Madrid, lunes 25 de abril. Una larga cola de personas ocupan la calle doctor Castelo. Son pacientes que esperan a ser atendidos en el servicio de extracciones del hospital Gregorio Marañón. La gestión para un análisis de sangre o una prueba PCR se alarga, de media, más de dos horas. Los cuatro puestos de extracciones ocupados —de un total de 12— no dan abasto, así que entre los pacientes empiezan a aparecer las quejas. Hay algunos de hasta 91 años, otros diabéticos "desfallecidos"... Todos aguardan, en ayunas, a que llegue su turno. A las 11.30 horas todavía no ha llegado el de que quienes tenían cita a las 9.00; alrededor de las 13.30 llega el de los que la tenían a las 11.15... Es el relato de una de las pacientes que estaba allí esperando y que, tras más de dos horas y media, consiguió hacerse sus pruebas.
La situación, dice, antes no era la misma. "El servicio funcionaba como una auténtica cadena de producción y las esperas eran mínimas", explica. ¿Qué ha pasado, entonces? Que el pasado 1 de abril no se renovó el contrato de alrededor de 700 de los profesionales que fueron contratados para reforzar el hospital durante la pandemia. Eran, explica el médico Víctor Tomé (UGT), 975, de los cuales ahora quedan, aproximadamente, 260. "Funcionaban como plantilla estructural, se tenían que haber quedado porque ahora falta personal. En urgencias, por ejemplo, cuentan que están hasta arriba, que es imposible", se queja Tomé. Según sus datos, de los 397 enfermeros que tenían contrato covid, ahora solo quedan 120; de 68 celadores, ahora quedan 15; de 68 médicos, ahora quedan 45.
Sin embargo, el problema no es particular del Gregorio Marañón. Ni siquiera de Madrid, comunidad que decidió no renovar 6.000 contratos provocando una "saturación importante", según denuncia el secretario de la Federación de Servicios Públicos de UGT Madrid, Julián Ordoñez.
El problema ha afectado a más comunidades, como detalla Jesús Jordán, responsable de Políticas Públicas y Empleo de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO. Un ejemplo es Extremadura, donde de 2.000 contratos covid solo han renovado 334. O Murcia, donde de 6.000 han renovado unos 2.460. O Baleares, que de 3.600 contratos solo han renovado unos 980. O Asturias, donde de 2.200 ahora solo quedan 560.
En esa comunidad, en Gijón, trabaja Francisco. Médico del servicio de urgencias de un hospital de la ciudad, relata a infoLibre que nota que su trabajo "ya no es de calidad". Y eso que a los facultativos que trabajan con él no se les reforzó. "Ampliaron el número de enfermeras o de celadores, que nos dieron mucho apoyo. Ahora que se han ido, se nota que las cosas son más lentas", se queja. "En radiología, por ejemplo, he visto que el tiempo de espera se ha incrementado mucho. Antes había dos celadores, ahora solo hay uno", dice.
Ha quedado patente, relata, que esos puestos eran imprescindibles, que "faltaban medios" y que esos profesionales, a pesar de ser contratos covid, ocuparon puestos estructurales. "Esas personas han servido para reforzar y mejorar el trabajo diario de los hospitales", asegura Jordán, que detalla que ahora, tras los despidos, comienza otra vez a ser complicado encontrar sustituciones para las bajas. "Y eso se está empezando a notar muchísimo en las listas de espera quirúrgicas, en las de pruebas diagnósticas y en las de seguimiento de las consultas, porque la agenda de los facultativos no renovados ahora pasa a engordar la agenda de otro médico", lamenta. A eso se suma, por otro lado, toda la patología que durante el covid se quedó paralizada y que ahora hay que atender.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) recogidos por elDiario.es, en 2020 hubo, por ejemplo, 86.000 hospitalizaciones menos por enfermedades del aparato circulatorio. Además, según los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en 2020 se detectaron entre un 15 y un 20% menos de cánceres y el 25,7% de los tratamientos de quimioterapia en Europa tuvieron que paralizarse, al igual que el 13,7% de los de radioterapia, según recogió la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO, por sus siglas en inglés).
