Pura batalla electoral. Los españoles van el próximo 28 de mayo a elegir a sus alcaldes y, además, en doce autonomías se juega el Gobierno regional. La primera gran prueba de fuego de este adrenalínico ciclo electoral que acabará con las generales de finales de año. Y todo lo que se dice y se hace está pensando para captar un voto para la urna.
El Partido Popular a nivel nacional no está consiguiendo marcar la campaña con ninguna de las propuestas que ha lanzado y en mitad del debate no está ni su programa marco ni ninguna iniciativa concreta para los españoles. Alberto Núñez Feijóo y su cúpula se mueven y están desplegando estos días su relato electoral centrado con una idea: “derogar el sanchismo”.
El debate del pasado martes en el Senado entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo y la sesión de control del miércoles en el Congreso con la intervención de Cuca Gamarra contra el presidente sirven de guía para ver la estrategia de los populares para este campaña. Y el principal objetivo que tienen es hacer de Pedro Sánchez una causa general, su principal argumento es que hay que desbancar al presidente de La Moncloa.
Recrean una imagen de Sánchez: "palacios", 'fake news'
La mayoría de la intervención de Feijóo, como la de Gamarra, fue destinada a hacer un retrato de supuesto poder “personalista” de Sánchez. Lo presentan como el “yo, yo, yo”. Sus principales argumentos son de carácter personal. El líder del PP apenas hizo alguna crítica a las medidas puestas en marchar por el Gobierno para paliar los efectos económicos de la guerra de Ucrania, que era el motivo de esa comparecencia.
Además, Feijóo como Gamarra (números uno y dos del Partido Popular) también intentan sembrar dudas e incluso se aferran a fake news, deslizando en las Cortes Generales teorías conspirativas como que el presidente del Gobierno ha cambiado su postura respecto a Marruecos por el supuesto material personal de su móvil que podría tener el país vecino por el espionaje de Pegasus.
El intento del PP pasa por buscar una imagen de Gobierno derrochador y poco trabajador para que cale en el imaginario colectivo. Por ejemplo, Feijóo llegó a acusar a Sánchez de sólo actuar en Doñana para arreglar “su palacio” (las Marismillas pertenece a Parques Nacionales y ha sido utilizado por todos los presidentes anteriores). Como también lanzó el líder popular, y luego Gamarra, la crítica de que la ministra de Justicia, Pilar Llop, se fue “de feria”. Una crítica que contrasta con la propia actitud de Feijóo, que estuvo el pasado domingo en el Real de la Feria de Abril, o la de Juanma Moreno, que también se han paseado estos días por el evento. Los populares, en cambio, no recuerdan por ejemplo la imagen de Soraya Sáenz de Santamaría bailando sevillanas en 2015.
El PP también quiere placar las promesas de vivienda de Pedro Sánchez (con 183.000 inmuebles proyectados) tirando de expresiones como las de Alberto Núñez Feijóo de: “Es el milagro de los pisos y los vinos”. Gamarra también lanzó sus chanzas en el Congreso: “Hay apuestas sobre cuántas viviendas anunciará hoy”.
Desgastar la coalición
Los populares asimismo tienen una estrategia estas semanas: presentar al presidente del Gobierno como un mentiroso. En la Cámara Alta, Feijóo lanzó contra el presidente que lleva “400 días ocultando información sobre la participación de España” en la guerra de Ucrania. También el ‘número tres’ del PP, Elías Bendodo, ha soltado ante los micrófonos que Sánchez está haciendo “campaña” en Doñana “basada en mentiras”.
El partido también ha recuperado un hit de la época de Mariano Rajoy: el PP o el caos. La portavoz del PP en el Congreso ha vuelto a la carga con esa idea denunciando el “caos” en el Ejecutivo de coalición: “Y entre todos derogaremos el sanchismo, que es lo que hace falta en España para enderezar el rumbo de un Gobierno en descomposición”.
