta el cerrojazo de este lunes, que vecinos y peregrinos del Camino de Santiago compartieran misa con las monjas de clausura, separados por una reja. 

El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, no pierde la fe en reconducir esta situación, aunque todavía este martes no había conseguido hablar con la abadesa del monasterio, sor Isabel, la única que firma la carta de ruptura. Fuentes del arzobispado han indicado a infoLibre que no tienen confirmación de que todas las otras 15 hermanas estén convencidas de este “grave” paso, el primer cisma de unas monjas en España. “Y esa confirmación todavía tardará tiempo”, aseguran. Confían en que cuando las religiosas se den cuenta “de gran número de derechos que pierden” si se salen de la Iglesia católica, no sigan adelante. Pero ¿qué hay detrás de este movimiento insólito?

1. El misterioso comprador que hizo saltar las alarmas

Aunque la noticia ha trascendido esta semana, ya el 13 de abril, la presidenta de la Federación de Nuestra Señora de Aránzazu, a la que pertenecen las clarisas de Belorado, avisó al arzobispo de Burgos de su sospecha de un posible delito de cisma (bajo el derecho canónico). A principios de marzo, la abadesa de la comunidad de Belorado, sor Isabel, había comunicado que tenía un “benefactor” dispuesto a pagar más de un millón de euros por el monasterio de Orduña para luego vendérselo a ellas cuando consiguieran ese dinero, ya que desde la firma de un acuerdo compraventa en 2020 sólo han aportado a las clarisas de Vitoria (dueñas del edificio) 100.000 euros de entrada y ninguno de los pagos semestrales de 75.000 comprometidos. Para obtener ese monto, las monjas de Belorado querían vender su monasterio de Derio, pero alegan que el arzobispado de Burgos no se lo ha permitido. Fuentes de la institución aseguran que ni ellos ni el obispado de Bilbao han recibido esa solicitud, un permiso para vender propiedades que “se aprueba en el 99% de los casos y que sólo busca que no ocurran cosas como estafas”. Sor Isabel se ha negado hasta ahora a darles la identidad del misterioso comprador, lo cual aumentó las sospechas.

2. Se declaran bajo tutela de un excomulgado que lidera un grupo franquista

Las monjas de Belorado manifiestan en su carta que a partir de ahora están “bajo tutela y jurisdicción” de Pablo de Rojas Sánchez-Franco, quien se autodenomina obispo, pero nunca lo fue en la Iglesia católica. Tampoco cura. “La Iglesia católica lo excomulgó como católico de a pie en 2019 porque participar en una ordenación así es un delito canónico”, explica a Infolibre el teólogo y experto en sectas de origen cristiano, Luis Santamaría. De Rojas es el fundador de la Pía Unión de San Pablo Apóstol, un grupo que se autodefine como “una suerte de milicia guerrera predestinada a sobresalir sobre todo lo existente” y se considera la verdadera Iglesia católica. En su cuenta de Instagram, pueden encontrarse numerosas publicaciones que glorifican el franquismo y al dictador. “Día del Caudillo. Aquel insigne invicto general que levantaría a España de la más humillante prosternación en que la dejó la Segunda República y la Guerra Civil, provocada por el PSOE y el Partido Comunista. Y sus descendientes sólo tienen una solución, la resignación cristiana de haber perdido gracias a Dios la guerra. ¡Arriba España! ¡Viva Franco!”, puede leerse junto a una fotografía de Franco a la que acompaña la música del Cara al Sol. También hay imágenes de miembros de este grupo  oficiando sus ritos frente a banderas franquistas.

3. “Embaucadas” por quienes se reivindican Iglesia pura frente a la Iglesia “que se ha desviado”

La carta de las clarisas de Belorado “está repleta de textos e ideas que se pueden encontrar literalmente en los escritos de Pablo de Rojas”, apunta el teólogo Santamaría, quien considera que “está claro que este hombre se ha acercado a la comunidad religiosa en un momento especialmente delicado por la razón que sea”. “Se habrá aprovechado de la peculiar forma de liderar el monasterio que tenga su abadesa y allí las ha embaucado en su teoría de la conspiración de la sede romana vacante, de que no hay papa desde el Concilio Vaticano II”, esgrime. Grupos como el de Pablo de Rojas se reivindican como una Iglesia pura, “el pequeño resto fiel de católicos frente a una Iglesia católica que consideran que se ha desviado”.  Estos colectivos rechazan los cambios de los últimos pontificados y especialmente los del actual papa Francisco.

