El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid celebró este jueves una reunión extraordinaria para analizar el escenario tras la dimisión, un día antes, de Cristina Cifuentes como presidenta regional. Estuvo presidido por Ángel Garrido, exnúmero dos de la ya expresidenta, que ocupará el cargo de presidente en funciones hasta que haya una nueva investidura. Con un tono muy medido de respeto hacia las decisiones de la dirección nacional del partido, Garrido fue muy insistente -lo dijo en tres ocasiones- en que el proceso debe ser a ágil: "Esto tiene que durar lo menos posible", dijo.
Estatutariamente, es la dirección nacional del PP a quien corresponde proponer un nuevo candidato o candidata. Los planes de Génova pasan por dejar que transcurra la fiesta del Dos de Mayo y luego iniciar un proceso para la sustitución. El mismo proceso que pretenden abrir para cambiar la estructura del PP de Madrid, todavía presidido por Cristina Cifuentes.
A juicio de Garrido, "no sería bueno" prolongar el relevo en la Presidencia de la institución. Más cauto se mostró sobre el asunto que atañe al PP de Madrid. Eso, sostuvo, es algo que tienen que decidir Rajoy y la propia Cifuentes. Mientras que la presidenta parece interesada en seguir como líder del PP de Madrid, en la dirección nacional ya estudian tomar el control mediante una gestora.
Los plazos
El presidente madrileño explicó que la fecha límite para proponer un candidato es el 21 de mayo. Y que, a partir de ahí, la presidenta de la Asamblea, Paloma Adrados, tiene entre 3 y 7 días para fijar la fecha definitiva del Pleno de investidura. Esto nos llevaría a que podría celebrarse, como tarde, el 30 de mayo.
La comparecencia del presidente en funciones estaba prevista para trasladar la idea de que el Gobierno sigue con sus planes, con sus políticas. Porque es el proyecto que votaron "mayoritariamente" los madrileños. Pero la situación interna del partido y sus aspiraciones de futuro fueron la nota dominante de las preguntas de los periodistas.
Un día antes, mientras desde el Gobierno madrileño se ubicaba a Garrido como más que posible sustituto de Cifuentes para agotar la legislatura, desde Génova se les paraba los pies. "No está nada decidido. No tiene por qué ser así", señalaban desde la dirección nacional. En en entorno del presidente del Gobierno tienen miedo de que la continuidad de Garrido complique esa nueva etapa que debe abrir la formación regional tras años de guerras internas entre las diferentes familias conservadoras. "Se le considera un hombre de Cifuentes", resume un diputado madrileño.
Consciente de ello, Garrido se definió como un "disciplinado militante" e insistió en que es la dirección nacional y a Rajoy quienes tienen que tomar esa decisión. Una decisión que, se mostró convencido, Ciudadanos respetará. "Las instituciones están por encima de las personas", sostuvo.
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Para él, el pacto entre PP y Ciudadanos en la Comunidad de Madrid seguirá en vigor pese a la marcha de Cifuentes.
También ironizó sobre el origen de las últimas informaciones sobre Cifuentes: "Ese fuego puede ser de muchas maneras, pero no amigo", dijo.
El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid celebró este jueves una reunión extraordinaria para analizar el escenario tras la dimisión, un día antes, de Cristina Cifuentes como presidenta regional. Estuvo presidido por Ángel Garrido, exnúmero dos de la ya expresidenta, que ocupará el cargo de presidente en funciones hasta que haya una nueva investidura. Con un tono muy medido de respeto hacia las decisiones de la dirección nacional del partido, Garrido fue muy insistente -lo dijo en tres ocasiones- en que el proceso debe ser a ágil: "Esto tiene que durar lo menos posible", dijo.