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Universidades

El 'mercado negro' de los títulos universitarios: TFG y TFM a la venta en Internet

Jóvenes realizan los exámenes de acceso a la Universidad en Menorca.

"¿No tienes tiempo para hacer tu TFG, tesis o máster? No te preocupes, nosotros lo hacemos por ti". Con esta idea y bajo este lema se anuncia a través de Internet la empresa TUTFG. Y hay muchas más: No hagas nada, Aprobar sin estudiar, Proyecta tu proyecto... La lista es larga y encontrarla no lleva más de 10 minutos. Basta con realizar una breve búsqueda a través de la red para que los anuncios de este tipo se multipliquen. La idea es muy sencilla y atractiva: el estudiante paga y otros le hacen el trabajo.

Desde que comenzara a aplicarse el Plan Bolonia en el curso 2008-2009 –tras su aprobación en 2007–, todos los estudiantes universitarios necesitan realizar un Trabajo Fin de Grado (TFG) para terminar su carrera y un Trabajo Fin de Máster (TFM) para culminar sus estudios de posgrado. Son trabajos imprescindibles para la obtención del título, pero no siempre se pueden realizar o aprobar al primer intento. Es ahí donde entran en juego estas plataformas.

Todas ellas tienen la misma carta de presentación. Se describen como un grupo de profesionales académicos dispuestos a echar una mano al estudiante. La fórmula es sencilla: el alumno acuerda con un redactor el tema que se tratará en el trabajo, una fecha de entrega y un precio y la empresa le garantiza resultados. "Contamos con gran experiencia en el sector y nos ajustamos a las fechas de entrega", aseguran desde TUTFG. 

 

Imagen de la página web de TUTFG.

"Ofrecemos todo tipo de servicios. Desde redacción y corrección hasta maquetación de TFG, TFM y tesis", explica a infoLibre Tomás Ángel, uno de los responsables de la plataforma. "También realizamos trabajos estadísticos, artículos científicos y resúmenes para oposiciones", continúa. ¿Por qué precio? "Depende, pero suele ir desde los 300 euros para los trabajos más sencillos hasta los 5.000 para los que requieren un año de desarrollo".

En auge desde 2012

Llevan cuatro años en el mercado, desde 2012. En ese momento, las tasas universitarias alcanzaban precios más elevados y bastantes estudiantes se veían obligados a trabajar para poder pagarlas y seguir estudiando. Por eso, algunos no tenían tiempo para dedicarlo a estos trabajos, pero tampoco podían permitirse repetirlos: una segunda matrícula aumentaba aún más el precio. 

En ese contexto nació también Proyecta tu proyecto. "Redactores con más de 10 años de experiencia en su área, 100% garantía de satisfacción, informe de plagio gratis y comunicación directa con el redactor asignado", anuncian a través de su web. El mecanismo es el mismo: el estudiante envía los datos del trabajo deseado y la fecha en la que quiere tenerlo; la empresa le pone en contacto con el trabajador que lo llevará a cabo y el día previsto el TFG, el TFM o la tesis llegará a la bandeja de entrada del alumno. El precio, en este caso, se mueve entre los 10 y los 13 euros por página

Con estos datos, un TFM de 10.000 palabras que tenga aproximadamente 40 páginas costará entre 400 y 520 euros. Aun así, desde la empresa explican que no les faltan los clientes. "Tenemos clientes fijos, de hecho, casi todos son recurrentes o personas que vienen recomendadas por ellos", explican en conversación con este diario fuentes de Proyecta tu proyecto. Lo mismo ocurre con TUTFG. "Hay mucha demanda, y sobre todo se debe a la falta de tiempo", explica Ángel.

No obstante, aunque el motivo que empuje a los estudiantes a recurrir a estos servicios sea el mismo, las características del cliente no lo son. Hay algunos, coinciden todas las fuentes consultadas, que lo encargan y se desentienden del trabajo hasta que lo reciben; otras, en cambio, participan enviando información y propuestas. Pero eso sí, de la redacción se encarga la empresa. 

Pero estos servicios no son exclusivos de los estudiantes. Al menos, no ahora. "Últimamente lo que más nos solicitan son publicaciones académicas para revistas y distintos artículos. Lo suelen encargar, sobre todo, profesores de universidad", explican desde Proyecta tu proyecto. Llegan a redactar, incluso, los manuales de los profesores empleados para impartir las clases. 