Esta idea también es uno de los argumentos principales de Feijóo en estas semanas de precampaña, poniendo en negativo las sumas de partidos: “Su Gobierno está roto, cuenta con más de veinte siglas, se insultan en prime time y no son capaces de pactar los principales asuntos de Estado”. “Me avergonzaría tener un Gobierno como el suyo”, ha llegado a decir.
Los populares en paralelo intentan ir abonando el terreno para erosionar al PSOE si logra, después de las elecciones, formar Gobierno con una mayoría de investidura sin ser la primera fuerza, algo que ya utilizaron después de la moción de censura a Mariano Rajoy. Feijóo ha ido sembrando la idea de que Sánchez no sale a ganar las elecciones, sino a pactar con el resto de fuerzas. Con el relato de convertir las elecciones del 28M en un tema nacional y lamentando que haya un “Podemos uno” y un “Podemos dos”, con la “marca blanca” de Yolanda Díaz.
Los candidatos autonómicos, a por Sánchez
El PP busca que esas críticas de su cúpula sean también la estrategia principal entre sus candidatos, con Isabel Díaz Ayuso como principal exponente: “Mi rival es Pedro Sánchez”. En la Comunidad Valenciana, el aspirante popular, Carlos Mazón, sigue la estela de ganar votos criticando al presidente del Gobierno: “Ya está bien de que se ría de nosotros”. Y en Aragón Jorge Azcón lucha por la Presidencia con expresiones como: “Los socios del Gobierno Frankenstein nos producen repugnancia”, “Sánchez busca comprar tiempo en La Moncloa a costa de nuestra democracia”.
Ver másGamarra denuncia el "caos" en el Gobierno y Sánchez presume de gestionar mejor que el PP: "Y no lo soportan"
Los populares no sólo se fijan en el Gobierno, sino que incluso quieren ahora a través del PPE erosionar la imagen del comisario de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevicius, que se ha mostrado tajante en contra de los planes del PP y Vox para legalizar los regadíos ilegales en el parque nacional de Doñana. Manfred Weber, líder de los populares europeos, sostuvo esta semana: “Estamos extremadamente sorprendidos por el comportamiento de la Comisión Europea en el caso de Doñana. Tengo que ser muy claro, vemos al comisario con una camiseta roja, haciendo campaña para Sánchez en vez de presentarse como alguien que busca soluciones”. Un dardo contra España, pero también contra la propia presidenta de la CE, Ursula Von der Leyen, conservadora.
Esto ha provocado un fuerte malestar en La Moncloa y en el PSOE. Según fuentes socialistas, el Partido Popular “está empeñado en dejar la imagen de España por los suelos en el resto del mundo”. “Atacan a la ciencia, al sentido común, al Gobierno de España y ahora a la Unión Europea. Todo para no reconocer la atrocidad medioambiental que quieren cometer en Doñana”, indican. ·No vamos a dejar que está combinación de soberbia e ignorancia del PP la termine pagando una joya patrimonio de la Humanidad como Doñana. Usaremos todos los resortes políticos y legales para salvar Doñana de las garras de un PP echado al monte del negacionismo climático que pregona la ultraderecha de sus socios de Vox”, remachan.
El PP intenta con todas estos ataques, reproches y dudas sobre Sánchez construir su discurso electoral tras no haber hecho calar ni una promesa electoral concreta. El programa marco del Partido Popular para el 28M apenas concretaba y no se metía en ningún charco ideológico, en tanto que el intento de medidas de vivienda de Feijóo no ha marcado la agenda. Lo fían todo al concepto de "derogar el sanchismo".
Pura batalla electoral. Los españoles van el próximo 28 de mayo a elegir a sus alcaldes y, además, en doce autonomías se juega el Gobierno regional. La primera gran prueba de fuego de este adrenalínico ciclo electoral que acabará con las generales de finales de año. Y todo lo que se dice y se hace está pensando para captar un voto para la urna.