De la pena capital a la extradición: el culebrón mediático de Daniel Sancho llega a su capítulo final

Tres meses después del final del juicio y cuando está a punto de cumplirse un año de su detención, Daniel Sancho conocerá este jueves su sentencia por el crimen de Edwin Arrieta. "Estoy preparado para lo mejor y para lo peor", dijo él mismo en una entrevista. Los escenarios que se abrirán ahora para él son múltiples. Puede, por un lado, prosperar su versión, la que sostiene que la muerte del cirujano colombiano fue un accidente —"lo mejor"—, o, en cambio, la de la acusación, que mantiene que todo formó parte de un plan premeditado del hijo del actor Rodolfo Sáncho —"lo peor"—. De eso dependerá todo lo demás: si pasará de seis a ocho años en prisión, si será condenado a cadena perpetua o si se enfrentará a la pena de muerte.

Todo ocurrió en Tailandia, y eso ha sido lo que ha marcado todo lo demás. Recapitulemos. El 5 de agosto de 2023 saltaba la noticia: Daniel Sancho Bronchalo, hijo del actor Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo, era detenido en el país asiático por, supuestamente, haber asesinado y descuartizado a un cirujano colombiano llamado Edwin Arrieta en la isla de Koh Phangan. Tan sólo dos días después, y tras su propia confesión, el Tribunal Provincial de Koh Samui decretaba su ingreso en prisión acusado de asesinato, ocultación de cuerpo y manipulación del mismo.

Pero, ¿cómo ocurrió todo? Presuntamente, el 31 de agosto Sancho y Arrieta llegaron de forma separada a la isla Koh Phagan para celebrar juntos la fiesta de la luna llena. Pero cada uno se hospedó en un hotel diferente. Un día más tarde unas cámaras de seguridad graban al chef español comprando una sierra, cuchillos y detergente. Y Arrieta habla por teléfono con su hermana. Ambos, además, son vistos en una moto. Pero ya no vuelve a verse al cirujano, que murió en el bungalow de Sancho, quien más tarde habría alquilado un kayak utilizado para deshacerse del cadáver. El día 3 de agosto denuncia la desaparición, pero los agentes ven cortes sospechosos en su piel. Y encuentran varios restos humanos. Así se consigue cerrar el cerco.

La pregunta fue —y es, hasta que se conozca la sentencia—: ¿qué pasó en esas apenas 72 horas?

La versión de Sancho: fue en defensa propia

"Soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin", defendió el propio Sancho. Según su versión y la de su defensa, la muerte de Arrieta fue un accidente ocurrido en el transcurso de una pelea en la que intentó defenderse de una agresión sexual. Fue, en resumen, defensa propia. Pero en cualquier caso, sostienen sus abogados, la confesión se obtuvo bajo presión. Y sólo se circunscribe al descuartizamiento del cirujano y a la ocultación de su cuerpo. Es decir, no a un asesinato. Habría sido, en este caso, un homicidio. Lo que habría que dirimir, en caso de que el juez acepte la versión, es si fue doloso o imprudente. Porque hay mucha diferencia.

El primero, el homicidio doloso, consiste en dar una muerte sin premeditación, aunque con la intención de causar daño. Y está penado con entre 15 y 25 años de prisión. El segundo, el homicidio imprudente, nunca se habría producido con la intención de matar, aunque el resultado hubiera sido ese. En este caso, la condena oscilaría entre los seis y ocho años de cárcel.

La versión de la familia de Arrieta: fue un crimen planificado

La Fiscalía y la acusación de la familia de Arrieta, sin embargo, sostiene una versión completamente diferente. A su juicio, las imágenes de Sancho comprando una sierra, cuchillos y detergente son prueba ineludible de que el crimen fue planificado. No hubo homicidio, fue asesinato. De quedar acreditada esta versión, el futuro del hijo del actor sería muy diferente.

El código penal tailandés contempla que, en estos casos, la pena de prisión podría ser agravada y convertirse en una cadena perpetua o incluso en pena de muerte, algo que parece improbable porque suele aplicarse en casos en los que las víctimas son funcionarios del Estado o miembros de las fuerzas de seguridad. El abogado de Sancho Marcos García-Montes, de hecho, ha descartado prácticamente esta opción. "Es una invención, lo tengo muy claro", señaló en una entrevista.

En caso de que quedara acreditada la premeditación, por tanto, se conmutaría la pena a cadena perpetua. Hay de hecho un precedente. En 2017, Artur Segarra fue condenado a muerte por el asesinato premeditado de su compatriota David Bernat, un empresario al que descuartizó y arrojó al Chao Phraya, el río más importante del país. Tres años después, sin embargo, el rey de Tailandia, Maha Vajiralongkorn, sustituyó el castigo por la cadena perpetua. El perdón real se concedió con motivo del 68 cumpleaños del monarca.

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En cualquier caso, en Tailandia había a finales de mayo, según los datos recopilados por la Coalición Mundial contra la Pena de Muerte, 254 personas condenadas a la pena capital. Buena parte de ellas, tal y como recoge Amnistía Internacional, por delitos de drogas. Un castigo que, sin embargo, se ha ejecutado en muy pocas ocasiones en las dos últimas décadas. Desde 2004, se ha aplicado la inyección letal a tres personas.

¿Extradición?

¿Y Daniel Sancho tiene esa posibilidad? Depende de la pena. En caso de que fuera condenado a varios años de prisión, y aunque España y Tailandia no tienen un acuerdo de extradición, nuestro país sí podría solicitar que el hijo del actor Rodolfo Sancho cumpliera parte de la pena en una cárcel española, aunque la medida podría tardar entre ocho y nueve años en ser efectiva.

¿Y si es condenado a cadena perpetua o pena de muerte? Pues en este caso, y según detallan los expertos de Legálitas, Sancho no podría volver, puesto que para que se pueda producir la extradición tiene que haber una pena homologable en el país de procedencia del culpable, cosa que en este caso no ocurre.

Tres meses después del final del juicio y cuando está a punto de cumplirse un año de su detención, Daniel Sancho conocerá este jueves su sentencia por el crimen de Edwin Arrieta. "Estoy preparado para lo mejor y para lo peor", dijo él mismo en una entrevista. Los escenarios que se abrirán ahora para él son múltiples. Puede, por un lado, prosperar su versión, la que sostiene que la muerte del cirujano colombiano fue un accidente —"lo mejor"—, o, en cambio, la de la acusación, que mantiene que todo formó parte de un plan premeditado del hijo del actor Rodolfo Sáncho —"lo peor"—. De eso dependerá todo lo demás: si pasará de seis a ocho años en prisión, si será condenado a cadena perpetua o si se enfrentará a la pena de muerte.

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