No habrá nueva Ley del Aborto. O mejor, no habrá nueva contrarreforma tal y como la había planteado el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. Su proyecto estrella se quedará definitivamente en el cajón.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, confirmó este martes lo que ya se venía dando por hecho desde los últimos diez días: la retirada del anteproyecto de ley, adelantada por El Mundo. El jefe del Ejecutivo justificó la renuncia a la falta de consenso suficiente para sacarlo adelante.
En su lugar, anunció que el Gabinete reformará la actual legislación de plazos para asegurar que las menores de 16 y 17 años necesiten del consentimiento paterno para interrumpir su embarazo. El Gabiente también apostará por un Plan de Protección de la Familia, que pretende que esté listo antes de final de año, informa Europa Press.
Rajoy hizo este anuncio en declaraciones a los medios tras participar en el Foro Mundial de la Comunicación que se celebra en Madrid. "Estamos ante un tema que afecta a convicciones profundas de todos los ciudadanos, y es un tema que hay que tomárselo, y yo desde luego me lo tomo, muy en serio", aseguró, reconociendo que el borrador generaba una clara división. Y agregó: "En este momento, como presidente del Gobierno, he tomado una decisión que es la más sensata". Recalcó que su Gabinete seguirá "trabajando por la cohesión" para evitar presentar un nuevo texto "que cuando llegue otro Gobierno lo cambie".
Es la última y definitiva desautorización de Gallardón. El hachazo ya estaba claro el pasado viernes, en el último Consejo de Ministros del verano, el plazo que se marcó el ministro para sacar adelante el proyecto de ley. El Gabinete no lo aprobó y ya entonces la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, subrayó que no era "sencillo" recabar el consenso en una norma de "gran sensibilidad social". En realidad, el Ejecutivo nunca lo tuvo. La oposición salió en tromba contra la reforma de Gallardón, pero las divergencias que más han acabado pesando han sido las vividas dentro del PP. Buena parte de sus dirigentes discrepaban del talante retrógrado del borrador de Justicia, que pretendía sacar la norma más restrictiva en materia de aborto de toda la democracia. No sólo acababa con la legislación de plazos –vigente en la mayor parte de Europa–, sino que iba más atrás de la ley socialista de 1985, al eliminar la malformación como un supuesto que la mujer podía alegar para poder abortar.
Toda la presión para el ministro
Rajoy dijo ante los medios que el Gobierno sólo había aprobado una "primera lectura" de la norma. Fue el pasado 20 de diciembre, en un Consejo de Ministros que él no presidió al estar de viaje –lo hizo Sáenz de Santamaría–, pero, como ocurre con todas las leyes, de todas el presidente es el último responsable.
Gallardón pasa a ser la última víctima del método Rajoy. De su táctica recurrente de hacer que los problemas se pudran y las consecuencias recaigan sobre el principal afectado. El jefe del Ejecutivo pagó con el silencio cuando El Mundo adelantó que el Gobierno había decidido enterrar la Ley del Aborto por el miedo a que dañe las expectativas electorales del PP. Nadie del partido salió a defender tampoco al ministro, pese a que este considera que sólo cumplió un encargo de su jefe. Ahora toda la presión recae sobre él. Si presentará su dimisión irrevocable, causando la primera crisis de Gobierno de la legislatura, o Rajoy logrará convencerle de que se quede, pese a haber sido fulminantemente desautorizado en un tema tan sensible y tan controvertido durante meses. Él mismo ya se emplazó a hablar con los medios para cuando estuvieran resueltos los recursos contra la Ley de Consultas catalana y el decreto de convocatoria del 9-N.
El ministro se remitió hoy a la sesión de control al Ejecutivo de este miércoles. Es el "lugar adecuado" para hablar de su proyecto, informa Europa Press. Lo dijo en unas jornadas sobre ciberseguridad en IBM antes de conocerse el anuncio del presidente. Gallardón tendrá que afrontar mañana una pregunta de la secretaria de Igualdad del PSOE, Carmen Montón, y de una interpelación de Gaspar Llamazares, portavoz de Justicia de Izquierda Plural (IU-ICV-CHA).
