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Los 'mil motivos' de la huelga, en datos

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El movimiento feminista sale de nuevo a las calles por el 8 de marzo. Las mujeres están llamadas este viernes a secundar una huelga que, como el año pasado, tiene cuatro ejes: se trata de un paro estudiantil, de consumo, de cuidados y laboral, un ámbito en el que, a diferencia de la convocatoria de 2018, se ha debatido si deben o no parar los hombres—. Los motivos de la huelga, como ya dijo la Comisión 8M, son "más de mil". Pero dentro de la generalidad hay muchos objetivos concretos a conseguir: aborto libre, educación en igualdad, acabar con la precariedad laboral, etc. Y es que los datos reflejan que la desigualdad de género continúa en todas partes: en los centros de trabajo, en las escuelas, en las calles o en las casas. 

Son ellas las que cuidan, las que peores trabajos y salarios soportan, las que menos oportunidades tienen y las que sufren la violencia machista. Y esto ya no son solo argumentos del movimiento feminista: son hechos constatados por muchos y múltiples estudios. infoLibre repasa algunos de ellos explicando, con datos, cuáles son esos "mil motivos" de la huelga feminista. 

  Desigualdad de oportunidades, peores empleos y salarios más bajos

El eje laboral es, quizá, el más visible. Este viernes, todo trabajador asalariado está llamado a hacer huelga, aunque la forma de ejercer su derecho es diversa. Diferentes organizaciones sindicales confederales han registrado y convocado huelga, pero los modelos por los que han optado varían según sus siglas: o paros parciales de dos horas o huelga de 24 horas. Y esta huelga tiene unos motivos muy concretos: la precariedad laboral tiene rostro de mujer. No acceden igual al empleo, cuando lo hacen, tienen peores condiciones y, además, más dificultades para escalar puestos de responsabilidad, lo que repercute en los salarios. 

Según el informe Women in Work Index publicado este jueves por PwC, los salarios de las españolas deberían subir 45.600 millones de euros para igualarse a los de los hombres. De media, según el documento, ellas ganan un 14,7% menos a la hora. "Si se incrementase el empleo femenino a los niveles de Suecia, la economía española crecería un 16% más, en torno a 257.000 millones de euros", indica el informe. Estos datos, que reflejan una brecha salarial evidente, han sido corroborados también por otros estudios. 

Lo hizo el colectivo de técnicos de Hacienda (Gestha) el pasado martes. En su informe Brecha salarial y techo de cristal evidenciaron que, de media, las mujeres cobran un 29,3% menos. En términos absolutos, la desigualdad laboral es de 4.849 euros. Y además la situación va a peor. La brecha se ensanchó en 104 euros en 2017 con respecto al año anterior. Pero es que, en los tres últimos años, lo hizo en 229 euros. 

Y cobran menos porque sus puestos son peores. Hay un techo de cristal no tan invisible que impide que las mujeres accedan a puestos directivos. Ocurre en todas las profesiones. En España, siete de cada 10 directivos de empresas continúan siendo hombres, según el informe Women in Business: hacia un avance real, elaborado por Grant Thornton, publicado este jueves. Es lo mismo que ocurre en toda Europa: solo el 36% de los puestos directivos en empresas de la Unión Europea son ocupados por mujeres, según un informe publicado por la agencia estadística comunitaria, Eurostat. 

Esta situación se produce, no obstante, cuando consiguen un empleo, porque no lo tienen tan fácil como ellos. Según el informe ¿Tienen las mujeres menos oportunidades de ser contratadas? elaborado por el estudio el Observatorio Social de La Caixa, las mujeres tienen de promedio el 30% menos de probabilidades de ser citadas para una entrevista de trabajo que los hombres con las mismas características.

Los datos surgieron tras una investigación experimental que consistió en enviar currículums ficticios de personas de entre 37 y 39 años a 1.372 ofertas de trabajo reales en Madrid y Barcelona. Se enviaron más de 5.600: dos por cada oferta, uno de hombre y otro de mujer con las mismas características. Las conclusiones fueron contundentes: los candidatos hombres fueron citados a entrevistas en mayor proporción (10,9%) que las mujeres (7,7%)

Y es que las empresas, según el estudio Informa D&B, no cumplen con la Ley de Igualdad. Solo lo hacen, según el documento, el 25% de las compañías. Un porcentaje que, incluso, disminuyó con respecto a 2018. 

  violencias machistas

Más allá de la desigualdad laboral, hay otros motivos para secundar la huelga. Entre ellos, las violencias machistas que continúan sufriendo las mujeres. La sexual es una de ellas. Según los datos del Ministerio del Interior, las agresiones sexuales con penetración cometidas en España aumentaron un 22,7% durante 2018: en total, se produjeron 1.702 delitos de violación, frente a los 1.387 en 2017. De acuerdo con estas cifras, la comisión de delitos sexuales –violaciones y otro tipo– aumentó un 18,1% en 2018 con respecto a 2017. Los otros delitos contra la libertad e indemnidad sexual distintos al de la agresión sexual también se incrementaron en 2018 en un 17,5% al contabilizarse 12.109 frente a los 10.305 de 2017. 

