Tras vivir el domingo uno de los momentos más críticos de la legislatura, el Gobierno de coalición se dio un respiro este lunes. A primera hora de la tarde la agenda pública del presidente sufrió una modificación importante: decidió acudir al acto institucional del Día de la Mujer, organizado por el Ministerio de Igualdad, acompañando, entre otros miembros del Ejecutivo, a Irene Montero e Ione Belarra.
Unas horas antes, en la habitual rueda de prensa de los lunes, la portavoz de Podemos, Isa Serra, puso voz al paso atrás de su partido: “La pregunta es si hemos llamado al PSOE 'partido de la guerra' y la respuesta es 'no'. Estamos en tiempos muy difíciles y Sánchez sabe que cuenta con nuestro apoyo, aunque pensemos cosas diferentes, aunque no pensemos en todo igual", aseguró. Una nítida bajada de tono respecto a las durísimas críticas vertidas en las últimas horas por la dirección morada.
Menos de 24 horas antes, se habían disparado todas las alarmas. Las críticas de los últimos días de varios dirigentes de Podemos sobre el envío de armas a Ucrania habían generado cierto malestar por el “ruido” que suponen las discrepancias públicas y encendidas en asuntos tan sensibles como ese. De hecho, en su intervención en el comité federal del PSOE, Pedro Sánchez hizo una mención implícita a esas críticas al comentar que los socialistas sí saben “distinguir el lado bueno de la historia”, recalcando que ese era “estar del lado del pueblo ucranio”. Una hora después, la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, le dio la réplica en otro acto de partido refiriéndose al PSOE, también sin citarlo, como uno de “los partidos de la guerra” que dicen que “enviemos armas”. En ese mismo acto, Irene Montero añadió estar dispuesta a defender su postura “estemos donde estemos y cueste lo que cueste".
Las declaraciones de las dirigentes de Podemos, nítidamente distanciadas también de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, sentaron en la Moncloa como una auténtica declaración de hostilidades. Algunos miembros de la parte socialista del Ejecutivo llegaron a interpretar la escalada verbal de Belarra y Montero incluso como una invitación al presidente para que las destituyera como ministras, algo que niegan rotundamente desde la formación morada. En todo caso, la referencia al “partido de la guerra” sí fue recibida por Pedro Sánchez como una acusación de la máxima gravedad y durante toda la tarde del domingo se vivieron horas de máxima tensión en el seno del Ejecutivo.
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Para intentar reconducir la situación, Sánchez citó a Yolanda Díaz a una reunión a primera hora de la mañana de este lunes en Moncloa. Según los gabinetes de ambos dirigentes la comunicación está siendo permanente entre ellos en relación a la situación de Ucrania y también a cuenta de las críticas de Podemos. El presidente le trasladó a Díaz su profundo malestar y la necesidad de no alimentar el ruido en una cuestión de extrema delicadeza por el momento internacional tan complicado a cuenta de la invasión rusa de Ucrania y por la voluntad de trasladar un mensaje de unidad frente a Putin. A la salida de ese encuentro la vicepresidenta segunda telefoneó a la líder de Podemos, Ione Belarra, y le trasladó a su vez la importancia de contener el discurso público de los morados para no alimentar una tensión interna en el Gobierno con mensajes que el presidente ya consideraba inadmisibles. El resultado de esas conversaciones se tradujo a media mañana con el intento de rectificación por parte de la portavoz de los morados.
Pasar página
En la Moncloa intentan ahora aprovechar ese aparente cambio de tono de Podemos para pasar página. Sánchez no pretende que la polémica tenga ningún tipo de consecuencia en el Ejecutivo y el escenario de una crisis de Gobierno, aseguran fuentes de la propia Moncloa, no se contempla. “Es un momento para tener grandeza y demostrar liderazgo y estabilidad, y en eso está el presidente. Es verdad que se lo podrían haber ahorrado, pero han reculado y eso está bien. Seguramente se han dado cuenta de que se han pasado de frenada y de que nadie les sigue”, opinan.
En Podemos siguen defendiendo que su postura respecto a la negativa del envío de armas es “una convicción política” y no ninguna estrategia de desgaste hacia nadie. Sí hay entre los morados quien defiende la idoneidad de “bajar el pistón” y quien reconoce que las palabras del domingo de Belarra fueron un error, y el objetivo ahora es no alimentar un posible ambiente favorable a que Sánchez se anime a prescindir de los ministros de la formación morada. Este lunes por la tarde, Yolanda Díaz convocó a una reunión de trabajo a todos los ministros de Unidas Podemos para intentar reconducir una situación interna que todas las partes definen como cada vez más complicada.
Tras vivir el domingo uno de los momentos más críticos de la legislatura, el Gobierno de coalición se dio un respiro este lunes. A primera hora de la tarde la agenda pública del presidente sufrió una modificación importante: decidió acudir al acto institucional del Día de la Mujer, organizado por el Ministerio de Igualdad, acompañando, entre otros miembros del Ejecutivo, a Irene Montero e Ione Belarra.