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Una red de grupos extremistas bajo el paraguas de Vox aguarda su asalto al poder tras el 23J

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Voz, de latín vox, vocis. Desde su mismo nombre, el partido de Santiago Abascal se ha reivindicado como la voz del pueblo. Una voz que, hasta que nació Vox, habría estado silenciada y que ahora por fin puede cantar las verdades del barquero. Un empeño coherente con esta autoproclamada naturaleza popular de Vox ha sido intentar que el partido parezca imbricado en una malla de organizaciones ciudadanas, de forma que Abascal y los suyos puedan reivindicarse como la expresión política de una muestra plural, concienciada y movilizada de la sociedad española.

¿Lo ha logrado? El análisis de Vox sus satélites invita a evitar un sí o un no rotundo.

Por un lado, las asociaciones sectoriales promocionadas por el partido tienen en su mayoría –no todas– una repercusión modesta, como ha comprobado infoLibre. Algunas son más fachada que otra cosa. Por otro lado, ya son realidad el sindicato de Vox (Solidaridad), la fundación y think tank de Vox (Disenso), el periódico Vox (La Gaceta), la escuela de formación vinculada a Vox (Issep) e incluso la editorial de referencia de Vox (Homo Legens). Y existe además todo un enjambre organizativo, sobre todo en la derecha ultracatólica, que se muestra tan próximo con Vox como capaz de movilizarse.

Para todas estas entidades un acceso de Vox al poder supondría una oportunidad de consolidación o crecimiento. El partido de Abascal ya ha demostrado que, si ocupa puestos determinantes en las instituciones, adopta medidas que refuerzan a entidades afines, ya sea con subvenciones, con el fichaje de cuadros de estas entidades o con la elevación de sus miembros a posiciones de máxima relevancia.

"El objetivo de Vox de formar una red de organizaciones ha sido hasta ahora, en general, más una aspiración que un logro", explica Juan Francisco Albert, director del centro de análisis sobre radicalismo reaccionario Al Descubierto. Ahora bien, las cosas pueden cambiar si Vox accede al poder, afirma. Y añade que, en línea con las experiencias de las extremas derechas en países como Polonia o Hungría, la llegada al poder de Vox podría suponer un reforzamiento de sus organizaciones satélite. A juicio de Albert, no obstante, lo más grave sería que grupos "neofascistas" o "neonazis" tendrían una "gran oportunidad" con Vox en el poder, por la "legitimación" de sus ideas que supondría.

Felipe G. Santos, investigador de la City, University of London, afirma que las organizaciones próximas a Vox, tanto las promocionadas por el partido como las situadas en su órbita ideológica, han sido fundamentales para una de las prioridades de Abascal, que es disputar la "batalla del relato" a la izquierda. Ahí considera claves a Hazte Oír y al Issep. Santos ve probable que, a mayor poder institucional de Vox, mayor sea la presencia de estas dos organizaciones y de aquellas otras apadrinadas por el partido. Y recuerda cómo en Hungría, régimen de referencia para Vox, los "círculos cívicos", integrados por "ciudadanos que se declaraban preocupados por la ruina y la degradación" con la que asociaban al socialismo, fueron básicos el triunfo sociopolítico de Viktor Orbán. "Uno de los principales objetivos de las campañas de desprestigio fue Ferenc Gyurcsány [primer ministro de Hungría entre 2004 y 2009], que sigue hoy muy estigmatizado", añade Santos, trazando un paralelismo con las campañas para destruir la reputación de Pedro Sánchez.

Ocho organizaciones con acceso a datos

Una de las expresiones más perfectas de la voluntad de red de Vox se produjo en la última edición de su fiesta anual. Era octubre de 2022. A los asistentes al Viva 22, que Vox cifró en 15.000, se les ofrecía un formulario de inscripción. El firmante aceptaba la cesión de datos a "terceras asociaciones, sin ánimo de lucro y de fines sociales", alineadas con el ideario del partido.

El texto ponía negro sobre blanco cuáles en las organizaciones de la constelación Vox. Concretamente, ocho: 1) Asociación de Mujeres por la Igualdad (AMPI). 2) Mi Barrio Seguro. 3) Asociación Social de Mayores (Asoma). 4) Asociación Juvenil y Universitaria Plataforma 711. 5) Los Tercios Cívicos. 6) Asociación Nacional de Víctimas de Violencia Doméstica (Anavid). 7) Asociación Nacional César Velasco. 8) Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes).

Hay mucho de apariencia en este ramillete de entidades. Arranquemos por un dato. En las cuatro primeras (AMPI, Mi Barrio Seguro, Asoma y Plataforma 711) falla el enlace a las supuestas webs de cada una que ofrecía Vox en su formulario. En un quinto caso, Los Tercios Cívicos, ni siquiera había enlace porque la página estaba "en construcción". Así que, de ocho organizaciones de la constelación Vox, cinco no tienen ni web.

