EL NEGOCIO DE LA DEFENSA

El pulso de IU por el contrato de Interior con Israel se salda con un inesperado refuerzo de Sumar

Yolanda Díaz, en un acto de CCOO en Toledo

La actual coalición no había vivido una crisis tan profunda desde que se fraguó tras las elecciones del 23J. Un test de estrés que irritó el talón de Aquiles del Gobierno. Pedro Sánchez finalmente ordenó que se buscara una solución y el Ministerio del Interior rescindiera el contrato de más de seis millones de euros para la compra de balas a una empresa israelí.

El contrato suponía un tiro en el pie a la propia filosofía de la coalición progresista, que ha reconocido a Palestina como Estado y ha posicionado a España como uno de los países de la UE más activos para buscar una solución diplomática a la guerra de Gaza y que se materialice la solución de los dos Estados auspiciada por las Naciones Unidas.

Asimismo, el contrato formalizado por Interior era un incumplimiento de la propia palabra del Gobierno, que se había comprometido a no comprar armas a Israel. Todo ello en un momento muy complicado para el espacio de Sumar después de que el martes el Consejo de Ministros, a pesar de sus observaciones, diera el visto bueno al plan de seguridad y defensa que llevará a España a invertir ya este año el 2% de su PIB en la materia a través de una inyección adicional de 10.471 millones de euros.

La orden de rectificación

El área socialista tuvo que rectificar a Marlaska (cuyo Ministerio aducía a los efectos económicos para no rescindir la compra, como advertía también la Abogacía del Estado) por varios motivos: el contrato era una absoluta contradicción con la política practicada, se trata de un tema de especial sensibilidad para un electorado progresista muy concienzado con la situación de genocidio en Gaza y, además, la coalición se exponía incluso a la posibilidad de que Izquierda Unida saliese del Ejecutivo (ocupa la cartera de Infancia y Juventud a través de Sira Rego).

La presión ha sido total por parte de Izquierda Unida, una federación que nació en la década de los ochenta al calor de las manifestaciones contra la entrada de España en la OTAN. Los tres puntales fueron Antonio Maíllo, Enrique Santiago y Sira Rego para denunciar la situación mediáticamente, pero también dentro del espacio político. Y en la coalición para negociar con el PSOE cogió las riendas la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, quien se ha encargado durante las últimas horas de llevar la conversaciones con el presidente del Gobierno y con el titular de Interior (que se encontraba de viaje oficial en Bagdad).

Desde Interior se aducía al vacío legal que suponía revocar el contrato, como había señalado la Abogacía del Estado. Pero finalmente el presidente del Gobierno pidió expresamente que se buscara una solución por parte del Ejecutivo para que no se materializara esa compra, según fuentes gubernamentales. Durante horas se barajaron posibilidades y desde el Ministerio de Hacienda se encontró la vía a través de la Junta de inversión de material de doble uso (máximo órgano nacional de evaluación de las operaciones relativas al comercio exterior en materia de defensa). A través de ella se denegará el permiso de importación por razones de interés general y posteriormente se rescinde el contrato. Se hace de manera unilateral, por lo que España tendrá que hacer frente a los pagos si no se llega a algún tipo de acuerdo con la compañía.

En el ala socialista dan por zanjada ya la crisis. En esta parte del Gobierno no hay críticas abiertas a Marlaska, aunque fuentes del Ejecutivo deslizan que toda esta situación se hubiera evitado si el Ministerio del Interior hubiera actuado de otra manera. Además, en La Moncloa comprenden el papel de sus socios y aceptan las críticas vertidas por parte de Sumar. “Sólo tenemos buenas palabras para ellos, hay que ponerse en su situación”, remarcan ese lado del Gobierno.

"La resolución es positiva"

En Sumar hay satisfacción y pasan ya página de esta crisis. No obstante, desde IU señalan que estarán “vigilantes” para que no vuelvan a suceder situaciones contractuales como esta. La ministra de Infancia y de Juventud ha pedido a los ministerios de Interior y de Defensa que se haga una auditoría para conocer cualquier vinculación armamentística con empresas israelíes.

En el núcleo duro de Izquierda Unida hacen este análisis: “La resolución es positiva. Mejor que una dimisión es una rectificación. La coalición puede salir reforzada”. Asimismo, entienden que el conjunto del espacio político gana posiciones dentro del Ejecutivo sobre un asunto muy sensible para el electorado progresista. Y la figura de Marlaska vuelve a salir muy tocada, con peticiones de socios clave como ERC; Bildu y el BNG para que tenga que comparecer en el Congreso.

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