La moción de censura de Podemos contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, fracasó este jueves después al recibir únicamente sus votos a favor, ya que PP y Ciudadanos unieron sus fuerzas para votar en contra y el PSOE se abstuvo. Pero el resultado fue casi lo de menos: las 11 horas de debate, que se iniciaron con un intercambio bronco entre Podemos y el PP, terminaron convirtiéndose en un recital de insultos y descalificaciones. Los conservadores, de hecho, acabaron abandonando el pleno en señal de protesta... horas después de que lo hubieran hecho todos los miembros de la Mesa de la Asamblea que no pertenecen al PP, también para protestar.
No hubo ninguna sorpresa, y las previsiones se cumplieron: la moción de censura, que encabezaba como candidata la portavoz de Podemos en la Asamblea, Lorena Ruiz-Huerta, sólo fue apoyada por los 27 diputados de su propio grupo parlamentario, mientras que los 64 parlamentarios de PP y Ciudadanos –una diputada del PP está de baja por enfermedad– votaron en contra y los 37 socialistas se abstuvieron. Pero lo que no estaba previsto es el durísimo intercambio de reproches e insultos que protagonizaron PP y Podemos, y que tuvo como gran protagonista al portavoz conservador en la cámara, Enrique Ossorio, que acusó en varias ocasiones al grupo morado de estar lleno de "pederastas", "abusadores sexuales" y "traficantes de drogas".
El debate arrancó pasadas las 10 de la mañana con una intervención del secretario general de Podemos en la Comunidad de Madrid, Ramón Espinar, que denunció que Cifuentes se ha convertido en "una rana más en la charca de Esperanza Aguirre". "Ustedes no tienen valores, tienen chequera", criticó también Espinar, que acusó al PP de provocar la "berlusconización" de la política madrileña a causa de los casos de corrupción que afectan a los conservadores en Madrid.
Estaba previsto que tras Espinar interviniese Ruiz-Huerta. Pero entre ambos, el consejero de Presidencia y número dos de Cifuentes, Ángel Garrido, pidió la palabra para intervenir como miembro del Gobierno y la presidenta de la Asamblea, Paloma Adrados, se la concedió entre protestas de PSOE y Podemos. La interpretación de Adrados marcó el debate, ya que la presidenta entendió que el reglamento permite a los miembros del Ejecutivo intervenir en cualquier momento del mismo, mientras la oposición criticó que esa lectura era torticera y servía para que el PP dilatase y enturbiase el debate.
Un debate muy bronco
A partir de la intervención de Adrados, el debate comenzó a desbarrar. Garrido utilizó esta prerrogativa en varias ocasiones para criticar duramente a Podemos, y además sus intervenciones como miembro del Gobierno dieron pie a que cada grupo tuviera, posteriormente, la ocasión de replicarle –Ciudadanos no lo hizo, mientras Podemos y PSOE aprovecharon sus turnos para criticar esta interpretación del reglamento–, lo que alargó el debate mucho más tiempo de lo previsto.
De hecho, todos y cada uno de los miembros del Gobierno de Cifuentes intervinieron tras el receso que se decretó a mediodía, después de que Ruiz-Huerta presentase sus propuestas programáticas. Ese turno de intervenciones del Ejecutivo madrileño fue duramente criticado por los miembros de la Mesa pertenecientes a los partidos de la oposición, que acusaron al PP de querer "desvirtuar" la moción de censura y que terminaron abandonando el pleno, después de solicitar sin éxito a Adrados una reunión para protestar por el "filibusterismo" de los conservadores, en palabras del vicepresidente de la Asamblea, el socialista Modesto Nolla.
Según iba cayendo la tarde, lo que en un inicio eran reproches duros por los casos de supuesta corrupción entre PP y Podemos pasaron a ser acusaciones e insultos. Ossorio acusó en reiteradas ocasiones al grupo de Podemos de tener pedófilos y narcotraficantes en su seno, unos insultos a los que Espinar respondió llamando "indigno" al portavoz conservador.
Por su parte, Jacinto Morano, diputado del partido morado, hizo un paralelismo histórico y alertó a Cifuentes de que podría convertirse en Cifuentes la loca si no se daba cuenta de que su presidencia estaba terminando, como le pasó al rey inglés Jorge III el loco, que el día en el que declararon su independencia las trece colonias británicas que terminaron federándose para formar Estados Unidos escribió en su diario "no ha ocurrido nada importante hoy". Esa comparación ofendió profundamente a la bancada conservadora, y Ossorio trató de que Morano lo retirase: al no hacerlo, el portavoz del PP aseguró que se referiría a Podemos como el "partido pederasta".
El PP abandona el hemiciclo
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El Gobierno de Cifuentes y el grupo parlamentario del PP, de hecho, terminaron abandonando el hemiciclo pocos minutos antes de que finalizase el debate, poco antes de las 21.00. El detonante de su decisión fue otro rifirrafe verbal con Podemos, en este caso con Espinar, que aludió al periodo en el que Ossorio estuvo presente en el consejo de administración del Canal de Isabel II "mientras Ignacio González se lo llevaba muerto". El portavoz del PP volvió a pedir que se retirase la alusión, y la negativa de Espinar provocó la espantada de los conservadores.
Así las cosas, "circo" fue una de las palabras más escuchadas durante todo el debate, aunque los grupos la utilizaron con diferentes objetivos. El PP acusó a Podemos de utilizar la moción de censura para convertir la Asamblea en un "espectáculo" y una "feria de vanidades", mientras Ciudadanos se ha quejado de que el "circo" provocado, a su juicio, por Podemos al presentar su iniciativa, estaba siendo acompañado por la actuación del PP. Los socialistas, por su parte, criticaron duramente las decisiones de la presidenta Adrados –"al PSOE no han conseguido silenciarlo ni los dictadores, y por muchas artimañas que han intentado utilizar nuestra palabra no la van a silenciar"– y defendieron su abstención por "responsabilidad" y porque, en su opinión, la moción "responde a intereses particulares de Podemos".
Finalmente, el PP y el Gobierno volvió a acceder al hemiciclo para votar y el resultado fue el esperado. Sin embargo, el durísimo intercambio de este jueves sirvió como anticipo del debate que tendrá lugar la próxima semana en el Congreso, ya que el martes 13 se pondrá en marcha la moción de censura de Unidos Podemos contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
La moción de censura de Podemos contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, fracasó este jueves después al recibir únicamente sus votos a favor, ya que PP y Ciudadanos unieron sus fuerzas para votar en contra y el PSOE se abstuvo. Pero el resultado fue casi lo de menos: las 11 horas de debate, que se iniciaron con un intercambio bronco entre Podemos y el PP, terminaron convirtiéndose en un recital de insultos y descalificaciones. Los conservadores, de hecho, acabaron abandonando el pleno en señal de protesta... horas después de que lo hubieran hecho todos los miembros de la Mesa de la Asamblea que no pertenecen al PP, también para protestar.