Javier Ayala (Córdoba, 1972) lleva décadas dedicado en cuerpo y alma a su ciudad, Fuenlabrada. Primero, como concejal. Y ya en 2018 como alcalde, cogiendo el relevo al histórico Manuel Robles, quien dejó el bastón de mando tras quince años al frente del Consistorio. En los comicios de 2019, este licenciado en derecho se convirtió en el segundo regidor del PSOE con mayor respaldo social de toda España –solo superado por el de Vigo, Abel Caballero–. Quizá por eso, uno de los mensajes en los que más insiste el dirigente político, que este sábado se batirá el cobre con Juan Lobato en las primarias socialistas de Madrid pero que rechaza tajantemente ser el próximo cabeza de cartel en la cita con las urnas de 2023, es en la necesidad de reconstruir el partido desde el municipalismo.
Ayala conversa con infoLibre a menos de setenta y dos horas de que la militancia tome la palabra para elegir al próximo secretario general de la federación madrileña, que tendrá la dificilísima tarea de volver a insuflar aire a una formación herida desde los comicios del 4M. La falta de huecos en la agenda evidencian cómo él y su equipo tratan de llegar a absolutamente todo. El alcalde es consciente de que no parte como favorito en el proceso interno. Sin embargo, está convencido de que puede dar la sorpresa frente al considerado como candidato oficialista. Algo así, deslizan en su entorno, como lo que sucedió en aquel mítico enfrentamiento entre Pedro Sánchez y Susana Díaz de hace un lustro. Quizá por eso, una de las ideas en las que más insiste es en la necesidad de recuperar el partido con un proyecto "nítidamente de izquierdas".
PREGUNTA: Tras el batacazo del 4M, el PSOE abrió lo que llamó un proceso de escucha activa. ¿En qué falló el partido para obtener el peor resultado de su historia en la Comunidad de Madrid?
RESPUESTA: Se han juntado muchos factores. Nosotros no hemos estado excesivamente acertados. Hemos tenido un candidato que no sé si estaba convencido de ir a esa contienda, unas listas que los militantes de Madrid no tuvimos la oportunidad de elegir y un mensaje que era confuso. No fuimos capaces de marcar nuestro espacio político. Unas veces mirábamos al votante del centro y otras al de izquierdas. Y eso no nos ha beneficiado en absoluto.
P: Quedan dos años para la siguiente cita electoral. ¿Qué propone usted, que no plantee Lobato, para que los socialistas madrileños puedan volver a recuperar el pulso?
R: Cambiar la gestión. Mientras el compañero Juan propone un modelo de más de lo mismo, yo planteo hablar primero de partido, de hacer una organización fuerte capaz de volver a conectar con la militancia y el movimiento social. Es fundamental que el PSOE se llene y transmita activismo político y social.
Por otro lado, hablo de un proyecto político nítidamente de izquierdas. No podemos andar con complejos en este sentido. En la campaña que está haciendo el compañero Juan, un día mira al centro, habla de la izquierda templada y dice que el mensaje de los socialistas tiene que dirigirse a los PAUS –las zonas residenciales de nueva construcción que han ido proliferando en los últimos años en los alrededores de las grandes ciudades de la región– y, al siguiente, es más de izquierdas. Lo que tenemos que hacer es dirigirnos a ese electorado que se ha ido a Más Madrid y, también, a aquel que siendo del PSOE ha preferido no votar antes que traicionar con su voto al PSOE.
P: ¿Y cómo se repescan esos votos tradicionalmente socialistas que se han ido a la derecha?
R: Esos votos que se han podido ir a la derecha son producto de la pandemia. Yo creo que es el voto del hartazgo, de confinamientos, de restricciones... Llamadas de atención que se hacen sociológicamente en un momento de crispación política. Esos votos tienen que volver si tenemos identidad propia.
P: ¿Cree que a algunos votantes socialistas les puede incomodar que haya cercanía con Podemos?
