En la calle Génova ya sólo piensan en las elecciones generales. Tanto si se demoran hasta 2023 como si se dan las circunstancias que hagan posible un adelanto, el Partido Popular está ya en modo electoral en una estrategia que aspira a mantener la tensión contra el Gobierno de Pedro Sánchez todo el tiempo y con toda la intensidad que sea necesaria.
El punto de partida fue la convención nacional que el partido celebró en octubre en València. El equipo de Pablo Casado, dirigido por Teodoro García Egea, cree que ya han hecho los deberes. Y aunque no han trascendido conclusiones concretas derivadas de las reuniones de trabajo que tuvieron lugar durante la convención y los meses previos a su celebración, Casado asegura que ya tienen propuestas detalladas, incluso proyectos de ley escritos artículo a artículo listos para ser aprobados en bloque en cuanto lleguen a la Moncloa.
Es, por lo demás, una hoja de ruta trazada sobre el papel hace ya muchos meses en la que lo único que no está saliendo según los previsto es la remontada en los sondeos. En Génova estaban convencidos de que las elecciones en Madrid, que ganó Isabel Díaz Ayuso, habían marcado definitivamente un punto de inflexión y el comienzo de un nuevo ciclo electoral que acabaría por llevar a Casado en volandas a la Moncloa.
Pero no es así. Las aparentemente buenas perspectivas electorales, producto casi exclusivamente de la absorción de los votantes de Ciudadanos, se han desinflado. Y los votantes de Vox siguen fieles a Santiago Abascal e inmunes a los cantos de sirena de Casado. Los sondeos ya no sitúan claramente al PP por encima del PSOE y empiezan a mostrar evidencias de un empate técnico al tiempo que la recuperación económica, aunque más lenta de los previsto, sigue consolidándose.
Casado carece de experiencia de gestión. Nunca ha estado en un gobierno, ni siquiera en uno municipal. Así que cuando llegó a la presidencia del PP apostó por apoyarse en el tirón electoral y la gestión de sus barones. Juanma Moreno, inesperada sorpresa en Andalucía; Alberto Núñez Feijóo (Galicia), Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León) y Fernando López Miras (Murcia) y, desde junio de 2019, Isabel Díaz Ayuso en Madrid.
En el PP saben que una parte del impulso en las encuestas de los últimos meses es producto del viento de cola de las elecciones madrileñas. Así que ahora que el partido parece perder fuelle, en Génova ponen todas sus esperanzas en en el calendario electoral que viene.
Primero, en las elecciones andaluzas, en las que esperan que Moreno obtenga un resulto muy semejante al de Ayuso y una derrota dolorosa del PSOE. No se sabe aún cuándo serán, aunque se especula con los meses de junio u octubre, pero Génova prefiere que sean cuanto antes. Quiere anotarse una victoria incontestable, atribuírsela a Casado y convertirla en una meta volante hacia las generales.
Lo mismo sucede con la posibilidad de anticipar las elecciones en Castilla y León, donde el presidente Mañueco busca una excusa que le permita apretar el botón de la convocatoria anticipada y desde hace semanas especula con la posibilidad de que el PSOE vuelva a presentar, a partir de marzo, una segunda moción de censura. En esta comunidad las encuestas también anticipan un buen resultado al PP, gracias sobre todo a la desaparición de Ciudadanos, igual que en Andalucía. Algunos sondeos han llegado incluso a hablar de mayoría absoluta.
Ganar las municipales
Ese impulso electoral, en este caso de la mano de Moreno y de Mañueco, es exactamente lo que Génova espera del año 2022. Creen que les dará el empujón definitivo para ganar las municipales de 2023 y quizá arrebatar a los socialistas la Comunitat Valenciana: un escenario que dejaría herido el Gobierno de coalición presidido por Pedro Sánchez justo antes de las generales.
Entretanto, el PP ya trabaja a pleno rendimiento en clave electoral. De ahí la decisión de salir a la calle y ponerse al frente de algunas movilizaciones, como las de los agentes de la Policía y la Guardia Civil y los agricultores y ganaderos.
Los cargos provinciales del PP, a los que Casado y Egea reunieron hace dos semanas en León, ya tienen instrucciones para trasladar a todos los sectores que alcen la voz contra el Gobierno que el PP “revertirá” las políticas de Pedro Sánchez nada más llegar al Gobierno, según fuentes de Génova citadas por Europa Press.
El equipo de Casado tiene la vista puesta en las municipales de 2023: esa noche quiere que la sociedad española visualice al PP como la única alternativa a Sánchez, lo que implica no sólo quedar los primeros sino derrotar a las candidaturas de Vox y a las que puedan surgir en las provincias de la España vaciada.
García Egea puso “deberes” en León a sus presidentes y cargos públicos provinciales para intentar capitalizar el “desgaste” y el “descontento social” que observan contra Sánchez y sus aliados de Unidas Podemos.
Ver másGarcía Egea empuja el adelanto electoral en Andalucía
El plan de Génova incluye movilizar a sus representantes en todos los territorios para explicar directamente a la gente “a través de carpas en la calle en qué situación está el país”. Ahí el PP se concentrará en agitar la subida de la luz, el alza de la cesta de la compra o los problemas de agricultores, ganaderos y transportistas.
La campaña del PP quiere aprovechar las dificultades que los ciudadanos de algunas comunidades tienen para entender la relevancia de las lenguas cooficiales en sus respectivos territorios agitando el enfrentamiento lingüístico en Cataluña y tratando de retratar al Gobierno como un ejecutivo ajeno a los problemas reales de la gente.
En Génova confían además en que la activación de su maquinaria electoral acabe por apagar el conflicto planteado por la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, forzándola a callar para no poner en peligro las expectativas en Andalucía y en Castilla y León.
En la calle Génova ya sólo piensan en las elecciones generales. Tanto si se demoran hasta 2023 como si se dan las circunstancias que hagan posible un adelanto, el Partido Popular está ya en modo electoral en una estrategia que aspira a mantener la tensión contra el Gobierno de Pedro Sánchez todo el tiempo y con toda la intensidad que sea necesaria.