Crisis en el poder judicial
El PP admite que Ciudadanos ha sido "el gran ganador" de la crisis en la renovación del Poder Judicial
Desde la ruptura del pacto con el PSOE para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) el Partido Popular hace malabarismos para explicar por qué un acuerdo que cuando se anunció les parecía bueno y un gesto de "responsabilidad" en un momento delicado –citaban la sentencia de las hipotecas y el juicio del procés– ahora es todo lo contrario. En una semana, los conservadores han tenido que dar la vuelta a sus argumentarios para culpar al Gobierno, y muy concretamente a la ministra de Justicia, Dolores Delgado, de la vuelta a la casilla de salida. Mientras los conservadores se esfuerzan en negar que exista relación causa-efecto entre la filtración del WhatsApp que Ignacio Cosidó remitió a los senadores y el portazo de Manuel Marchena, la realidad es que no pueden negar el desgaste que este episodio les ha supuesto. A las puertas de las elecciones andaluzas y en la recta final hacia un año plagado de citas ante las urnas, las fuentes consultadas creen que "el gran ganador" de la crisis en la renovación del CGPJ ha sido Ciudadanos, el partido con el que comparte mucho de su espacio electoral.
"Hemos dado argumentos a Albert Rivera en su discurso de la politización de la Justicia", se lamenta un destacado dirigente conservador.
Es en este contexto, el de intentar que Ciudadanos "no sacase todavía más tajada" de la crisis desatada, en el que se entiende, interpretan las fuentes consultadas, que en la noche del martes, "con prisas", el PP anunciase el registro de una enmienda a la reforma de Ley Orgánica del Poder Judicial para recuperar el modelo de elección de los vocales previo a 1985, cuando los socialistas modificaron el sistema. Poco antes, Ciudadanos había registrado, también en la Cámara Alta, una serie de enmiendas con el mismo fin.
Esas "prisas" merecieron el reproche de Cs, que acusó a los conservadores de "plagio" y jugaron una mala pasada al PP. Un día después, el Grupo Parlamentario Popular en el Senado tuvo que presentar una corrección a la enmienda para reformar el CGPJ, que había sido copiada de la ley de 1980 y tenía referencias obsoletas.
El Partido PopularPartido Popular tiene mayoría absoluta en el Senado. Pero la reforma tendrá que regresar al Congreso, donde las cuentas ya no le salen.
El origen de una partida que se anota Cs
Nada más conocerse el acuerdo el pasado lunes 12 –una "filtración" que en el PP atribuyen a la ministra Dolores Delgado–, Ciudadanos salió a calificar de "vergüenza" que los miembros del Poder Judicial se nombrasen a dedo desde Ferraz, Génova y la sede de Podemos. Rivera culpó a Casado de haber aceptado que Podemos "tenga la mayoría" en el órgano de gobierno de los jueces. "Qué papelón el de Sánchez y Casado: prefieren que Podemos elija vocales del CGPJ antes de que lo hagan los propios jueces", lamentaba.
Las fuentes consultadas en el PP admitían en ese momento que, con lo que calificaron de "pataleta", Ciudadanos iba a intentar sacar rédito de la situación. "Es la diferencia entre ser un partido de Gobierno y no serlo: que hay que tomar decisiones que a veces no te ubican como el primero en la parrilla de salida", justificaba un diputado.
En todo caso, en el PP admitían que ese desgaste iba a ser cuestión de días y que se lo podían permitir. El 4 de diciembre cumplía el plazo para la renovación del órgano de gobierno de los jueces y, a partir de ese momento, tras la aprobación de los nuevos vocales por parte del Congreso y del Senado, Ciudadanos ya no iba a tener munición para atacarles por este flanco.
Pero Génova no sólo tuvo que defender su pacto puertas afuera del partido en entrevistas y debates parlamentarios. Con el paso de las horas, un sector del partido empezó a expresar en privado sus dudas sobre la conveniencia de haberle puesto en bandeja a Sánchez la renovación del CGPJ y a Rivera, las críticas.
El germen de los mensajes de Cosidó
En este momento, destacados dirigentes conservadores intentaron calmar también a esas voces, trasladando el mensaje de que Manuel Marchena era un hombre "muy experto" y con una "autoridad" suficiente como para conseguir un Supremo no siempre "hostil" a los intereses del PP. Defendían, además, que los vocales no siempre votan en bloques por adscripción ideológica y que José Ricardo de Prada, uno de los jueces de la Gürtel, no tenía que preocupar nada en el CGPJ. Vendieron la anunciada mudanza del juez como "una patada hacia arriba" de la que ellos no tenían nada que temer.