¿Es legal?

Ángel Luis Rubio Moraga es vicedecano de Estudios y Calidad de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Según declara a infoLibre, los centros no son ajenos a estas prácticas, pero son muy difíciles de controlar y combatir. Tanto a la hora de detectarlas como a la hora de depurar responsabilidades.

"Aunque me consta que se está trabajando en ello, no albergo demasiadas esperanzas en el hecho de que se pueda desarrollar algún tipo de herramienta que permita detectar cuándo se han producido este tipo de prácticas", explica. Por ahora, las universidades únicamente cuentan con un software capaz de detectar un posible plagio, pero nada más. Y las empresas de redacción lo saben. "Son muy cuidadosos y parecen conocer muy bien los procesos de elaboración de los trabajos académicos, por lo que suelen citar de forma adecuada", afirma. Pero en el caso de que hubiera un plagio, sería el alumno el que asumiría las consecuencias. "Difícilmente alegaría que la responsabilidad ha sido de la empresa o particular a la que le ha comprado el trabajo". 

¿Qué hacer entonces? Rubio Moraga da unas pautas. En primer lugar, a través de una tutorización "continua y eficaz" que permita ver al profesor las dudas y formas de trabajar del alumno. Pero hay otro problema. "Parece que algunas empresas, sabedoras de esta posibilidad, también ofrecen trabajos 'por entregas' para ir cumpliendo con los procesos de evaluación de los tutores sin levantar sospechas", critica. Y así es: "Nos responsabilizamos de todas sus fases hasta la entrega final, ocupándonos de las correcciones que sean necesarias y la maquetación", indica la web de Proyecta tu proyecto. 

Pero la responsabilidad de estos "fraudes", según opina el vicedecano, es del alumno. "Está claro que las empresas y particulares que ofrecen este tipo de servicios están ayudando a esos estudiantes a hacer trampas, pero al final el que las hace y entrega para obtener un beneficio es el estudiante", que podría jugarse el suspenso o, incluso, la apertura de un expediente. 

Pero, de momento, es difícil luchar contra estas prácticas. "Se podría decir que estas empresas y particulares están en una especie de limbo legal –pues las empresas ceden los derechos de autor–que hace que no podamos hablar de un comportamiento ilícito", argumenta, aunque aboga por perseguirlo y sancionarlo. 

¿Y moral?

Pero no es lo mismo lo legal que lo moral. Para Rubio Moraga, ni es moral ni debería ser legal. Para las empresas, en cambio, estas prácticas no suponen ningún problema en este sentido. "Es una asistencia para una tarea puntual, no creo que recurrir a esto signifique que quien lo haga no se ha sacado la carrera", afirman desde Proyecta tu proyecto. Además, hay gente que se implica en la redacción, argumentan. "Hay gente que aporta ideas y material y lleva un seguimiento riguroso, lo que pasa es que no es capaz de redactar", añade.

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Este es el problema, a juicio de la empresa Academic Support Consulting. Sus trabajadores, de origen norteamericano e inglés, achacan la aparición de estos servicios a la falta de educación en metodología que tienen los estudiantes españoles. "Hay un problema muy serio en España. En las carreras los estudiantes no estudian cómo llevar a cabo una investigación", critican. Esto hace que, en el momento de enfrentarse a un TFG o a un TFM, sean incapaces. 

A esto se suma, añaden, la pasividad del tutor y la falta de interés de nuestro país en la investigación científica. "En EEUU y en Reino Unido se imparte una asignatura de metodología de la investigación que en España ni siquiera existe", lamentan. 

Ellos en cambio se desvinculan de los "chiringuitos" que, directamente, redactan los trabajos de los alumnos. "No hacemos tesis entregadas para que el estudiante no haga nada. Hacemos apoyo y asesoría y pretendemos que el estudiante haga observaciones con cada entrega", explican a infoLibre. Según su web, su objetivo es "apoyar" con las metodologías, trabajos, artículos, proyectos y anteproyectos. "Empezamos tu proyecto y recibe entregas" detallan. Entregas que, añaden, deben ser observadas y "retroalimentadas por el estudiante". 

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