8.000 profesionales menos en Andalucía
"Todo eso hay que empezar a tratarlo ahora, pero también hay que seguir atendiendo el covid", dice Ordoñez. Además, precisamente ahora se ha registrado un aumento de las hospitalizaciones por covid. El Ministerio de Sanidad registró este martes 6.455 personas hospitalizadas en España, 820 más que una semana antes, cuando se notificaron 5.635, un 14,5% menos.
En Andalucía hacen frente a la coyuntura, como lamenta el portavoz de la Federación de Sanidad de CCOO de la comunidad, Rafael González, con 8.000 profesionales menos. "Nos faltan desde el mes de noviembre, cuando de los 20.000 contratos que terminaban solo renovaron alrededor de 12.000", explica. A ellos se les terminó el contrato el 30 de abril, pero en principio serán renovados hasta finales de 2022. González desconoce si serán todos, aunque confía en que la convocatoria de elecciones el próximo mes de junio lo consiga. "Su falta ha sido patente en todos los servicios", denuncia.
También en fisioterapia. Según cuenta a infoLibre una profesional que trabaja en un hospital de Sevilla, la lista de espera ha aumentado con respecto a hace unos meses. "Tenemos muchísimos pacientes y, como somos menos, pues les tenemos que dedicar menos tiempo. Si antes teníamos a un paciente en media hora, ahora son dos, así que tenemos que repartir el tiempo", cuenta. Y las listas de espera también han crecido. "En el mes de marzo vi a gente que se rompió el tobillo en noviembre. No es normal que después de operarse la gente tenga que esperar tanto para que la vea un fisioterapeuta. Además, eso repercute en la recuperación", lamenta.
La Comunitat Valenciana, pendiente de las renovaciones
En la Comunitat Valenciana, por su parte, también han marcado en el calendario este 30 de abril, fecha en la que finalizaron los contratos covid que renovaron el pasado mes de diciembre. ¿Qué pasará ahora? Como explica la secretaria general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO en la comunidad, Rosa Atiénzar, la consellera de Sanidad, Ana Barceló, ya anunció que los planes del Gobierno autonómico pasan por la creación de 6.000 plazas estructurales, un proceso que comienza este mes de mayo con la creación de 5.040 plazas. El resto, dice, se hará a finales de año. "Ahora tenemos 6.500 contratos covid, así que hasta diciembre tendremos 1.500 profesionales menos. Y en cualquier caso perderemos 500", relata.
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En ese tiempo, augura, aumentarán las listas de espera y las colas para ser atendidos. "El covid está repuntando en la comunidad y dentro de nada nos vamos a encontrar con el problema de las vacaciones de verano. Los contratos covid han sido imprescindibles porque han reforzado también lo que no era coronavirus. Han dado respuesta a las necesidades estructurales del sistema. Después de dos años ha quedado más que demostrado", dice.
Y reclama, incluso, más profesionales. "Ponemos en valor la creación de plazas estructurales, pero lo que realmente necesita el sistema con alrededor de 15.000 profesionales, es decir, 9.000 más de los que van a crear", dice.
Cataluña y Galicia
Por su parte, en Galicia aun se mantienen los contratos covid —alrededor de 600—, como confirman desde la Confederación Intersindical Galega, que no detalla el número exacto de profesionales. En Cataluña, como explican desde Metges de Catalunya, "hasta después del verano parece bastante asegurada" la continuidad de todos los contratos covid, que son actualmente alrededor de 5.000 —2.500 ya se convirtieron en puestos estructurales el pasado año. "Veremos en septiembre qué pasa...", añaden.
Madrid, lunes 25 de abril. Una larga cola de personas ocupan la calle doctor Castelo. Son pacientes que esperan a ser atendidos en el servicio de extracciones del hospital Gregorio Marañón. La gestión para un análisis de sangre o una prueba PCR se alarga, de media, más de dos horas. Los cuatro puestos de extracciones ocupados —de un total de 12— no dan abasto, así que entre los pacientes empiezan a aparecer las quejas. Hay algunos de hasta 91 años, otros diabéticos "desfallecidos"... Todos aguardan, en ayunas, a que llegue su turno. A las 11.30 horas todavía no ha llegado el de que quienes tenían cita a las 9.00; alrededor de las 13.30 llega el de los que la tenían a las 11.15... Es el relato de una de las pacientes que estaba allí esperando y que, tras más de dos horas y media, consiguió hacerse sus pruebas.