Estos y similares argumentos empezaron a correr no sólo de viva voz, también se llegaron a plasmar en mensajes de texto y WhatsApp. Y el reenviado por el portavoz del Senado que dio a conocer elespañol era, según las fuentes consultadas, una especie de recopilación de todos ellos.
Las mismas fuentes dicen ahora, a toro pasado, que con el transcurso de los días y viendo cómo tenían que explicar el proceso que condujo al pacto, se fueron dando cuenta de que no había sido una buena idea. Aguantaban, aseguran, por responsabilidad y por la palabra dada y recordaban que las negociaciones habían comenzado antes de que Casado llegara a la Presidencia del PP. Insisten en que Marchena tenía la decisión tomada antes de la crisis del WhatsApp y cargan contra una "filtración" del Gobierno de la que solo protestaron tras la renuncia del magistrado para justificar la ruptura del pacto.
"Un cumplimiento del programa electoral"
Pese a que Ciudadanos se adelantó con su propuesta de reforma del sistema de elección del Poder Judicial al PP, los conservadores sacan pecho de que a ellos no se les puede acusar de plagio porque lo único que están haciendo es cumplir su programa electoral de 2011. Complicado tienen, no obstante, explicar por qué han esperado hasta ahora a presentarla y por qué se sumaron al pacto del Gobierno con las reglas del juego que ahora censuran.
En un argumentario interno remitido a sus cargos públicos, el PP intentaba dar respuesta a esta incoherencia. Destacan que se encontraron el pacto avanzado de la etapa de Mariano Rajoy, pero que una vez que las negociaciones se han roto por la "irresponsabilidad y deslealtad" de Sánchez han registrado la iniciativa para que la próxima vez que se elija a los miembros del CGPJ se haga como ellos proponen: "Doce de los vocales del Consejo (los de procedencia judicial) deben ser elegidos por los jueces por sufragio universal directo y secreto. Los ocho restantes los elegirá el Parlamento", explican en el PP.
Este mismo fin de semana, el PP verá cómo Cs intentará de nuevo liderar una iniciativa que también encaja en el ideario conservador: Rivera, y el exfiscal de la Audiencia Nacional Ignacio Gordillo encabezarán la concentración convocada por la plataforma civil de Cs en la que se reclamará a Sánchez que no indulte a los líderes del procés que sean condenados por los tribunales y que convoque ya elecciones generales. Una convocatoria previa al acto de Alsasua en apoyo de la Guardia Civil celebrado a principios de mes.
En respuesta a este acto en la localidad navarra, los conservadores anunciaron una iniciativa para unir a las "fuerzas constitucionalistas" en la defensa de la unidad de España. La cita, celebrada la pasada semana, supuso un fracaso. Sólo fue secundada por el diputado de Unión del Pueblo Navarro Carlos Salvador, Isidro Martínez Oblanca (Foro Asturias) y por Ignacio Prendes, vicepresidente primero del Congreso por parte de Ciudadanos. En el partido naranja optaron por no dar relevancia a la convocatoria evitando que acudiese Rivera.
Sin sorpasso en Andalucía
Pese a que Ciudadanos pueda intentar capitalizar ese giro en la renovación del CGPJ en lo queda de campaña para las elecciones andaluzas, los conservadores siguen convencidos de que no va a producirse el sorpasso. "Nuestras encuestas nos dicen lo contrario", aseguran.
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El Parlamento andaluz tiene 109 escaños. Ahora, 47 escaños corresponden al Partido Socialista, 33 al Partido Popular, 15 a Podemos, 8 a Ciudadanos y 5 a Izquierda Unida Los Verdes-Convocatoria por Andalucía.
En los sondeos que maneja el PP la suma con Ciudadanos estaría entre los 53 y los 57 escaños. La mayoría absoluta está en 55 diputados.
Con presencia en Andalucía en 11 de los 15 días de campaña, Casado asume en primera persona el riesgo de una derrota de su candidato, Juanma Moreno. Cuando quedan diez para la cita del 2D, en el PP defienden que el balance es "muy positivo" y que la implicación del líder "suma".