Concluida la campaña del 19J, los partidos hacen cuentas, en su seno cunden temores –alguna esperanza, también– y comentan ideas de última hora. Hay un puñado de números claves para medir los resultados este domingo: 55, la mayoría absoluta que anhela el PP y las encuestas no descartan; 33, el resultado del PSOE en las pasadas elecciones, que medirá la gravedad de la posible derrota de Juan Espadas; 17, lo cosechado por Adelante Andalucía, la antigua marca de Unidas Podemos, que según las encuestas no alcanzarán ahora por separado Por Andalucía y los andalucistas de Teresa Rodríguez; 3%, el mínimo por circunscripción para optar a un escaño.
¿Qué mensajes dejan los candidatos al pie de las urnas? Juan Manuel Moreno reclama concentrar el voto en el PP para gobernar "en solitario" y evitar a Vox, tras haber sido el primer presidente que pactó con Vox y haberlo hecho en cuatro ocasiones –investidura y tres presupuestos–, además sin renunciar a hacerlo ahora de nuevo, dando entrada al partido de ultraderecha en el Ejecutivo.
Juan Espadas (PSOE), aunque insiste en que puede gobernar, afirma que seguirá al frente del PSOE pase lo que pase y recuerda que llegó a la segunda a la alcaldía de Sevilla. En Por Andalucía –estreno de la colaboración electoral de IU, Podemos y Más País– hay inquietud por el posible efecto de la "confusión" de su electorado ante una marca y una candidata recientes.
Adelante Andalucía, donde cunde el convencimiento de haber sacado petróleo de la campaña, se pone la meta de un grupo propio.
Cs pelea por su supervivencia para ofrecer sus escaños al PP.
Moreno y la puerta abierta a Vox
Moreno (PP) ha reclamado con insistencia una "mayoría suficiente", un término en el que cabría tanto la absoluta como un número de escaños mayor que toda la izquierda. El PSOE, Por Andalucía y Adelante ya han garantizado a Moreno que no puede contar con su abstención. En el caso de Inmaculada Nieto, candidata de Por Andalucía, al principio se mostró abierta a "reflexionar" sobre esa posibilidad para evitar que Vox entre en el Gobierno, pero finalmente ha cerrado la puerta. De modo que, sin 55 escaños, Moreno dependería o de Juan Marín (Cs), que le daría su apoyo si logra representación, o de Macarena Olona (Vox), que afirma que exigiría entrar en el Gobierno.
Todo esto se verá a partir de este lunes 20 de junio. De momento, estamos en el 19J. Moreno eligió colocar la fecha electoral un domingo después de un posible puente –el jueves fue festivo en Granada y Sevilla– en días que invitan a la playa. Esta decisión y el desarrollo de parte de la campaña entre farolillos feriales invitaban a una campaña hipotensa, la que suele convenir a los candidatos destacados. Pero, conforme se acercaban las urnas, Moreno iba elevando el tono en su llamada a la movilización. ¿Por qué? Hay un dato clave: aunque se suele hablar de los "indecisos" como una oportunidad de darle la vuelta a las encuestas, también pueden reforzar la tendencia ya detectada. En Andalucía, el CIS muestra que entre los que dudan, más de la mitad lo hacen entre el PP y otro partido. De ahí que Moreno haya apelado una y otra vez a los "200.000 indecisos".
Olona ya ha anticipado que sólo permitirá la investidura de Moreno a cambio de entrar en el Ejecutivo. Su campaña ha estado marcada por el ruido, el exabrupto, las fotos estilo Instagram y los trajes típicos. Nada de programa. Poner a una candidata de perfil alto era una excepción a la costumbre de Vox de designar perfiles planos y confiar en el tirón de la marca. Lo cierto es que Olona no ha logrado marcar la agenda.
