Izquierda Abierta estuvo deshojando la margarita hasta el final. Y al final acordó que sí. Que convenía dejar la puerta abierta a la presentación de un candidato a las primarias a la Moncloa de Izquierda Unida. Un rival contra Alberto Garzón que, en todo caso, no tiene aún un nombre y que el partido cogobernado por Gaspar Llamazares y Montse Muñoz discutirá con la militancia a mediados de enero.
Este viernes, 26 de diciembre, concluía a medianoche el plazo para que los distintos aspirantes a las primarias presidenciales comunicasen a la Junta Electoral Federal (JEF), el órgano que supervisa todo el proceso, su voluntad de competir. El diputado de Málaga cumplió el trámite el pasado 22 de diciembre, una semana después de que la Presidencia de IU aprobase el reglamento. Desde que Cayo Lara diera un paso atrás y descorriera la ventana de la renovación, se esperaba que Izquierda Abierta se animase a competir contra Garzón, el hombre que cuenta con todas las bendiciones internas y más apoyos orgánicos. IzAb se resistía porque no le gustaban ni el calendario ni las normasgustaban . Sabía que la lucha sería desigual y tampoco tenía elegido un contrincante claro contra el parlamentario.
No veía condiciones, y las seguía sin ver incluso este viernes, pocas horas antes de que venciera el plazo. De hecho, durante la tarde, fuentes del partido trasladaron la idea de que la JEF debía ser flexible y admitir la candidatura de todo militante que durante el periodo de recogida de avales, que finaliza el 22 de enero, mostrara su disposición a concurrir a las primarias o tuviera los apoyos suficientes. La dirección de IzAb hacía esa petición porque seguía dudando y quería tener esa ventanilla abierta, ya que las firmas necesarias, según insistían en la cúpula, las tenían. El reglamento [consúltalo aquí en PDF] establece, en su artículo 7. 3, que para ser candidato los aspirantes debían contar con el aval de al menos un 3% del censo (unos 1.000 apoyos) y un máximo del 15%, o bien el respaldo de entre el 15% y un tercio de los más de 200 miembros del Consejo Político Federal, el máximo órgano de poder de IU. IzAb tenía los avales garantizados por esta segunda vía, ya que cuenta con una representación del 20% en los órganos de dirección.
Sin embargo, esa pretensión de IzAb entrañaba riesgos, porque los artículos 7.1 y 7. 2 señalan que aquellas personas que quieran recoger avales para presentar su candidatura a las primarias "deberán comunicarlo por escrito a la JEF", indicando tanto el compromiso de respeto al programa electoral y de respaldo al ganador y la aceptación de las normas del proceso. Comunicación que, según las normas, "podrá realizarse hasta el 26 de diciembre, a las 24 horas".
Empuje de Centella
En la tarde del viernes, se sucedieron las conversaciones dentro de la ejecutiva de IzAb y con el espacio más próximo al partido. También el sector mayoritario que sustenta desde 2008 a Lara como coordinador había presionado para que emergiese una candidatura contraria a la de Garzón, para evitar dar la sensación de un proceso exprés, sin competición, de encumbramiento. José Luis Centella, coordinador de la Presidencia Federal de IU y líder del PCE, lo había expresado con meridiana claridad en Las mañanas de RNE: "Puede haber más personas" que participen en el proceso. "Sería bueno que hubiese un rival que quisiese optar a la posibilidad de convertirse en candidato para las próximas elecciones", aseguró. El propio parlamentario por Málaga ya había expresado en varias ocasiones su deseo de tener un adversario.
En torno a las 21.30 horas, ya había una primera decisión. Fuentes oficiales de IzAb confirmaron a infoLibre que presentarían un escrito ante la JEF antes de que cumpliera el plazo. Comunicación enviada minutos más tarde por la que el partido trasladó su petición de ser tenido en cuenta en el proceso, a la espera del definitivo pronunciamiento de los órganos de dirección y de los cerca de 2.000 militantes, a mediados de enero. Es decir, IzAb adelantó a la JEF que sometería a sus bases si se presenta a las primarias y, en ese caso, quién debe asumir el reto. Así, la formación de Llamazares y Muñoz se guardaba ese as en la manga, la posibilidad de poder competir contra Garzón en caso de que así lo voten sus afiliados y simpatizantes. Si no hubiera remitido el escrito a la Junta Electoral, corría el peligro de no poder optar ya al proceso, por mucho que de la consulta saliera un sí por respuesta.