Además, desde que en el año 2016 saltara a la luz el caso de La Manada no han dejado de publicarse titulares sobre nuevos casos de denuncias de agresiones sexuales cometidas en grupo. El año 2019, de hecho, comenzó con cifras alarmantes: en los diez primeros días del año se conocieron, al menos, tres presuntos ataques nuevos. Y lo peor es que no fueron datos aislados. Según el proyecto Geoviolencia Sexual —puesto en marcha por la falta de cifras oficiales sobre este tipo de agresiones sexuales—, hasta el 26 de febrero se registraron hasta 10 violaciones cometidas por más de dos hombres

Pero la violencia machista no acaba en el terreno sexual. Continúa habiendo mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas. Y contra la falta de respuesta también lucha la huelga feminista de este viernes, porque los datos continúan siendo dramáticos. En lo que llevamos de año, según los datos oficiales del Ministerio de la Presidencia, nueve mujeres han sido asesinadas. Al término de 2018 fueron un total de 47. 

Por eso, otro de los reclamos fundamentales de la convocatoria de este 8M gira en torno a la adopción de medidas concretas que luchen para terminar con este tipo de violencia. Por ejemplo, invertir mayores fondos públicos para luchar contra la violencia o ampliar la Ley Contra la Violencia de Género de 2004, de manera que la violencia machista no tenga que cumplir el requisito de ser perpetrada por la pareja o expareja de la víctima.

  Machismo entre los jóvenes y estereotipos

Otro de los objetivos es conseguir una educación en igualdad para erradicar la desigualdad entre los más jóvenes. Y es que estos continúan teniendo la influencia del machismo. Así lo evidenció el I Informe de Jóvenes y Género realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud. Según el documento, un 56% de los jóvenes continúa defendiendo posiciones machistas

El estudio asegura que existe un colectivo de jóvenes "conscientes y equitativos", que siendo cuantitativamente numeroso no llega a alcanzar a la mitad de la población joven (44%). Es el colectivo que representa más claramente la conciencia y el avance en cuestiones de equiparación de géneros. "El que muestra una identidad menos estereotipada, una menor diferenciación en cuanto a los roles y las capacidades de hombres y mujeres", recoge el informe. Dos de cada tres compenentes de ese grupo son mujeres. 

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En contraposición, según el estudio, se sitúan los y las jóvenes "tradicionales y sexistas" (un 39%) y el grupo de "negacionistas y conservadores" (17%) que, sin situarse en el machismo extremo, son "más proclives a enfatizar los estereotipos diferenciales y a visualizar las relaciones interpersonales de todos los tipos desde los roles más tradicionales de género y el ejercicio de la dominación masculina". Este segundo grupo es mayoritariamente masculino: el 62% de los "tradicionales y sexistas" son chicos y el 65% de los "negacionistas y conservadores" también.

Niegan precisamente esos estereotipos y roles de género que, una y otra vez, han sido denunciados desde el feminismo. Por eso la huelga de consumo y, sobre todo, de cuidados. Y es que ellas, según el estudio europeo elaborado por Sitly y publicado en febrero, encuentran muchas más dificultades para conciliar la vida laboral y personal. Según se desprende del informe, nueve de cada diez mujeres se encuentran en esta situación y, además, el 75% de las madres españolas se siente culpable por no pasar más tiempo con sus hijos. Por eso las activistas apelan a la colaboración masculina, que entienden debe ser continua y corresponsable. Si las mujeres dejan de cuidar y desempeñar las tareas domésticas, los hombres deberán asumir este papel.

En este terreno, el avance ha sido tibio —si es que ha habido avance—. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) denunció este jueves que la brecha de género en lo relativo al trabajo doméstico y a los cuidados tardará 209 años en cerrarse

El movimiento feminista sale de nuevo a las calles por el 8 de marzo. Las mujeres están llamadas este viernes a secundar una huelga que, como el año pasado, tiene cuatro ejes: se trata de un paro estudiantil, de consumo, de cuidados y laboral, un ámbito en el que, a diferencia de la convocatoria de 2018, se ha debatido si deben o no parar los hombres—. Los motivos de la huelga, como ya dijo la Comisión 8M, son "más de mil". Pero dentro de la generalidad hay muchos objetivos concretos a conseguir: aborto libre, educación en igualdad, acabar con la precariedad laboral, etc. Y es que los datos reflejan que la desigualdad de género continúa en todas partes: en los centros de trabajo, en las escuelas, en las calles o en las casas. 

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