La pelea entre Ayuso y Casado disipa la imagen de unidad un mes después de la convención del PP

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Las hostilidades entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado por el control del PP de Madrid han comenzado. Y ya se han cobrado su primera víctima: la unidad escenificada hace apenas un mes en la convención nacional de València que tanto interesaba al líder del partido para reforzar su liderazgo se ha volatilizado. De ella no quedan casi ni las formas.

La presidenta de Madrid desafía a la dirección nacional del partido y convierte cada evento público en el que participa en un acto de precampaña en el que insiste en su deseo de anticipar la celebración del congreso del PP regional y en su voluntad firme de presentar su candidatura a la presidencia. Génova le había pedido expresamente que pusiese fin a su demanda, que respetase la fecha fijada para la asamblea madrileña del partido —la próxima primavera— y que evitase abrir con tanta antelación el debate sobre el liderazgo del PP en Madrid. Pero no ha hecho caso.

Ayuso tiene su propia hoja de ruta y este martes lo volvió a demostrar en un acto en plena sierra de Guadarrama organizado para presentar el futuro Museo Del Valle de los Neandertales. Allí, entre aplausos de sus seguidores, ni se molestó en desmentir el malestar de Génova y de Pablo Casado con ella, que estos días airea la derecha mediática. E insistió en sus planes: “Sigo diciendo lo mismo que a finales de agosto: mi ilusión por liderar la formación por la que me he presentado dos veces ante los electores”.

“Eso es coherente”, defendió, para a continuación demandar, una vez más y en contra de los deseos de la dirección del PP, un adelanto del congreso. “Lo que quiero es que este proceso discurra con rapidez”, “que sea pronto, porque creo que es lo mejor”. Pero “también con unidad”, remarcó anticipándose a las críticas de quienes desde Génova le reprochan estar echando por la borda el trabajo de todos estos meses para refuerzo del liderazgo de Casado. 

Y quiere hacerlo, añadió, “con toda la paciencia y el cariño que se precisen. Es lo que haré. Cuando tenga la oportunidad, daré ese paso adelante”. Y entretanto seguirá “trabajando con plena lealtad”, en primer lugar por los madrileños, que por eso le “han votado mayoritariamente”, recordó evocando una vez más el resultado electoral del 4 de mayo que le ha movido a intentar ahora hacerse con la presidencia del PP de Madrid en contra de los deseos de la dirección de Casado.

La presidenta madrileña evitó en todo momento enfrentarse al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, la principal baza de Génova para frenar su asalto al partido en la comunidad, al que el diario El Mundo atribuyó este martes la frase: “Yo lo que no quiero es que Ayuso presida el PP de Madrid”, y que el regidor demintió en rueda de prensa haber pronunciado.

“Quiero que quede claro que el alcalde de Madrid y yo somos un tándem, un ticket electoral”, subrayó. “Y sobre todo compañeros de dos administraciones que han caminado juntas y que lo vamos a seguir haciendo”. Ella, precisó, no le ha “oído abiertamente decir algo así”. “Lo que tengo claro es que somos dos compañeros de partido que nos entendemos, que nos respetamos y es lo que vamos a seguir haciendo”.

Lo que sí quedó en evidencia este martes es que las relaciones con Casado están lejos de pasar por un buen momento. Ayuso no quiso explicar cuándo habló por última vez con el líder de su partido, con quien antes del verano —según ella misma se jactaba— conversaba diariamente.

Casado está advertido

La lideresa madrileña sí explicó que, en todo caso, ella dice lo mismo en público que en privado, dando a entender que a Casado y a la dirección de Génova les sigue diciendo que quiere presidir el PP de Madrid. “Por coherencia, porque creo que es bueno”, insistió. Y para ponerlo al servicio de Casado: “Lo que más me gustaría es poner mi partido a punto para que después se hiciera desde él la campaña a Pablo Casado camino a la Moncloa, ya que se presenta por Madrid. Eso es lo que quiero hacer”. Y “eso se lo he traslado [a Casado] abiertamente siempre y eso es lo que seguiré haciendo, con todo el afán para unir, por entendernos”.

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En Génova no parecen creer a Ayuso. Temen su influencia sobre el PP de Madrid y a través de él en el conjunto de partido. Y sobre todo desconfían de sus decisiones a la hora de elegir candidatos en las diferentes elecciones al margen del criterio de la dirección nacional. Así que ya trabajan para hacerle frente en una estrategia en la que es vital el compromiso y la participación del alcalde de Madrid y portavoz nacional del PP, José Luis Martínez-Almeida.

No obstante, el regidor madrileño evitó este martes el enfrentamiento abierto con Ayuso poniendo “distancia” con la frase que le atribuyó El Mundo. “Se me hace una imputación en un medio de comunicación y no es cierta. Esa frase que se me atribuye no la he dicho, no he dicho que Isabel Díaz Ayuso no pueda ser presidenta de Madrid“, afirmó sin aclarar que eso sea lo que piensa. De hecho, se negó una vez más a zanjar el debate dejando claro que no va a competir con ella por la presidencia del PP madrileño: “No toca hablar del tema” porque “no es la labor del alcalde”. “De la Junta de Dirección regional quedó claro que la presidenta presentará candidatura y que el Congreso se celebrará en la fecha en la que toque”, se limitó a decir.

En este momento, precisó abriendo la puerta a que eso pueda cambiar en el futuro próximo, está “centrado en los madrileños, tratando de resolver los problemas de la ciudad y ajeno a lo que dicen los medios de comunicación”. “Las decisiones a tomar serán en el momento que correspondan, cuando se convoque el Congreso. Los madrileños no entenderían que estuviera más centrado en temas de partido”, remarcó.

Las hostilidades entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado por el control del PP de Madrid han comenzado. Y ya se han cobrado su primera víctima: la unidad escenificada hace apenas un mes en la convención nacional de València que tanto interesaba al líder del partido para reforzar su liderazgo se ha volatilizado. De ella no quedan casi ni las formas.

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