Junts pel Sí, la coalición independentista nucleada por la Convergència de Artur Mas y la Esquerra de Oriol Junqueras ha ganado las elecciones catalanas pero con un resultado insuficiente para gobernar en solitario. Los 62 escaños que ha conseguido son nueve menos que los que tenían CiUy ERC en el anterior Parlamento y su porcentaje de votos no llega al 40% (39,54%)
La candidatura se ha quedado a seis escaños de la mayoría absoluta (68) y ahora depende de la CUP, la formación independentista de izquierdas, para llevar a delante su plan hacia a la independencia. El futuro de Artur Mas, que Junts pel Sí planeaba hacer presidente para gobernar el proceso, depende de que algún partido le preste apoyo y todos han adelantado ya que votarán en contra de su investidura. También la CUP.
"Hemos ganado", declaró Artur Mas en las primeras declaraciones tras conocer los resultados. "Hemos logrado dos victorias en una: ha ganado el sí y ha ganado la democracia", resumió el presidente catalán, quien exigió a las demás fuerzas políticas que acepten lo que definió como "la victoria de Cataluña y la victoria del sí". Por último, destacó la alta participación: "Sí que había ganas de votar en Cataluña".
El presidente de ERC y número 5 de Junts pel Sí, Oriol Junqueras, ha asegurado que tras las elecciones de este domingo hay "una mayoría más que suficiente" para avanzar hacia la independencia de Cataluña en los próximos meses.
El resultado de Junts pel Sí es además llamativamente peor que el que hasta ahora habían venido obteniendo CiU y ERC por separado, incluso teniendo en cuenta que Unió presentaba otra candidatura (ver gráfico). Y eso que entre los promotores de la coalición seencontraban organizaciones independentistas con gran eco social, entre ellos Ómnium Cultural y la Assemblea Nacional Catalana (ANC).
La hoja de ruta hacia la independencia que defiende Junts pel Sí depende ahora de la CUP. Sólo sumando los escaños de ambas formaciones tienen la mayoría absoluta del Parlamento, que es el mínimo que se han marcado para considerar que existe un "mandato democrático" para comenzar un proceso constituyente. En votos, sin embargo, los partidarios de la declaración unilateral de independencia suman menos papeletas que los que se oponen.
La hoja de ruta de Junts Pel Sí pretende que la Cámara catalana apruebe una declaración solemne y, tras ello, encargue al nuevo Gobierno el inicio de negociaciones con el Estado para hacer efectiva ese mandato. El ejecutivo que desean es de concentración y estaría formado "por las fuerzas políticas dispuestas a implementar el mandato a favor de la independencia" para que cuente con "la máxima estabilidad y el máximo apoyo parlamentario".
Los independentistas prevén que Cataluña informe de sus intenciones a las instituciones europeas y a otros Estados, así como de su deseo de permanecer dentro de la UE.
Junts pel Sí quiere que el Parlament ponga en funcionamiento las estructuras de Estado sobre las que el Govern ha estado trabajando en los últimos meses, que no se podrán bloquear de manera jurídica porque se podrán en marcha físicamente pero no de forma normativa.
El documento divide las estructuras de Estado en cuatro ámbitos: las del bienestar, las económicas, las de acción exterior y las de medidas para la gobernanza y para reforzar la administración; una división que ya recoge el Libro Blanco para la Transición Nacional.
La Cámara catalana incrementaría los contactos internacionales, diseñaría las estrategias para que Cataluña sea incluida en las organizaciones internacionales, realizaría la gestión ordinaria de la administración –dando respuesta a las urgencias sociales–, y llevaría cabo "las actuaciones necesarias para demostrar su deseo de diálogo con el Estado".
La coalición no descarta alcanzar un acuerdo con el Gobierno de España para celebrar un referéndum pactado, pero una vez se hayan puesto en marcha esa mínimas condiciones para empezar el proceso constituyente, independientemente de la posición del Gobierno central "se declarará la independencia".
Junts pel Sí pretende la recuperación de las leyes aprobadas por el Parlament y por el Govern que han sido recurridas, suspendidas o anuladas por el Gobierno central y Tribunal Constitucional.
Entre ellas se cuenta el decreto de pobreza energética, el de dación en pago y ley de segunda oportunidad, la de los horarios comerciales, la de la prohibición del fracking, el impuesto de depósitos bancarios y el de energías nucleares y emisiones contaminantes de la industria.
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La hoja de ruta también señala que se aprobará la ley de transitoriedad jurídica que regulará los elementos constitutivos, estructurales, del nuevo estado; definirá quiénes son ciudadanos y especificará sus derechos, aclarará el régimen de lenguas, regulará la función del jefe de Estado.
Una norma que tendrá como criterio principal incluir las novedades que vayan apareciendo pero condicionará lo mínimo posible las decisiones del Parlement, establecerá el orden jurídico, y asegurará que no haya vacíos legales, garantizando la sucesión de la administración.
El Parlament, por su parte, dictaría la ley del Proceso Constituyente, que tratará de encajar los resultados alcanzados en esta primera fase, que finalizará con un mandato el presidente de la Generalitat que convocará elecciones en menos de un mes, para después empezar la elaboración de la constitución definitiva, que culminará cuando sea sometida a referéndum.
Junts pel Sí, la coalición independentista nucleada por la Convergència de Artur Mas y la Esquerra de Oriol Junqueras ha ganado las elecciones catalanas pero con un resultado insuficiente para gobernar en solitario. Los 62 escaños que ha conseguido son nueve menos que los que tenían CiUy ERC en el anterior Parlamento y su porcentaje de votos no llega al 40% (39,54%)