‘Kichi’, el alcalde de Podemos en manos de los bancos y el PSOE

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Olivia Carballar | Sevilla

Se ha comprado un traje para oficiar las bodas y ha cambiado el cuadro del rey Juan Carlos por el del anarquista Fermín Salvochea, resumen sus críticos. Está intentando parar desahucios y ayudar a los más desfavorecidos, defienden sus seguidores. Lo han llamado chirigotero, lo han criticado por fichar a asesores próximos a su partido y lo han acusado de no dar un palo al agua como profesor liberado en el sindicato Ustea. En sus primeros cinco meses, el nuevo alcalde de Cádiz, José María González, KichiKichi, ha lidiado con verdades, medias verdades y mentiras con más o menos sentido del humor: que si ha quitado la bandera de España, que si ha llamado nazi a Merkel delante del cónsul alemán, que si se ha cambiado de casa…

“Antes de que algún medio me eche la culpa, que conste: no tuve nada que ver en la caída de Márquez. Ánimo crack”, escribió en un tuit sobre el piloto de motociclismo. Lo que no hace ninguna gracia al alcalde de Por Cádiz sí se Puede –la marca afín a Podemos– es el monstruo que se ha encontrado dentro del ayuntamiento, gobernado durante dos décadas por el PP: una deuda de 275 millones de euros que, paradójicamente, lo obliga a depender de los bancos, tan demonizados por sus siglas. Su Gobierno en minoría con Ganemos Cádiz en Común y su dependencia absoluta del PSOE –otra de las bestias negras para Podemos en Andalucía– completan la dura transición de Kichi de la calle a las instituciones.

“La deuda es una enorme losa para que el Gobierno local lleve a cabo las políticas de cambio para las que la ciudadanía le votó y que la ciudad necesita”, explica la portavoz de Podemos en Cádiz, Laura Mingorance, tras la presentación de una campaña sobre la situación de endeudamiento del consistorio: el SimPPa del PP. “Teófila [Martínez] ganó las elecciones de 2011, previo pago de 4,2 millones en publicidad de nuestro bolsillo”, denunció este viernes José María González en su cuenta de Twitter. “Sólo por nacer en Cádiz ya debes 1.750 euros. Como no tienen vergüenza, quieren dar lecciones de gestión”, escribió casi al mismo tiempo la líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, actual pareja del alcalde.

Ambos acaban de grabar un spot casero de cara al 20-D en el que se autoproclaman los carteros del cambio. Sin embargo, hasta el momento, las medidas adoptadas en la capital de una provincia con más del 37% de paro, están bastante lejos de las promesas de campaña y de sus anunciadas ganas de darle la vuelta como a un calcetín. El nuevo equipo de Gobierno ha aprobado un protocolo antidesahucios, el propio alcalde se ha reunido con el juez decano para tener constancia a tiempo de los desalojos y varios concejales incluso han intentado pararlos in situ. Pero a la gente la siguen echando de sus casas.

“Uno de los primeros objetivos que me puse cuando tomé en mis manos el bastón de mando como alcalde de Cádiz fue darle una solución a la situación de los gaditanos y gaditanas que viven, o habría que decir habitan, en la Corrala de la Bahía. Casi cuatro meses después de aquel día que abrió esta etapa de ilusión en el Ayuntamiento de Cádiz, la actitud de los propietarios del inmueble y su cerrazón es la única culpable de que estas vecinas y estos vecinos se encuentren en esta situación de precariedad que roza lo inasumible en pleno siglo XXI […] Unos vecinos y vecinas entre los que se encuentran una treintena de niños, motivo más que suficiente para que desde el Banco de Santander, propietario de un edificio que estaba vacío, hubieran accedido a sentarse con este Ayuntamiento para buscar una solución”, escribía hace unos días al banco. A pesar de estos esfuerzos, la Corrala de la Bahía sigue sin luz ni agua. “Estamos esperando a que nos responda el Santander, lo intentamos con Endesa… no podemos hacer más”, lamentan desde el Ayuntamiento.

José María González está ahora en manos de los bancos, que mantienen cautela a la hora de aliviar la asfixia financiera municipal. El ministro Montoro ya ha dado un primer aviso sobre el plazo de pago a proveedores –o pagas o te intervengo, ha venido a decir–, una amenaza y un chantaje intolerable según el equipo de Gobierno. “Según la auditoría interna que se está realizando, la deuda a proveedores ascendía a 43 millones y el tiempo de pago alcanzaba los 153 días. En estos meses hemos reducido la deuda en tres millones y hemos recortado una semana el tiempo de espera, que está ahora en 146 días”, explican fuentes municipales.

