El suyo, cierto, es un perfil técnico, más que políticotécnico. Aunque lo mismo se podría predicar de la mayoría de sus oponentes. Pero además es prácticamente un desconocido, incluso en los círculos de la izquierda de Madrid. Su tesoro, como convienen los que sí le conocen, es su currículum, su experiencia en el tercer sector, y también su carácter, "dialogante". Fundamentales para una legislatura que viene complicada, en la que el pacto se va a convertir en una muleta casi imprescindible. Para todos.
Es José Manuel López Rodrigo. Madrileño, nacido en 1966. Ingeniero agrónomo por la Universidad Politécnica de Madrid y diplomado en Ordenación del Territorio, Desarrollo Rural y Medio Ambiente. Y ahora, el candidato de consenso de la dirección autonómica de Podemos para la Presidencia de la Comunidad, avalado por el Consejo Ciudadano, por los dos sectores del partido, el oficialista, liderado por el secretario general, Luis Alegre, y el crítico, de Miguel Urbán.
López Rodrigo fue uno de los directivos de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y de Cáritas, la ONG de acción caritativa y social de la Iglesia. En ella ascendió hasta convertirse en director del departamento de Análisis Social y Desarrollo. De allí le fichó el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero al poco de llegar a la Moncloa. El titular de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, se comprometió a montar una fundación de diálogo con las religiones minoritarias. Corría el año 2004, en una España traumatizada por la trageida de los atentados del 11-M. "Queríamos que fuera la expresión de una respuesta que no era ni la islamofobia ni la exclusión, sino la apertura del diálogo y la lucha contra la marginación y la exclusión y la estigmatización del islam", cuenta el exministro a este diario. De ese proyecto nació, en octubre de 2004, la Fundación Pluralismo y Convivencia. Su primer director, José María Contreras. Él fue quien puso encima de la mesa el nombre de López Rodrigo como gerente de la entidad.
"Vi su currículum y me pareció que era la persona idónea –rememora Contreras–. Él acumulaba la experiencia de Cáritas, y estaba acostumbrado a pedir proyectos. Y venía del lado de la Iglesia. Se trataba de que pasara al otro lado, a ayudar y abrir puntos de encuentro con las tres confesiones minoritarias [las comunidades evangélicas, judía y musulmana]. Era una fundación nueva, compleja, casi única en el mundo. Nadie daba nada por nosotros. José Manuel resultó una pieza clave para poner en marcha la fundación". En 2008, ya con Mariano Fernández Bermejo al frente de Justicia, Contreras asciende. Sustituye a Mercedes Rico como director general de Asuntos Religiosos. Propone entonces al ministro que López Rodrigo sea premiado con la dirección de la fundación. Hecho.
"Progresista", pero sin carné
Contreras, que tras su paso por Justicia volvió a su cátedra de Derecho Eclesiástico en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, se deshace en elogios hacia el ahora candidato de Podemos. Un "magnífico profesional", un hombre "muy eficiente y eficaz, riguroso, serio, que se toma muy en serio su trabajo, y muy austero". Una persona "muy dialogante, muy cercana, con el que es muy fácil trabajar", de carácter "progresista", "nada dogmático". Y un buen gestor, añade, porque no hubo "jamás problemas" con la Intervención General del Estado, que fiscalizaba las ayudas concedidas: el presupuesto inicial, "de tres millones de euros, llegó a crecer hasta los cinco", para bajar, con el Gobierno del PP, "a un millón y medio". Sin embargo, sí vivió algún episodio polémico, como cuando en 2009 la fundación subvencionó a la mezquita Al Madina de Alcalá de Henares, cuyo imán justificó la lapidación.
López Rodrigo siguió dirigiendo la entidad hasta octubre de 2013, incluso después de caído el Gobierno del PSOE. En 2014 ingresó en el Centro de Estudios de la Fundación Tomillo, donde se ocupó de materias como la pobreza energética. También se integró en el colectivo Qué Hacemos.
