El presidente del Gobierno en funciones sabe que, salvo sorpresa mayúscula, esta semana política culminará el viernes con su fracaso en el pleno de investidura que arranca este martes. Con los apoyos de Ciudadanos (32 escaños) y Coalición Canaria (1) sumados los 137 del Grupo Parlamentario Popular, los conservadores se quedarán en 170 votos, a seis de la mayoría absoluta. Y Mariano Rajoy regalará a las hemerotecas la imagen a la que tanto tiempo se ha resistido: la de su derrota. Su idea, según insistió este mismo lunes tras reunirse con Pedro Sánchez (PSOE) es la de seguir "intentándolo" de nuevo. Pero estos intentos, según fuentes de su entorno, no van a ser inmediatos. La idea, mantienen los dirigentes del Partido Popular consultados por infoLibre, es dejar que la situación se enfríe algo después de un debate que se prevé muy duro, sobre todo por parte de los socialistas, y que los resultados electorales del 25 de septiembre en Galicia y Euskadi ayuden a despejar algo el panorama.
"Si el Congreso se pronuncia esta semana y es en contra, lo lógico y responsable es tomarse un tiempo para estudiar de nuevo la situación. Las posiciones no cambian de un día para otro", señala un diputado conservador en conversación con este diario. ¿Por qué, entonces, la insistencia de Rajoy en que seguirá intentándolo? En el partido interpretan que no existe ningún tipo de contradicción entre las palabras de su presidente y el hecho de que no vaya a haber otros plenos de investidura inmediatos con Rajoy como candidato.
Rajoy, "no idóneo"
En este sentido, explican, Rajoy había escuchado a Pedro Sánchez decir que él era un "candidato no idóneo" y que dejar en el aire que lo fuese a seguir intentando podría haber dado alas a quienes, desde la oposición, agitan la idea de que el presidente del Gobierno en funciones debería dar un paso al lado para que otro dirigente de su partido tome el testigo como señal de regeneración.
"A día de hoy", en Génova no ven otro escenario posible que el de Rajoy presidiendo el Gobierno otros cuatro años. Frente a eso, señalan, y el jefe de los conservadores también lo introdujo en su intervención ante la prensa, la alternativa serían unas terceras elecciones previstas para el 25 de diciembre. Las fuentes consultadas insisten en el matiz temporal, en el "a día de hoy" porque están a la espera, señalan, de que Pedro Sánchez diga de forma clara si va a intentar ser investido presidente tras el fracaso de Rajoy con la ayuda de Podemos y los nacionalistas o si el PSOE considera que su sitio está en la oposición. Este, el de la exigencia a Sánchez de que concrete cuál es su "alternativa" será uno de los principales ejes del discurso del PP en las próximas semanas mientras el partido se vuelca en Galicia y Euskadi.
Los conservadores mantienen que si realmente Sánchez quiere evitar las terceras elecciones, que si su plan no es que los españoles vuelvan a votar, tiene la obligación de explicar cuál es su alternativa. "Hasta Podemos ha puesto sobre la mesa cuál es su apuesta, cuál es su alternativa a su negativa a apoyar a Rajoy. Al PSOE todavía no le hemos escuchado nada", señala un miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PP en conversación con infoLibre.
El PNV sigue siendo clave
Esta presión sobre Sánchez, señala la misma fuente, podría incrementarse tras el 25S si los resultados del PSOE tanto en Galicia como Euskadi empeoran. En este momento, añade, los barones podrían levantar la voz y el líder socialista podría plantearse convocar al Comité Federal para replantearse el "no es no" a Rajoy.
Paralelamente, otras fuentes apuntan a que es posible que, una vez transcurridas las elecciones vascas y gallegas, Sánchez tenga menos miedo a abstenerse en otra eventual sesión de investidura de Rajoy. "Hablar hoy de lo que puede pasar mañana es política ficción. Pero está claro que, pasados los comicios, ya no existe tanto miedo a ser castigado en las urnas", señala un dirigente regional. A estos argumentos, la misma fuente añade el posible miedo de Sánchez a unas terceras elecciones. En las filas conservadoras se ha instalado la idea de que los ciudadanos castigarían en las urnas el "bloqueo" al que el PSOE está sometiendo a España.
Según el último sondeo del CIS, del pasado 8 de agosto, si se celebraran unas nuevas generales, el partido de Rajoy ganaría con un 32,5% de votos, medio punto menos que el 26J. El PSOE se mantendría segundo con el 23,1%, Unidos Podemos sería tercero (19,6%) y Ciudadanos cuarto (12%) según el CIS.