Medidas sociales con los presupuestos del PP

Otra dificultad añadida son los presupuestos. Actualmente, el nuevo Gobierno trabaja con las cuentas del PP, prorrogadas desde 2014. “Como estamos en minoría tardamos un mes y medio en aprobar el pleno de organización, con lo cual no pudimos arrancar hasta julio. Luego llegó agosto y en septiembre no compensaba hacer unos presupuestos para este periodo. Queremos tener unos presupuestos para enero de 2016, con las políticas sociales como prioridad y muy participativos”, añaden.

En verano, el Ayuntamiento puso en marcha un plan de continuidad alimentaria que garantizó cuatro comidas diarias a los menores en exclusión social. Las ordenanzas fiscales aprobadas para 2016 incluyen bonificaciones para las empresas que contraten a desempleados en un porcentaje de al menos el 20% de su plantilla, para familias numerosas o por el uso de energía solar. También se están incluyendo cláusulas sociales en las licitaciones. En el último pleno se acaba de aprobar un bono social energético, pionero en España, para combatir la pobreza energética. Según el Ayuntamiento, Eléctrica Cádiz realiza más de 2.000 cortes de suministro cada año. “Seguimos poniendo a nuestra ciudad en el mapa de la dignidad para sacarla del mapa de la miseria. Los suministros vitales deben dejar de ser considerados un lujo y comenzar a ser tratados como lo que son: un derecho. ¡Claro que se puede!”, afirmó el alcalde este mismo viernes.

Sobre transparencia, el equipo de gobierno ha lanzado un portal, pero, según aseguran a infoLibre las mismas fuentes municipales, no está prevista la implantación de las cuentas abiertas que Podemos Andalucía impulsó como medida estrella en el Parlamento autonómico, finalmente fueron rechazadas con los votos en contra del PSOE y la abstención del PP y Ciudadanos.

Bajo la sombra de una moción de censura

Desde el PSOE, el partido que posibilitó la investidura de González, acusan al nuevo alcalde de estar perdiendo una oportunidad histórica: “Apoyamos su investidura por una cuestión ideológica y porque podíamos acabar con 20 años de derecha recalcitrante. Y, sin embargo, estamos viviendo esta situación con mucha frustración porque están demostrando incapacidad de gestión y de diálogo. La ciudad está paralizada, las empresas públicas no están constituidas y hacen una política de fuegos de artificio”, denuncia el portavoz socialista, Fran González. Pone un ejemplo: eliminaron los mensajes propagandísticos que la anterior alcaldesa emitía a través de las pantallas gigantes de Cádiz Conecta, una empresa municipal. “Pero el gasto sigue produciéndose y no hablan a las claras. No sabemos qué uso se le va a dar a esa empresa. Esto no es blanco o negro. Y ellos creen que o se está con ellos o contra ellos y no entienden que están en minoría”, concluye González. Al primer pleno de organización, el alcalde llevó una propuesta de ahorro en gastos de personal de 440.000 euros sin consultarlo con ningún otro grupo. Finalmente, se aprobó un ahorro de 320.000 euros con el apoyo del PSOE.

Los diez concejales del equipo de gobierno están atados de pies y manos frente a los 17 concejales de la oposición (PP, 10; PSOE, 5; C's, 2). Ante esta situación insostenible, en los últimos días, el alcalde ha ofrecido al PSOE un pacto de estabilidad que le permita gobernar los cuatro años. Sin el apoyo de los cinco concejales socialistas, José María González poco puede hacer: “Deben de ser conscientes de que apoyaron la investidura y lo único que pedimos es que nos dejen gobernar, nos dejen trabajar. No es ningún cheque en blanco ni de rendición, sino simplemente que nos dejen trabajar”. El acuerdo incluiría un paquete de medidas para la legislatura y un pacto de no agresión en el que desaparezcan los insultos y las descalificaciones. La sombra de una posible moción de censura no termina de difuminarse.

