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Comunidad de Madrid

Listas hechas con la militancia y una súper agrupación en la capital: el plan de Lobato para resucitar el PSOE-M

El portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, Juan Lobato, durante una sesión de control al Gobierno regional en la Asamblea.
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El socialismo madrileño inicia una etapa de renovación con la vista puesta en 2023. Con un nuevo líder decidido –el exalcalde de Soto del Real Juan Lobato–, ahora toca reconstruir un proyecto que se demostró endeble durante los comicios del 4M, en los que se llegó a perder incluso el liderazgo de la izquierda regional. Y, para ello, los socialistas consideran fundamental volver a conectar con la militancia y la sociedad. Por eso, una parte importante de la ponencia política que se llevará al Congreso Regional del PSOE-M, señalado para el segundo fin de semana de noviembre, se centra justo en eso, en levantar un nuevo modelo de partido que no viva encerrado en los despachos. Con eso en mente, el plan de Lobato para resucitar a la formación pasa por impulsar espacios de participación bimensuales, dar mayor peso a los militantes en la elaboración de las candidaturas u obligar a quienes optan al cargo público a someterse previamente al escrutinio de los afiliados. En definitiva, a no perder de vista la calle.

En las filas socialistas son plenamente conscientes de que el cónclave se celebra en un momento "crucial". En las últimas autonómicas, la ciudadanía les dejó claro que no les veía como una "herramienta útil para el cambio", un "deterioro" como "alternativa" a la derecha y ultraderecha que achacan a la "inacción política" y la "desconexión social". Por eso, el Congreso Regional debe servir para crear un "modelo de partido" que esté "preparado para canalizar la participación política de la ciudadanía". La ponencia política, a la que ha tenido acceso infoLibre y que todavía tiene que someterse a las enmiendas que lleguen desde las diferentes agrupaciones, pone algunos de los pilares sobre los que se sostendrá el futuro PSOE-M. Lo hace a través de 232 páginas y 1.502 puntos, una extensión que evidencia que este no será un cónclave normal –la ponencia que se presentó en el congreso de hace cuatro años no llegaba al centenar de folios–.

El documento dedica más de una veintena de páginas a la construcción de un partido con "identidad propia y capacidad para decidir en el ámbito regional", tras meses de críticas internas sobre la intervención de Moncloa en los comicios del 4M. Una formación que, dice, debe resucitar "desde la militancia y la ciudadanía". Para ello, la ponencia plantea la celebración con carácter bimensual de Espacios Abiertos de Participación, reuniones en las que podrán participar tanto los afiliados como la sociedad civil y en las que estarán presentes "representantes orgánicos e institucionales" del área sectorial de su competencia. "Por regla general obligará a la participación de los responsables de la Comisión Ejecutiva Regional y los portavoces en la Asamblea de Madrid del área", recoge la ponencia. La idea, al final, es que tanto los propios colectivos sociales como la militancia puedan ir marcando a través de estos encuentos la agenda política socialista en cada momento.

El nuevo secretario general tiene claro que el partido debe salir más de los despachos. Por ello, tiene previsto el desarrollo de un "plan de acción en la calle", de "movilización permanente". El PSOE-M debe "intensificar" su "presencia" en las "reivindicaciones sindicales" y en las "protestas ciudadanas", así como incrementar su "participación con el tejido asociativo". Es cierto, dicen, que los militantes han estado pisando calle de forma permanente en la última década. Sin embargo, ha sido una "acción poco acompañada y poco liderada por la estructura del partido". "Debemos reconocer nuestro anquilosamiento, no de la militancia y simpatizantes, sino de la estructura", apuntan. Por tanto, consideran fundamental dar "un giro sustancial" en este sentido. Y, para ello, la ponencia propone, entre otras cosas, impulsar una Conferencia de la Sociedad Civil que anualmente reúna "a toda la sociedad progresista" de la región. 

Un examen a los candidatos

El plan de Lobato, además, pasa por dar un impulso a la democracia y participación interna. Así, los militantes podrán elegir con su voto a dos de cada diez candidatos de la lista socialista a la Asamblea de Madrid. Y, además, tendrán la oportunidad de poder someterlos a un escrutinio. "En los procesos de elección de cargos públicos, quienes aspiren a conformar las candidaturas que representarán al PSOE-M deberán defender en audiencia ante la militancia cuáles son sus proyectos o por qué se consideran idóneos para optar a esos puestos", recoge el documento. Una ponencia que, a nivel interno y organizativo, también contempla cambios relevantes. Por ejemplo, en lo que tiene que ver con el Comité Regional, el máximo órgano entre congresos. Hasta ahora, los estatutos recogen la obligatoriedad de que se reuniese al menos dos veces al año. Ahora, sin embargo, la Comisión Ejecutiva Regional debe convocarlo cada tres meses, por lo que anualmente se producirán, como poco, cuatro cónclaves de este tipo.

