Los socialistas mantienen su discurso en público: trabajarán hasta el último minuto por investir a Pedro Sánchez con los votos de Podemos y Ciudadanos, y a poco más de diez días de la última y definitiva ronda de contactos anunciada por Felipe VI antes de que se disuelvan las Cortes y se convoquen elecciones, afirman que hay alguna posibilidad de que eso suceda. Pero en privado incluso dirigentes próximos a Sánchez admiten su pesimismo y trabajan ya con la hipótesis de una repetición de las generales en junio. Y eso obliga a poner en marcha de nuevo la maquinaria electoral, incluida la elección de candidato.
Cargos socialistas consultados por infoLibre señalan que se convocará al Comité Federal –máximo órgano entre congresos– a finales de mes, para que el proceso para designar al cabeza de lista para el 26-J se desarrolle cuanto antes. Las reuniones del comité se celebran habitualmente los sábados y, aunque todavía no hay tomada ninguna decisión definitiva al respecto, la fecha más probable es la del 30 de abril. Fuentes del PSOE explican que el objetivo es acortar los plazos, pero también no asumir en público que se repiten elecciones hasta que no sea estrictamente necesario, y eso pasa por esperar a después de las últimas consultas del rey.
"Vamos a apurar esta semana y media y a agotar todas las posibilidades, aunque esto ya tiene muy mala pinta", comenta un cargo regional cercano a Sánchez. "Nuestro relato ha sido hacer todo lo posible por u pacto, así que ahora no vamos a ser los primeros en tirar la toalla –añade–. El proceso interno se activará tras la ronda del rey". Esta fuente recuerda que la línea de la dirección federal ha sido, desde el 20-D, supeditar el calendario orgánico a los tiempos de la formación de Gobierno –"primero España, luego el partido", ha repetido durante estos meses César Luena, secretario de Organización–, y apunta que esa tónica se mantendrá.
Sánchez no tendrá rival
Como publicó infoLibre a principios de abril, Pedro Sánchez repetirá como candidato con seguridad. La única persona capaz de plantar cara al actual secretario general con ciertas garantías de éxito sería la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que mantiene por ahora su decisión de reservarse para dar la batalla, llegado el caso, en el 39 Congreso Federal del partido, donde se elegirá al nuevo secretario general. La aspiración de Díaz no es ser candidata a la Moncloa sino tomar las riendas del PSOE. Y eso pasa por plantar cara en el citado cónclave, que está aplazado y sin fecha hasta que haya nuevo Gobierno.
La argumentación del entorno de la líder andaluza es que es "disparatado presentarse" a unas primarias donde, como máximo, lograría encabezar la lista de un partido que aún controlado por el equipo de Pedro Sánchez. Esa maniobra, además, le obligaría a abandonar a toda prisa la Presidencia de la Junta, algo que no contempla. Con Díaz descartada, en el partido dan por seguro que el secretario general no tendrá rivales de entidad. Se repetirá así la situación de junio de 2015: había convocadas primarias, pero de los cuatro precandidatos sólo Sánchez logró los avales necesarios. El proceso electoral interno no se abrió y las bases jamás llegaron a votar.
Sin tiempo para primarias
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Ahora el PSOE deberá afrontar, además, otra decisión: si modifica su reglamento de primarias para diseñar una versión exprés que permita al menos iniciar el proceso –aunque Sánchez no tenga rival y nunca llegue a haber una votación– o si suprime por completo la elección por parte de las bases del candidato a la Moncloa. En ese caso, sería el Comité Federal el órgano que asumiría la designación del cabeza de lista. Pero a preguntas de este diario, varios cargos socialistas consideran que la más probable es la primera hipótesis, y añaden además que este asunto no es "conflictivo" ni provoca "tensiones" internas.
"Vamos a respetar los procesos internos. Por cortos que sean los tiempos podemos convocar unas primarias y lo vamos a hacer", dice un miembro de la dirección de una federación afín al secretario general. estas mismas voces insisten en que no habrá "ni ruido ni problemas" para elegir nuevamente a Sánchez y añaden que el partido ha "aprendido" a "hacer procesos internos con rapidez y agilidad" en referencia, por ejemplo, a la consulta a las bases sobre el pacto con Ciudadanos. Fuentes de federaciones críticas con la dirección federal del PSOE, por su parte, aseguran que todavía "no han sido consultadas" sobre un posible proceso de primarias abreviado.
Porque lo evidente es que con el actual reglamento en la mano no hay tiempo para celebrar unas primarias. Según los plazos que marca la Ley Orgánica del Régimen Electoral, para concurrir a las hipotéticas generales del 26 de junio los partidos tendrían que presentar sus listas entre el 18 y el 23 de mayo, de modo que entre la convocatoria oficial el 2 de mayo y ese tope habría apenas 20 días. Las normas internas del PSOE, en cambio, establecen tiempos mucho más largos para las primarias: los aspirantes, por ejemplo, disponen de un mínimo de diez días para recoger avales, seguidos de "un mínimo de 15 días" para hacer campaña y otros veinte para que los no militantes del partido puedan inscribirse para participar en la elección. Las primarias en las que se elegió a Sánchez, sin ir más lejos, estaban diseñadas para durar dos meses: algo del todo incompatible con los plazos extraordinariamente breves de los que dispondrían los socialistas si se confirma que se repiten las generales.
Los socialistas mantienen su discurso en público: trabajarán hasta el último minuto por investir a Pedro Sánchez con los votos de Podemos y Ciudadanos, y a poco más de diez días de la última y definitiva ronda de contactos anunciada por Felipe VI antes de que se disuelvan las Cortes y se convoquen elecciones, afirman que hay alguna posibilidad de que eso suceda. Pero en privado incluso dirigentes próximos a Sánchez admiten su pesimismo y trabajan ya con la hipótesis de una repetición de las generales en junio. Y eso obliga a poner en marcha de nuevo la maquinaria electoral, incluida la elección de candidato.