Fueron tres horas largas de reunión en el centro de Madrid, hasta las diez de la noche. Izquierda Unida se encontró ayer jueves por tercera vez con las plataformas, colectivos, ONG y movimientos sociales con los que intenta confluir y avanzar hacia un frente electoral y político. Diversos asistentes, de dentro de fuera de la reunión, calificaron la cumbre de "satisfactoria". No tanto por los resultados inmediatos y tangibles, que no los hay, sino por lo que supone de ir caminando hacia un bloque compacto que mire hacia las próximas elecciones europeas del 25 de mayo de 2014. Por lo pronto, se acordó ir elaborando propuestas para un programa común antitroika y apoyar todas las movilizaciones contra el Gobierno y sus recortes. En el horizonte, si todo discurre según lo previsto, se vislumbra un gran acto público de presentación de ese programa y de la convergencia social y política para mediados de diciembre o principios del año próximo. Puede saber a poco, pero los miembros de este incipiente bloque creen que no hay que "correr", que hay que seguir generando "confianzas", y no poner el carro antes que los bueyes, la candidatura antes que el programa.
IU viaja sobre dos carriles paralelos. Por un lado intenta atar las alianzas con sus socios políticos más consolidados y con los que mantiene lazos en las instituciones, Anova y Chunta Aragonesista, ICV y Batzarre. Una derivada de la que se encarga el aparato federal, que comanda Miguel Reneses. Por otro lado, busca la convergencia "por abajo", consciente de que debe encontrar sinergias y simpatías de los activistas y plataformas sociales, de ONG, de integrantes del 15-M, que tradicionalmente han mostrado ciertos reticencias a unirse a la federación. Dicho de otra forma, IU cree que no basta con tejer alianzas con otras fuerzas políticas si no cuenta con cierto sustrato social favorable, con aquellos que se encuentran más cómodos trabajando en plataformas ciudadanas pero con los que puede sintonizar en las propuestas y en las protestas.
Los pasos dados en esta segunda vía se han traducido en la creación de Convocatoria, el impulso de "un proceso de convergencia que genere un amplio bloque o frente social y político para combatir las políticas neoliberales y apuntar alternativas" que apuntillen la crisis económica, social e institucional, de tal modo que el avance "unitario en el plano político y también electoral" pueda dar vida a un "sujeto político" dotado del poder y el peso necesario para "forzar una salida justa, solidaria y democrática a la actual situación". En la pasada reunión, en septiembre, se reunieron cerca de 30 plataformas –varias asambleas del 15-M, Ceapa, Construyendo la Izquierda-Alternativa Socialista (CLI-AS), Frente Cívico Somos Mayoría, Convocatoria Cívica, PaTuSalud, Izquierda Anticapitalista, Plataforma contra la Impunidad del Franquismo...–, aunque algunas acudieron como observadoras. Ayer se sumaron más colectivos. También asistió como observadora la marea verde de defensa de la educación pública a través del histórico sindicalista y profesor Agustín Moreno. En total, se acercaron unas 50 personas.
Proceso semejante al de 2011
Convocatoria se puso deberes. Uno capital para todos es respaldar las manifestaciones de este otoño, que tendrán su culmen el próximo 23 de noviembre en una gran protesta. También avanzar en las tareas concretas que se asignaron a los cuatro grupos de trabajo constituidos (convergencia, movilizaciones, programa y proceso electoral). Lanzar igualmente invitaciones a la cumbre social, a los sindicatos y a las mareas para que se sumen formalmente.
En la siguiente asamblea, el 9 de noviembre, se revisará el camino recorrido y se preparará el siguiente paso. Desde la Secretaria de Convergencia Político-Social de IU, que dirige Enrique Santiago, se apunta a que el objetivo claro es que "entre mediados de diciembre y mediados de enero" se pueda organizar un gran acto en Madrid en el que participen colectivos de todo el Estado y donde se ratifiquen las propuestas consensuadas y las que hayan llegado de las mareas ciudadanas, cumbre social y más plataformas. Es decir, un acto donde se visualice la "convergencia", el músculo de las bases condensado en un programa común para las europeas. En el fondo, la federación aspira a reproducir un formato que ya empleó para las generales de 2011. Entonces reunió a todos sus aliados políticos y sociales en la Asamblea Federal de la Convocatoria Social. Fue la puesta de largo de su proceso de confluencia con otros y de las propuestas estrella de su programa. La dirección de IU espera que una vez esté encarrilado su menú programático, se dé paso ya a la composición de la lista electoral, hacia enero. "Y en IU no abriremos nuestro proceso interno de elección de candidatos hasta que no esté madura la convergencia social, programática y política. No vamos a salir antes que nadie con nuestros candidatos", observaban en el entorno de Santiago.
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Protestas "masivas", "jugar a la grande"
Una asistente al foro de ayer, sin embargo, se mostraba más cauta con ese calendario, porque aún no hay nada cerrado. Ese puede ser "el horizonte" si todo sale según lo esperado, pero advertía de que no conviene quemar etapas antes de tiempo, "correr demasiado". "No queremos que esto se estropee por las ansias de algunos. Queremos que este proceso sea además transparente y democrático. No podemos saltarnos pasos. Nos sentimos razonablemente satisfechos y el proceso está marchando. Eso es lo importante. Primero, el programa, luego ya se discutirá la candidatura, aunque seamos conscientes de los plazos", contaba esta fuente, que prefería guardar su anonimato hasta que se pacte un comunicado resumen de la reunión de este jueves. "Todos coincidimos en que hay que elevar el nivel de movilización para empujar hacia la dimisión del Gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas. Buscamos protestas masivas, jugar a la grande", analiza un dirigente de IU.
Desde Izquierda Abierta, el partido de Gaspar Llamazares y Montse Muñoz, integrado en la federación de Cayo Lara, se palpa igualmente la "satisfacción por el interés suscitado en otras organizaciones sociales y políticas". Pero, a su juicio, según apuntaba uno de sus miembros, la Convocatoria "no debería quedarse en la elaboración programática y la movilización, sino generar un verdadero proceso de cambio social y político". "La emergencia social debe concitar responsabilidad política y generosidad para crear frentes amplios que venzan a la troika y al binomio PSOE-PP", concluía este dirigente.
Fueron tres horas largas de reunión en el centro de Madrid, hasta las diez de la noche. Izquierda Unida se encontró ayer jueves por tercera vez con las plataformas, colectivos, ONG y movimientos sociales con los que intenta confluir y avanzar hacia un frente electoral y político. Diversos asistentes, de dentro de fuera de la reunión, calificaron la cumbre de "satisfactoria". No tanto por los resultados inmediatos y tangibles, que no los hay, sino por lo que supone de ir caminando hacia un bloque compacto que mire hacia las próximas elecciones europeas del 25 de mayo de 2014. Por lo pronto, se acordó ir elaborando propuestas para un programa común antitroika y apoyar todas las movilizaciones contra el Gobierno y sus recortes. En el horizonte, si todo discurre según lo previsto, se vislumbra un gran acto público de presentación de ese programa y de la convergencia social y política para mediados de diciembre o principios del año próximo. Puede saber a poco, pero los miembros de este incipiente bloque creen que no hay que "correr", que hay que seguir generando "confianzas", y no poner el carro antes que los bueyes, la candidatura antes que el programa.