Grecia
Pedro Sánchez critica al nuevo Gobierno griego por la ausencia de mujeres
Fue apenas una frase que ni siquiera estaba contemplada en el discurso que se anticipó a la prensa, pero era la que conectaba con la actualidad y la que cosechó el primero de los dos aplausos de su intervención: la rotunda, aunque sucinta, crítica al nuevo Ejecutivo heleno, presidido por el líder de Syriza, Alexis Tsipras: "De la formación del nuevo Gobierno en Grecia ha habido algo que me ha llamado mucho la atención en negativo: la ausencia de mujeres".
Hasta ahora, los socialistas españoles se habían guardado mucho de atacar a la coalición de izquierda. Pedro Sánchez y el resto de su ejecutiva se han privado de agitar el discurso del miedo, como sí hizo Mariano Rajoy, que acudió en campaña al país heleno para apoyar el ya ex primer ministro, el conservador Andonis Samarás. El PSOE, directamente, había rehusado situar como su referente al Pasok, hundido en las encuestas y en las urnas, con menos de un 5%. Lo que había trasladado el secretario general era "respeto". Pero este miércoles, ante su primer discurso ante el Grupo de los Socialistas Europeos (S & D), previo al minipleno que esta tarde se celebra en Bruselas, enhebró una breve alusión al Ejecutivo de Tsipras. En este caso para criticar una cuestión muy concreta: la ausencia de ministras. Y sólo mujeres en seis de los 26 viceministerios. Entonces Sánchez recibió el aplauso de sus homólogos europeos de distintos países. También los de su delegación, encabezada por Iratxe García y a la que acompañaban eurodiputados como Elena Valenciano, Ramón Jáuregui, José Blanco, Sergio Gutiérrez o Enrique Guerrero, además de diputados y senadores de las Cortes Generales. Meses antes que el líder del PSOE, intervino ante el grupo S&D el primer ministro italiano, Matteo Renzi.
La intervención de Sánchez, precedida por el presidente del grupo, el italiano Gianni Pitella, se extendió apenas diez minutos. Primero, lanzó un mensaje de "solidaridad" a los socialistas franceses contra los atentados de París, y recalcó su "firme determinación de lograr un acuerdo" con Gobierno de Mariano Rajoy para combatir el terrorismo yihadista, porque "defender la libertad de todos es tarea de todos", y reiteró su voluntad de que se sumen más grupos a ese pacto.
A continuación, desplegó su apuesta por la apertura de "un nuevo camino" dentro del Viejo Continente, que a su juicio están obligados a liderar los socialdemócratas. Un programa cuyos puntos básicos ya eran conocidos, y que busca mirarse en el espejo de Estados Unidos, renegando de las políticas de austeridad impuestas por Alemania, visto sus nulos resultados: la economía no remonta y el desempleo "se sitúa en los dos dígitos". "Los europeos olvidamos que un punto de crecimiento del PIB hace más por consolidar las cuentas públicas que las políticas austericidas. El éxito de [Barack] Obama es aplicar políticas progresistas en favor del crecimiento, mientras que en Europa se ha recortado todo atisbo de crecimiento".
"Emprender nuevos caminos"
Recordando al histórico Willy Brandt y su reflexión de que la "mayor virtud de la socialdemocracia" es su capacidad parar emprender nuevos caminos", incidió en que es momento de luchar por una "recuperación económica justa en Europa, en favor de la clase media", y que tenga claros ciertos hitos. Primero, recalcar la "irreversibilidad del euro", la apuesta por crear "un fondo de amortización de deuda que emita eurobonos y mutualice la deuda pública", tal y como en su momento propuso el Parlamento Europeo. "Por qué ya no se habla de ello en las instituciones comunitarias?", se preguntó.
El PSOE quiere que vuelva al debate público la cuestión de los eurobonos, y de hecho fue lo que propuso Sánchez en plena campaña griega. No se apuntó a la idea de la reestructuración de la deuda pública, el planteamiento de Syriza, apoyado en España por IU y Podemos.
