La gestión de la dana
Mazón constata su soledad: plantón de Ayuso y Feijóo, abucheos en las calles y cercado por la justicia

"Se suceden las manifestaciones y los escraches en la calle, la jueza de Catarroja que investiga el caso ve indicios de negligencia e irresponsabilidad y se dice que en su partido, en privado, mantienen dudas y críticas sobre su gestión [...] Vox ha puesto sobre la mesa nombres de diputados del Partido Popular cuya investidura apoyarían. President, ¿en algún momento se ha sentido o se siente solo, abatido o noqueado, como llegó a decir el señor Feijóo?". Con esta pregunta —formulada por el presidente de Nueva Economía Fórum— desayunó este lunes el presidente valenciano, Carlos Mazón, en su primer acto público en Madrid desde que tuvo lugar la dana que acabó con la vida de 227 personas en la provincia de Valencia el pasado 29 de octubre.
El jefe del Consell evitó responder de manera clara, pero dejó entrever que sí ha vivido esa soledad tanto dentro de sus filas como en la calles de la comunidad que preside, donde es abucheado en casi cada acto público. "¿Si me siento solo o no? Da igual cómo me sienta yo", contestó en un primer momento, si bien quiso agradecer las "muestras de apoyo" de la dirección nacional de su partido, con Feijóo a la cabeza, y las de los presidentes autonómicos del PP. A la primera que citó fue a la madrileña Isabel Díaz Ayuso, con la que Mazón presumió de haber hablado prácticamente cada día desde lo sucedido. Sin embargo, ni Ayuso ni Feijóo estuvieron presentes en el foro alegando problemas de agenda —él una entrevista y ella un acto en Extremadura— y ni la madrileña ni otros líderes autonómicos se han dejado ver en la Comunitat Valenciana.
"La famosa palabra noqueado... —prosiguió Mazón, en referencia a las palabras de Feijóo sobre su gestión posterior a la dana— lo que no soy es un robot”, justificó. "Claro que me afecta desde el punto de vista emocional”, concedió. "Es que es mi gente, es mi tierra, no es un cálculo político para mí". Así, volvió a ligar su futuro al plan de reconstrucción de las zonas más afectadas por la dana: "Si no hay recuperación no me sentiré legitimado. Esta es la prueba de mi vida", dijo sobre su futuro bajo la atenta mirada de figuras de la dirección del Feijóo como Cuca Gamarra, Esteban González Pons y Miguel Tellado, de los diputados y senadores valencianos y de miembros de su Consell encabezados por la vicepresidenta Susana Camarero.
Más allá del plantón de Feijóo y Ayuso, también destacó la ausencia de la alcaldesa de València, María José Catalá y del presidente de la diputación, Vicent Mompó, que ambos justificaron por los actos previos a las Fallas, las fiestas patronales de la capital del Turia. No estuvo tampoco la cúpula empresarial valenciana ni española. Cuestionado sobre los "rumores" sobre su mala relación con la patronal valenciana, Mazón sostuvo que se trataba del "bulo" del día: "Me reunido con ellos muy a menudo, no soy conocedor de ningún tipo de alejamiento. Al revés, lo que tenemos que estar todos cada día más juntos", alegó.
Durante la hora larga que duró su intervención, Mazón elevó el tono en su estrategia de confrontación contra el Gobierno que lleva a cabo desde hace meses y se presentó como un "daño colateral" del Ejecutivo de Pedro Sánchez. El jefe del Consell también atacó durante a la Confederación Hidrográfica del Júcar y la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) por supuesta falta de información recurriendo a mentiras probadas y, por primera vez, habló del listado de llamadas que hizo tras su comida en El Ventorro en las horas críticas de la emergencia. Aun así, acabó reconociendo que, por el momento, su "relato" no le está funcionando del todo.
