El obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, publicó este miércoles una carta pastoral titulada En defensa de la vida: sobre los abusos sexuales a menores y adultos vulnerables en la que insiste en la “tolerancia cero” de la Iglesia católica a los abusos sexuales a menores y para ello fija unas “medidas preventivas” para evitarlos.
Tres son los conceptos claves que explican la pederastia dentro de la Iglesia: los efebos, los “adultos vulnerables” y los individuos con “uso imperfecto de la razón”.
La carta pastoral califica a los homosexuales, más concretamente a los gays, como “adultos vulnerables” a la hora de cometer un abuso a menores del mismo sexo. Esta afirmación se construye en base a un informe publicado por la Santa Sede el 14 de abril de 2010 que advertía de que el 60% de la pederastia se cometía sobre varones.
Por esta razón y para “propiciar ambientes seguros para los menores”, el obispo de Alcalá considera necesario que la selección de “sacerdotes, catequistas, profesores de colegios católicos, profesores de religión, etcétera” debe ser “radicalmente exigente” e impedir el acceso de estas “personas no aptas”. En resumen, los gays no deberían ser curas, ni catequistas, ni profesores.
"Es muy importante impedir, como exige la Iglesia, la ordenación de candidatos con atracción sexual hacia el mismo sexo", a los que denomina AMS. El obispo advierte además que "la ordenación al diaconado o al presbiterado de varones con AMS es absolutamente desaconsejable e imprudente y, desde el punto de vista pastoral, muy arriesgada".
Ese mismo informe de la Santa Sede, que el propio Reig Pla menciona en su escrito, establecía que el 90% de los abusos a menores se trataba de casos de adolescentes, es decir “casos de efebofilia”. El 10% restante es considerado por el obispo como “pederastia en sentido estricto”: sobre niños. El 30% restante de los casos de “efebofilia” tenía “carácter heterosexual”: abusos a chicas adolescentes.
La carta recuerda que “un menor” es “una persona que tiene un uso imperfecto de la razón” y que, además, la Iglesia ha aumentado la edad sobre la que se considera abuso sexual a un “menor”, que ha sido llevada “a los 20 años”.
El obispo homófobo de Alcalá ofrece ahora un servicio para “liberarse de la lujuria y alcanzar la sobriedad sexual”
La confederación española de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (LGTB) Colegas calificó este viernes la carta pastoral como una “cruzada” contra los homosexuales y pide al papa “que jubile” a Reig Pla. Del mismo modo, Colegas animó a la Iglesia católica “a aceptar sin traumas la diversidad y dejar de obsesionarse con la moral sexual”.
"Desde Colegas nos sentimos indignados por la errónea amalgama que realiza Reig Plá de homosexualidad con pederastia. Para el prelado, la inmensa mayoría de los pederastas son homosexuales, y su solución es empezar una cacería de homosexuales en seminarios, catequesis y parroquias. Además emplea el nuevo neologismo de Atracción Sexual hacia el Mismo Sexo inventado por los pseudocientíficos neohomófobos para no mencionar la homosexualidad, y considerarla como un nuevo síndrome psicológico de conducta anormal similar a una enfermedad mental que pueden tratar y ‘curar’”, declaró Paco Ramírez, presidente de Colegas.
“Reiteramos al papa Francisco que jubile lo antes posible a los principales obstáculos para la concordia y el respeto a la diversidad en la jerarquía católica española, como son el obispo de Alcalá Henares, Juan Antonio Reig Plá, y el arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, dos auténticos vejestorios según la terminología del propio Arzobispo de Valencia. Animamos a la Iglesia Católica en España a aceptar sin traumas la diversidad y dejar de obsesionarse con la moral sexual, que tanto daño sigue provocando entre los feligreses españoles”, finalizó el portavoz de Colegas.
El obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, publicó este miércoles una carta pastoral titulada En defensa de la vida: sobre los abusos sexuales a menores y adultos vulnerables en la que insiste en la “tolerancia cero” de la Iglesia católica a los abusos sexuales a menores y para ello fija unas “medidas preventivas” para evitarlos.