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IU se prepara para suceder a Garzón en una batalla en la que Sira Rego y Antonio Maillo medirán sus fuerzas

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Izquierda Unida está envuelta en su propia batalla interna que decidirá el futuro liderazgo de la formación los próximos 18 y 19 de mayo. Tras la marcha de su líder, Alberto Garzón, parecía que iba a ser una transición ordenada, con la ministra Sira Rego como la gran favorita. Pero tras lanzar su candidatura, a la competición se le unieron Antonio Maíllo, excoordinador andaluz, que concita el apoyo de la mayoritaria federación andaluza y del PCE, Álvaro Aguilera, coordinador de IU Madrid y José Antonio García Rubio, representante del sector crítico de la formación. Pese a los intentos de Rego por explorar una vía para la unidad al plantear un cambio en el modelo de dirección de IU con una suerte de bicefalia, no se llegó a ningún acuerdo.

A nadie en IU le sorprendió la decisión de la ministra de Sumar de presentarse para ser la próxima coordinadora general —si lo logra, sería la primera mujer en serlo— ya que el nombre de Rego llevaba sobrevolando desde hace meses, incluso antes de la marcha de Garzón. Pero sí el momento escogido, lo que generó malestar en parte de la dirección de IU por producirse en medio de las primarias para elegir la candidatura que iba a representar al partido de cara a la negociación de las europeas con Sumar. Finalmente ganó Manu Pineda, apoyado tanto por la federación andaluza como por el PCE.

El conflicto que subyace de fondo, y que impulsó a Maillo a presentar su candidatura, es que desde la federación andaluza y el PCE buscan que se integre a todas las almas dentro de una misma lista para que haya equilibrios de poder. Este sector teme que, con Rego como coordinadora general, conforme un equipo con personas del ministerio que desemboque en un "modelo presidencialista" en el que únicamente se rodee de "soldados" en lugar de perfiles que le "discuten". Desde el entorno de Rego siempre han insistido en que eso no iba a suponer "un problema", pero la desconfianza entre ambas partes ha impedido acercar posturas.

Además, la candidatura de Maíllo, de la que forman parte el secretario general del PCE, Enrique Santiago, y la actual coportavoz de IU, Amanda Meyer, busca que en la asamblea se cambie el modelo de dirección por uno con mayor pluralidad, para que el liderazgo sea compartido a diferencia de lo que ocurrió en la etapa de Garzón, en la que el ministro de Consumo ostentaba la máxima responsabilidad orgánica e institucional. El excoordinador de IU Andalucía ha criticado abiertamente a Rego por no estar dispuesta a "renunciar" a liderar esa lista a diferencia de él. En el equipo de Rego señalan que la ministra va a dar la batalla.

IU abordará la relación con Sumar en su asamblea

Al margen de los equilibrios de poder dentro de IU, la candidatura de Maíllo —el único que tiene fuerza para plantar cara a la ministra— también se explica por la relación con Sumar. La confección de la lista de las europeas, después de que el equipo de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, relegara a Manu Pineda al cuarto puesto por detrás de los candidatos de Movimiento Sumar, Catalunya en Comú y Compromís, llevó a la organización a dejar en el aire su participación en el proyecto de Díaz.

"La relación con Sumar, de profundo calado, será un debate central en el ejercicio de reflexión colectiva durante el proceso asambleario de Izquierda Unida, pues debemos recuperar la máxima presencia en todos los ámbitos, incluido el institucional. En este sentido, y mientras se desarrolla el debate en el seno de Izquierda Unida, no se participará de los órganos del Partido Sumar hasta la celebración y decisión de la Asamblea Federal", decidió la organización tras un largo debate en el que se desoyó a federaciones como la de Madrid o la de València que apostaban por concurrir en solitario, pero en el que también se marcó distancias con Sumar.

Con esa decisión, que contó con el apoyo de Rego, se dejó en manos de la nueva dirección del partido la relación con Sumar. Las opciones que están encima de la mesa son formar parte de sus órganos de dirección, apostar por una relación bilateral similar a la que tiene Compromís, Chunta Aragonesista o los baleares de Més o, en el peor de los escenario, romper cualquier vía de colaboración con la organización de la vicepresidenta.

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El enfado en el seno de la organización es palpable y la posición que defienda cada uno de los candidatos será clave para decantar también la balanza. Maíllo confesó que Sumar "no se ha construido de la mejor forma", pero añadió que ellos no se construyen con "una visión narcisista u orgullosa de la política" y que no tomarían la decisión de marcharse en caliente. "Queremos contribuir a la mejor forma de construir algo", afirmó. La posición de Rego, al formar parte de la 'cuota' ministerial de Sumar es más complicada, pero también reclama que la organización tenga un lugar propio dentro de la coalición con "respecto" a la trayectoria de IU.

¿Un acuerdo entre Maíllo y Rego tras las votaciones?

Aunque la votación para designar al próximo líder de IU tendrá lugar los días 18 y 19 de mayo, previamente se conocerán los resultados de la votación del informe de gestión, los documentos y las candidaturas a los órganos de IU. La organización cifra su militancia en 18.000 personas. En el caso de los documentos, también pueden votar aquellos que se declaran simpatizantes, es decir, las personas que no están al corriente de la cuota. Esa base de simpatizantes supone alrededor de 60.000 personas, según detallan fuentes del partido. La votación se realiza por sufragio universal.

Será el 14 de mayo cuando el partido proclame definitivamente qué apoyo ha tenido cada candidatura, al igual que el resto de documentos. Fuentes de IU profetizan que "las listas mayoritarias", que serán previsiblemente las de Maíllo y Rego, "se verán obligadas a pactar" porque las minorías "se autoexcluyen" y "no se puede gobernar con un 45% de los votos". Así, aún habrá posibilidades de que ambos candidatos lleguen a un acuerdo de cara a nombrar a la persona que sustituya a Garzón al frente de IU.

Izquierda Unida está envuelta en su propia batalla interna que decidirá el futuro liderazgo de la formación los próximos 18 y 19 de mayo. Tras la marcha de su líder, Alberto Garzón, parecía que iba a ser una transición ordenada, con la ministra Sira Rego como la gran favorita. Pero tras lanzar su candidatura, a la competición se le unieron Antonio Maíllo, excoordinador andaluz, que concita el apoyo de la mayoritaria federación andaluza y del PCE, Álvaro Aguilera, coordinador de IU Madrid y José Antonio García Rubio, representante del sector crítico de la formación. Pese a los intentos de Rego por explorar una vía para la unidad al plantear un cambio en el modelo de dirección de IU con una suerte de bicefalia, no se llegó a ningún acuerdo.

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