Aplauso a la "oposición ciudadana"
La oposición, a la que el anuncio del presidente pilló por sorpresa, reclamó la cabeza del ministro. Montón pidió su "dimisión" en declaraciones a los medios en el Congreso. Tanto por haber sido "desautorizado" por el líder del PP como por haber "jugado con la libertad de las mujeres". Los socialistas celebraron la marcha atrás de Rajoy y se atribuyeron el tanto a su labor de "oposición ciudadana" y a la lucha de las mujeres en todo este tiempo. "Se ha demostrado que a pesar de la mayoría absoluta de Rajoy se pueden hacer muchas cosas si permanecemos unidos, y estamos muy orgullosos de haber estado ahí desde el primer minuto", dijo la diputada. En semejantes términos se expresó el secretario general, Pedro Sánchez, a través de Twitter. También se felicitó de la noticia la anterior dirección del PSOE.
Montón advirtió de que los socialistas no se dan por satisfechos con el segundo anuncio del jefe del Ejecutivo, su pretensión de modificar la ley de Zapatero para sacar adelante que las chicas de 16 y 17 años necesiten la autorización paterna para interrumpir su gestación. La "libertad de las mujeres", argumentó la responsable de Igualdad, no se puede "trocear ni negociar", ni las mujeres son una "mercancía electoral". Reclamó pues al PP que mantenga en sus términos la ley de 2010, que coloca a España "en el marco europeo" y pone el foco en la "prevención" de los abortos, al apostar por la salud sexual y reproductiva.
Ojo con la "bala en la recámara" del TC
"Rajoy sólo acierta cuando rectifica", ironizó por su parte Llamazares. Para el diputado, la renuncia de Rajoy evidencia que "el PP y la Iglesia católica han perdido el puso" que echaron a los españoles, pero advirtió de que al Gobierno aún le queda "la bala en la recámara" del Tribunal Constitucional, ya que aún no ha emitido sentencia sobre la Ley de Plazos de 2010. Así que sumó su "alegría" de la noticia a la "cautela". "No han conseguido imponer la moral individual de la Iglesia a una sociedad que es cada vez más pluralista y que reconoce el derecho de la mujer a decidir sobre su maternidad", afirmó Llamazares en los pasillos de la Cámara baja.
Según el excoordinador de IU, Gallardón está ya "si no formalmente, sí virtualmente cesado", porque el TC está estudiando derogar la Ley de Tasas, otra de sus reformas estrella.
También UPyD, el PNV y el BNG aplaudieron la rectificación del Gobierno. La formación magenta, a través del secretario general de su grupo parlamentario en el Congreso, Andrés Herzog, saludó la decisión "muy positiva" de retirar una ley "profundamente retrógrada", aunque cargó contra Rajoy por gobernar a través de "globos sonda". Joseba Agirretxea, portavoz de Igualdad del Grupo Vasco, celebró la marcha atrás, prueba de que el PP "legisla de espaldas a la sociedad". El Gobierno ha hecho el "ridículo" y el ministro de Justicia "ha quedado desacreditado", dijo el portavoz en un comunicado. La nacionalista gallega Olaia Fernández Davila consideró el anuncio del presidente un "triunfo" de las movilizaciones y de la labor de la oposición.
El PP alaba la "responsabilidad" del presidente
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El PP, por su parte, reconoció que el proyecto de Gallardón estaba creando una "división" en la sociedad, ante lo cual Rajoy ha actuado "con responsabilidad" y "en defensa de la concordia". "Es el papel propio de un presidente", señaló el portavoz del Grupo Popular, Alfonso Alonso. El diputado no se privó, no obstante, de cargar contra el anterior jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, por haber "roto unilateralmente" el "consenso" que existía con la ley de 1985. Alonso advirtió de que los conservadores no se plantean retirar el recurso presentado en el TC en 2010.
Sobre la suerte de Gallardón, el portavoz se limitó a indicar que el ministro ha estado trabajando para intentar reformar la vigente norma y tendrá que seguir haciéndolo para armar un texto "que no divida", sino que consiga "reunir apoyos en una amplia mayoría de la sociedad".
La Iglesia, mientras, no perdió la ocasión de mostrar su disgusto con la decisión de Rajoy. Además de recordar "el valor sagrado de la vida humana" desde la concepción, la Conferencia Episcopal Española tachó de "electoralista" la marcha atrás del Gobierno, a quien achacó "falta de coherencia política". Así lo dijo su portavoz, José María Gil Tamayo, en su cuenta de Twitter:
No habrá nueva Ley del Aborto. O mejor, no habrá nueva contrarreforma tal y como la había planteado el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. Su proyecto estrella se quedará definitivamente en el cajón.