La segunda evidencia que aflora al observar en detalle a estas entidades es su extendida consustancialidad con Vox. ¿Ejemplos? Alicia Tomás, concejal de Vox en Terrassa (Barcelona), se presenta como portavoz de AMPI, asociación de mujeres contra la "misandria", es decir, contra el odio al hombre. Como presidente de Mi Barrio Seguro, centrada en la vinculación de la "inmigración descontrolada" con la delincuencia, figura el abogado Andrés Jesús López Esteban, que fue portavoz adjunto de Vox en un distrito de Madrid. "La violencia no distingue de sexo, edad, etnia, ni orientación sexual", sostiene Anavid, que identifica como presidenta a María Legaz y como vicepresidente a Jesús Muñoz, ambos llevados por Vox al Congreso para intervenir en las jornadas Las otras víctimas. Consecuencias reales de la ley viogen.

Al frente de la Asociación Nacional César Velasco, en "defensa de los símbolos nacionales" y contra el "adoctrinamiento en las aulas", figura Begoña Conde, que Vox identifica como vicesecretaria nacional de Formación.

De Denaes, la organización con más empaque de las ocho a las que Vox facilitó datos de los asistentes a Viva 22, basta con decir que entre sus fundadores está Abascal, que presidió la entidad entre 2006 y 2014 y que aún forma parte de su patronato. Iván Espinosa de los Monteros figura como apoderado en la documentación presentada por la fundación ante el Ministerio de Justicia.

Apariencia y realidad

El partido de Abascal respalda iniciativas, comparte movilizaciones y difunde mensajes de las organizaciones antes mencionadas. ¿Algunos ejemplos? Vox presentó un recurso judicial contra una resolución de la Universidad Complutense negando la autorización de un acto de la Plataforma 711, que ahora se llama Plataforma 722, confirmó a infoLibre la propia entidad, dedicada a la agitación en el ámbito universitario. La delegación de Vox en el Parlamento europeo, encabezada por Jorge Buxadé, apadrina una iniciativa de Anavid para lograr el envío de "una misión de investigación a España" sobre la ley del sólo sí es sí. Responsables del partido comparten pancarta con Mi Barrio Seguro contra la "ocupación en Escalona", en Toledo, o contra un centro de inmigrantes en el barrio de Batán, en Madrid. Esta intervención de Rocío Monasterio es tras una manifestación convocada por Mi Barrio Seguro.

El partido difunde actos de este tipo en su web nacional, donde los presenta como demostración de la existencia de una coalición con fuerzas independientes. Pero lo cierto es que algunas organizaciones apadrinadas no aparentan excesivo tirón, más allá del que les da Vox. Con carácter orientativo, veamos los seguidores de algunas de estas organizaciones en Twitter. Tercios Cívicos: 383. César Velasco: 480. AMPI: 1.181. Mi Barrio Seguro: 1.403. Asoma no tiene cuenta de Twitter. Las excepciones son Plataforma 722, con 4.248; Anavid, con 5.428; y sobre todo Denaes, con más de 23.600.

Una asociación "conservacionista"

El formulario de Viva 22 no fue la primera prueba de la voluntad asociativa de Vox. Su práctica común es detectar preocupaciones sociales y promocionar sus propias organizaciones sobre el tema. Y no lo hace sólo con temas que se suelen asociar a la derecha –aunque no preocupen sólo a la derecha–, como la seguridad ciudadana (Mi Barrio Seguro). También lo hace con temas que tendemos a situar entre las inquietudes de los sectores progresistas.

Es conocido el anhelo de Abascal por encontrar una vía "verde" para Vox, consistente en un "conservacionismo" romántico que, más que medidas concretas, defiende un "amor" patriótico a las estampas naturales españolas, en línea con el discurso de la extrema derecha en Francia o Alemania. El partido cuenta con su propia organización satélite sobre medio ambiente. Se trata de Nostra Terra, con su lema "una nación, mil paisajes". ¿Quién figura como su presidenta? Úrsula Hernández, concejal de Vox en Coslada (Madrid).

El sindicato Solidaridad

Vox también cuenta con su propio sindicato, Solidaridad, con el que el partido retomó la tradición derechista de agitación obrera contra la "lucha de clases" tan presente en los últimos dos siglos de historia española. Lo lidera Rodrigo Alonso, parlamentario andaluz de Vox, que ha defendido que la política debe olvidarse de "los ricos" porque "lo son por naturaleza".

