El caso Errejón lo ha cambiado todo. Izquierda Unida aparece en estos momentos de crisis de Sumar como el partido que gana más relevancia de cara al futuro del espacio progresista. Y los de Antonio Maíllo quieren que se abra una nueva etapa donde se corrijan “los errores”, como señalan en la formación, que han marcado este primer año de legislatura.
El análisis que hacen en Izquierda Unida es que el modo de trabajar hasta ahora del espacio de Sumar está agotado. No funciona. El partido está dejando claro durante estas horas que se acabó “la verticalidad”. Lo que se traduce en el terreno práctico en que no van a permitir que se tomen decisiones de manera unilateral por parte de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Izquierda Unida quiere que se adopten las decisiones de manera colegiada y que tengan más peso los partidos presentes en el espacio. Las quejas han sido constantes, desde que se formó el grupo parlamentario, de que se hacía y deshacía por parte de Movimiento Sumar sin tener en cuenta a sus socios electorales.
Y esa sensación ya se había trasladado al núcleo duro de Sumar durante los últimos meses por parte de Izquierda Unida. Ha sido precisamente este partido el que ha pedido que se tome un tiempo el grupo parlamentario para designar a la persona que ocupará en sustitución de Íñigo Errejón la Portavocía en la Cámara Alta. En Izquierda Unida emiten que les gustaría que, después de este grave escándalo, fuera una mujer quien ostentara esta responsabilidad.
Un cambio total en el Congreso
Pero la presión de Izquierda Unida sobre esta decisión va más allá. Creen en el partido que debe llevarse a cabo una reorganización total del equipo en el Congreso, por lo que los cambios deben afectar también a las portavocías en las diferentes comisiones en las Cortes y al trabajo que se encomiende a cada uno de los parlamentarios. Esto no quiere decir, añaden fuentes de IU, que la formación aspire a llevarse la Portavocía. De hecho, casi se autodescartan y se ven conformes con que Enrique Santiago siga siendo portavoz adjunto.
Izquierda Unida cuenta con cinco diputados de los 27 que tiene el grupo de Sumar (por lo que representa el 18,5%). Tienen escaño por parte de este partido: Enrique Santiago, Toni Valero, Félix Alonso, Nahuel González y Engracia Rivera. Ellos están trasladado a sus compañeros que es necesario un modelo “más participativo y democrático” y que se debe imponer una dinámica diferente ahora que ha dimitido Íñigo Errejón.
IU hace valer su peso territorial
IU cambió de liderazgo el pasado mes de mayo cogiendo las riendas Antonio Maíllo, un experimentado dirigente de IU Andalucía. Él quiere que tenga más peso el partido en el espacio. Durante estos días está siendo una de las voces de la izquierda más exigentes respecto al caso Errejón y no esconde que esto debe servir para que arranque esa nueva etapa en el espacio y en el grupo parlamentario.
Izquierda Unida además hace valer su potencia de estructura frente a la debilidad territorial de Movimiento Sumar. IU cuenta con entre 16.500 y 17.000 afiliados (aquellos que abonan cuotas), según fuentes del partido, pero además tiene inscritos a 22.000 simpatizantes (que participan en algunas consultas, aunque no eligen a los cargos internos). Asimismo, tiene una importante base de poder municipal (algo de lo que carece Sumar) y hay unos 1.800 concejales elegidos por estas siglas.
Las reivindicaciones de Izquierda Unida llevan tiempo de manera discreta sobre la mesa. Su papel se ha visto reforzado en las reuniones de la Mesa de Partido, a las que suelen asistir por parte de IU las dirigentes Eva García Sempere (número dos del partido y responsable de Organización) y Amanda Meyer (coportavoz). Asimismo, hay contacto directo entre los propios Maíllo y Díaz. “Se conocen desde hace muchos años”, como indican fuentes del espacio.
"Catarsis" en Sumar
Sobre la posición de IU, en el núcleo duro de Sumar, explican que es “previsible”. “Estamos en plena catarsis”, señala un dirigente cercano a Díaz y que juega un papel clave en esta convulsa etapa. En el partido de la vicepresidenta segunda entienden que ahora hay que reorganizar todo el trabajo parlamentario y que su futuro depende de cómo se gestione esta crisis.
Pero, además, Izquierda Unida lleva tiempo trabajando en la idea de que hay que reunificar el espacio de la izquierda tras la abrupta ruptura entre Sumar y Podemos. Uno de los dirigentes con más poder ahora en IU hace esta reflexión sobre cómo se debe enfrentar este nuevo tiempo: “Creo que IU tiene que contribuir a la estabilidad del espacio político y, a la par, a que afronten los cambios que son imprescindibles: democratización del mismo y recomposición de la unidad”.
"Sin vetos cruzados"
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Esta es una de las grandes obsesiones de Maíllo, que busca rearmar a futuro de una candidatura de frente amplio. En Izquierda Unida creen que la fragmentación de la izquierda hará imposible retener el Gobierno y siempre se alerta de que un Ejecutivo del PP y de Vox puede estar muy cerca si los progresistas no se alían. Se mantiene un hilo con Podemos por parte de IU y se habla, según fuentes conocedoras de la situación, con Pablo Fernández, secretario de Organización y portavoz de los morados.
En la pasada reunión de la Coordinadora Federal, máximo órgano de dirección entre asambleas, Maíllo expuso su apuesta: "Una propuesta unitaria para que las formaciones que tengan coincidencias programáticas en la construcción de un proyecto de país y la gestión de gobierno tenga una correlación en una propuesta electoral unitaria con todos dentro y sin vetos cruzados".
El líder del partido reflexionó entonces: “Izquierda Unida ha decidido tejer las más amplias alianzas políticas, sociales y culturales para impulsar un programa de país que garantice vidas dignas, con políticas que hagan frente a la derecha y la extrema derecha. En los próximos meses tendremos la tarea crucial de desplegar toda nuestra fortaleza y movilizar a la organización para construir alianzas competitivas, motivar a la gente a participar políticamente y generar un revulsivo que ponga fin a la suma de debilidades”.
El caso Errejón lo ha cambiado todo. Izquierda Unida aparece en estos momentos de crisis de Sumar como el partido que gana más relevancia de cara al futuro del espacio progresista. Y los de Antonio Maíllo quieren que se abra una nueva etapa donde se corrijan “los errores”, como señalan en la formación, que han marcado este primer año de legislatura.