Milei, Wilders y Trump: el despertar del populismo durmiente
Además de un estilo capilar basado en una exuberante melena, los líderes populistas reaccionarios comparten una misma forma de ser y de estar en política. Parecía que su éxito había pasado de moda tras la pandemia, momento en el que fueron más cuestionados que nunca. Pero nunca se fueron. Estaban esperando a volver por la puerta grande.
Javier Milei, el recién elegido presidente de Argentina; Geert Wilders, líder del partido de extrema derecha que acaba de ganar las elecciones en Países Bajos; y Donald Trump, que sigue por delante de Joe Biden en la mayoría de las encuestas, son tres de los representantes del populismo de derechas global que han sido protagonistas esta semana.
Tras la derrota de este último en 2020 y de su homólogo Jair Bolsonaro en Brasil en 2022, parecía que la llegada de este tipo de políticos a las instituciones había iniciado una tendencia a la baja. Sin embargo, estos carismáticos personajes, que se hacen pasar por outsiders y Mesías de sus pueblos, siguen siendo atractivos para muchos votantes.
“Nunca se han ido del todo”, opina Toni Aira, profesor de Comunicación Política en la UPFBarcelona School of Management. “Muchos de estos liderazgos populistas estaban durmientes, en muchos casos frenados por cordones sanitarios, pero eso se ha ido rompiendo. Existen estudios que apuntan precisamente a que esta marginación activa que han sufrido por parte del sistema les alimenta, les victimiza y les da argumentos de autorreivindicación”.
Aunque no podrá formar gobierno, Wilders ha ganado las elecciones en Países Bajos con un programa xenófobo, antislamista y euroescéptico. Un nuevo triunfo de la extrema derecha en Europa, cuya presencia se normaliza dentro de las instituciones. Ya está dentro, por ejemplo, de los ejecutivos de países de nuestro entorno como Italia, con Georgia Meloni, Hungría, con Viktor Orban, o Finlandia, en la que el partido de ultraderecha forma parte del Gobierno de coalición.
La frustración que lleva al nacionalpopulismo
Hay distintos factores que, según los expertos, propician el aumento del apoyo electoral a este tipo de líderes populistas reaccionarios. “Su ascenso se relaciona directamente con la ira y la frustración ciudadana, debido a la inseguridad laboral o la percepción de amenazas económicas derivadas de la globalización que generan resentimiento hacia el sistema político”, explica Carmen Torres, profesora de Comunicación política e institucional de la Universidad de Nebrija.
Milei se ha convertido en presidente de Argentina aupado por los vientos de cambio. Con políticas extremistas, ha ganado a su rival Sergio Massa, considerado por muchos el responsable, como ministro de Finanzas, de la nefasta gestión económica en Argentina. “Un estudio sobre las elecciones que se han llevado a cabo en los últimos años en Latinoamérica concluyen que en un 83% de los casos ha triunfado el candidato de la oposición que contrastaba respecto al gobierno establecido”, añade Toni Aira.
Los antitodo: antielitistas, antiestablishment y antizquierda
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Milei y Wilders han encontrado su gran modelo de referencia en el trumpismo. Los tres han llegado al poder utilizando una retórica antielitista, antizquierda y antiestablishment, con una marcada inclinación hacia propuestas radicales en temas como la inmigración, el medioambiente, el género o los derechos humanos. Son los reyes del exceso, verbal e ideológico.
El principal problema de este tipo de hiperliderazgos, término acuñado por el consultor político Antoni Gutiérrez-Rubí, es que amenazan con reventar algunos de los consensos de los sistemas democráticos. Tal y como explica Carmen Torres, “cuestionan la legitimidad de las instituciones, socavan la confianza en el sistema político e impactan en los derechos y libertades civiles, generando preocupaciones reales”.
“Han venido a romper con la manera clásica de hacer política”, concluye Aira. “Aunque cuando gobiernan, la cosa cambia. La dialéctica entre lo que Trump quería hacer y el margen que le dejaba su administración, que intentaba tirar más hacia lo clásico, colapsó con la gestión de la pandemia y en cierta manera fue el origen de que fuera desbancado. Veremos qué hacen Milei y Wilders”.