Han tenido que pasar casi dos meses y medio desde las elecciones generales del 28 de abril para que Pedro Sánchez ponga en marcha la negociación con Unidas Podemos (UP) de un programa de gobierno. La ejecutiva socialista aprobó este lunes por unanimidad un documento de 38 páginas que sintetiza las prioridades del PSOE para la legislatura —lo quiere utilizar como base para negociar con los de Pablo Iglesias— y respaldó igualmente la estrategia de Sánchez para gobernar: un ejecutivo socialista “monocolor” con independientes sugeridos por UP y puestos de segundo nivel en la administración para miembros de la coalición de Iglesias.
La presidenta del PSOE, Cristina Narbona, justificó la tardanza en plantear una negociación de propuestas concretas —que se ha demorado tanto que sólo quedan dos semanas ates d ella investidura— responsabilizando a Iglesias. El líder de UP dio prioridad al formato del gobierno —que él quiere de coalición, con miembros de su partido en el Consejo de Ministros— frente al programa político, señaló Narbona. “Lo hemos entendido”, pero ese planteamiento “tiene un límite” cuando se acerca la fecha de la investidura.
La difusión del documento —una síntesis del programa electoral socialista— anticipa la reunión que este martes celebrarán en el Congreso Sánchez e Iglesias para intentar desbloquear las negociaciones y llegar a la investidura con una posición común. Una comisión coordinada por la portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, e integrada por la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, Luz Martínez Seijo, secretaria de Educación y Universidades de la ejecutiva socialista, y Francisco Salazar, secretario de Acción Electoral del PSOE y parte del núcleo más próximo a Sánchez en La Moncloa, estará desde el martes a disposición de Unidas Podemos para empezar a hablar de contenidos programáticos.
El formato del gobierno, sin embargo, seguirá dependiendo de lo que decidan Sánchez e Iglesias, si bien la decisión de la Ejecutiva socialista de respaldar la propuesta de su líder sugiere que el candidato a la investidura no está dispuesto a llevar más allá su oferta de un gobierno de cooperación con ministros independientes nombrados a partir de las sugerencias que plantee UP. Ni hablar de la coalición que insiste en reclamar la formación de Pablo Iglesias.
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La oferta del PSOE incluye, además de esos independientes, la entrada de miembros de Unidas Podemos en los segundos niveles de la administración — lo que incluye secretarías de Estado, direcciones generales, altos comisionados y presidencias de agencias y empresas publicas, muchas de ellas con grandes presupuestos— pero en ningún caso asientos en el Consejo de Ministros. El motivo sigue siendo que los socialistas temen la creación en la práctica de dos gobiernos y la dificultad de mantener un criterio único en asuntos sobre los que PSOE y UP discrepan profundamente, como la solución de la crisis territorial catalana, la política exterior o el desafío migratorio. Los socialistas desconfían de la disposición de los de Iglesias a someterse a la disciplina y al liderazgo de Sánchez.
El documento planteado a UP será, explicó Narbona, la base del discurso de investidura que planteará Sánchez el 22 de julio e incluye, entre otros compromisos, la eliminación de los aspectos más lesivos de la reforma laboral del PP, el blindaje de las pensiones o la reforma fiscal con la que el PSOE quiere financiar la recuperación del Estado de bienestar tras años de recortes del PP.
En cualquier caso, insistió Narbona, el PSOE con quien quiere llegar a acuerdos es con UP y no con PP y Cs, a los que únicamente pide que se abstengan para desbloquear la formación del único gobierno posible de acuerdo con el resultado de las elecciones.
Han tenido que pasar casi dos meses y medio desde las elecciones generales del 28 de abril para que Pedro Sánchez ponga en marcha la negociación con Unidas Podemos (UP) de un programa de gobierno. La ejecutiva socialista aprobó este lunes por unanimidad un documento de 38 páginas que sintetiza las prioridades del PSOE para la legislatura —lo quiere utilizar como base para negociar con los de Pablo Iglesias— y respaldó igualmente la estrategia de Sánchez para gobernar: un ejecutivo socialista “monocolor” con independientes sugeridos por UP y puestos de segundo nivel en la administración para miembros de la coalición de Iglesias.