¿Ha cuajado Solidaridad? infoLibre preguntó al propio sindicato y a Vox por el número de afiliados, sin respuesta.

Oportunidades de crecimiento

Si Vox pasa a formar parte del Gobierno, o de una mayoría parlamentaria estable, se abre la expectativa de que todas estas organizaciones refuercen su influencia. Algunas, que son apenas fachada, podrían crecer. Otras, más consolidadas, ganar alcance. Lo seguro es que el partido ya ha demostrado que, una vez que tiene acceso a posiciones determinantes sobre un presupuesto, hace uso de ellas a beneficio de grupos afines.

En Andalucía una ayuda aprobada por el Gobierno andaluz como contrapartida al apoyo de Vox a los presupuestos en la pasada legislatura ha servido para subvencionar a organizaciones católicas antiabortistas como Red Madre y Adevima.

La Junta de Castilla y León, en la que Vox gobierna junto al PP, prevé financiar con fondos públicos un curso de verano del Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (Issep), una escuela de formación de líderes ubicada en Madrid y que constituye la rama española del Institut des Sciences Sociales, Économiques et Politiques, fundado en Lyon en 2018 por Marion Maréchal, figura pujante de la derecha ultraconservadora francesa. El Issep es una escuela ligada a Vox. Constituida en 2020, poco antes de la pandemia, en su patronato figuran Kiko Méndez Monasterio y Gabriel Ariza, citados con frecuencia como hombres de la máxima confianza de Abascal. El vicepresidente de Castilla y León, Juan García Gallardo, ya ha incorporado como asesor a Yesurún Moreno, profesor del ISSEP.

Hazte Oír y la derecha ultracatólica

Una entidad que ya se está viendo beneficiada por el ascenso de Vox es Hazte Oír. "Jamás me he creído los supuestos alejamientos, mucho menos las rupturas, entre Hazte Oír y Vox, pero ahora es que se ve con claridad la colaboración", explica Juan Francisco Albert, de Al Descubierto. ¿En qué se ve? El partido está aupando a puestos de relevancia a figuras vinculadas a este grupo de extrema derecha ultracatólica, que ha tenido en su patronato a un propagandista de Vladimir Putin. Llanos Massó, presidenta de las Cortes valencianas, ha sido delegada de Hazte Oír en Castellón. El número dos de Vox en el Ayuntamiento de Barcelona, Liberto Senderos, es uno de los fundadores de la rama española de El Yunque, según publicó El País.

La candidata número uno de Vox en Sevilla, Cristina Peláez, también tiene una trayectoria vinculada a Hazte Oír. Está por ver qué responsabilidad acaba desempeñando el destacado dirigente valenciano José María Llanos Pitarch, exmiembro de la organización presidida por Ignacio Arsuaga.

Hazte Oír es la mejor expresión de un tipo de organización próxima a Vox pero a la que no cabe atribuir un carácter subsidiario con respecto al partido de Abascal. Es más, Hazte Oír es anterior: nació en 2001, doce años antes de que viera la luz Vox. Hoy Hazte Oír es, junto a su rama internacional Citizen Go, un referente de la derecha cristiana radical a nivel global, así como una organización destacada dentro del movimiento ultracatólico español, en el que es posible encontrar un puñado de entidades en la órbita de Vox.

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Citemos algunas: NEOS, la red de organizaciones que apadrina Jaime Mayor Oreja, con un ideario calcado del que emplea Vox para su "guerra cultural", al igual que la Asociación Católica de Propagandistas, en cabeza en la denuncia de la "cultura de la cancelación"; la Asociación de Abogados Cristianos y Profesionales por la Ética, entidades alineadas con la rama ultracatólica de Vox en combate contra el feminismo y las políticas de garantía de derechos Lgtbi.

Un gobierno PP-Vox podría encontrar en el lobby ultracatólico ejemplos previos de cooperación entre ambos partidos. Es el caso de la Fundación Familia y Dignidad Humana, donde coinciden cargos de PP y Vox en combate contra el aborto.

Todas esta organizaciones han logrado ya salir de la marginalidad. Ahora acarician la oportunidad de convertirse en niñas bonitas del poder.

Voz, de latín vox, vocis. Desde su mismo nombre, el partido de Santiago Abascal se ha reivindicado como la voz del pueblo. Una voz que, hasta que nació Vox, habría estado silenciada y que ahora por fin puede cantar las verdades del barquero. Un empeño coherente con esta autoproclamada naturaleza popular de Vox ha sido intentar que el partido parezca imbricado en una malla de organizaciones ciudadanas, de forma que Abascal y los suyos puedan reivindicarse como la expresión política de una muestra plural, concienciada y movilizada de la sociedad española.

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