Las negociaciones a contrarreloj marcaron la legislatura que ahora expira y todo parece indicar que la que arranca esta semana seguirá la misma tónica. Junts, la formación a la que todos miran, decidirá el sentido del voto de sus siete diputados para la constitución de la Mesa del Congreso apenas horas antes de que comience la votación en la Cámara Baja. El secretario general de la formación, Jordi Turull, ha convocado a las ocho de la mañana la reunión telemática de la Ejecutiva, lo que deja al PSOE con dos horas de margen —la sesión arranca a las diez— para asegurarse la Presidencia y la mayoría en el órgano de gobierno del Congreso con el apoyo de Junts, una estrategia demasiado arriesgada para los socialistas.
La formación catalana trata de aprovechar al máximo su ventaja, ya que un apoyo al PSOE en esta primera votación facilitaría las negociaciones de cara a la investidura de Pedro Sánchez. Por el momento, la cúpula de Junts se ha instalado en el silencio. "Encarar una negociación a través de declaraciones públicas no es nuestra opción", explicaba Carles Puigdemont, el principal referente del espacio. "A medida que se acercan días decisivos, como este próximo 17, crece el nerviosismo y sube la subasta", señalaba a través de Twitter.
La frialdad de Junts también ha provocado un endurecimiento de la posición de Esquerra Republicana (ERC), cuyos votos también son imprescindibles para el PSOE, pese a que la semana pasada su número dos por Barcelona, Teresa Jordà, mostró su predisposición a que el bloque de la izquierda se hiciera con cinco de las nueve sillas que componen la Mesa del Congreso, a cambio de "avanzar en Cataluña" y negociar ciertos como tener grupo propio o garantizarse la presidencia de alguna comisión parlamentaria.
Los republicanos —al igual que el PSOE— defendían negociar únicamente cuestiones relacionadas con la actividad parlamentaria para esta primera votación, pero el domingo la secretaria general de la formación, Marta Rovira, pisó el freno y reclamó nuevas condiciones políticas. "Hemos dicho que el PSOE no puede dar por descontados los votos de ERC a cambio de nada. Ni a una mesa del Congreso que ha vetado al catalán, que no ha dejado investigar el espionaje de Pegasus o que ha atascado la tramitación de la ley de amnistía", señaló.
Quien no va a ser un obstáculo, a tenor de las palabras de su portavoz, Mertxe Aizpurua, va a ser EH Bildu. La abertzale ha apostado por una mesa de "mayoría progresista" , que "refleje" los resultados del 23J: "Tomamos compromiso de cerrar puertas a la derecha", ha señalado en rueda de prensa junto al resto de diputados de la formación tras recoger el acta en el Congreso. "Nuestra voluntad sigue siendo favorable a la conformación de un Gobierno progresista que pueda avanzar en términos sociales y plurinacionales”, ha añadido.
El decisivo voto de Coalición Canaria
¿Y por qué es tan importante la Mesa del Congreso? Se trata de un órgano que controla la actividad parlamentaria, tiene en su poder tramitar o vetar iniciativas y cuya presidencia gestiona un presupuesto que en 2023 ha superado los 110 millones de euros. Para los socialistas es fundamental que la tercera autoridad del Estado la encabece uno de los suyos —la expresidenta balear, Francina Armengol, es una de las favoritas tras la renuncia de Meritxell Batet— para hacer frente al complejo escenario parlamentario, sin mayorías claras ni a derecha e izquierda.
El PP ha prometido dar la batalla, también en el Congreso, para complicar lo máximo posible los planes a Sánchez sin descartar hablar con formaciones nacionalistas. A falta de poco más de 48 horas para que se produzcan las votaciones, el bloque de la derecha tiene más apoyos atados que el de la izquierda: "Evidentemente, el PP tiene sus planes", ha señalado el coordinador general de la formación, Elías Bendodo, este lunes, apelando a la "discreción".
Los conservadores cuentan con 137 escaños a los que podrían sumar los 33 de Vox y el diputado de UPN, lo que les daría un total 171 votos. Los socialistas, por su parten, sumarían sus 121 escaños y los 31 de Sumar. A partir de ahí, tienen la posibilidad de recabar el apoyo de ERC (7 diputados), Junts (7), EH Bildu (6), PNV (5) y BNG (1), es decir, 178 papeletas. Si los posconvergentes rechazan votar a la persona propuesta por el PSOE y optan por votar a su propio candidato —apoyar al PP está más que descartado—, la situación sería de empate entre bloques y correspondería a Coalición Canaria decantar la balanza.
Los canarios se dejan querer tanto por el PP como por el PSOE. El presidente de la formación, Fernando Clavijo, aseguró en una entrevista reciente en La Vanguardia que su relación con el líder popular, Alberto Núñez Feijóo, es "excelente", pero también remarcó que mantiene buenas relaciones con Sánchez. Ambas formaciones luchan por ese apoyo que puede ser clave para presidir la Cámara Baja y garantizarse la mayoría también de la Mesa, aunque en la citada entrevista Clavijo planteó una vía intermedia: que el PNV ejerza la presidencia, una propuesta que no agrada a prácticamente nadie, salvo a los peneuvistas.
El PSOE y Sumar demandan "prudencia y discreción"
Desde el PSOE han sido Félix Bolaños, ministro de Presidencia en funciones, y su número dos, Rafael Simancas, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes en funciones, los encargados de mantener contactos —presenciales, telefónicos y por videoconferencia— con el fin de cerrar un acuerdo que todavía está en el aire. La consigna entre las filas socialistas es la misma se pregunte a quien se pregunte: "Prudencia y discreción".
Ver másEl Congreso primero, Sánchez después: el PSOE empezará a negociar la investidura tras el 17A
Así lo ha indicado también este lunes la ministra de Educación en funciones y portavoz de Ferraz, Pilar Alegría, que tras recoger su acta en la Cámara Baja ha puesto el foco en que aún quedan "dos días para seguir hablando, intercambiando opiniones y consideraciones". "Creo que las escaleras hay que subirlas de una manera pausada. Primer escalón, segundo escalón, tercera escalón y ahora estamos todavía a 48 horas para constituir las cámaras", ha señalado.
La que también se ha pronunciado es la recién elegida portavoz de Sumar en el Congreso, Marta Lois, que ha insistido en la necesidad de que las negociaciones para configurar el equilibrio de poder en el órgano de dirección del Congreso se realicen en “el marco de la discreción”, ha reconocido que su partido está en conversación “con todos los grupos, incluido Junts”.
Sobre la Presidencia de la Mesa, Lois ha asegurado que la dirección de este órgano "tiene que reflejar la proporcionalidad" del resultado de las urnas —la coalición aspira a, como mínimo, tener un representante en el órgano— y ha defendido que la persona que sustituya a Meritxell Batet debe provenir de las filas socialistas por ser la formación más votada del bloque progresista.
Las negociaciones a contrarreloj marcaron la legislatura que ahora expira y todo parece indicar que la que arranca esta semana seguirá la misma tónica. Junts, la formación a la que todos miran, decidirá el sentido del voto de sus siete diputados para la constitución de la Mesa del Congreso apenas horas antes de que comience la votación en la Cámara Baja. El secretario general de la formación, Jordi Turull, ha convocado a las ocho de la mañana la reunión telemática de la Ejecutiva, lo que deja al PSOE con dos horas de margen —la sesión arranca a las diez— para asegurarse la Presidencia y la mayoría en el órgano de gobierno del Congreso con el apoyo de Junts, una estrategia demasiado arriesgada para los socialistas.