4. El caso de las monjas es insólito, pero no el movimiento alrededor

Esta es la primera vez que una comunidad de religiosas en España anuncia que abandona la Iglesia católica para unirse a un grupo cismático. En Italia recientemente hubo un caso, pero en diferentes circunstancias: una comunidad sancionada por las autoridades eclesiásticas se unió a un arzobispo católico que lleva una práctica en paralelo a la Iglesia católica. No obstante, el caso español se enmarca, según Santamaría, en el patrón de los “grupúsculos que copian la estética y nomenclatura católica para parasitar espacios de la Iglesia, atraer a gente descontenta con una Iglesia abierta a los tiempos y creyéndose garantes del catolicismo verdadero”. “Suelen adquirir inmuebles o, si no pueden, alquilar iglesias que han sido desacralizadas para que esos escenarios contribuyan a su parafernalia de imitación”, indica el teólogo.

5. Las consecuencias para las monjas si quedan excomulgadas

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Si el arzobispado de Burgos no logra reconducir esta situación y las monjas terminan efectivamente fuera de la Iglesia, hay dos momentos en la excomunión. El primero es la excomunión latae sententiae, que tiene efecto sólo ante la conciencia de la persona, cuando por haber cometido “el delito de cisma” se puede considerar ya fuera de la Iglesia. El segundo es la excomunión ferendae sententiae, para lo que hace falta un proceso canónico “con todas las garantías del derecho de defensa”, según explica a Infolibre José Antonio Araña, profesor de ‘Régimen jurídico de la vida consagrada’ en la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz.

En caso de salir de la comunión católica, las hermanas pasarían a tener un régimen jurídico como el de cualquier ciudadano no católico, es decir, como, por ejemplo, el de un ciudadano protestante. No estarían sujetas a la autoridad de la Iglesia católica y tampoco podrían recibir los sacramentos en esta Iglesia. Perderían el estatuto de fiel católico y, con él, el de religiosas. Si una monja es excomulgada y después regresa, entraría en la Iglesia como laica. Si desea ser religiosa tendría que reiniciar todo el itinerario de su formación, “a menos que reciba una dispensa especial”.

En cuanto a lo económico, “las religiosas no son sostenidas por la Iglesia”. “Cada instituto religioso provee a sus necesidades económicas, generalmente a través de donativos, benefactores, la venta de sus productos de artesanía o manufacturados”, indica el profesor. Las clarisas de Belorado eran conocidas, antes de este cisma, por sus reconocidos chocolates, rocas, trufas y bombones como el de mojito, unos productos que las llevaron a participar en eventos como Madrid Fusion. Ese famoso obrador permanece estos días, como ellas, en silencio.

No está siendo una semana corriente en Belorado. En este pueblo de Burgos que no alcanza los 2.000 habitantes hay una palabra que habita todas las conversaciones: sorpresa. “Nadie se esperaba esto y no sabemos a qué se debe, estamos a la expectativa de ver qué van a hacer”, cuenta a infoLibre el concejal de Repoblación, José Mari García. Se enteró de que las 16 clarisas del pueblo habían roto con la Iglesia católica al volver de un viaje y pensó que no podía ser cierto. “Espero que esto tenga solución, cuando se den cuenta del escenario al que están abocadas; no sé si son conscientes de la situación en la que se están poniendo. Si están siguiendo a una persona que es un obispo falso, pierden lo que tienen”, considera el político que, como tantos en el pueblo conoce a las hermanas y ha comprado sus famosos dulces de chocolate en el obrador de su monasterio. También era común, hasta el cerrojazo de este lunes, que vecinos y peregrinos del Camino de Santiago compartieran misa con las monjas de clausura, separados por una reja. 

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