¿Qué opina el nuevo líder de los obispos sobre los derechos y libertades civiles?

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Ricardo Blázquez Pérez fue nombrado este miércoles presidente de la Conferencia Episcopal Española. En el pasado se ha mantenido fiel a la doctrina de la jerarquía en los temas en los que la Iglesia se ha mostrado más beligerante como el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la fecundación in vitro o el divorcio. En declaraciones y homilías pasadas –fue obispo de Bilbao y ahora es arzobispo de Valladolid– ha llegado a decir, por ejemplo, que la interrupción voluntaria del embarazo "hiere de modo singular la dignidad de la persona y degrada a la sociedad que lo practica o que lo tolera". Sin embargo, también ha dejado ver su postura de hombre de consenso en otras aseveraciones sobre la idoneidad de no discriminar a nadie por su orientación sexual, con su repulsa a boicotear la asignatura de Educación para la Ciudadanía o el cuestionamiento de la ilegalización de Batasuna. También ha reconocido los casos de pederastia dentro de la Iglesia católica y ha pedido perdón por "actuaciones concretas" de miembros de la Iglesia durante la II República y la Guerra Civil. 

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resume las opiniones expresadas por el nuevo líder de los obispos en algunos temas relevantes: 

Aborto. En marzo de 2009, en una carta firmada junto al obispo auxiliar mientras él era obispo de Bilbao, Blázquez se refirió al aborto como "uno de los aspectos que hiere de modo singular la dignidad de la persona y degrada a la sociedad que lo practica o que lo tolera". En 2010, tras ser nombrado arzobispo de Valladolid por el papa Benedicto XVI, lamentó el hecho de que en los últimos decenios en la mayor parte de los países europeos se haya "despenalizado el aborto". "Incluso últimamente se ha intentado comprender como un derecho de la mujer", señaló. Y dijo que, a ante esta situación, lo que tiene que hacer la Iglesia es "defender la vida del hijo con la madre". De la ley del aborto aprobada por el PSOE en 2010 dijo que es "objetivamente incompatible con la recta conciencia moral".

Educación para la Ciudadanía. El ahora presidente de la Conferencia Episcopal se desmarcó en 2007 del boicot a la asignatura de Educación para la Ciudadanía, implantada por el PSOE, y muy criticada por algunos sectores de la Iglesia, que la consideraban un instrumento que utiliza el Estado para adoctrinar ideológica y moralmente a los alumnos. En medio de toda la polémica, Blázquez se desmarcó de las posturas más radicales y apoyó a la influyente patronal de los colegios católicos FERE, que tradicionalmente ha rechazado la objeción de conciencia en sus centros.

Críticas al PSOE. En plena campaña de ataques de los cardenales de Toledo, Madrid, y Valencia a leyes impulsadas por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, Blázquez pidió a los obispos que no culparan a "derechas o izquierdas" de las dificultades que tenía la Iglesia para ejercer su labor pastoral, en relación al proceso de secularización lento pero constante que atraviesa la sociedad española y que hacen explícito las encuestas. Así, llamó a los religiosos a trabajar "sin echar las culpas" a una fuerza política de un signo u otro. Son unas declaraciones que no resultan extrañas si se tiene en cuenta que fue bajo el Gobierno de Zapatero cuando mejor le fue a las finanzas de la institución. De hecho, Blázquez fue el artífice en 2006 de acordar con el Gobierno de Zapatero una nueva financiación que ha generado ingresos récord para la Iglesia. 

Homosexualidad. Aunque Ricardo Blázquez no asistía a los actos en defensa de la familia tradicional que organizaba su predecesor Rouco Varela con el apoyo de grupos neointegristas como el Opus Dei, Legionarios de Cristo o Camino Neocatecumenal y de un sector mediático afín, tampoco escatimó en comentarios críticos sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo. En 2008, cuando ocupaba el puesto de vicepresidente de la CEE, recalcó que la familia debe definirse como "la unión estable por amor de un varón y de una mujer". Y dijo desear que España pueda "superar la desfiguración sustancial que significa llamar matrimonio a la unión de dos personas del mismo sexo". No obstante, años antes, en 2005, había afirmado que no se debe discriminar a nadie por su orientación sexual y que "no se puede ni ridiculizar ni humillar" a los homosexuales.