¿Y qué nombres serían los posibles? En las semanas en las que IzAb lleva discutiendo si competir o no en esta liga, habían ido surgido varios: los andaluces Raúl García y Tasio Oliver, vencedor de las primarias que el partido convocó para las europeas (y, por ello, número ocho de la lista de IU), y la madrileña Montse Muñoz, exalcaldesa de San Fernando de Henares. García se descartó. Muñoz tiene peso orgánico (es secretaria de Política Institucional de la ejecutiva federal y coportavoz de IzAb) pero una trayectoria más dilatada y un perfil con más aristas. Oliver es visto como el valor emergente: periodista, 36 años, responsable federal de Movimiento Ciudadano y Consumo de IU, miembro de la comisión internacional y del equipo de argumentarios de Lara, e integrante de la cúpula de IzAb, aunque él mismo ya adelantó que veía problemas para rivalizar contra Garzón. No se sentía un "suicida", decía a todo aquel que le preguntaba. Pero ahora las cartas vuelven a estar sobre la mesa y, como sostenían a última hora en la ejecutiva, el debate es "colectivo" y está en manos de las bases.
Dudas desde el principio
La indecisión con la que ha conducido el partido de Llamazares este camino responde a varias razones. Primero, las discrepancias internas: en IzAb había quienes defendían que había que salir al campo de juego para defender un espacio alternativo al mayoritario dentro de IU, y quienes pensaban que era mejor no validar un proceso con el que no estaban de acuerdo. La dirección gasparista entendía que las primarias debían celebrarse un mes más tarde y con un reglamento más ambicioso: más tiempo de campaña (un mes, y no 15 días) y más debates entre los contrincantes (al menos diez, y no uno). Y así lo defendió en la Presidencia que alumbró las normas, el pasado 16 de diciembre. Y en segundo término, porque no veían fácil competir contra el diputado por Málaga, un dirigente joven que ha crecido como la espuma en muy poco tiempo y muy apreciado por las bases y la dirigencia de la mayoría de federaciones y cuyo estilo tampoco chirría en IzAb. "El formato que proponemos no era condición sine qua non. Hay que ser muy suicida para presentarse con las normas aprobadas y con los apoyos hacia Alberto tan pronunciados, pero quizás el bien de IU nos concierna a todos", advirtió Oliver en la Presidencia.
Ahora, IzAb se manifiesta "dispuesta a competir" si hay unas "mínimas condiciones" y las bases dan su aprobación, aunque es consciente de que andaría la carrera "en clarísima desventaja" respecto de Garzón, según reconocían en el aparato del partido. "Pero consideramos importante poner en valor IU, poner en valor este proceso, poder confrontar distintos modelos y que también estas primarias sirvan de revulsivo para IU y pueda coger oxígeno", explicaba un alto mando de la dirección. Otro añadía que, en este momento, hay "tres Izquierda Unida" –la vieja guardia, nucleada en torno a Lara, la nueva generación que apoya a Garzón e IzAb–, de modo que resultaría extraño que "ni siquiera concurrieran dos".
Comunicación a la JEF
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Esos argumentos son los que aparecen en el escrito dirigido a la JEF, como pudo confirmar infoLibre: se pide que se inscriba a IzAb en el proceso, "teniendo en cuenta que resulta una precandidatura colectiva", y que quienes la encabecen "o incluso si se desiste de hacerlo finalmente", será "decidido y refrendado no sólo por los militantes de IzAb, sino también por la base y simpatizantes que libremente y sin necesidad de adscripción a IU sí quieran aportar a la decisión de quién encabezará esta candidatura colectiva". "Esta apertura y horizontalidad irá en beneficio de la participación y la extensión del proceso, así como del proyecto colectivo de nuestro movimiento político y social –alega el partido–. Se ayuda a provocar así un debate sobre los modelos políticos en uso y su necesaria reconsideración en todo el Estado y contexto actual", como ya intentó en las europeas, exigiendo primarias, y no lo logró. Y concluye la misiva: "Lo hacemos por intentar fortalecer y hacer crecer el espacio de IU dentro de la sociedad española, y sus respectivas identidades nacionales". La candidatura colectiva también tiene nombre: Izquierda Unida Abierta y Plural.
La Junta Electoral Federal se reunirá en las próximas horas y emitirá, previsiblemente, un comunicado, según confirmó a este diario su presidenta, Gloria Aguilar. Este órgano está compuesto por los nueve miembros de la Comisión Federal de Garantías y el secretario de Organización, Miguel Reneses (con voz, pero sin voto), y a ella se sumará un representante de cada una de las candidaturas. El elegido por IzAb es Antonio Cortés, su secretario de Organización y miembro de la ejecutiva federal de IU.
La competición interna habría empezado. Desigual pero, al menos, la pelota comienza a moverse en el campo de juego.
Izquierda Abierta estuvo deshojando la margarita hasta el final. Y al final acordó que sí. Que convenía dejar la puerta abierta a la presentación de un candidato a las primarias a la Moncloa de Izquierda Unida. Un rival contra Alberto Garzón que, en todo caso, no tiene aún un nombre y que el partido cogobernado por Gaspar Llamazares y Montse Muñoz discutirá con la militancia a mediados de enero.