Algo similar ocurre con el Partido Nacionalista Vasco (PNV): el PP cree que tras el 25S tendrían más fácil lograr un acercamiento. Pese a que sus dirigentes se han mostrado firmes en las últimas semanas señalando que no apoyarán a Rajoy ni antes ni después del 25S, en el PP confían en que los nacionalistas les necesiten en Euskadi y puedan llegar a un entendimiento a nivel nacional cuyo primer paso sería una abstención. En todo caso, con los cinco diputados del PNV el PP tampoco llegaría a la mayoría absoluta.
Suponiendo que Ciudadanos y CC siguiesen apoyando a Rajoy después de esta esperada investidura fallida y lograsen atraerse al PNV, sumaría 175 escaños, a uno de la mayoría absoluta.
En el PP insisten en que el pacto firmado con Ciudadanos, que, en teoría, caduca este viernes sería perfectamente asumible por el PNV. No obstante, admiten que lograr meter en el mismo pacto a nacionalistas vascos y al partido de Albert Rivera es bastante complicado. Fundamentalmente, por la postura de la formación naranja respecto al Concierto vasco.
En este sentido, sostienen que dado que el pacto con C´s no es un pacto de Gobierno, sino un pacto de investidura, una opción sería la de pactar con el PNV de forma paralela sin tocar aspectos que pudiesen colisionar de forma grave con Rivera.
Rajoy como línea roja
Los conservadores aseguran que para lograr que Rajoy sea investido presidente del Gobierno están dispuestos a hablar y negociar con el PSOE "sin líneas rojas". No obstante, matizan que a lo que no están dispuestos es a entregar la cabeza de su líder. Rajoy obtuvo el apoyo de todos los barones de su partido en el último Comité Ejecutivo Nacional y la dirección del partido sostiene que el debate de su liderazgo no existe a día de hoy y no se abrirá hasta que haya un presidente del Gobierno investido. Sólo en ese momento, señalan, se dará luz verde a la convocatoria del XVIII Congreso Nacional del PP.
El 25 de diciembre como herramienta de presión
Ver másEl Gobierno no obstaculizará la reforma impulsada por el PSOE para evitar que las elecciones sean el 25 de diciembre
Con la ley en la mano, una vez que Rajoy se someta al criterio de la Cámara se activa el denominado "reloj parlamentario". Si transcurridos dos meses ningún candidato ha logrado ser investido presidente, las Cortes se disuelven automáticamente y se convocan nuevas elecciones. Es lo que ocurrió en la pasada legislatura tras el primer intento de Pedro Sánchez. También con la ley en la mano, las elecciones en esta ocasión se celebrarían el 25 de diciembre, día de Navidad.
El PSOE se ha comprometido, y contará con apoyos de otros partidos de la oposición, a promover una reforma de la Ley Electoral encaminada a reducir a la mitad la duración de la campaña electoral para que los comicios, de celebrarse, fuesen el 18 de diciembre, una semana antes de lo previsto.
Para que esta iniciativa salga adelante es necesario el concurso del PP. Los conservadores, a día de hoy, no quieren entrar en el debate porque entienden que es el momento de trabajar para evitar que los españoles tengan que volver a votar. Pero las fuentes consultadas admiten que no habría problema a la hora de dar luz verde a esa reforma. No obstante, destacados dirigentes del partido han recurrido a las posibles elecciones en 25 de diciembre como elemento de presión a los ciudadanos. "El 30 debate investidura. A ver si @sanchezcastejon tiene "narices" d enviar a 36.000.000 d españoles a repetir elecciones el día d Navidad", escribió el coordinador general del PP de Cataluña, Xavier García Albiol, en su cuenta de Twitter.
El presidente del Gobierno en funciones sabe que, salvo sorpresa mayúscula, esta semana política culminará el viernes con su fracaso en el pleno de investidura que arranca este martes. Con los apoyos de Ciudadanos (32 escaños) y Coalición Canaria (1) sumados los 137 del Grupo Parlamentario Popular, los conservadores se quedarán en 170 votos, a seis de la mayoría absoluta. Y Mariano Rajoy regalará a las hemerotecas la imagen a la que tanto tiempo se ha resistido: la de su derrota. Su idea, según insistió este mismo lunes tras reunirse con Pedro Sánchez (PSOE) es la de seguir "intentándolo" de nuevo. Pero estos intentos, según fuentes de su entorno, no van a ser inmediatos. La idea, mantienen los dirigentes del Partido Popular consultados por infoLibre, es dejar que la situación se enfríe algo después de un debate que se prevé muy duro, sobre todo por parte de los socialistas, y que los resultados electorales del 25 de septiembre en Galicia y Euskadi ayuden a despejar algo el panorama.