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El debate de investidura

PSOE y UP maniobran para culparse mutuamente del fracaso de las negociaciones

La portavoz del PSOE, Adriana Lastra, conversa con un grupo de periodistas en el Congreso de los Diputados.

Fracasados los sucesivos intentos para ponerse de acuerdo sobre el formato del nuevo gobierno, que Pedro Sánchez quiere monocolor y que Pablo Iglesias desea de coalición, PSOE y Unidas Podemos se aplicaron este jueves a la tarea de convencer a la opinión pública de que la culpa del fiasco de las negociaciones es del otro. La batalla por imponer el relato de lo ocurrido ha comenzado.

La portavoz parlamentaria de Podemos, Irene Montero, negó que Iglesias pidiese a Sánchez una Vicepresidencia con el argumento de que “ojalá” los contactos hubiesen llegado a ese punto. Según ella, el bloqueo es consecuencia de la posición “inamovible” del presidente en funciones, que no dudó en calificar de “amenaza” y “chantaje”. “El PSOE nos quiere llevar a una investidura fallida sin negociar nada con nadie”, lamentó.

Su homóloga socialista, Adriana Lastra, acusó a su vez a UP de estar difundiendo informaciones que “no son ciertas”, como que Sánchez hubiese ofrecido una Vicepresidencia a Albert Rivera cuando el PSOE pactó con Ciudadanos la fallida investidura de 2016. “Eso daña una negociación, es estéril”, se quejó.

PSOE y UP lo saben. De hecho llevaban semanas evitando divulgar detalles sobre la negociación, pero la política de contención ha terminado. Este miércoles siguieron difundiendo sus respectivas versiones contradictorias sobre las reuniones entre Sánchez e Iglesias, las únicas que han tenido lugar entre ambos partidos desde que se celebraron las elecciones generales, hace ya dos meses y medio.

“Si no es un problema de nombres, ¿dónde está el problema?”, declaró Lastra a la Cadena SER, tratando de hacer ver que UP lo único que quiere son puestos en el Consejo de Ministros por “intereses partidistas”.

Montero, en cambio, reprochó a los socialistas que lo único que quieran es recibir el apoyo de Unidas Podemos sin hablar de la composición del gobierno. Esa es una estrategia “fallida” y, al final, Sánchez se tendrá que abrir a las exigencias de Podemos, considera.

Lastra y Montero protagonizaron los reproches del día pero aún así evitaron cuidadosamente dar la imagen de que son un obstáculo para alcanzar un acuerdo. De hecho, después de que la portavoz de UP dijese en la radio que estaba disponible para reunirse y negociar —una negociación “integral, sin vetos y sin exclusiones”—, la número dos del PSOE anunció su intención de llamarla para fijar una cita.

Todo formalmente constructivo, pero inútil. Fuentes socialistas confirmaron horas más tarde que el contacto telefónico sólo había servido para mantener “una vía abierta de comunicación”. Pero sin concretar ningún encuentro. El diálogo sigue paralizado. Según el PSOE, porque Unidas Podemos se niega a empezar a discutir un acuerdo programático. Según UP, porque los socialistas se niegan a retirar el plan de Sánchez de formar un Gobierno monocolor. Y sin que nadie espere cambios de aquí a la sesión de investidura.

Los socialistas cierran filas y advierten a Unidas Podemos del riesgo de que repitan el voto en contra de Sánchez que emitieron en la investidura fallida de 2016. Lo dijo Lastra el martes y y este miércoles lo repitió la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, en declaraciones a Telecinco. Iglesias, dijo, sólo quiere hablar de “cargos” y no de políticas, programas y objetivos: “El señor Iglesias estaba hace tres años en ‘quiero ser vicepresidente y voto en contra de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno' y hoy lo veo en el mismo sitio”, acusó.

Otras dos ministras en funciones, las titulares de Industria y Trabajo, Reyes Maroto y Magdalena Valerio, se sumaron al argumentario de Sánchez. La primera para decir que UP tendrá que explicar por qué “solo quiere hablar de sillones” y no se sienta “a hablar de lo que importa, los programas”. La segunda para pedir a Iglesias que “recapacite”.

Cierre de filas

Otros dos dirigentes de peso en el partido, el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y el expresidente Felipe González, tomaron también la palabra para cerrar filas con Sánchez. “Bajo ningún concepto” se puede permitir que “le quieran hacer el gobierno” a Sánchez, señaló Vara. El candidato socialista “ha intentado desde el minuto uno hablar y negociar” pero “lo que pasa es que cuando uno no quiere dos no pueden hablar”, zanjó.

González, que en el pasado ha mantenido serias discrepancias con Sánchez, salió también en su defensa: “Yo creo que Pedro Sánchez está en una posición bastante correcta y sensata que (otras formaciones) deberían entender”, aseguró.

También Susana Díaz, la baronesa socialista andaluza, salió en defensa de la posición del PSOE: Iglesias sólo busca “su tabla salvavidas a costa del Gobierno de España”, recriminó.

Del otro lado alzó la voz el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique. El PSOE, anticipó, fracasará en su intento de sacar un gobierno monocolor en el debate de investidura que comienza el día 22.

Echenique subrayó que UP está dispuesta a sentarse a negociar inmediatamente y que si esa reunión no se produce es por culpa de los socialistas. “El problema”, recalcó, “es que el planteamiento actual del PSOE es no negociar e intentar imponer un gobierno de partido único por la vía de la presión mediática y la amenaza de la repetición electoral”.

“Quieren imponer un gobierno en el que todos los sillones sean del PSOE, como si hubiera tenido mayoría absoluta, y nosotros entendemos que eso no es lo que ha votado la ciudadanía el 28 de abril”, insistió.

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"Lo que ha votado la ciudadanía es que nos pongamos de acuerdo las diferentes fuerzas, porque ninguna ha obtenido mayoría absoluta, para hacer lo que se hace en 20 de los 28 países de la UE y en la mayoría de las comunidades de este país, que es formar gobiernos en los que hay fuerzas que piensan diferente, que se ponen de acuerdo sobre un programa de gobierno para llevar a cabo medidas públicas”.

Justo el argumento contrario utilizado por la vicepresidenta Calvo en televisión: “Estamos intentando una fórmula que está funcionando en Portugal, va a empezar a funcionar en Dinamarca y que ha funcionado en muchos países. No estamos pretendiendo nada extraño, ni nada que no sea razonable en democracia”, señaló en defensa del deseo de Sánchez de formar un gobierno monocolor.

“Ojalá rectifiquen” lo antes posible, añadió Echenique, para que dé tiempo en estas dos semanas a “llegar a un acuerdo de gobierno”.

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