Pederastia. Ricardo Blázquez fue uno de los cinco visitadores apostólicos que recibieron la orden del papa Benedicto VXI de revisar los centros los Legionarios de Cristo, la congregación fundada por Marcial Maciel, acusado de abusos infantiles. Fue el responsable de las inspecciones en España, Francia, Alemania, Suiza, Irlanda, Holanda, Polonia, Austria y Hungría. Reconoció los casos de pederastia, aunque pidió que se informe "con proporción" pues los abusos también se dan en otros ámbitos como la familia o la educación.

Matrimonio y divorcio.

En 2012, en una conversación con periodistas, Ricardo Blázquez dijo que le habría gustado haber sido consultado sobre la designación de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, como pregonera de la Semana Santa de Valladolid porque al saber su "situación matrimonial" –está casada por lo civil– se planteó si es una buena elección para pronunciar el pregón de la Semana Santa en la catedral. En otra ocasión arremetió contra el "divorcio expréss" por haber inferido "un terrible golpe a la estabilidad del matrimonio". 

Fecundación in vitro.

Ricardo Blázquez sí se ha mostrado contrario a la fecundación asistida. En la homilía que pronunció en diciembre de 2008 con motivo de la celebración de la Sagrada Familia, afirmó que "la persona humana es engendrada, no fabricada". En esta ocasión se remitió también al documento sobre bioética Dignitas personae, preparado por la Congregación para la Doctrina de la Fe y presentado en el Vaticano.

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Terrorismo de ETA. El nuevo líder de la Conferencia Episcopal fue uno de los obispos que firmó la pastoral que cuestionó la ilegalización de Batasuna. Pocos días después de ser nombrado dijo sobre esta formación que "el Estado cuenta con unos organismos que deciden quién puede presentarse y quién no" y que él no tenía al respecto "una palabra especial". Por otro lado, dijo sobre el nacionalismo: "En la doctrina de la Iglesia siempre se ha distinguido entre nacionalismos y nacionalismos exacerbados. Yo soy partidario de esta distinción". 

Franquismo. En su discurso de despedida tras su primer mandato en la CEE pidió perdón por "actuaciones concretas" de miembros de la Iglesia durante la II República y la Guerra Civil y dijo que "la purificación de la memoria implica tanto el reconocimiento de las limitaciones y de los pecados como el cambio de actitud y el propósito de la enmienda". Fue un discurso rupturista pues hasta el momento los obispos han considerado a la Iglesia víctima de la II República y de la Guerra Civil. 

Crucifijos en la escuela. Ricardo Blázquez también se pronunció en su momento sobre la exposición de crucifijos en las aulas en un momento en que el proyecto de Ley de Libertad Religiosa –abortado finalmente por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero– contemplaba la posibilidad de regular de forma expresa su desaparición en los colegios públicos o de alterar hábitos de los concertados. En este sentido, dijo no entender este "nuevo ataque" contra la Iglesia católica y señaló que los crucifijos, además de signos religiosos cristianos, son símbolos "que forma parte de nuestra historia”. Asimismo, aseveró que la libertad religiosa lleva consigo la exterioridad y también la manifestación en el espacio social. 

Ricardo Blázquez Pérez fue nombrado este miércoles presidente de la Conferencia Episcopal Española. En el pasado se ha mantenido fiel a la doctrina de la jerarquía en los temas en los que la Iglesia se ha mostrado más beligerante como el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la fecundación in vitro o el divorcio. En declaraciones y homilías pasadas –fue obispo de Bilbao y ahora es arzobispo de Valladolid– ha llegado a decir, por ejemplo, que la interrupción voluntaria del embarazo "hiere de modo singular la dignidad de la persona y degrada a la sociedad que lo practica o que lo tolera". Sin embargo, también ha dejado ver su postura de hombre de consenso en otras aseveraciones sobre la idoneidad de no discriminar a nadie por su orientación sexual, con su repulsa a boicotear la asignatura de Educación para la Ciudadanía o el cuestionamiento de la ilegalización de Batasuna. También ha reconocido los casos de pederastia dentro de la Iglesia católica y ha pedido perdón por "actuaciones concretas" de miembros de la Iglesia durante la II República y la Guerra Civil. 

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