El partido también es consciente de que la capital representa una "parte importante" de construcción del proyecto que se debe "fortalecer" si se quiere liderar la izquierda y dar un giro al Ejecutivo madrileño, que lleva en manos de la derecha desde 1995. Por eso, propone constituir en un plazo de cinco meses desde la celebración del XIV Congreso la Agrupación Socialista de Gran Ciudad de Madrid, que deberá encargarse de "dirigir la actuación política" del grupo municipal y de las agrupaciones de distrito, coordinando directamente con la Comisión Ejecutiva Regional. El objetivo, según explican fuentes socialistas, es poder tener una "unidad de mensaje y de posición política". "Esto, no obstante, no implica que vayan a desaparecer agrupaciones, ni mucho menos. Van a seguir funcionando con sus tareas ordinarias pero con un órgano de dirección coordinando el trabajo político", explican esas mismas fuentes.

Auditar conciertos sanitarios y reforzar la inspección en residencias

El documento que se llevará al cónclave del próximo fin de semana combina autocrítica con un análisis de la situación política, social y económica de la región. Y todo ello, acompañado de propuestas por áreas. Solo a la Sanidad, la Educación y los Servicios Sociales se dedican casi medio centenar de páginas. A nivel sanitario, la ponencia plantea el impulso de un Plan de Recapitalización del Servicio Madrileño de Salud (Sermas) que "frene los sucesivos contratos de externalización de servicios" y "mejore progresivamente su financiación", con el compromiso de "aumentar" el gasto en Sanidad "en un punto porcentual de PIB madrileño por legislatura" hasta equipararlo a la media de todas las comunidades. Junto a este, pone sobre la mesa un Plan Estratégico de Atención Primaria centrado en la contratación del número de profesionales suficientes como para que la inmensa mayoría de pacientes puedan tener "cita y atención presencial con su médico" en menos de tres días.

Los socialistas también incluyen entre sus prioridades la salud mental, para la que proponen crear un observatorio regional. Del mismo modo, plantean recuperar el Instituto de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, un centro que cerró el Ejecutivo madrileño de Esperanza Aguirre en 2008. La ponencia, además, contempla una revisión del "actual modelo sanitario de relación público privada y la doble y diferenciada vía de financiación de hospitales públicos y concertados". "Auditaremos los conciertos sanitarios de la Comunidad de Madrid, haciendo especial hincapié en la facturación de los hospitales concertados por la asistencia prestada a pacientes de fuera de su área, por las que realizan una actividad que ya está cubierta y abonada a su hospital de referencia", sostienen los socialistas en el documento.

A nivel educativo, proponen configurar e implementar "un nuevo modelo" que "integre un plan específico contra la segregación", un incremento de las plantillas para rebajar las ratios o la recuperación de la "gestión pública" de las escuelas infantiles de titularidad pública que "actualmente la tienen indirecta, es decir, privada". Y, desde el punto de vista social, ponen el foco, entre otras cuestiones, en la atención a los mayores en los geriátricos, el colectivo más golpeado por la pandemia. En este sentido, ponen sobre la mesa una ampliación de ratios, una "protección" para aquellos que "denuncien" hechos y circunstancias "perjudiciales para los residentes" o un refuerzo de los servicios de inspección. "Unificaremos la gestión de la residencia de propiedad pública y asignaremos a la Agencia Madrileña de Atención Social todas las residencias de gestión indirecta", completan.

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Política verde para recuperar terreno frente a Más Madrid

A diferencia de lo que sucedió en el anterior congreso, la ponencia de este nuevo cónclave sí reserva un espacio a la memoria democrática. Son dos páginas en las que se recoge, entre otras cosas, la creación de una secretaría específica en esta materia en todas las agrupaciones con más de una decena de afiliados y en la Comisión Ejecutiva Regional, un puesto para el que parte con ventaja el abogado memorialista Eduardo Ranz, que se integró en la candidatura de Lobato para las primarias. Dentro de este área, los socialistas tienen previsto, a través del trabajo militante, hacer público un callejero de cada municipio madrileño donde consten vías con referencias a la dictadura y la guerra civil. Además, el documento también recoge la necesidad de que el partido esté presente a pie de fosa, "exhumando" a todos los "compañeros" y a tantas personas que están deseando "ser rescatados del olvido madrileño".

Otra diferencia sustancial respecto al cónclave de 2017 tiene que ver con la política verde. Si en el último congreso dedicaron a esta cuestión apenas un par de páginas, este apartado ocupa en la actual ponencia una docena de folios con propuestas que van desde la creación de un Consejo Intergeneracional sobre el Clima hasta el desmantelamiento de las grandes instalaciones de residuos, el impulso de corredores ecológicos o la incorporación de cláusulas eco-sociales en los pliegos de condiciones de los contratos de la Comunidad de Madrid. El ecologismo es una de las banderas que ha agarrado con fuerza y que articula buena parte del discurso político de Más Madrid, la formación que consiguió el pasado 4M que el tan cacareado sorpasso fuera una realidad en la región. Un adelantamiento por la izquierda que hizo que el descalabro de los socialistas en la región frente a una incontestable Isabel Díaz Ayuso fuera, si cabe, más doloroso.

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