No obstante, todas las encuestas pronostican una subida de Vox. No hay que olvidar que, hasta las elecciones de Castilla y León, su mejor resultado en unas autonómicas era el de Andalucía en 2018. Y lo obtuvo cuando el electorado no sabía aún de la fuerza del partido. Aquellos 12 diputados a ciegas dan idea de su elevado suelo en Andalucía. Un dirigente de Por Andalucía reflexiona: "Todo esto de que 'Vox se desinfla' es hacernos trampas al solitario. La campaña de Vox ha sido mucho más que Olona". Un militante socialista que ha hecho campaña en un pequeño pueblo del interior dice: "¿Vox, débil? ¡Para nada! Aquí hemos visto lo increíble: una furgoneta del partido dando vueltas por el pueblo".
El porcentaje exigido para entrar en una circunscripción es el 3%, límite que a priori supone un desafío para Ciudadanos, aunque la frontera real para tener escaño es más alta, en torno al 5%, explica un experto en demoscopia. Sus opciones, según este experto, se concentran en Málaga y en Sevilla. El vicepresidente, que en el segundo debate protagonizó un momento viral –"¿Usted sabe hacer torrijas, señora Olona?"–, se aferra a la anécdota para ganar visibilidad y colocar su insistente mensaje sobre el "lío" que supondría que Olona entre el Gobierno andaluz.
Dudas, temores y alguna esperanza en el PSOE
Espadas no ha cedido un ápice en dos posiciones: 1) Que puede ser presidente, a pesar de que las encuestas lo contradicen. 2) Que no se abstendrá en ningún caso para la investidura de Moreno. "Cuando tenemos que estar repitiendo lo mismo todo el rato", malo, apunta un responsable provincial socialista, que cree que la idea de que "Moreno va a ganar o va a ganar" se ha instalado incluso en la militancia socialista y que un resultado por debajo de 33 escaños, la marca de Susana Díaz, podría abrir una crisis en el partido, aunque ve improbable un cuestionamiento de Espadas. El candidato socialista afirmó este viernes, último día de campaña, que seguirá al frente del PSOE "en cualquier hipótesis". "Soy corredor de fondo", afirmó.
A su juicio, Moreno se beneficia de una "doble paradoja". Por un lado, y a pesar de haber pactado con Vox, ahora "mucha gente lo ve como la forma fácil de neutralizar a Olona". Por otro, presume de unos supuestos méritos que "en realidad son por las políticas del Gobierno y el dinero europeo". "No hemos desmontado ni una cosa ni otra. Y el miedo a la derecha ya no calará", señala. Este responsable provincial afirma que, en un encuentro con militantes, un dirigente autonómico trató de animar a las bases recordando que en 2011 el PP arrasó en las municipales y luego Mariano Rajoy consiguió mayoría absoluta, pero en marzo de 2012, Javier Arenas mordió el polvo en Andalucía. No obstante, cree que la situación es distinta: "Entonces se produjo una reacción inmediata contra los primeros recortes del PP. Ahora la inflación nos castiga a nosotros".
Un aspirante socialista a alcalde coincide. "Todo lo invade el enfado por la política nacional. Los alcaldes no se han pringado defendiendo a Pedro Sánchez. Esto es un problema. Ni siquiera los que se benefician de sus políticas, como los ERTE o la subida del salario mínimo o la reforma laboral, lo agradecen", afirma. Añade que hay alcaldes que limitan su campaña a una foto en redes sociales. A su juicio, Espadas es visto como un hombre honesto y razonable, pero no ha espoleado a las bases socialistas. "No olvidemos que el partido salió dividido de las primarias. Hay mucha gente cruzada de brazos", afirma, una visión que contrasta con el mensaje de entusiasmo in crescendo que han dicho detectar Espadas y su círculo. Un dirigente próximo al candidato admite que "está difícil", pero cree que este domingo "hay una posibilidad", sobre todo tras una campaña en la que "el PSOE ha cumplido con su deber de ofrecer una alternativa y poner el foco donde están los verdaderos problemas, sobre todo en una sanidad". Este dirigente se aferra a indicios como la subida del voto por correo y el buen calado de los mensajes del PSOE en redes para contrarrestar el aluvión de encuestas en contra. "Yo he vivido esta situación en 2018, pero al revés. Todo el mundo nos daba por ganador y mira".
