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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

El PSOE confía en que Podemos apoye sus iniciativas en el Congreso pese al reforzado poder de Iglesias

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Ibon Uría

La bancada socialista del Congreso observa estas semanas con atención los cambios en sus escaños vecinos: los de Unidos Podemos. La formación morada celebró su segundo congreso, Vistalegre II, hace apenas quince días, y reforzó en esa cita el poder de su líder, Pablo Iglesias. En los últimos días Iñigo Errejón ha perdido la portavocía del grupo parlamentario y se ha visto relegado a la tercera fila de escaños, mientras que Irene Montero –de la máxima confianza Iglesias– se ha convertido en la nueva número dos. El PSOE cree que Podemos se ha radicalizado, pero confía en seguir teniendo su apoyo en la Cámara baja.

Los socialistas son conscientes de que sólo tienen dos caminos para hacer prosperar sus iniciativas en el Congreso. La primera es pactarlas con el PP. Esa gran coalición entre conservadores y socialistas ya se ha producido, en lo que va de legislatura, en materias como la subida del salario mínimo, el mecanismo de devolución de las cláusulas suelo, la financiación del bono social para consumidores de energía eléctrica, el objetivo de estabilidad presupuestaria, el reparto de déficit entre administraciones... más de una veintena de votaciones relevantes en el Pleno de la Cámara, como informó este diario.

Esta vía, sin embargo, no satisface a todos los sectores de un PSOE metido de lleno en la preparación del Congreso Federal previsto para junio –o lo que es lo mismo, en una lucha por el liderazgo– y donde los dos aspirantes declarados hasta la fecha, Pedro Sánchez y Patxi López, reivindican un giro a la izquierda. Muy especialmente Sánchez, abanderado del no a Rajoy y que acusa a la gestora de dejar al PSOE en tierra de nadie con sus reiterados pactos con el partido de Rajoy. Pero también el exlehendakari, que reclama un PSOE de "izquierda exigente" que no se dedique exclusivamente a arañar pequeñas victorias a los conservadores.

Entendimiento con Podemos

Cuando Iglesias ganó a Errejón en Vistalegre II, la gestora socialista proclamó por boca de Mario Jiménez la victoria del "pablismo-leninismo", anunció la era de las "juventudes comunistas" en el partido morado y lo acusó de virar hacia la "radicalidad" y la "extrema izquierda", rompiendo "todos los puentes" con las instituciones. "Va a ser muy difícil trabajar juntos, porque el proyecto que ha sido ratificado en Vistalegre es el del alejamiento de la posibilidad de encontrarse en las instituciones". Cargos del PSOE andaluz sostuvieron que la victoria de Iglesias complicaba "cualquier posible acuerdo".

Pero, declaraciones al margen, el PSOE sabe que para no depender del PP y apuntarse tantos en el Parlamento, para gobernar desde la oposición y crujir a Rajoy –como pronosticó Eduardo Madina–, sólo le queda un segundo camino: llegar a acuerdos con Podemos. Antes de Vistalegre II, socialistas y morados votaron juntos contra el PP en más de quince ocasiones. La duda es si el nuevo Podemos se alejará o no del PSOE definitivamente. Cargos socialistas afines a la gestora y a la actual dirección del grupo parlamentario confían en que eso no suceda y pronostican, de hecho, que seguirán votando juntos en multitud de ocasiones.

"Podemos dice que va a priorizar la calle, pero tampoco puede abandonar el Congreso. No pueden desentenderse de todo lo que pasa aquí", dice un diputado socialista con larga experiencia en el hemiciclo. Tanto él como compañeros de bancada preguntados por este diario creen que "con algunas medidas no podrán esquivar" apoyar al PSOE, porque con independencia de los discursos "hay coincidencias en los programas" en distintos aspectos. Así que, aunque el tono entre socialistas y morados pueda ser duro, "a la hora de la verdad acabaremos votando juntos muchas veces", apuntan fuentes socialistas.

Lo que sí esperan en el PSOE es que el nuevo Podemos "radical" de Iglesias "endurezca su discurso": "Van a insistir más aún en la idea de la triple alianza, pondrán más el foco sobre los pactos que cerremos [con el Gobierno], pero no creo que vayan más allá", dice una diputada socialista. Hay otra cuestión que tranquiliza a sector oficialista del PSOE: creen que es para ellos "un milagro que haya ganado Pablo", porque su discurso es "mucho menos atractivo" para el votante "tradicional" del PSOE. "Errejón habría sido letal para nosotros, pero claro, cuando un rival se equivoca y elige al malo no se le corrige", comenta esta fuente.

Iglesias no cambia de estrategia

¿Y qué opinan de esta cuestión los dirigentes del grupo morado? Fuentes del círculo de confianza de Pablo Iglesias consultadas por infoLibre confirman, por su parte, que no hay previstos grandes cambios de estrategia, más allá de matices en el discurso o del mayor o menor poder que atesoren determinadas figuras: "Nuestra oposición será la misma", dice un cargo próximo al secretario general. "Seguiremos haciendo nuestra labor parlamentaria y nuestro papel como oposición en función de nuestro programa", apunta una dirigente del entorno de Iglesias, informa Daniel Ríos.

Estas voces siguen mostrando disposición a pactar con los socialistas –"si se puede llegar a acuerdos puntuales, bien", dicen– pero, tal y como se esperan en el propio PSOE, también pronostican que emplearán un discurso duro para afear al PSOE que sea "un aliado del Gobierno". "Denunciaremos que el PSOE hace de aliado del PP en todo lo importante y en eso no nos temblará la voz, claro", dicen fuentes de Podemos, donde se acusa a los socialistas de pactar con ellos las proposiciones no de ley, que "no tienen incidencia real y son un gesto a la galería", y de cerrar pactos con Rajoy "por fuera del parlamento".

Goteo de acuerdos

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En los primeros compases del Podemos post Vistalegre II, el goteo de votaciones conjuntas con los socialistas no se ha detenido. En el pleno de la semana pasada, el PSOE respaldó una proposición no de ley del grupo de Iglesias para la creación de un poco bancario público –que fue derrotada por la alianza PP-Ciudadanos–, aunque votó junto al PP en dos cuestiones: una moción sobre la "falta de previsión del Gobierno" a la hora de afrontar el temporal de frío y nieve de principios de febrero y la trasposición de una directiva europea sobre contratos del sector público.

En las sesiones parlamentarias de esta semana, finalmente, PSOE y Unidos Podemos votaron juntos a favor de la toma en consideración de una proposición de ley de ERC para reformar y recuperar la justicia universal y también en una moción que los independentistas catalanes transaccionaron con los socialistas, relativa al valor catastral de construcciones rústicas y agrícolas. En los últimos siete días no ha habido votaciones en el Pleno donde PP y PSOE hayan unido sus votos en contra del grupo morado.

 

La bancada socialista del Congreso observa estas semanas con atención los cambios en sus escaños vecinos: los de Unidos Podemos. La formación morada celebró su segundo congreso, Vistalegre II, hace apenas quince días, y reforzó en esa cita el poder de su líder, Pablo Iglesias. En los últimos días Iñigo Errejón ha perdido la portavocía del grupo parlamentario y se ha visto relegado a la tercera fila de escaños, mientras que Irene Montero –de la máxima confianza Iglesias– se ha convertido en la nueva número dos. El PSOE cree que Podemos se ha radicalizado, pero confía en seguir teniendo su apoyo en la Cámara baja.

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