moción de censura
Qué es la 'iberosfera', la galaxia en la que vive Abascal
Iberosfera. Iberosfera.Las redes sociales se han llenado de comentarios este martes acerca del significado de este término, utilizado por primera vez en el Congreso por los representantes de Vox en su discurso de moción de censura. Si el lector intenta acudir a Google para salir de dudas, no lo conseguirá, además de darse de bruces con la primera evidencia: es una palabra inventada por la formación ultraderechista. Además, ha calado poco: solo la usan ellos. Es también parte del nombre del medio resurgido e instrumentalizado por el partido como cauce de su propaganda: la anteriormente conocida como La Gaceta ahora es La Gaceta de la Iberosfera. No está muy claro por qué consideran que hay que inventarse una nueva palabra, existiendo ya tantos para denominar tanto al conjunto de Estados al sur del río Bravo, como a las distintas unidades –lingüística, política, económica, colonial– que los conforman e identifican. Lo que sí es evidente es el intento del partido de Abascal por ampliar su influencia a América Latina y Estados Unidos y reivindicar sus valores –libertad frente al totalitarismo, dicen– entre todo hispanohablante que les quiera escuchar.
El diputado Ignacio Garriga, fiel al nuevo argumentario de su partido, ha sido el primero en llevar el término a la palestra. La "alianza" del Gobierno con la "tiranía" de Nicolás Maduro en Venezuela es, aseguró, "un ataque a la libertad, a los derechos humanos y a los lazos que nos mantienen unidos con los países de la iberosfera". Buena parte tanto de su intervención como de la de Abascal se centró en denunciar la supuesta complicidad del Ejecutivo español con los países latinos que representan, a su juicio, lo peor que ha podido alumbrar la Humanidad: el socialismo y el comunismo. Unidos, explicó, mediante el "Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla". El primero es una reunión de partidos, organizaciones y grupos de izquierda de Latinoamérica, donde no participa España: el segundo es un foro exclusivamente reservado para representantes o exrepresentantes electos, al que en su última edición acudieron la ministra de Igualdad española, Irene Montero, y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Sobre todo el primero ha sido utilizado por Vox y sus acólitos para dar forma a sus teorías de la conspiración: aquí, por poner uno de varios ejemplos, el eurodiputado ultra y experiodista Hermann Tertsch, condenado por mentir sobre el padre del vicepresidente Iglesias, asegura que São Paulo es la expresión visible de una red internacional de corrupción, drogas y muerte.
El marco populista, así, ya está construido: una batalla internacional entre los buenos, la derecha americana y española, y los malos, los socialistas y comunistas que, se afana en explicar el partido ultra en España, están vinculados con el narcotráfico, la corrupción, la pobreza, el hambre y la muerte en el subcontinente americano y en nuestro país. Así lo explicó, de hecho, en su primer artículo para La Gaceta de la Iberosfera el presidente de su Consejo Editorial, el propio Tertsch: "Queremos movilizar a las naciones de este inmenso espacio de lengua, historia, cultura y valores comunes para organizar una defensa común de la vida que merece vivirse", frente a la ideología "igualitarista, ecológico-climática, feminista, abortista, de lobbies LGTB y multiculturalismo" que representan no solo Sánchez e Iglesias, también "las fuerzas totalitarias" de América que "están en gran parte muy organizadas porque tienen una larga experiencia de sinergias siempre coordinadas", en determinados espacios, adivinen: el Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla.
