El PP de Casado se da un batacazo histórico y reduce su peso en el Congreso en más de la mitad

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Batacazo si matices. El Partido Popular fue el gran perdedor de las elecciones generales de este 28A. El partido liderado por Pablo Casado logró, con el 99,99% de los votos escrutados, 66 escaños. Pierde así más de la mitad de las actas: en las generales de 2016 obtuvo 137. Los conservadores, pues, se dejan 71 asientos en el Congreso. Ni Casado pudo rehuir la evidencia. De "muy malo" calificó el resultado en una breve comparecencia ante la prensa al filo de la media noche.

A este fracaso se suma otro: el de que las fuerzas de la derecha no suman mayoría absoluta, el escenario soñado en Génova, sede nacional de los conservadores. Adiós a la 'foto de Colón'. Adiós al 'pacto a la andaluza'. Los escaños de Cs y los de Vox, junto a los del PP, no alcanzan los 176 que suponen la mitad más uno de los diputados. Casado consigue, por poco, ser el líder de la fuerza más votada de la derecha logrando 9 escaños más que Albert Rivera. Vox, formación que surgió del PP, se ha quedado en 24 escaños, menos de los que pronosticaban los sondeos.

Pese a que la diferencia entre PP y Cs es escasa, el jefe de los conservadores fue insistente en esta idea, en la de que ostenta el liderazgo de la derecha. También, en culpar a sus socios de la 'foto de Colón' de haber contribuido a la fragmentación de este espacio ideológico.

"El reflejo de una estrategia errónea"

Casado, que asumió las riendas del PP a finales del pasado mes de julio en el congreso extraordinario de sucesión de Mariano Rajoy, heredó un Grupo Parlamentario Popular compuesto por 137 escaños. En su primera gran cita ante las urnas –hubo andaluzas en diciembre– deja al PP en 66 escaños menos en el Congreso, una cifra que no reflejaba ni las peores encuestas. 3,5 millones de votos menos. "Es brutal". "Un fracaso en toda regla". "El reflejo de una estrategia errónea". Son algunas reacciones de las conversaciones de infoLibre con dirigentes del partido. Antes de que Casado compareciese ante la prensa, fuentes del partido intentaban lanzar un mensaje de tranquilidad. "Ciudadanos ha sido refugio del centroderecha de algunos que han temido a Vox", señalaban las citadas fuentes. Una afirmación que encerraba en sí misma el reconocimiento del fracaso de la estrategia del partido.

Asimismo, intentaban borrar todo tipo de dudas sobre el futuro de Casado. Aseguraban que su liderazgo no se ha resentido. Y que el partido "va a saber estar". Con las elecciones autonómicas y municipales a la vuelta de la esquina es bastante probable que nadie en el PP se atreva a alzar la voz y que esto pueda abrir una crisis interna de consecuencias impredecibles. Casado no hizo una solo alusión a su futuro en la comparecencia.

El PP de Casado, el que se supone más cercano a los “principios y valores” tradicionales del partido ha cosechado el peor resultado de la historia de la formación conservadora. En 1989, José María Aznar se hizo con 107 asientos en el Congreso (25,79%). Había mejorado en dos la marca de Manuel Fraga en 1986, cuando logró 105 actas (25,97%) bajo la marca de Alianza Popular.

En el extremo opuesto, están los 186 escaños de Mariano Rajoy en 2011, el mejor resultado de la historia del PP.

Derechización y olvido del centro

Convencido de que el PP necesitaba un giro a la derecha –decía que los resultados de Andalucía lo ratificaron–, Casado se volcó en competir directamente con Vox. En olvidarse del centro. El resultado fue exageraciones en el mensaje y una sobreexposición del líder, algo que amplificaba cualquier traspiés.

La nueva etapa que inauguró Casado en el PP también se ha visto en el equipo que diseñó: a su medida, tanto en Génova como en las listas electorales. Unos fichajes que borraron de la primera línea al grueso de los dirigentes que en la última fase del Congreso apostaron por Soraya Sáenz de Santamaría. El aznarismo regresó al partido conservador entre fuertes críticas de sectores de la formación que advertían de que llevar los mensajes al extremo no era nada bueno y que el PP había conseguido sus grandes mayorías apostando por el centro político.

Tercera fuerza en Madrid

Por territorios, el golpe es también muy considerable: el PP es tercera fuerza en Madrid, en Catalunya sólo obtiene el escaño de Cayetana Álvarez de Toledo (Barcelona) y se queda sin representación en Euskadi. Esto último supone que Javier Maroto, número tres del partido, se queda sin escaño.

El líder el PP vasco, Alfonso Alonso, valoró los resultados pidiendo un claro giro al centro: "Ha sido un resultado malo, en España y también en el Pais Vasco. Es necesario hacer una reflexión, y volver a plantear una alternativa centrada, abierta y moderna".

 

En Andalucía, PP y Cs empatan a 11 escaños. Pero el partido naranja está por delante en votos. 

Por su parte, el líder del PP Gallego, Alberto Núñez Feijóo, dio las gracias a los votantes y asegurando que siente mucho "la decepción", señaló que el partido se pone a trabajar para recuperar los apoyos perdidos.

 

El gallego se autodescartó del proceso de sucesión de Rajoy. Pero en las próximas semanas verá cómo muchas de las miradas se dirigen hacia él. No obstante, el PP gallego pierde la primera posición en escaños de sus circunscripciones en el Congreso. Pasa de 12 a 9. Y le supera el PSOE con 10 actas. Ciudadanos logra dos escaños. Cero Vox, lo que para el PP de Feijóo es un éxito.

La plana mayor del PP, el Comité de dirección, se reúne este lunes para analizar los resultados. El Comité Ejecutivo Nacional, órgano en que están presentes los barones territoriales, ha sido convocado el martes. La estrategia de los conservadores parece clara: culpar a Cs y Vox de la fragmentación y advertir al PSOE de que se equivocará si pacta con los independentistas. "Espero que pueda llegar a acuerdos de gobernabilidad sin los independentistas", dijo Casado tras felicitar a Sánchez y al PSOE, "un gran partido".

Preparado el balcón de las grandes celebraciones

Casado llegó a Génova, sede nacional de los conservadores poco antes de las 19.00 horas para seguir junto a sus colaboradores el recuento de los votos. La sede del partido estaba preparada como las noches de las grandes victorias. El balcón, listo para que el líder saliese a saludar a simpatizantes y militantes después de que se conozca el resultado. También, potentes equipos de luces y sonido. A las 22.30, cuando ya se conocía el desastre, no había nadie a las puertas del partido.

Los primeros números que llegaron a Génova fueron los de la encuesta de GAD3 para las televisiones públicas que les ubicaba en una horquilla de 69-73 escaños y sin posibilidad de sumar con los escaños de Cs (48-49) y Vox (36-38).

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La reacción oficial fue salir a pedir cautela. Ya, en privado, los dirigentes conservadores subrayaban que, de confirmarse los resultados de las encuestas, habrían fracasado las apelaciones de Casado al voto útil. "Es el precio que tiene dividir el voto", señalaba un veterano dirigente.

Fue el número dos del PP, Teodoro García Egea, el encargado de hacer la primera reacción oficial al filo de las 21.00 horas. "La mejor encuesta es la de las urnas. Vamos a esperar", dijo. La realidad fue peor que las encuestas.

Al mismo tiempo, destacó que, con los sondeos en la mano, se podía traducir en un "escenario de ingobernabilidad". 

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