Mazón evita los grandes actos pero eso no le libra de los abucheos
El sábado 1 de marzo está convocada la quinta manifestación reclamando la dimisión de Mazón. Un grito que resuena desde hace cuatro meses y que el president de la Generalitat ha escuchado en prácticamente todas sus apariciones públicas. Le sucedió en Paiporta en su primera visita a un municipio afectado por la dana junto al rey Felipe VI y el presidente Pedro Sánchez, donde se pudo constatar ese enfado colectivo de la población más afectada. Le volvió a pasar en Torrent y Picanya —localidades de Valencia afectadas por la dana—, en Xilxes (Castelló), en su visita al hospital general de la capital de la plana y también en un acto en la universidad de su ciudad natal, Alicante, donde vive su familia y se refugió los primeros fines de semana tras la catástrofe.
Volvió a suceder también el sábado en Orihuela, feudo del PP valenciano, al grito de 'Mazón dimisión', 'Mazón al barracón', 'Asesino' o 'Sinvergüenza'. Protestas que originaron un enfrentamiento entre los manifestantes y los militantes de la formación conservadora. Y aunque el president de la Generalitat no estuvo en la 'Crida', el acto que da inicio oficialmente a las Fallas, a pesar de que estaba previsto que recibiera a las dos falleras mayores, como suele ser tradicional, junto con la alcaldesa de València, también recibió gritos de protesta.
En estos meses, el jefe del Consell ha procurado tener la mínima exposición pública y ha evitado todo lo posible las zonas de la dana, enviando a cambio al general retirado y vicepresidente para la reconstrucción, Francisco Gan Pampols. También ha tratado de evitar al máximo las preguntas de los periodistas, una directriz que la Generalitat está aplicando en las ruedas de prensa posteriores a los Plenos del Consell. Hace una semana el Ejecutivo de Mazón limitó el número de preguntas que se pueden hacer a la vicepresidenta y portavoz, Susana Camarero, durante sus comparecencias ante la prensa. Una orden que ningún otro Consell había dado hasta la fecha, ni siquiera con decenas de imputados del PP por corrupción o tras el cierre de la antigua Canal 9.
Mazón, cercado por los tribunales y por Camps
Mazón culpó este lunes en Madrid a las "terminales mediáticas" del Gobierno de aparecer como el "culpable" de la dana y se eximió de toda responsabilidad sobre el envío tardío de la alerta. Una versión desmentida incluso por la jueza que investiga penalmente la dana, Nuria Ruiz Tobarra, en el juzgado de instrucción número 3 de Catarroja. Este mismo lunes rechazaba la querella de la asociación ultracatólica Hazte Oír contra la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, la socialista Pilar Bernabé, por homicidios y lesiones por no instar al Ministerio del Interior a declarar la emergencia nacional.
La jueza de la dana apunta al Gobierno de Mazón como único responsable de la gestión de la emergencia
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La jueza destaca que, para alertar a la población, "no era preciso" instar a la declaración de emergencia nacional, ya que es la Generalitat que preside Carlos Mazón "la que estaba asumiendo competencias en materia de emergencias". Así, señala que la administración valenciana era quien podía entender mejor la "gravedad" de lo que estaba ocurriendo el pasado 29 de octubre y la necesidad de actuar "con celeridad" para alertar sobre las "medidas de autoprotección". Desde que arrancó la instrucción el pasado diciembre, la magistrada ha tomado declaración a más de 60 familiares de víctimas mortales que han coincidido en señalar la tardanza en recibir el mensaje masivo como el error clave del dispositivo.
A este cerco judicial se le suma el cerco político del expresidente valenciano, Francisco Camps, que quiere regresar a la política institucional tras su absolución del caso de los contratos con Gürtel. Camps está convencido de que el PP tiene una deuda con él y de que ya es hora de ajustar cuentas. Ahora está aprovechando la presentación de su libro Reenfocando España (Libros Libres), para presentar una serie de actos en el que están participando excargos de las instituciones valencianas y antiguos cuadros del partido con los que busca influir en el rumbo del actual PP valenciano.
Camps se reivindicó hace meses como el mejor candidato a la alcaldía de València —son públicas sus discrepancias con la actual alcaldesa, María José Catalá, la mejor situada para relevar a Mazón—. Sin embargo, hasta la fecha ha evitado confrontar con el president de la Generalitat para que no le acusen de buscar dividir al partido. Pero Camps tampoco es ajeno a la debilidad del jefe del Consell y, llegado el caso, trataría de buscar su oportunidad. Su mensaje está claro: el 'campismo' sigue vivo.