Mar de fondo en las izquierdas
A la izquierda del PSOE las obligaciones de la campaña encubren el mar de fondo. Hay dudas sobre la viabilidad futura de la coalición Por Andalucía. Pero eso, siendo importante, no es lo urgente. Lo urgente es este 19J. En Por Andalucía, la coalición de seis partidos que ha reunido por primera vez a Izquierda Unida, Podemos y Más País, la sensación es que la candidatura ha ido "a más" desde el atribulado inicio hasta la recta final, con actos "muy potentes" de Inmaculada Nieto junto a Yolanda Díaz. "La Díaz mitinera es un cañón", dice un asistente. A uno de los actos acudió Íñigo Errejón (Más País); a otro, Ione Belarra (Podemos). Eso sí, no ha habido foto de ambos juntos.
Un dirigente de la coalición cree que el "principal problema" de Por Andalucía es la "confusión". A una candidata que suscita una generalizada buena impresión pero poco conocida, Inmaculada Nieto, se suma una marca nueva, Por Andalucía. Hay que tener en cuenta que Podemos e IU se presentaron en 2018 por una marca, Adelante Andalucía, por la que ahora se presenta otra nueva coalición, la de Teresa Rodríguez. Puede ser lioso. "Hemos trabajado en despejar la confusión, pero no sé si llegamos a tiempo". Un veterano dirigente izquierdista añade: "Al final, nos va a venir bien que Teresa ponga su cara en la papeleta. El que quiera votar a Por Andalucía, a Inma, ya sabe que la papeleta es la otra".
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Un detalle da idea de hasta qué punto el temor a la confusión es la nota dominante. Podemos confirma a infoLibre que desde la propia militancia había salido la "sugerencia espontánea", bien acogida por el partido y trasladada al seno de la coalición como "una idea", de que los apoderados e interventores que lo deseen lleven camisetas moradas el domingo. No el logo ni el nombre, porque sería ilegal, pero sí camisetas moradas. Podrían así hacer visible que los de las camisetas moradas, el color de Podemos, son apoderados de Por Andalucía. "Algo así ya se hizo en las municipales de 2015, cuando Podemos no se presentaba pero apoyaba a candidaturas como Participa Sevilla", recuerda un militante de IU.
En Por Andalucía cunde un cierto malestar con Adelante. Un dirigente señala que, en contraste con los debates, donde Rodríguez apenas criticó a Por Andalucía, en los mítines "todo ha sido contra nosotros". "Además, el PP y la derecha mediática le han dado toda la cancha", añade. ¿Cuál sería un buen resultado para Por Andalucía? El referente de los 17 obtenidos por Adelante en 2018 se antoja lejano, encuestas en mano. Algún dirigente firma diez, otro teme que Adelante se acerque. Al margen del resultado, durante la legislatura habrá que mantener en el Parlamento una coalición cuya estabilidad está por ver, más aún con el proceso de recomposición de la izquierda a nivel estatal en plena definición.
Adelante Andalucía tiene como mejor hipótesis lograr grupo propio, para lo que necesita cinco escaños. Sus mayores opciones están en Sevilla y Cádiz, pero también en Málaga, Granada y Córdoba. Un dirigente cree que, "con muy pocos recursos", han logrado hacer una campaña "alegre" que ha consolidado a Rodríguez como la candidata que "le para los pies a la extrema derecha". A juicio de este dirigente, Adelante cubre dos espacios: el del andalucismo que pide un partido "sin tutelas de Madrid", el mensaje más repetido de su campaña; y el de la izquierda descontenta con el Gobierno central.
Concluida la campaña del 19J, los partidos hacen cuentas, en su seno cunden temores –alguna esperanza, también– y comentan ideas de última hora. Hay un puñado de números claves para medir los resultados este domingo: 55, la mayoría absoluta que anhela el PP y las encuestas no descartan; 33, el resultado del PSOE en las pasadas elecciones, que medirá la gravedad de la posible derrota de Juan Espadas; 17, lo cosechado por Adelante Andalucía, la antigua marca de Unidas Podemos, que según las encuestas no alcanzarán ahora por separado Por Andalucía y los andalucistas de Teresa Rodríguez; 3%, el mínimo por circunscripción para optar a un escaño.