En ese año, 2014, recibió una llamada de Jesús Montero, el hombre elegido por Pablo Iglesias para dirigir el partido en la capital. Ambos se conocían desde tiempo atrás, por su "vieja vinculación con los movimientos de cristianos de base" y por la labor del primero en Cáritas. "José Manuel fue una de las primeras personas a las que llamé para integrar en mi equipo del Consejo Ciudadano de Madrid –recuerda Montero–, junto a Mónica García, que venía de la marea blanca; a Marco Candela, de la lucha contra los desahucios, y a Piedad Sánchez, que procedía de la marea verde. No había tenido nunca carné de ningún partido, pero no dudó cuando le pedí que se incorporase a mi proyecto". Ya en Podemos, López Rodrigo dirigió la metodología del programa para la ciudad que el partido ha trasladado a la candidatura de Ahora Madrid.
"Hizo el trabajo sucio al PSOE para sacar a IU de CEAR"
Montero alaba del candidato su capacidad para "dirigir y dinamizar equipos" y su trayectoria profesional. "Es el perfil de la solvencia profesional con sensibilidad social", redondea, "un vector de transversalidad que además ha aportado su conocimiento a la lucha contra la pobreza y a la reducción de la brecha de la desigualdad, y que ha evolucionado hacia el interés por la sostenibilidad".
Con IU no ha existido una experiencia directa. De hecho, algunos responsables se sorprendían el lunes de la elección de Podemos, y creían que les beneficiaba, porque el poeta Luis García Montero, su cabeza de lista para la Comunidad, sí es más conocido. Una dirigente que sí trabajó codo con codo con López Rodrigo en CEAR, a principios de la década pasada, antes de su aterrizaje a Justicia, coincide en el retrato robot facilitado por Contreras y Montero. "Es buena gente, una persona con la que es fácil acordar, serio y riguroso", aprecia esta fuente, que pide que no trascienda su nombre. "Es una buena noticia, un buen perfil, porque con su talante no será complicado llegar a acuerdos con él", añade.
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Otro miembro de la dirección de IU que también compartió años con López Rodrigo en CEAR discrepa de esa visión. "Ha hecho toda su carrera pegado al PSOE. Fue nombrado director de la fundación del Gobierno sobre confesiones religiosas y en CEAR le hizo todo el trabajo sucio al PSOE para sacarnos a los de IU", señala este dirigente, que también reclama anonimato.
Todos reconocen que López Rodrigo tiene como principal obstáculo su práctico anonimato. Pero no su perfil más técnico que político. Contreras, que habló este mismo martes con él y le percibió "ilusionado" aunque también "preocupado" por el peso de la candidatura, augura que será "un buen" competidor en las elecciones del 24 de mayo. Y la dirigente de IU recuerda, por su parte, que ese rostro más profesional es compartido por el número uno de la federación, Luis García Montero, e incluso por el elegido por el PSOE, Ángel Gabilondo, catedrático de Metafísica y exministro de Educación. Montero subraya la fortaleza de la marca: "Podemos es quien se presenta a las autonómicas. Él tiene capacidad para liderar equipos y está muy a gusto con el reto. Detrás de él está todo Podemos y los compañeros de Convocatoria por Madrid, la plataforma de Tania Sánchez. Tiene a más proteínas para hacer posible el cambio en la Comunidad de Madrid".
López Rodrigo debutará previsiblemente el jueves en la presentación de la lista autonómica de Podemos. Después los inscritos en la formación tendrán que respaldarla con su voto en las primarias. La lógica dice que hará tándem, con probabilidad, con la apuesta de Montero para el Ayuntamiento de Madrid, la exjueza Manuela Carmena, siempre que esta gane. Sólo con las urnas abiertas se podrá comprobar la verdadera fuerza del partido morado y de Ahora Madrid. Y cuánto tiran (o no) los candidatos. Uno, un perfecto desconocido para la mayoría como el elegido para intentar llegar a la Puerta del Sol y desalojar al PP.
El suyo, cierto, es un perfil técnico, más que políticotécnico. Aunque lo mismo se podría predicar de la mayoría de sus oponentes. Pero además es prácticamente un desconocido, incluso en los círculos de la izquierda de Madrid. Su tesoro, como convienen los que sí le conocen, es su currículum, su experiencia en el tercer sector, y también su carácter, "dialogante". Fundamentales para una legislatura que viene complicada, en la que el pacto se va a convertir en una muleta casi imprescindible. Para todos.