El grueso del PP tiene este sábado dos cosas claras: que no pueden ceder a las presiones de quienes exigen que Mariano Rajoy se aparte tras fracasar en la sesión de investidura y que el anuncio de la propuesta de José Manuel Soria para un puesto ejecutivo en el Banco Mundial es, tirando por lo bajo, poco estética. Así lo sostienen en privado el grueso de los dirigentes conservadores consultados por infoLibre. Pero el discurso oficial, el de la dirección nacional del partido es otro. Fue la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, la encargada de defender, visiblemente incómoda, un asunto que el Gobierno zanjó con un comunicado del Ministerio de Economía sin explicación previa.
Cospedal intentó circuncribir la propuesta de Soria a la normalidad. Esos puestos, dijo, los tienen que cubrir funcionarios, técnicos comerciales del Estado, y Soria lo es. "Tiene condición de funcionario y vuelve a la carrera", dijo. "No dejarle que trabaje en un puesto de su carrera, tampoco lo entiendo demasiado", llegó a decir antes de asegurar que ella no conocía "ninguna acusación de corrupción, ni nada del estilo" hacia el señor Soria.
El exministro de Industria se vio obligado a renunciar a su cargo el pasado abril después de conocerse que había sido administrador junto a su hermano Luis de una sociedad en la isla británica de Jersey: la compañía Mechanical Trading Limited. La documentación a la que tuvo acceso en su día el diario El Mundo desvelaba que, cuando se disolvió Mechanical Trading Limited en el año 2002, "los dos administradores, que hasta ese momento permanecían camuflados bajo un entramado fiduciario, firman bajo su propio nombre". La firma de Soria aparece en la disolución, con fecha de 27 de noviembre de 2002. Por entonces él era alcalde de Las Palmas. Se trataba de una información más que ponía de manifiesto que Soria no había dicho en un principio la verdad sobre su relación con empresas en paraísos fiscales.
Preguntada por cómo afecta esta decisión al pacto con Ciudadanos, que el PP se empeña en preservar, Cospedal señaló que, en este caso "no estamos hablando de un tema de regeneración [...] porque no tiene nada que ver con ese tema", añadió. Y sobre el hecho de que el anuncio se hiciese este viernes cuando se cerró el pleno de investidura, defendió que era el último día de plazo para presentar la candidatura.
Preguntada sobre si el Gobierno iba a rendir cuentas en el Congreso de los Diputados de esta propuesta para el organismo internacional, tal y como reclaman PSOE, Ciudadanos y Podemos, Cospedal echó balones fuera: "Yo no soy la portavoz del Gobierno como ustedes saben y pueden imaginar". Un daro dirigido hacia la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría que la noche anterior se había desvinculado del nombramiento.
Malestar en barones y dirigentes
El malestar, no obstante, va más allá de las conversaciones privadas. Dos destacados dirigentes del PP, con peso institucional, dejaron claro este sábado a su llegada al Comité Ejecutivo Nacional del PP que se desmarcaban de esa decisión del Gobierno que salió a la luz justo cuando Mariano Rajoy fracasaba en la segunda votación para ser investido presidente. Uno de los cargos conservadores que dejaba entrever su perplejidad fue el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera.
En esta ocasión, Herrera no pidió a Rajoy que se mire al espejo. Es más, señaló que no tiene por qué dar un paso atrás. Pero sobre el caso que afecta a Soria no ocultó su perplejidad. "Mi opinión política de Soria es manifiestamente mejorable", respondió a una pregunta de laSexta.
En la etapa en la que Soria era ministro de Industria, el líder de los conservadores de Castilla y León fue muy crítico con él por sus políticas relacionadas con el carbón. Herrera llegó incluso a quejarse del trato de Industria a su región en reuniones de los órganos internos del partido apuntando a que los resultados electorales en Castilla y León había que entenderlos en ese contexto.
Por su parte, Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, no quiso entrar al fondo de la cuestión. "Lo tendrá que explicar quien lo ha nombrado", señaló a preguntas de los periodistas. Lo mismo sostienen otras fuentes del Gobierno, que apuntan a Luis de Guindos como máximo responsable de la decisión.
Después, a puerta cerrada, el tema se convirtió en tabú y ningún dirigente del PP lo sacó a relucir.
En todo caso, la propuesta de Soria, que dejó el Gobierno por verse implicado en el escándalo de los papeles de Panamá, debe contar con el visto bueno de Mariano Rajoy. Nada de lo que pasa en el PP o en el Ejecutivo escapa a su control.
Ver másEl Gobierno intenta colocar al exministro Soria en el Banco Mundial
Comunicado de Economía
La noticia llegó vía comunicado. El Ministerio de Economía aseguró que para optar al puesto de director ejecutivo del Banco Mundial, "un organismo de alta importancia en la esfera internacional", se requieren candidatos con "una elevada cualificación para ejercer la representación de los países que se rigen por los acuerdos de rotación", motivo por el que han escogido a José Manuel Soria. A juicio de Economía, cumple con "el criterio de idoneidad y el historial de servicio público, así como la experiencia en las materias que corresponden".
"José Manuel Soria tiene una dilatada experiencia sobre todo en la Administración Pública, aunque también en el ámbito docente y en el sector privado", aseguran en el comunicado, donde también destacan que "ha sido ministro de Industria, Energía y Turismo durante la X Legislatura y ha desempeñado diferentes puestos de responsabilidad en el Ministerio de Economía, en especial, en el área de Comercio Exterior".
El grueso del PP tiene este sábado dos cosas claras: que no pueden ceder a las presiones de quienes exigen que Mariano Rajoy se aparte tras fracasar en la sesión de investidura y que el anuncio de la propuesta de José Manuel Soria para un puesto ejecutivo en el Banco Mundial es, tirando por lo bajo, poco estética. Así lo sostienen en privado el grueso de los dirigentes conservadores consultados por infoLibre. Pero el discurso oficial, el de la dirección nacional del partido es otro. Fue la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, la encargada de defender, visiblemente incómoda, un asunto que el Gobierno zanjó con un comunicado del Ministerio de Economía sin explicación previa.