La refundación de La Gaceta de la Iberosfera coincidió, probablemente no de manera casual, con la Fiesta Nacional de España, el 12 de octubre: también conocida como el Día de la Hispanidad, por la efemérides del "descubrimiento" y posterior colonización de América por Cristóbal Colón. Es, de hecho, el motivo de uno de los primeros artículos de opinión de La Gaceta tras su refundación: reivindicar, en oposición a posturas tradicionalmente relacionadas con la izquierda, la evangelización de los salvajes indígenas por parte del ilustrado español medieval –mitos, por otro lado, ampliamente discutidos por los historiadores–. Introduciendo este elemento, la jugada ya está completa: se introducen nuevos elementos para atacar al Gobierno español, se intentan recabar apoyos en América y se reivindica el pasado imperial y colonizador del país a pesar del daño que causó. Esta alianza transnacional se opone, a su vez, a una Unión Europea corrompida, siempre bajo el imaginario reaccionario, ante los designios del magnate George Soros, que intenta imponer un "megaestado federal" que "se parece demasiado a la Europa soñada por Hitler", palabras de Abascal. Todo a la vez y bajo un término de nuevo cuño: iberosfera.
Ni los propios ideólogos de Vox tienen claro a qué se refiere lo de la iberosfera, qué engloba exactamente. Por un lado, Tertsch habla de "700 millones de hispanoparlantes" como público objetivo del nuevo diario instrumentalizado por la ultraderecha, lo que deja fuera a los países, gobernantes y lectores de Portugal, Brasil o la Guayana Francesa, por ejemplo. El miembro de Disenso –el think tank de Vox detrás de la refundación de La Gaceta– Fernando Sánchez Dragó, en un tuit de septiembre, sin embargo, mete explícitamente a Brasil en su "iberosfera". Abascal usó la palabra en marzo, además, en una reunión con congresistas republicanos en Estados Unidos. Su partido, aseguró en marzo en suelo norteamericano, sirve para "defender la democracia en la iberosfera frente al comunismo", por lo que se sobreentiende la inclusión del país dirigido por Trump, con un amplio porcentaje de población hispana, en su nuevo término inventado. "Incluso en EEUU es ya abierto el desafío socialista al modelo norteamericano", justificó en su artículo el eurodiputado de la formación ultra. Junto a ellos, la única persona que ha utilizado iberosfera –al menos, en público– es el columnista de la antigua y la nueva Gaceta Mariano García Barace, argentino y enemigo del peronismo que ha vuelto al poder en su país. No parece una jugada casual.
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El catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de València y especialista en Historia Contemporánea de América Latina Joan del Alcàzar afirma a infoLibre que no tiene ni idea de lo que quiere decir Vox con "iberosfera", pero entiende que no hay ninguna necesidad de inventar una nueva palabra para denominar la realidad de los pueblos "al sur del Río Grande". Siempre hay una "intencionalidad política" con cada expresión, eso sí. Hispanoamérica, explica, fue usado "hasta finales del siglo XIX" para hablar de los países bajo influencia "de la antigua Hispania romana", es decir, España y Portugal. Pero su uso "ha quedado reducido a aquellos países con el castellano como lengua oficial". Para englobar a los países colonizados por los Estados de la Península Ibérica surgió, también a mediados del XIX, el término Iberoamérica.
Si Vox quisiera, simplemente, incluir al Brasil de Bolsonaro en sus planes para defender la "libertad" frente al "totalitarismo comunista", podría utilizar este término, que deja fuera la influencia francesa e incluye a España: el país, por ejemplo, participa en las Cumbres Iberoamericanas. Precisamente por ello, consideran los historiadores y asegura Del Alcàzar, el imperio galo de Napoleón III impulsó el término "América Latina", para defender la barrera que, consideraban, representaba la monarquía absolutista francesa y su catolicismo oficial frente a los anglosajones evangelistas y los eslavos y su protestantismo, con influencia también en el continente. Todos los términos, defiende el catedrático, son adecuados: pero en la actualidad, América Latina es el preferido tanto por los gobernantes como por los habitantes tanto de América del Norte –México– como de América Central y del Sur.
Del Alcázar apunta a otra pista para entender la jugada de Vox: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, suele aludir a las "dictaduras comunistas" latinoamericanas para pedir el voto hispano en su país. El experto ve una constante: el intento de la derecha de "convertir determinados problemas americanos en problemas de política interior de España" e "instrumentalizar una realidad política compleja".