R: No hablo de estar cerca de Podemos, hablo de tener identidad propia, de recuperar ese votante de izquierda caliente que ha visto en Más Madrid un espacio político en el que reflejarse. Durante estos dos años, nos ha faltado contundencia en la oposición y un proyecto político claramente de izquierdas.
P: Comentaba antes la necesidad de impulsar partido desde el municipalismo. ¿Ha habido una desconexión en los últimos años del aparato a nivel regional con las diferentes localidades?
R: Ha faltado coordinación, que no es solo tener reuniones, sino conseguir que esas reuniones sean eficaces. Cuando sea secretario general, pondré en marcha reuniones sectorizadas por municipios. No solo zonales, también teniendo en cuenta el número de habitantes, para así poder buscar similitudes a la problemática y poder hacernos eco de necesidades que haya.
P: ¿Cree que no se ha puesto en valor el trabajo que hacen los municipios?
R: Ha faltado que pongamos frente a Ayuso aquellas cuestiones importantes que como Gobierno hemos hecho. Por poner un ejemplo, las ayudas que ha podido dar Alcalá de Henares al comercio o la hostelería mientras Ayuso no hacía nada, o las becas que en Fuenlabrada dimos para aquellos chavales que no tenían para una comida mientras Ayuso les ponía comida basura.
P: Pero luego es el PP quien se impone en todos estos municipios en las autonómicas. ¿Por qué?
R: Porque el PSOE tiene que coger esas banderas y ponerlas en el mensaje autonómico. Y ese no es un trabajo que se tenga que hacer quince días antes de las elecciones, sino que hay que realizarlo de forma permanente. La actual portavoz, Hana Jalloul, ha sido capaz de darse cuenta de que el altavoz del PSOE no está en la Asamblea de Madrid, donde es muy complicado colocar nuestro mensaje siendo tercera fuerza política. Por eso, se ha pasado el verano y el comienzo de otoño yéndose al barro, pisando el terreno, visitando los municipios.
P: ¿Cómo debe convivir y competir el partido con un Más Madrid que ha sido capaz de hacerse con la hegemonía de la izquierda y con las banderas que históricamente había alzado el PSOE?
R: Yo siempre he apostado por el entendimiento entre la izquierda, creo que es fundamental y necesario para mantener gobiernos. Ahora bien, a pesar de ser un partido con el que debemos trabajar, hay que ser conscientes de que nos quitan electorado y hay que ser capaces de desmarcar nuestro mensaje, haciendo nuestro aquello que ellos hayan podido utilizar en un momento haciéndolo más atractivo.
P: ¿Usted sería partidario de una lista conjunta con Más Madrid para 2023?
R: Es excesivamente pronto. De hecho, el propio Más Madrid está teniendo problemas serios como organización. Una vez que los solucionen y una vez que nosotros pasemos los procesos internos, hay que sentarse con ellos para hablar.
P: Pero no para ir juntos.
R: Yo creo que ir juntos es excesivo. Tenemos identidades y almas distintas. Pero, en cualquier caso, yo me sentaría a hablar para ver lo que subyace de esa conversación.
P: ¿Fue un error la intervención de Moncloa en la configuración de la última campaña?
R: Hubo un error clave y manifiesto, que fue diseñar una campaña que no conectaba con la ciudadanía. Tal fue el error que el presidente ha tomado medidas internas y esas personas, que hay que recordar que no pertenecían al PSOE, ya no están en Moncloa. Por eso, en mi proyecto reclamo también autonomía. Desde la coordinación y desde la lealtad a Ferraz, es fundamental que los socialistas de Madrid pensemos el futuro de Madrid.
P: ¿Ve bien que un secretario general del PSOE de Madrid pueda ser al mismo tiempo candidato?
R: El partido no debería permitirlo en este momento. El modelo que necesita ahora mismo no es ese. Si tú quieres ser secretario general para luego ser candidato vas a dirigir todo ese esfuerzo a tu objetivo final. Y ahora no estamos para personalismos. Es el momento de la generosidad. Por eso, yo digo que voy a ser secretario general para trabajar por mi partido pero sin ser candidato a la Comunidad de Madrid.
