Carlos Iturgaiz fue la apuesta de la dirección nacional del Partido Popular como cabeza de lista a las elecciones vascas, que en principio iban a celebrarse el 5 de abril, cuando Alfonso Alonso fue apartado por discrepancias por la coalición negociada con Ciudadanos. En el partido se interpretó que Pablo Casado recurría al que fuera presidente del PP vasco entre octubre de 1996 y noviembre de 2004 a modo de recambio de urgencia y que, tras los comicios, el partido emprendería una profunda renovación de estructuras y la elección de una nueva presidencia. Es decir, que Iturgaiz no pasaba por ser el futuro del PP vasco. Ahora, transcurridos más de cuatro meses de su elección como candidato y con unas elecciones aplazadas –se celebrarán el 12 de julio–, la sensación que cunde en las filas conservadoras es que el cabeza de lista de los conservadores al Parlamento vasco podrá convertirse el próximo presidente regional del partido independientemente del resultado electoral que obtenga.
La presidencia del PP vasco está ahora de forma provisional en manos de Amaya Fernández, ex mano derecha de Alonso. Fue la solución temporal que encontró el partido cuando su último presidente regional dejó el cargo tras la bronca con Génova por las listas electorales.
El Partido Popular obtuvo en las últimas elecciones vascas nueve escaños de la Cámara de Vitoria, empatado con los socialistas vascos. Ahora, en coalición con Ciudadanos, la marca PP+Cs, obtendría, según los cálculos más optimistas del PP vasco, siete escaños. Menos margen les da el último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de esta misma semana, que dejaría a la candidatura con entre tres y seis actas de diputado.
A la espera de lo que depare la noche electoral, en el PP aseguran no estar preocupados por la pérdida de escaños o por que la coalición con Cs vaya a hacer que la presencia de diputados del PP en el Parlamento vasco se reduzca. Señalan que Alonso no tenía mejores perspectivas que las que tiene ahora Iturgaiz y que siempre tuvieron claro que había que estar dispuestos a "asumir riesgos" a cambio de incorporar al partido naranja. Lo que sí ha cambiado es que los enemigos internos del exministro de Sanidad de Rajoy estaban esperando a que un mal resultado electoral se le llevase por delante y que ahora no se ponga en duda que si Iturgaiz quiere tomar las riendas del partido, nadie va a impedírselo.
"Casado no va a hacer nada en contra"
"Si él quiere dar el paso, Casado no va a hacer nada en contra. Tuvo la generosidad de ponerse al frente de la candidatura de la noche a la mañana y está trabajando mucho para movilizar al partido, para recuperar a gente que en los últimos años se había distanciado del PP vasco", valora un destacado dirigente conservador en conversación con infoLibre.
Si se cumplen los plazos estatutarios, el congreso regional debería celebrarse, como tarde, en marzo de 2021. El último cónclave, que escogió a Alfonso Alonso, tuvo lugar el 18 de marzo de 2017. Mariano Rajoy era el presidente del partido y del Gobierno por aquellas fechas.
En sectores del partido se especula, incluso, con que la presidencia del PP vasco deje de ser transitoria o provisional a la vuelta del verano. En todo caso, este escenario no encajaría, a priori, en los planes de Génova, que ha agendado para los próximos meses los congresos provinciales pendientes y que prevé que los regionales no se aborden ya hasta el próximo año. Es el caso, por ejemplo, del congreso del PP de Madrid. Los conservadores madrileños llevan dos años con una presidencia provisional, la de Pío García-Escudero.
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Un perfil vinculado al 'aznarismo'
Un elemento más a favor de que Iturgaiz vuelva al liderazgo del PP vasco 16 años después es que su perfil encaja en el de otros muchos de los fichajes de la etapa del Casado al frente del PP. A diferencia de Alonso y su entorno, a quienes se les ubica dentro del PP más moderado, Iturgaiz pertenece al sector más conservador de la formación, vinculado al aznarismoaznarismo. "El PP vasco ha vuelto a los años 90 con un candidato de los años 90. El modelo de Casado pasa, no sólo por controlar al PP vasco, sino por anular al PP vasco", resume una de las voces críticas con la operación que se llevó por delante a Alfonso Alonso.
En este contexto, el líder del PP también se convertirá en corresponsable del resultado que obtenga Iturgaiz. La decisión de romper con Alonso y designar a su sustituto fue tomada por la dirección nacional. "Reconocer el fracaso del candidato sería, en definitiva, reconocer que se ha equivocado. Porque no todo puede achacarse a la herencia recibida", mantiene un dirigente regional.
Carlos Iturgaiz fue la apuesta de la dirección nacional del Partido Popular como cabeza de lista a las elecciones vascas, que en principio iban a celebrarse el 5 de abril, cuando Alfonso Alonso fue apartado por discrepancias por la coalición negociada con Ciudadanos. En el partido se interpretó que Pablo Casado recurría al que fuera presidente del PP vasco entre octubre de 1996 y noviembre de 2004 a modo de recambio de urgencia y que, tras los comicios, el partido emprendería una profunda renovación de estructuras y la elección de una nueva presidencia. Es decir, que Iturgaiz no pasaba por ser el futuro del PP vasco. Ahora, transcurridos más de cuatro meses de su elección como candidato y con unas elecciones aplazadas –se celebrarán el 12 de julio–, la sensación que cunde en las filas conservadoras es que el cabeza de lista de los conservadores al Parlamento vasco podrá convertirse el próximo presidente regional del partido independientemente del resultado electoral que obtenga.