Los socios de Gobierno, Ganemos Cádiz en Común, admiten también el camino empinado. “Es importante reconocer con sinceridad y sin ningún problema las dificultades de estos meses. Por muchos motivos. Porque somos un Gobierno pequeño, es decir, que tenemos que gestionar entre 10 concejales lo que en la anterior legislatura gestionaban entre 17 concejales. Añadiendo que no tenemos la mayoría y hay que estar constantemente en diálogo con la oposición, y el PSOE no lo ha puesto precisamente fácil hasta ahora. Además, todo el mundo necesita un periodo de adaptación, estamos conociendo la administración por dentro, conociendo con qué presupuestos contamos en cada una de las delegaciones que nos toca, que no es mucho, teniendo en cuenta la enorme deuda que dejó el PP”, afirma el primer teniente de alcalde y portavoz de Ganar Cádiz en Común, Martín Vila. “Estamos conociendo también a los funcionarios y funcionarias con los que vamos a trabajar e incluso conociéndonos entre nosotros mismos, ya que no es un Gobierno monolítico, sino un cogobierno que une a dos organizaciones políticas distintas, muy afines, pero distintas, cada una con su programa detrás, su asamblea, etc. Así que es imposible pensar que de un día para otro uno pueda estar dando el 100% en las áreas que debe gestionar, porque lo primero es conocer”, admite Vila.

Entre las actuaciones en sus áreas de competencia, Vila destaca la celebración de la Semana de la Movilidad Europea, una apuesta por un modelo de movilidad sostenible para el que, asegura, ha retomado las conversaciones con la Junta de Andalucía para que el carril bici empiece a construirse lo antes posible. “Cuando en la anterior etapa la marca de la casa fue el constante enfrentamiento entre la administración autonómica y la local, nosotros estamos por todo lo contrario, por la máxima colaboración por el bien de la ciudad”, añade. La memoria histórica es otra política que diferencia al nuevo ayuntamiento del anterior: prevén iniciar en breve las exhumaciones en el antiguo cementerio de San José. “Un tema –insiste– que también he tenido que desbloquear, puesto que no había una disposición real al respecto por parte del anterior equipo de Gobierno”.

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En el PP consideran directamente que el nuevo alcalde ha mentido a los gaditanos y que lo único que ha hecho ha sido paralizar proyectos: “Conocían la deuda municipal desde octubre de 2014. Y dijeron que sí se podía. Sus comités de expertos y círculos lo habían previsto todo: 'Sí podemos', le dijeron a los gaditanos. Mintieron”. Desde su gabinete de prensa remiten a un blog que, según el PP, recoge el sentir de muchos gaditanos sobre la historia que está escribiendo Kichi: “Iba a crear el dios del Carnaval y a cargarse a las Ninfas, porque con tantos años de Carnaval ya deberían estar más que 'hartitas', las pobres mías. Explicó cómo es capaz de conciliar su vida familiar con la de alcalde. Descansa un fin de semana sí y el otro no sabemos. Sale en un montón de cadenas, especialmente en La Sexta y Cuatro, porque es un referente de la política nacional. Montó una buena con su amiga Ada Colau en relación con el significado del Día de la Hispanidad. No asistió al Día de la Patrona, pero fue a ponerse una insignia a una cofradía”.

Los que no esperaban nada del alcalde, apenas le han concedido el margen de los primeros cien días. Y entre los que esperaban bastante de él, muchos continúan esperando. El portavoz de Ciudadanos, por su parte, define la situación con una palabra: incertidumbre. “No sabemos a dónde quieren ir, hacia dónde quieren llevar al Ayuntamiento. No es lo mismo hacer una oposición férrea en la calle que gobernar sin estar preparados”, asegura Juan Manuel Pérez Dorao.

En el equipo del alcalde insisten en que su hoja ruta es clara: mantener la lealtad hacia la gente, no hacia los bancos. De momento, en los descansos de los plenos interminables –el último duró casi 14 horas– Kichi sólo puede ofrecer a los gaditanos caramelos, porque como él mismo reconoce “pa tapita de ensaladilla no hay dinero”.

Se ha comprado un traje para oficiar las bodas y ha cambiado el cuadro del rey Juan Carlos por el del anarquista Fermín Salvochea, resumen sus críticos. Está intentando parar desahucios y ayudar a los más desfavorecidos, defienden sus seguidores. Lo han llamado chirigotero, lo han criticado por fichar a asesores próximos a su partido y lo han acusado de no dar un palo al agua como profesor liberado en el sindicato Ustea. En sus primeros cinco meses, el nuevo alcalde de Cádiz, José María González, KichiKichi, ha lidiado con verdades, medias verdades y mentiras con más o menos sentido del humor: que si ha quitado la bandera de España, que si ha llamado nazi a Merkel delante del cónsul alemán, que si se ha cambiado de casa…

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