P: ¿Descarta totalmente, entonces, ser candidato a la Presidencia?
R: Sí, completamente descartado. Uno tiene que saber dónde aporta al partido, dónde suma. Y yo, en este momento, puedo hacer un gran trabajo al frente de la Secretaría General y obtener unos magníficos resultados en Fuenlabrada.
P: ¿Quién le gustaría que fuese candidato o candidata?
R: Creo que tiene que ser una mujer la que encabece las listas a la Comunidad de Madrid y al Ayuntamiento de Madrid. Pero, evidentemente, lo que salga tendrá que ser decidido en unas primarias.
P: Ya que usted ponía en valor antes el trabajo de Jalloul, ¿la apoyaría en unas primarias para ser candidata?
R: Lo está haciendo magníficamente bien, es mujer y está cogiendo experiencia. Podría encajar perfectamente con un perfil que pudiera defender los valores del PSOE en la Comunidad de Madrid siendo no solamente candidata, sino presidenta de la Comunidad de Madrid.
P: ¿Le han sobrado al PSOE hiperliderazgos?
R: Siempre hemos hecho las cosas al revés. Nos hemos olvidado del partido y hemos apostado todas las cartas al candidato. Cuando nos ha salido mal, que ha sido siempre, pues hemos tenido cuatro años más de derechas. Por tanto, ha llegado el momento de frenar esos hiperliderazgos. Tenemos que tener distintas voces autorizadas, distintos liderazgos, porque Madrid es una comunidad muy grande y con mucha potencia y proyección nacional.
P: ¿Usted sería partidario de un PSOE que reclame de cara a las próximas elecciones una subida impositiva en Madrid?
R: A la derecha le encanta decir que el PSOE sube los impuestos y que ellos los bajan. Si entramos en ese debate, probablemente lo perderemos, porque a nadie le gusta pagar impuestos. Lo que hay que hacer es plantear para qué son los impuestos, decir qué queremos hacer y qué servicios públicos potenciar para, a partir de ahí, establecer qué cantidades hay que pagar. Y no solo eso, también tenemos que plantear quién los paga. Quien más tiene es quien más debe pagar.
P: Usted, durante el debate, se identificó con el “alma obrera” del partido. ¿Con cuál cree que se identifica su rival?
R: Yo no me atrevería a definir con qué alma se identifica el compañero Juan, pero yo creo que hay silencios que hablan por sí solos.
P: ¿Teme usted que de estas primarias salga un partido roto?
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R: Yo creo que no. Yo le he hecho el ofrecimiento a Juan Lobato de que sea mi vicesecretario general en la Ejecutiva cuando gane la Secretaría General. Si alguien entiende que puede gobernar este partido sin la otra mitad, está equivocado. Hay que sumar fuera, con los movimientos sociales, y también dentro, con los compañeros del partido. Yo creo que el día 24 habrá un solo PSOE de Madrid.
P: ¿Integraría solo a Lobato como su vicesecretario?
R: No, habría que fusionar equipos. Esto es un proyecto tan ambicioso que necesitamos todo el talento del partido. Y talento hay en la candidatura de Juan.
Javier Ayala (Córdoba, 1972) lleva décadas dedicado en cuerpo y alma a su ciudad, Fuenlabrada. Primero, como concejal. Y ya en 2018 como alcalde, cogiendo el relevo al histórico Manuel Robles, quien dejó el bastón de mando tras quince años al frente del Consistorio. En los comicios de 2019, este licenciado en derecho se convirtió en el segundo regidor del PSOE con mayor respaldo social de toda España –solo superado por el de Vigo, Abel Caballero–. Quizá por eso, uno de los mensajes en los que más insiste el dirigente político, que este sábado se batirá el cobre con Juan Lobato en las primarias socialistas de Madrid pero que rechaza tajantemente ser el próximo cabeza de cartel en la cita con las urnas de 2023, es en la necesidad de reconstruir el partido desde el municipalismo.