COMISIONES MILLONARIAS EN MEDIO DE LA PANDEMIA
Luceño intentó colocarle más test al Ayuntamiento de Madrid cuando Anticorrupción ya le estaba investigando
"— Elena por si te interesa, estamos vendiendo test de antígenos de Joysbio. Ya hemos vendido a 15 países y parece que va muy bien. Si estáis interesados me tendrías que decir la cantidad para cotizar".
Este mensaje fue enviado por el empresario Alberto Luceño, socio de Luis Medina, a la responsable de Compras del Ayuntamiento de Madrid, Elena Collado, el 4 de noviembre de 2020 a las 10.04 horas, según las conversaciones recogidas en el sumario del caso, al que ha tenido acceso infoLibre. El comisionista desconocía en el momento del envío de este whatsapp que horas antes, en concreto, el 3 de noviembre, la Fiscalía Anticorrupción había dado el primer paso para iniciar diligencias de investigación contra ambos después de recibir el 23 de julio un informe del Sepblac que ponía de manifiesto que las comisiones cobradas por contratos de suministro de material sanitario durante la pandemia podrían constituir un delito de malversación de caudales públicos y otro de blanqueo de capitales.
Es decir, Luceño habría intentado dar un segundo pelotazo cuando la Fiscalía Anticorrupción ya estaba investigando este caso ejerciendo de nuevo de intermediario entre la funeraria pública y Joysbio, una compañía de Malasia. En concreto, el Ayuntamiento de Madrid recibió por esta vía 250.000 test covid-19, de los que casi una cuarta parte (60.000) eran inservibles por su reducido nivel de sensibilidad (66,7%), y otra parte importante (115.000) eran, cuando menos, también de dudosa eficacia por su bajo nivel de sensibilidad (80%).
El comisionista, ante el silencio de Collado, vuelve a insistir con estos test de antígenos el 12 de noviembre a las 19.01: "Por cierto, no me dijiste nada de los test de antígenos". "Perdona, había comprado Madrid Salud 60.000 hace un mes o así", responde ya al día siguiente a las 7.50 horas la responsable de compras.
Posteriormente, el 19 de noviembre, el fiscal jefe, Alejandro Luzón, acordaba ya incoar diligencias y se las encomendaba a Luis Rodríguez Sol. Estos whatsapps son solo parte de los mensajes que incorpora el sumario de la investigación que instruye el juez Adolfo Carretero.
El cruce de mensajes entre Luceño y Collado se inicia a las 19.47 del 23 de marzo de 2020, en plena primera ola de la pandemia: "Elena. Soy Alberto Luceño. Te ha llegado el correo con el SPA y factura, ¿verdad? Mandar justificante de la TT, por favor [sic]. Mi gente en China, esperado para empezar producción para acortar plazos. Thanks [gracias, en inglés]". "Vamos a tardar un poquito porque son cuantías gordas y no hay nadie en los bancos. Espero que cuando se levante los chinos ya estará", le responde Collado.
Entre el 23 y el 24 de marzo, ambos se intercambian numerosos mensajes, algunos incluso de madrugada, para iniciar el proceso de compra. "Ahora la pelota en mi tejado [sic]. Haré lo que pueda para acortar tiempos", escribe el empresario a las 16.10 del 24 de marzo. Un minuto después, Collado le responde: "En tus sabias manos estamos".
Luceño obtuvo, según ha declarado a la Fiscalía, el móvil de esta alto cargo del Ayuntamiento, según publica este jueves elDiario.es, después de que el primo del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se lo facilitará: "Yo le escribo a Carlos [Martínez-Almeida] y él me dice, mira, te voy a pasar el contacto de esta persona". Esta versión no coincide con la del regidor que aseguró que su primo le dio un email genérico del consistorio.
"Ya me ha dicho Luis que le llamó Almeida"
Tres días después del primer intercambio de whatsapps, el 26 de marzo, aparece en la conversación el nombre de Almeida. En medio de una charla en la que el comisionista le pedía a Collado que le confirmara que el Ayuntamiento había firmado los contratos, a las 21.14 horas, Luceño le escribe a este alto cargo: "Perfecto. Gracias. Ya me ha dicho Luis [Medina] que le llamó Almeida".
Tras conocerse esta conversación, el regidor conservador aseguró el miércoles que habló por teléfono con Medina tras cerrarse el contrato de material sanitario y que el sumario del caso "ratifica punto por punto" sus explicaciones. "Fue exclusivamente en ese momento. Pueden comprobar en el sumario que el 24 de marzo es cuando se cierra el contrato, y que hablo con él el 26 de marzo", ha trasladado el regidor desde Málaga, en declaraciones a laSexta recogidas por Europa Press.
Una vez cerrado este contrato, y según recoge Europa Press, Luceño envío un correo electrónico a Medida el 30 de marzo a las 19.19 horas: "Pa la saca...".
"Por dios, dime algo. Nos han estafado seguro"
El intercambio de mensajes entre Luceño y Collado continúa siendo intenso durante los siguientes días y semanas. No es hasta el día 8 de abril cuando la responsable de compras muestra reticencias sobre los contratos de material sanitario, en concreto, sobre los guantes. Según figura en la querella, el Ayuntamiento recibió dos millones y medio de pares de guantes de nitrilo, de calidad "muy inferior y características distintas a las que se le habían ofrecido, y por los que este pagó aproximadamente el cuádruple del precio que tenían ese tipo de guantes en un supermercado de Madrid en esas mismas fechas".