Sánchez también planteó la necesidad de crear un presupuesto para la zona euro, gestionado por un Tesoro europeo; reforzar la unión política de la moneda única –con mecanismos de "gobernanza democrática sobre la gestión del fondo de amortización y del Tesoro europeo, con un verdadero ministro de Finanzas de la eurozona–; dotar de más recursos el "insuficiente" plan Juncker; situar el Banco Europeo de Inversiones (BEI) en el "epicentro" para liderar el impuso de la demanda o apostar por el libre comercio, pero "sin recortar estándares sociales, mediambientales y laborales" –el secretario general prometió que su partido estaría "muy atento a la negociación" del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
La "España de las oportunidades"
En su cartera de propuestas, Sánchez también sugirió la necesidad de un acuerdo contra el cambio climático vinculante, "espantar el fantasma de la deflación" –de forma que el BCE actué no sólo para controlar que la inflación no se desvíe por encima del 2%, sino evitando que se hunda, como ahora–, impulsar la "reindindustrialización de Europa, situando las universidades como referencia mundial", hacer realidad la igualdad entre hombres y mujeres –ahí fue donde calzó la referencia a Grecia– y aumentar los recursos del Plan de Garantía Juvenil.
Finalmente, el líder socialista propuso "acabar con los paraísos fiscales", combatiendo "la elusión fiscal en todos los rincones de Europa". "La Comisión y el Parlamento deben hacer posible que no se vuelva a producir un LuxLeaks en Luxemburgo ni en ninguna otra parte de EuropaLuxLeaks ", remató, refiriéndose al escándalo que ha puesto contra las cuerdas al presidente de la Comisión y ex primer ministro luxemburgués, el conservador Jean-Claude Juncker. El PSOE se opuso a la investidura de Juncker –fue la primera decisión que tomó Sánchez nada más ser elegido por la militancia–, y a la incorporación de Miguel Arias Cañete como comisario, pero no firmó la moción de censura que el partido de Pablo Iglesias y su grupo, el de la Izquierda Unitaria (en el que está IU), impulsó contra el jefe del Ejecutivo comunitario.
En definitiva, resumió, se trata de "menos egoísmo y más Unión Europea".
La última parte de su intervención estuvo más orientada en clave nacional, intentando infundir un mensaje de esperanza. "Estoy convencido de que el socialismo gobernará España a partir de noviembre de 2015", cuando teóricamente se celebrarán las generales. Sánchez señaló que así como Felipe González hizo posible "la España de los derechos" y José Luis Rodríguez Zapatero, la de las "libertades", su proyecto es el de la "España de las oportunidades".
El PSOE acepta la alusión indirecta a la cadena perpetua en el pacto antiterrorista
Ver más
El secretario general recordó ante sus homólogos europeos en qué consiste: mejora del sistema educativo y científico, reindustrialización del país, reforma del sistema fiscal y de la administración pública, internacionalización de nuestra economía, fin de la precariedad laboral, creación de empleo digno... "Que ponga fin a las desigualdades sociales y territoriales, que mejore la calidad de nuestra democracia, combata sin cuartel la corrupción y reforme su sistema electoral". En resumidas cuentas, una agenda que mate los "tres grandes males" que el PSOE cree ver en España: paro, desigualdad y desafección política.
"El socialismo es la esperanza de millones de hombres y mujeres europeos y españoles que anhelan conjugar cambio con seguridad", reiteró, una muletilla que en otras ocasiones le ha servido para oponer su modelo al de Podemos, al que este miércoles no citó. Un cambio "radical", prometió, "en lo político, modernizador en lo económico y justo en lo social". "Estoy convencido de que 2015 será el año del renacimiento del socialismo español", concluyó.
Tras su intervención ante el Grupo S&D, Sánchez se entrevistó con el comisario de Asuntos Económicos y Financieros, el socialista francés Pierre Moscovici.