"Por favor, llámame. Esto es lo peor que me ha pasado en la vida", escribe a las 12.58 horas. Él le responde que esté tranquila y que ahora la llama, que está "con China". "Por dios, dime algo. Nos han estafado seguro", insiste la responsable de compras que incluso le envía una fotografía tomada en un supermercado de la capital en la que "se podía comprobar que un par de guantes", idénticos que los recibidod y "por los que el Ayuntamiento de Madrid había pagado dos dólares, se ofrecían al público por poco más de ocho céntimos de euro". Collado insiste en esta conversación de WhatsApp a Luceño: "Alberto, méteme en la conversación, por favor. 3,5 euros cajas de 15 guantes".
El comisionista intenta tranquilizarla asegurando que le confirman que "que van a hacer transferencia de 4.025.000 dólares. Precio par de coste 0,49 dólares, menos los dos dólares. Igual 1,61 dólares. Eso multiplicado por 2,5 M = 4.025.000 dólares [sic]. Eso es lo que quieren transferir de inmediato". No obstante, aunque Luceño asegura que había hablado con los suministradores, lo que realmente hizo junto a su socio fue devolver las comisiones.
A las 14.35 de ese mismo día, Collado le insiste a Luceño: "Necesitamos algún papel suyo diciendo que nos hacen la transferencia y la cuantía, aunque la hagan a las 3 de la mañana. Por favor". Casi una hora después, insiste al empresario que le asegura que "preparan el documento oficial" y que esté "tranquila". "Pero será hoy, ¿verdad? Me muero de nervios", confiesa. Horas más tarde, sobre las 10 de la noche, insiste en que se quedará "despierta esta noche esperando la transferencia". La transferencia se completa ya el día 9 entre la insistencia de la responsable madrileña y el comisionista preguntándole por una compra relacionada con test.
"Los papeles de las mascarillas apenas se leían"
El 19 de abril a las 15.53 Collado escribe al empresario: "Alberto, buenas tardes y perdón por molestarte en domingo. Verás, creemos que las mascarillas sirven para muchas horas y varios usos, pero no sabemos en qué basarnos para dar instrucciones de uso, sobre todo al personal sanitario y de Samur Social. ¿Hay alguna forma de conseguir alguna documentación sobre su uso, adicional a la que vimos al principio? Cualquier cosa que puedas mandarme te la agradecería mucho". Dos horas más tarde, Luceño responde que lo preguntará al día siguiente.
El día 23 de abril, Collado le comenta que "los papeles de las mascarillas apenas se leían". "Y no sabemos si podemos repartirlas a sanitarias porque el asunto de las certificaciones se está poniendo fatal". Luceño le responde que le han llamado del hospital de "mi mujer" para "darme las gracias" y añade que "están todas las especialidades encantadas. Seguridad, lavado y comodidad". Según publicó Público este miércoles, el Ayuntamiento de Madrid envió 50.000 mascarillas al Hospital Puerta de Hierro, donde trabaja la mujer del comisionista, como donación por uno de los pedidos. María del Rosario Llópez Carratalá es nefróloga en este centro.
A partir del 24 de abril, el intercambio de mensajes se reduce considerablemente. El 18 de mayo, Collado le comenta que "cuando queráis haceros los test, dímelo". Vuelven a hablar el 31 de mayo cuando la alto cargo del Ayuntamiento le comenta que "hay una parte de los test" que "no tienen la misma calidad" y que "si podemos cambiarlos por otra partida fenomenal, si no puede ser, tenemos que devolverlos".
El 4 de agosto, Luceño vuelve a contactar con Collado sobre un pedido "extra sin compromiso de costo" por Joysbio "de forma gratuita". El 1 de septiembre, el empresario vuelve a escribir para afearle que "desde China" le dicen que no han podido entregar los reactivos de los test "así que Joysbio se encarga de la recogida y envío otra vez". "Esto no se hace", afirma el comisionista. Collado, asegura que tiene que haber un error. Finalmente, logran una solución. No obstante, siguen pendiente de este envío durante los meses de octubre y noviembre.
Seis millones de dólares en comisiones
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Estos whatsapps forman parte de la investigación que ha llevado a cabo la Fiscalía Anticorrupción durante año y medio y que ahora ha puesto en manos de la justicia a través de una querella. Tres han sido los contratos bajo la lupa de Anticorrupción, valorados en un total de 14,79 millones de euros. El primero, por 6,23 millones para la adquisición de mascarillas. El segundo, por 3,93 millones, para la compra de pruebas de autodiagnóstico. Y el último, por 4,62 millones, para hacerse con guantes de nitrilo en los momentos más negros de la pandemia. En total, entre Luceño y Medina se hicieron con seis millones de dólares en comisiones [5,1 millones para el primero y 1 millón para el segundo, siempre según el relato de la Fiscalía].
Hace casi una década, tal y como desveló infoLibre, Luceño era apoderado de Escuela Europea de Dirección y Empresa SL (EUDE), una de las mercantiles supuestamente involucradas en la financiación ilegal del PP madrileño a tenor de lo investigado en Púnica. Entre los documentos informáticos que se intervinieron en el marco de la investigación figura una carpeta denominada "Marrones", que a su vez contenía otras dos en su interior. Una de ellas, con el siguiente nombre: "Marrones Alberto Luceño".
Medina se presentó como experto en la importación de productos dependientes del mercado asiático, con fábricas en China a su disposición, y como agente exclusivo de la firma malaya Leno SDN BHD. Decía que actuaba "movido por el deseo de colaborar en la lucha contra la pandemia".